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Capítulo 39 Dahir


La caja de pandora se ha abierto, el secreto que con tanto recelo guardaba Solar; por fin ha sido revelado.

Un enorme odio nace en mi, solo quiero que Ean pague por lo que ha hecho.

«Por tu culpa Solar está aquí» pienso al ver a Camille Castel, la mujer que más daño le ha hecho a Solar.

En cuanto veo al señor Winters correr hasta Ean, quien hace solo unos segundos abrazaba a Camille con tanto fervor, también corro hasta él y trato de detenerlo.

-¡Basta, Adam! No vale la pena que te ensucies las manos con este animal.

-¡Llamad a la policía! -escucho a Fer gritando mientras se lleva a Peter y Violeta a sus habitaciones.

-¡Todos adentro! -ordeno a las enfermeras y enfermeros, quienes obedecen al instante.

-¡Eres un mal nacido! -Adam le propina un buen derechazo a Ean y este logra safarse y sale corriendo al estacionamiento-. ¡Regresa aquí!

Adam y yo corremos detrás de él, el sonido de las sirenas de la policía lo pone en alerta, sube a su auto antes de que lo atrapemos y sale directo a la carretera.

-¿Vienes? -Adam sube a su auto y subo al asiento del copiloto-. ¡No puedo creer que ese imbecil se atrevió a tocar a mi hija! -Adam maneja a toda velocidad por la carretera, me pongo el cinturon de seguridad por si a caso-. ¡Dahir! ¡Yo lo sabía! Sabía que Solar ocultaba algo, pero nunca pensé que fuese tan grave.

-Nadie lo imaginó, Adam... Pero ya hablaremos a detalle con Solar, ahora hay que atraparlo -veo el auto de Ean estacionado en una cafetería-. ¡Ahí está!

Las patrullas nos siguen y se detienen detrás de nosotros.

-¡Ese es su auto! -exclamo bajando del auto, todos corremos a el pero no hay nadie adentro-. Debe estar en la cafetería, es él. -Les muestro una fotografia de Ean y en ese momento lo vemos salir por la parte trasera del lugar.

-¡Ahí va! -Adam lo persigue por el prado, los oficiales van detrás de él con las armas en alto-. ¡Rápido que se escapa!

Entramos al bosque e Ean se detiene junto a un gran roble, saca un arma de su pantalón y nos apunta.

-¡No den un paso más!

-¡Baje el arma, señor Radcliffe! -ordena uno de los oficiales, Adam y yo nos quedamos detrás de ellos-. Lo tenemos rodeado.

-¡Mentira! -dirige su vista a Adam-. Sabía que me seguirías, eres un arma letal y estas echo para terminar con lo que te estorba, ¿no?

-Solo con la basura como tú, poco hombre, ¿cómo te atreviste a tocar a mi hija? -gruñe Adam y lo jalo del hombro antes de que se acerque a él.

-¡Por Dios! -Se carcajea sin dejar de apuntar su arma a nosotros-. ¿A caso no te lo contó, Camille? Yo fui su amante, uno de los tantos que tuvo. -Adam se sorprende al escuchar esa revelación-. Fui el último, para ser exactos, antes de que ustedes dejaran Inglaterra ella dejó que me divirtiera un poco con tu hija.

-¡Era solo una niña! -Adam enfurece y golpea el tronco de un árbol.

-A tu esposa no le importó -sonríe con malicia-. La última vez que le buscaste terapeuta a tu retoño, yo fui quien la atendió, ahí conocí a Camille, ella me coqueteo y yo le seguí el juego -mientras Ean alardea de sus andares, los oficiales lo rodean entre los árboles cercanos-, no tardó en llevarme a su casa, cada vez que la hacía mía me dejaba ver a Solar, pasar a su habitación y verla dormir, inclusive me dejaba verla en ropa interior...

-¡Ya basta! -No puedo seguir escuchando esto.

-Calma, Dahir, que ya voy a terminar -apunta su arma en mi dirección-. Camille drogaba a Solar para que se durmiera, cada vez que ella llevaba a uno de sus amantes a su casa, a veces la amarraba y la dejaba encerrada en su habitación, pero eso cambió cuando las conocí, a mi me dejaba pasar a verla y acariciarla un poco -toca su parte intima y me asqueo-. Estuve a punto de hacerla mía, hasta que Camille me detuvo, la desgraciada estaba celosa, por eso los seguí cuando vinieron a América y me instalé en el psiquiátrico Trinity, Adam, ¿por qué llevaste a Solar a ese lugar?

