Capítulo 16 Solar
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Ha pasado una semana desde la tarde que pasé con el terapeuta Montesco y mi padre, hago mi mayor esfuerzo por hablar con él en las sesiones, ya que mi padre me pidió que confiara en él.
Además de eso, he regresado a las sesiones grupales con los chicos, Jimmy, Peter y yo hemos vuelto a hablar, Violeta se ve más calmada aunque sigue siendo gritona, mientras que el terapeuta Montesco se muestra más dedicado a nosotros, no me ha comentado nada de los dibujos que me pidió hacer, pero supongo que eso es natural, todo va al archivo.
-¡Solar! ¡Tu visita ha llegado! -escucho a la enfermera Gutiérrez llamarme, aunque su anuncio es extraño.
-¡En un momento bajo! -reviso mi atuendo nuevamente.
Una playera blanca y unos jeans sencillos, mi cabello atado en una coleta alta, mientras más sencillo sea, menos me preocupo.
«Perfecto».
Reviso las llaves, las luces, cierro bien la puerta del aseo, y hago la misma rutina de siempre, aunque es desgastante no puedo evitarlo, es algo que forma parte de mí, y si no lo hago me da ansiedad.
Salgo y por poco tropiezo con la enfermera.
-Lo siento, pero tengo que bajar contigo.
Asiento y bajamos por el asensor, los demás chicos están aquí también.
-Solar -Violeta llama mi atención y asiento para que sepa que la escucho-. Mi madre quiere conocerte.
-Eso suena extraño -comenta Peter-. Eso suena extraño.
-Vosotros también estais invitados -señala a Jimmy y Peter.
-¿Vas a salir? -La observo de reojo.
-Vamos a comer, si vuestros padres os dejan, vamos todos, claro que acompañados del enfermero Sánchez.
-Solar no puede -interviene la enfermera y las puertas se abren.
-¿Por qué? -Su declaración me intriga-. ¿Por qué?
-Tu visita es importante, apresurense a llegar al comedor.
Señala el camino y salgo corriendo en aquella dirección, atravieso las grandes puertas y de inmediato localizo a la doctora Brown junto a mi padre, hay alguien más con ellos, así que me acerco apresurada, dudo mucho que se trate de...
-¡Solar!
Las palabras desaparecen, el tiempo se detiene y por un momento siento que he regresado a casa, a aquella niñez donde perdí muchas cosas.
-Tomen asiento, por favor -escucho a la doctora Brown, pero mis piernas no responden.
Todo a mi alrededor da vueltas y mi estómago forma un nudo grande que me oprime.
-Solecito. -Mi padre me toma por los hombros y me lleva al asiento, donde me acompaña a mi derecha, mientras ella se sienta frente a nosotros-. Saluda a tu madre, hija.
-Los dejaré solos. -Amelia se retira y levanto la mirada, la observo un segundo y ella asiente.
Doy un vistazo rápido al comedor, todos los pacientes de nivel uno están aquí, mis compañeros de piso y sus padres; Jimmy apenas y es notado por su familia, quienes prefieren reír con las bobadas del bebé nuevo, el hijo de su hermano mayor. Violeta se carcajea de algo que ha dicho su padre, mientras su madre acaricia su rubio cabello. Y Peter agradece a su madre por el presente que le ha traído.
Las enfermeras rondan los pasillos y algunos practicantes han venido hoy, entre ellos Ferdinand y Serena, esta última tiene la vista en otro hombre.
Parece ser que soy la única que esta viendo al diablo.
-Darling, look me. -Camille llama mi atención, pero no quiero verla-. I'm here, baby.
-No hablo inglés desde que estoy en América -cruzo los brazos y volteo a verla, aunque evito su mirada-. Deberías aprender español, es esencial aquí.
-Solar, ¿puedes hablar con tu madre? -Papá toma mi mano y lo observo ligeramente molesta-. Por favor.
-Speak in Spanish, please. Recuerda que estas en otro continente, no deberías aventurarte a salir si no vas...
-Yo lo-estoy aprendiendolo. -Camille me sonríe ampliamente-. Yo queriendo verte, y tomar clases con uno... Uno maestro.
-No quiero verte, ni hablar contigo -confieso antes de que siga hablando un mal español-. Hace casi siete años nos abandonaste, y ahora vienes como si nada, a quien sabe que cosa. No quiero verte, Camille.
-Solar, no le hables así. -Papá se tensa a mi lado-. Déjala hablar, dale una oportunidad...
«No puedo creer lo que estoy escuchando, papá no puede estar defendiendo a esta mujer, seguro que ella ya le lavó el cerebro».
