Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

un rumor.

"El rumor de Yurei-san ha sido uno de los mas populares últimamente. Me sorprende saber no lo has escuchado."

"¿Que quieres saberlo? Bueno, si no mal recuerdo el rumor dice que en el del baño del ultimo piso del antiguo edificio, Yurei-san redice. Se puede llamar desde ambos mujeres u hombres, realmente no importa cual o donde sea, pero se debe de cumplir con las condiciones."

"Estas dictan que una vez estés frente al cuarto puesto, deberás de tocar tres veces, esperar, aplaudir dos veces y finalmente llamar a su nombre una sola vez sin mostrar signos de miedo."

"Si tienes suerte, Yurei-san aparecerá y te concederá un deseo, a cambio de una foto de algo preciado para ti."

"Pero se dice, una vez le entregues la foto a Yurei-san, este robara aquello que amas para que nunca mas vuelva a ser visto."

Uno dos tres. Silencio. Uno dos. Silencio.

— Yurei-san.– Sin miedo. — ¿Estas aquí?

Silencio.

Entonces,

Ugh, ¿Él otra vez?– Kou logra escuchar a alguien susurrar al otro lado de la puerta. 

Espera.

Alguien detrás de la puerta.

En un baño solo.

— ¡Lo sabia!– Exclama emocionado, haciendo una pequeña moción de victoria con ambos puños. — ¡Sal de ahí espíritu malvado! ¡Yo, Kou Minamoto, he venido a exorcizarte!

¿¡Puede escucharme!?– Chilla la voz en respuesta.

— ¡Puedo escucharte!– Afirma irritado, dando una patada a la puerta al ser ignorado.

Ninguna palabra es intercambiada después, el silencio apoderándose rápidamente. Removiendo la tela impermeable que asemeja su bastón para que los demás piensen de ella como una sombrilla, Kou la aparta del camino para después con ambas manos ejercer un firme agarre sobre este. Manteniendo sus ojos sobre la puerta en todo momento se apresura a cambiar su posición actual en una mas preparada para atacar. 

— Huh,– Escucha sobre él. Alzando su mirada puede ver a alguien asomarse sobre la puerta del puesto, un solo ojo rosado le observa con fastidio. — ¿Así que así es como te ves? Tu apariencia pega con tu voz; son irritantes.– Escupe con rencor. 

— ¡Silencio!– Protesta. —Te he estado llamando por una semana, y ahora que he confirmado eres real ¿Porque no te indignaste a aparecer?– Cuestiona aún precavido, posicionado su bastón frente él en caso de que intente hacer algo. El fantasma roda sus ojos.

— Eso se llama acoso ¿Sabes? ¿Que no te cansas de fastidiarme señor aretes de seguridad vial?

— ¿...seguridad vial?

— Largo de mi vista, no tienes ningún asunto aquí.– Despide simplemente, su voz cada vez volviendo lejana mientras que su mano se sacude como si deseara espantar a un gato. — Ve a moderar el trafico o algo.

— ¿Que? Digo, ¡Claro que tengo asuntos aquí!

— Adiooos. Nunca vuelvas por favooor.– Canta con voz caída.

Oh no, esto no se queda así.

— ¡He dicho...!– En un acto de impulso, su cuerpo se mueve nuevamente, Kou se prepara a alzar su pie. — ¡Responde mi pregunta!– Entonces, patea la puerta abierta.

Al principio, no ve nada dentro del pequeño cubículo, sin embargo, es cuando Kou baja su mirada que por fin tiene una clara visión del espectro frente a él. 

Lo primero que llega a sus ojos es su brillante cabello rosa, escondiendo la mitad de su rostro este es ligeramente largo pero lo suficientemente corto para quedar sobre sus hombros. Sus facciones siendo delicadas pero lo suficientemente reconocibles como para tratarse de un chico ante sus ojos.

Este vestía un viejo uniforme que Kou podía suponer ser un Gakuran, sin embargo, no se veía del todo correcto ya que este también poseía una bufanda amarilla sobre sus hombros junto a unos tenis de brillante color rosa obscuro y finalmente a un piercing de tono verde azulado en su oreja. Accesorios algo modernos para su aparente antigua apariencia.