-Camille me lo recomendó... -volteo a verlo y él niega con la cabeza-. Ella se había puesto en contacto conmigo nuevamente... Creí que solo quería ayudar a Solar... Caí en su trampa.

-Así es, yo le dije a Camille que te aconsejara ese lugar, que yo la cuidaría ahí, a ella le convenía que Solar estuviera encerrada, así se quedaría contigo y tu fortuna, ahora que esta en banca rota, y yo me quedaría con Solar, de no ser por cierto terapeuta entrometido.

Volteo a verlo y mi cuerpo recibe el impacto de su bala.

-¡No! -Adam me sostiene antes de que caiga, los disparos comienzan en el lugar y Adam nos esconde detrás de un roble-. ¡Dahir! ¡No cierres los ojos!

-Adam... -subo mi mano a mi hombro izquierdo, cubro el lugar de la herida pero la sangre es demasiada-. Lo siento, Adam... No supe cuidarla... No supe cuidar a mis pacientes...

-¡No no! ¡Dahir! -Me recuesta sobre el césped y desabrocha mi abrigo y la camisa-. La herida no es grande, pero si profunda, debemos cubrirla...

-Has sido un buen padre... -siento que la herida me quema-. Solar estará bien mientras la alejes de Camille...

-Basta Dahir, no te despidas, aún no es tiempo.

-¡Hay una ambulancia cerca! -grita uno de los policías, los disparos han cesado y me concentro en la vista sobre nosotros.

La lluvia se ha vuelto más ligera, los árboles no se ven tan frondosos pero logran hacer que el lugar se vea oscuro, siento mis latidos disminuir y sonrío un poco, logro ver a mis padres abrazados, ambos me observan con alegría.

-Esperé mucho este momento...

-¡Dahir!

Una inmensa oscuridad me rodea y pierdo la noción del tiempo.

-Aún no es tiempo, cariño...

Escucho la tierna voz de mi madre, pero no logro verla, una luz blanca me cega y abro los ojos.

-¿Dónde estoy...?

-En el hospital -veo a Adam sentado a mi lado, me sonríe y me quito la mascara de oxígeno.

-¿Qué pasó? ¿Dónde está Ean?

-Ean ya no dará problemas, uno de los oficiales le quitó la vida, justo después de que él te disparó.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí? -volteo a ver la mesa y busco el vaso de agua.

-Permiteme. -Adam me pasa el vaso y bebo todo-. Llevas una semana aquí, durante la operación hubo complicaciones y te mantuvieron en observación, apenas y despertaste un par de veces, pero parece que has mejorado.

Sale en busca de una enfermera y sonrío mientras derramo algunas lágrimas.

-Gracias mamá, papá, por ayudarme a regresar.

Después de un par de días más en el hospital regreso a mi vida de siempre, Nathan y Bianca me ayudan a incorporarme al último semestre del año, Adam me pone al tanto de los acontecimientos, después de que los oficiales hicieran un cateo en casa de Ean, encontraron evidencia de su complicidad con Camille, así que ella fue llevada a prisión, junto con Serena, quien resultó ser cómplice de Ean en el caso de la desaparición de Joaquín Fernández, ambas confesaron todo y Serena dijo que el plan de Ean era terminar con la reputación del hospital, para después quedarselo él y levantarlo bajo su nombre.

Mientras que Camille solo buscaba que Solar no saliera del psiquiátrico, tal como lo dijo Ean, así que Adam ha cortado todo lazo con ella, yo regreso al hospital psiquiátrico en donde tengo asuntos que resolver antes de terminar mis practicas profesionales, no sin antes recibir la noticia de ser uno de los seleccionados para estudiar mi maestría en España.

-Me alegra verte de nuevo por aqui, Dahir. -Amelia me recibe con un abrazo-. Tus pacientes han preguntado mucho por ti, en especial Violeta y Peter, están ansiosos de recibir el alta.

-Me imagino, los dejé abandonados a días de salir.

-Bueno, ya les explicamos la situación, así que te esperan en tu consultorio.

-De acuerdo, voy a verlos.

-Antes de que vayas... -Me detiene justo en la puerta de su consultorio-. Quiero hablar contigo, Dahir.

-Claro, ¿qué sucede?

-Seré directa, así que dime, ¿te enamoraste de Solar? -Su pregunta me sorprende, pero me sorprendo más yo al pensar mi respuesta-. Lo pregunto porque últimamente la has visto de otra forma, he notado tu trato hacía ella, Dahir...