-Yo queriendo arreglando las cosas, Solar. -Nos interrumpe agilmente.
No puedo evitar irritarme por su mala pronunciación, y debajo de la mesa hago puño la orilla de mi playera.
-No nos interrumpas -pido molesta, elevando el tono de mi voz-. ¡No nos interrumpas!
-No grites, por favor. -Papá me observa con seriedad.
Esta claro que desconoce la verdadera razón por la que Camille nos dejó hace años.
-No te pongas de su lado, se supone que ella no debería estar aquí...
-Ustedes son la mia familia, lo único que yo teniendo... Estas siendo mi hija.
-Yo no soy tu hija, y tu no eres mi madre.
-Solar, basta. -El hombre a mi lado me suelta la mano.
Su gesto me hace sentir sola, abandonada en esta guerra donde parece que nadie reconoce al enemigo.
-I need speak with you... Solar, yo queriendo explicar lo que pasando, quiero regresando a casa. You are my... mi hija, yo queriéndolo a tu padre. Yo aprender el error.
-Mentirosa... -susurro respirando con pesadez-. No dijiste lo mismo cuando decidiste abandonarnos. No dijiste lo mismo cuando decidiste abandonarnos por...
-¡Hija, no! Tú tener otra idea, I can... Amm... arreglar el problema.
«¡Mentirosa, mentirosa!».
-Camille quiere regresar a casa, con nosotros -interviene papá-. Creo que necesitas una figura femenina cerca, sobre todo... una figura materna.
Escucho sus palabras y no puedo creer lo que me esta diciendo.
Lo observo incrédula, mientras mi respiración se agita más.
-Uno cambio siendo ultil a todos...
-¡Ni si quiera puedes hablar bien!
Grito exasperada y me pongo de pie, haciendo que todos volteen a vernos.
-Darling -sonríe maliciosa mientras siento a la enfermera Gutiérrez a mi lado.
-Solar, es mejor que regreses a tu habitación. -La doctora Brown aparece a mi derecha-. Ven conmigo.
-No... No me toquen...
-Lo siento... -murmura la enfermera Gutiérrez, soltandome.
Me alejo de la silla dando unos pasos atrás.
-Quiero hablar con ella un momento -escucho a mi padre, pero lo único que quiero es salir corriendo.
-Adam, no creo que sea conveniente... -Amelia intenta arreglar las cosas, y yo sigo alejándome, sintiendo las miradas de todos sobre mi.
Tapo mis oídos intentando apagar las voces a mi alrededor, intentando alejar la voz en mi cabeza que no para de gritar, intentando ser normal.
-Solar -Violeta se aproxima-. Acompañadnos, te distraeras un rato.
Quiero gritarle que se vaya lejos con su invitación, pero las palabras están atoradas en mi garganta.
-¿Quieres que te acompañe a tu habitación? -Jimmy aparece a mi derecha.
Mi corazón palpita desesperado, queriendo salir de mi pecho. El mundo se encierra en una oscuridad donde mi burbuja se ve pequeña.
-Solar, baby, come with me. -Camille se para delante de mi-. I can help you.
-No quiero verte... -comienzo a temblar y ella se acerca más-. No quiero tu ayuda, no quiero nada de ti. No te quiero.
-You are so pretty... -acaricia mi cabello ignorando mis palabras y la empujo.
-¡No me toques! ¡Aléjate!
-I'm your mother, baby. -Su sonrisa me produce escalofríos mientras mi cuerpo intenta alejarse de ella, la veo levantar su mano nuevamente y se acerca a mi cabello.
-You are not my fucking mother! -Me desespero y el grito sale de mi garganta sin pensarlo.
-Señora Castell, por favor, no toque a la paciente. -La doctora Brown me toma por los hombros y me ayuda a salir del comedor-. Es mejor que regreses a tu habitación, Solar.
Volteo sobre mi hombro derecho y veo a mi padre pararse a lado de esa mujer, ella me sonríe levantando una ceja y mi padre me ve con tristeza.
-No quiero verla... -susurro para mí-. No quiero.
Llegamos a mi habitación y por fin me suelta.
-Solar, tu madre vino...
-Ella no es mi madre -abro la puerta con las manos temblorosas y ella me sigue.
Entro al aseo y comienzo a lavar mis manos freneticamente, me quito la playera y enjuago mi torso en el lavabo.
«Me siento sucia. Estoy sucia».
-Entiendo tu actitud y como te sientes, pero en algún momento tendrás que hablar con ella...
-¡Eso nunca!
Siento que mi cuerpo está temblando por completo, aunque no es así.
Abro la llave de la ducha y meto mi cabeza bajo el agua.