En su mejilla yacía un lunar e aleteando sus largas pestañas el fantasma le veía ofendido con una expresión de entre miedo y profunda molestia.

— ¡¿Que te ocurre?! ¡¿Acaso quieres romper la puerta?!– Exclama alterado. Kou no puede evitar sentirse mal al respecto. ¿Fue demasiado? — ¡Esto es allanamiento de morada! ¡Violación de domicilio! ¡Un delito he dicho!– Quizá si.

— L-lo siento.– Intenta disculparse, apenado por su comportamiento.

— ¿Quien te crees que eres? ¿Una cabra? ¿Un caballo? Solo mira que golpe le has dado a mi pobre baño.– Llora indignado con un falso dolor exagerado.

— Lo estas fingiendo.–  Ahora es Kou quien frunce el seño.

— Por supuesto que no lo hago niño semáforo. ¿O debería decirte niño caballo? Como sea, ¿Se puede saber que tienes contra de las puertas?

¡Este tipo...!

— ¡No la habría pateado si hubieras respondido!

— Lo dice el acosador tira patadas.

— ¡Ya basta!– Grita ya irritado, dando un pisotón mientras que alza su bastón ante el fantasma frente él. Observando como su pasada mueca burlona cambia en automático a temor, encogiéndose en su lugar.

— ¡Lo he dicho!– Apunta acusadoramente, refiriéndose al pisotón.

— ¡Solo responde a mi pregunta!– Reclama ya harto. Quizá ir tras Yurei-san fue un error. — Para ser una aparición eres demasiado ruidoso.– Murmura. Puede escuchar al otro bufar.

— ¿Que quieres saber de todos modos? Soy una aparición que cumple deseos, pero parece no vienes a que te conceda uno ya que si conoces mi rumor, sabes necesitas una foto y al parecer no tienes ninguna. Si no quieres un deseo, ¿que quieres de mi entonces?– Cruzándose se brazos, este suavemente desaparece del cubículo. — Aparte de exorcizarme.– Se apresura a agregar. Kou gira sobre sus pies al momento de escuchar la voz detrás de él, encontrándose con el fantasma estar de pie frente a la ventana. Otra cosa que Kou llega a notar son los pocos centímetros de diferencia que comparten, siendo él mismo mas alto.

— Ya lo he dicho,– Dando un paso adelante, el otro le observa en silencio con cejas alzadas y ojos no impresionados. — Dime porque no apareciste las veces que llame por ti.

La luz del día choca con su figura, volviendo su transparencia terriblemente obvia. 

— Oh, eso.– Suena monótono. —No cumples con las condiciones.

— ¿Huh? ¿Pero había traído la foto conmigo los primeros días?

— No eso.– Se apresura a interrumpir. Extendiendo su brazo, apunta hacia él señalandole por completo. —Me refiero a esto.

— ¿Como luzco?

— Tampoco. ¿En verdad eres tan estúpido? Me refiero a ti. Tu propio ser. Eso es lo que no cumple con las condiciones.

Kou frunce el ceño.

— Explícate.

— Mandón también eres ¿huh? Relájate, no es nada de que preocuparse. Todo lo contrario de hecho.– Ríe. Sus ojos rosados observando fijamente al chico frente a él reflejar notoria confusión, una mueca en su rostro y sus labios sin moverse.

— Tendrás una buena vida.– Sonríe.

Una buena y larga vida.  

__××__

Tendrás una buena vida.

Sus palabras rebotan dentro de su conciencia, incapaz de dejarle en paz. 

Subiendo los últimos escalones, Kou se apresura a llegar a lo alto de la azotea de la escuela. Posando ambas manos en el pomo y superficie de la puerta respectivamente, sacude su cabeza en esperanzas de que aquello que fastidia su cabeza le deje en paz. Ya podría pensarlo al llegar a casa.

Aventurándose hacia afuera, Kou sonríe con alivio al ver la familiar silueta que esperaba encontrar. Inhalando profundamente, lleva sus manos hacia su boca, simulando un pequeño altavoz improvisado.