-Si -confieso lo que tanto me he negado, no tiene caso guardarlo-. Al principio creí que solo era afecto, como lo siento por Violeta y Peter, incluso Jimmy... Pero no, me lo negué tanto para no ver la realidad.

Suspira y me sonríe.

-Son cosas que suceden sin que lo busquemos, el amor es así, pero sabes lo que va a pasar ahora, ¿no?

-Si, ya no puedo ser su terapeuta -asiente-. ¿Puedo hablar con ella para despedirme? Solo veo a Violeta y Peter y después voy con ella.

-Claro, dile que yo tomaré su caso y que va a regresar al nivel uno.

Sonrío y salgo del consultorio, busco a Violeta y Peter y los felicito porque pronto van a regresar a casa.

-Solo es cuestión de un par de días y podrán irse.

-¡Que guay! -Violeta abraza a Peter y después voltea a verme-. Quiero pedirle una disculpa, porque en algún momento estuve a punto de ser cómplice de Serena, esa tía quería que la ayudase a perjudicar a Solar, pero venga, que yo no soy una bruja.

-Que bueno que no lo hiciste.

-Solar seguirá aquí, ¿verdad? -Peter me ve con tristeza, ahora es menos frecuente escucharlo repetir las oraciones-. Solar seguirá aquí, ¿verdad?

-Si, ella debe retomar el camino antes de ser dada de alta.

-Yo espero que así sea. -Violeta sonríe sincera y salimos de los consultorios.

Busco a Solar y la ayudo a reinstalarse en su antigua habitación, después bajamos al jardín a hablar un poco.

El clima está más fresco, poco a poco el invierno va dando paso a la primavera.

Caminamos a la par, a solo centímetros de distancia, sé que esto que estoy sintiendo no es correcto, que no debo cruzar la línea, pero no puedo guardar mis sentimientos, el corazón le grita a la razón; implorando que desborde todas estas emociones, porque, ¿de qué sirve tanto amor si no se lo haces saber a esa persona?

Nos detenemos junto a la fuente; la veo perderse en el ir y venir del agua, sus cabellos castaños se tornan caramelo bajo los tímidos rayos del sol, sus ojos bailan de un lado a otro, observando cada parte del lugar.

«Es ahora o nunca».

-Siéntate, por favor, quiero decirte algo.

Asiente ligeramente, para después posicionarse a mi lado, en la orilla de la fuente.

Nuestras miradas se cruzan y mi corazón se precipita emocionado, al mismo tiempo que mi respiración se inquieta cuando noto que ella también está nerviosa.

-Me tomaría el resto de mi vida... explicarte lo que estoy sintiendo... Porque no se trata solo de palabras, sino también de pensamientos... Pensamientos intrusos que me están volviendo loco, pero que al mismo tiempo son bien recibidos... Yo... Yo...

Me pongo de pie y tomando un poco de agua de la fuente; refresco mi rostro, para después posicionarme frente a ella; colocando mi rodilla izquierda sobre el suelo, me arrodillo para estar a su altura, ella me observa como siempre lo hace; sin ninguna emoción aparente, así que retomo mi discurso.

-Sé que para ti no es fácil decir y expresar lo que sientes, pero si yo no tengo problemas, lo voy a hacer, porque ya no puedo ocultar esto... Porque cada vez que te veo puedo imaginerme cuidando de ti, para mi no sería un problema, para mi sería como acariciar el cielo con los dedos. -Sus delicadas manos se unen en su regazo, permitiendome poner mi mano derecha sobre la suya-. Yo por ti, crearía un mundo donde te sintieras segura, donde pudieses ser tú misma sin ningún remordimiento, donde nadie te juzgaria por ser quien eres... Por ti sería capaz de inundar un desierto, si así me lo pidieras, crearía arcoíris en tus días grises, solo para poder verte sonreír como lo hiciste para mí por primera vez, llenaría el mundo de cientos de tulipanes; y así poder guiar tu camino en mi ausencia, borraría la ansiedad y los pensamientos negativos de tu mente, solo para que pudieses vivir tranquila... Yo por ti daría todo lo mejor que tengo para ofrecer, porque sé que lo vales, porque sé que lo mereces... Solo a ti te daría mi corazón, para que hicieras con el lo que quisieras, porque esto que siento por ti es honesto, real y puro... Hasta romperme en mil pedazos sería un placer, si viene de ti, así de profundo es este sentimiento. Y entiendo si después de esto te alejas de mí, si ya no quieres hablarme o verme, pero quería decirlo, ya no podía guardarlo más, desde hace tiempo que me siento así.... Estoy enamorado de ti. De tus pensamientos, de tu forma de ser; de tu necesidad de comprobar las cosas una y otra vez, de tus manías y hasta de lo que tu llamas defectos, estoy enamorado como nunca lo he estado y no me arrepiento. Hasta la última parte de mi alma quiere pertenecerte, así de enamorado estoy de ti, y no pienso retractarme.

Dejo escapar un largo suspiro, sin apartar la mirada de sus bellos ojos, después de esta catarsis me siento liberado, pero la angustia vuelve cuando la veo entreabrir los labios...

-Entiendo por completo lo que dice... Yo no puedo decir algo tan bonito y tan preparado... De todas formas lo nuestro no hubiese funcionado.

Voltea a verme, nuestras miradas se cruzan y veo la comisura de sus labios formar una pequeña sonrisa.

-¿Estás segura?

-Ya le había dicho que yo nunca me he enamorado, no sé si esto que siento es amor, solo sé que me gusta su presencia y que estoy muy feliz de verlo aquí.

-Solar, debo decirte que ya no podré ser tu terapeuta.

-¿Por qué? -Me observa triste-. ¿Hice algo malo?

-No, es mi culpa, crucé la línea y no puedo seguir dándote terapia, no sería ético, pero no te preocupes, la doctora Brown regresará a ser tu terapeuta, estoy seguro de que con ella volverás al camino que iniciaste conmigo.

-¿Volveré a verlo?

Sonríe un poco y asiente empujando mi mano lejos, no puedo evitar sonreír ante tal acto, aunque mis ojos se critalizan por las lágrimas.

«¿Qué esperabas, Dahir, que corriera a tus brazos y te dijera que también te ama? Eso es imposible».

-Gracias por todo. -Me regala un abrazo de un segundo y lo acepto-. Espero que pueda verlo antes de que se vaya. -Su mirada seria me acribillan, aunque sé que ella no tiene esa intención.

-Te buscaré.

Me pongo de pie y camino hasta mi consultorio.

Preparo el papeleo para dar de alta a Violeta y Peter, llamo a sus familias para informarles y un par de días después los veo en mi consultorio.

-Hasta luego, terapeuta Montesco. -Violeta me regala un abrazo triste-. Espero verlo pronto.

-Yo también. -Peter me da un apretón de manos y después me abraza rápido-. Yo también espero verlo pronto.

-Los voy a extrañar chicos, pero me alegra saber que ya van a casa.

Les entrego mi número por si después necesitan algo y los acompaño a la salida del hospital.

Las siguientes dos semanas que me quedan las paso archivando y dando la bienvenida a nuevos pacientes, me encargo de quitar la puerta secreta y cubro la pared con tabiques, queda un buen espacio donde planto un pino, al que le doy el nombre de Jimmy.

Mi último día de prácticas también es el último día de Ferdinand y Collette, las enfermeras nos preparan una pequeña despedida en el comedor, y antes de irme dejo un pequeño presente para Solar.

La veo sentada a un lado de la fuente, la enfermera Gutiérrez esta con ella, en cuanto me ve se aleja un poco para darnos privacidad.

Me quito los audífonos y me siento a su lado.

-Esto es para ti, espero que sea de tu agrado.

-Gracias, no debió molestarse -murmura fría, apenas y me ve-. Espero que nadie mal intérprete sus intenciones.

-Ábrelo cuando estés sola -trato de restar importancia a su comportamiento distante.

Le entrego una pequeña caja y ella la acepta sonriendo ligeramente.

«¡Vaya! Eso si que fue un rápido cambio de humor».

-Hasta luego, terapeuta Montesco.

-Soy Dahir Montesco -acaricio su mejilla y la dejo sentada junto a la fuente.

-Hasta luego, Dahir Montesco.

Doy la vuelta y me marcho colocandome los audífonos nuevamente.

Sinceramente imaginé que esta despedida sería diferente, pero mi corazón se quiebra con cada paso que doy lejos de ella.

-Voy a hacer de cuenta que no exististe, tú de mi, olvida que un día me viste... Ya lo ves, los dos nos equivocamos y es mejor, nuestros caminos sigamos, y que esta despedida sea por el bien de todos, inventaré algún modo para vivir sin ti...

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