-¡Solar! Detente. -La doctora Brown intenta arreglar la temperatura del agua-. Te harás daño, el agua está muy caliente.
-¡Necesito limpiarme! -tomo un poco de shampoo y comienzo a frotarlo por toda mi cabeza.
-¡Te estas mojando toda!
Hago oídos sordos a sus palabras, lo único que quiero es limpiar cada huella del daño.
-¡Es suficiente! -Ella me ayuda a enjuagarlo y cierra la llave pasándome una toalla para cubrirme.
-Necesito tomar un baño.
-Te arrugaras como pasa -toma otra toalla para secar mi cabello.
-Yo... Me dejé llevar -bajo la mirada apenada.
-De acuerdo... ¿Quieres hablar?
-Quisiera hablar... Quisiera hablar con el terapeuta Montesco.
-Bueno... Él no esta aquí, pero puedo llamarlo... -asiento y saca su móvil-. Si responde... puedes hablar unos minutos con él.
La veo revisando su agenda y enseguida acerca el móvil a su oído.
Me apresuro a tomar un cambio de ropa, aunque no hay muchas opciones, así que me pongo el pijama y seco mi cabello con la toalla mientras ella habla.
-¡Dahir! -No alcanzo a escucharlo, pero ella sonríe-. Espero no molestar, ¿estás ocupado?
Froto mis palmas ansiosa.
-Si, alguien quiere hablar contigo -voltea a verme y asiento-. Los dejaré un momento. -Me acerca el móvil y lo tomo-. En unos minutos vendrá la enfermera Gutiérrez por el, te dejaré hablar tranquilamente, mientras voy a despedir a tus padres.
Asiento y espero a que se vaya.
-¿Psicólogo Montesco? -Es lo primero que digo al colocar el móvil cerca de mi oído.
-Solar, ¿qué sucede?
-Ella estuvo aquí... -La quijada me tiembla y siento ese nudo en la garganta que duele
-¿Quién?
-Mi ma... Camille Castell.
-¿Estás bien? ¿Te hizo daño?
-No... Pero... Su presencia...
-Solar...
-Ella es... No quiero verla...
-Solar, escúchame.
-Yo...
-Respira conmigo. Unos, dos, tres, cuatro...
Hago lo que me pide.
-Siéntate y cierra los ojos.
-Ok.
Camino hasta mi cama y me pongo comoda, haciendo los ejercicios de respiración.
-Inhala. Uno... Dos... Tres... Cuatro.
Repetimos el ejercicio hasta que me voy calmando.
-No abras los ojos, quiero que escuches esto.
Respiro hondo y escucho una suave melodía al otro lado del auricular.
Una meliflua voz canta en inglés y coreano.
-Sigue respirando hondo -pide en un susurro.
Algunos minutos pasan hasta que termina la canción.
-¿Cómo te sientes?
-Mejor... Mejor, aunque no quiero que ella esté aquí.
-Te entiendo, pero piensa que ahora estas a salvo, no puede hacerte daño.
«Tiene razón en eso».
-Muchas gracias por ayudarme.
-Descuida, siempre estaré aquí, para ti. Ahora soy tu terapeuta.
Sonrío ligeramente, sus palabras me dan seguridad y confianza.
-Me gustaría hablar mañana, al terminar la sesión grupal.
-Por supuesto. Es tu espacio, Solar.
Te dejo porque seguro que la doctora Brown te espera. Nos vemos mañana.
-Hasta mañana.
Termino la llamada sintiéndome más tranquila y segura, jamás pensé que alguien pudiera hacerme sentir asi, además de mi padre.
Llevo la toalla al aseo y salgo a ver si la enfermera Gutiérrez me espera.
-Aquí esta el móvil de la doctora Brown... -Le entrego el artefacto con cuidado y ella me sonríe, trae los guantes puestos-. Lamento lo que sucedió en el salón.
-No tienes que disculparte, Solar, ella logró irritarte. -Me acerca un pequeño paquete envuelto en papel marrón-. Tu padre ha dejado esto.
Lo tomo con cuidado y ella me sonríe un poco.
-Pediré que suban tu cena en un rato.
-De acuerdo -regreso a mi habitación encerrandome y abro el paquete, me encuentro con una biblia que luce antigua-. ¿Es en serio?
Saco todo el contenido del paquete, un par de libros de romance adolescente y una pequeña nota.
My little, Solar.
Your live it's a big disaster, but this book is your salvation.
Your mother.
Camille Castell.
Escondo la biblia en el fondo de mi armario y corro a mi cama haciéndome ovillo.
Dejo escapar las lágrimas y cierro los ojos.
-Me siento sola... Muy sola...
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