Entonces; grita.

— ¡Amane!

— ¿¡Wah!? – Exclama el nombrado, tambaleando en su lugar. Una vez recuperándose del shock, sus oídos se enfocan en los pasos crecientes, poco después al momento el rostro de Kou llega a su vista, permite relajar su cuerpo al saber se trata de alguien conocido.

— Ah, Minamoto-senpai.– Murmura aliviado con un tono suave, ofreciendo una sonrisa cansada. — ¿Necesitas algo?

— ¡Amane tenias razón!– El castaño parpadea, esa no siendo la respuesta que esperaba.

— ¿Tenia razón?"

— ¡Yurei-san es real!– Tomando asiento a un lado suyo, Kou observa la cuidad. — Aunque es un bastardo irritante.– Algo perdido, pero intrigado de todos modos, Amane asiente demostrando prestar atención.

— ¿Irritante dices? Espera, ¿Fuiste a ver a Yurei-san?– Inquiere. Kou ríe, orgullo escabulléndose en su tono.

— ¡Por supuesto! Necesito demostrarle a mi hermano que soy capaz de ser un exorcista como él. ¿Que mejor que haciéndome cargo de un fantasma cualquiera? Después de todo Yurei-san es un rumor reciente a comparación de los demás, por lo que no ha de ser tan fuerte.

— Pero si quieres demostrar ser capaz, ¿Que hay de los siete misterios? ¿Que eso no es mas ideal?– Vuelve a preguntar, esta ves ladeando su cabeza. Kou bufa con leve decepción.

— Me gustaría, pero aun no soy tan poderoso como para hacerles frente. ¡Necesito mejorar!"

— Ya veo. Poco a poco te refieres.– Kou chaquea sus dedos.

— Exacto.– Confirma. — De todos modos, – Se desvía, una mirada curiosa en su rostro. — ¿Que haces aun aquí? La clases ya han terminado.– Amane tararea, cerrando sus ojos por un momento.

— Esperando a alguien.– Explica fácilmente, desviando su mirada del rubio para enfocarlos nuevamente en el paisaje frente a ambos. — Ahora mismo esta atendiendo el club de radiodifusión.– Al terminar, puede escuchar el suave "ohh" a un lado suyo. Amane ríe por lo bajo, no deseando ser escuchado.

— ¿Que hay de ti, Minamoto-senpai?– Rompe el silencio, obteniendo la atención del otro. — Estoy suponiendo estas esperando a tu hermano ya que es el presidente, pero ¿Por que subiste?

— Bueno,– Una pausa, ojos dorados caen sobre él. —¡Sabia estarías aquí!

— Oh.– Eso fue inesperado. — ¿Me buscabas?– Apuntando a si mismo le observa tontamente. Kou, como el buen chico que es, asiente con entusiasmo. 

— ¿Que mejor que pasar el rato con un amigo? Ademas, quería decirte de mi encuentro con Yurei-san. Oh también, ¡Amane! ¡Por favor cuéntame mas rumores! ¡Quizá así pueda encontrar a alguno que enfrentar!

Un amigo. ¿Un amigo? ¿Kou le considera un amigo? Amane no tiene amigos, por lo que no sabe que expresión dar o como reaccionar. Espera no haber puesto una mueca que le hiciera verse estúpido. Sacudiendo su cabeza, ignora la ligera confusión que se refleja en Kou. Permitiendo que su pasada tristeza se  desvaneciera por el momento, esta se esfuma como vapor de agua. Amane decide es suficiente de pensar sobre él mismo, por lo que se dedica a enfocarse en lo ultimo dicho. 

Es lo menos que puede hacer por un amigo.

— Uhm, déjame pensar.– Tomando una pose pensativa con un dedo en sus labios, sus ojos viajan al cielo mientras su memoria excava en las posibles opciones de rumores que le han contado junto aquellos que ha escuchado. 

Algo llega a su cabeza.

— Creo que lo tengo,– Observando los ojos de Kou brillar, los labios de Amane se curvan con gusto, sonrisa divertida parecida a la de un gato.

—¿Has escuchado este rumor? Sobre Yousei-san.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro