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1.3

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Enero, 2016.

Harry casi quería pasar el día en la cama.

La luz del sol estaba en su cara como una acusación, instándole a que levantara su trasero e hiciera las cosas bien. Eventualmente, tendría que hacerlo.

Anoche estuvo mal. Tal vez, no tan mal como algunas de sus discusiones anteriores. Pero había pasado un largo tiempo desde que habían hecho eso. Harry había olvidado cómo era.

Algo se había apoderado de él. Cuando se dio cuenta que Louis estaba celoso, cuando lo leyó en su postura y en la tensión de sus palabras. Harry se olvidó de sí mismo por un momento. Tan vergonzoso como parecía a la luz de la mañana, la noche anterior, lo había amado.

Amaba saber que todavía tenía un efecto sobre Louis, que aún podía meterse bajo su piel y pulsar los botones que sólo él sabía dónde encontralos. Era ridículo y le daba vergüenza ahora todo el asunto, sobre todo, especialmente, mencionar a Eleanor.

Por mucho que lo temía, una disculpa de algún tipo estaría bien.

Sólo cuando estaba colocándose una camiseta limpia olió el tocino.

Se arrastró fuera de su habitación y al final del pasillo. La puerta de la habitación de Louis estaba abierta y la cama estaba hecha y él no estaba ahí. Inclinó la cabeza hacia el interior sólo para asegurarse que su equipaje estaba ahí. Lo estaba. Por supuesto, lo estaba. Louis nunca se iría sin al menos decir adiós. Por lo menos, tenía buenos modales.

Harry se dirigió a la cocina y al instante, se debilitó.

Había desayuno sobre la mesa: huevos, tocinos, salchichas y panqueques con fresas en rodajas de la manera a la que Harry le gustaba. Louis estaba de pie en el fregadero, lavando todos los utensilios que había utilizado esta mañana y los platos de la noche anterior su cabello todavía se veía un poco húmedo por la ducha.

Vio a Harry tan pronto como apareció a la vista y sonrió, empujando sus gafas sobre su nariz con sus nudillos.

Harry le devolvió la sonrisa. Se sonrieron el uno al otro.

"Buenos días," dijeron al mismo tiempo. Y sonrió un poco más.

Harry exhaló una risa tranquila y frotó a un costado de su cuello. "Esto se ve muy grande," dijo, balanceándose sobre sus talones.

"Bien. Come tanto como puedas. Creo que hice demasiado."

Louis se inclinó hacia el cajón correcto para buscarle a Harry un plato. Ya estaba reconociendo el terreno en el lugar, y era... agradable. Harry aceptó el plato con agradecimiento. Louis estableció una taza en la mesa, una bolsita de té esperando adentro y llevó la tetera sobre ella. El vapor flotó hacia arriba mientras servía y empañó sus lentes. Ellos compartieron otra risa mientras Louis los limpiaba.

Louis dejó de lavar los platos y, finalmente, se sentó junto a él.

"Así que," dijo, mirando a Harry verter jarabe sobre sus panquques.

Harry lo miró. Louis volvió a sonreír, esta vez, más pequeño, con una expresión tensa.

"Siento lo de anoche." Dijo.

Harry cortó una sección de panquques y los pinchó con el tenedor. "Yo también," dijo.

"No creo que tengas nada por lo que pedir perdón."

"Traté de hacerte sentir mal acerca de Eleanor. Lo cual, fue horrible y rudo y fuera de lugar," Harry dijo, encogiéndose ante la idea. Su rostro se sentía caliente. "No debería haber hecho eso."

"Me lo merecía. Te hice sentir mal por Nick," Louis dijo.

"Creo que lo que dije, fue peor. Debería haberlo sabido mejor. Así que, lo siento," Harry dijo. Antes de comer un trozo de tocino, agregó. "No hay nada entre Nick y yo. O cualquier otra persona."

Louis lo estudió durante un segundo. Harry le devolvió la mirada, masticando lentamente. Esperaba que, tal vez, Louis pudiese leer lo que no estaba diciendo. Por lo general, él podía hacerlo.

No era sólo que Nick y él no estaban juntos. Era que no podían estarlo. Él no quería a Nick.

Quería a Louis. Todavía. Siempre. Sólo Louis.

Observó la nuez de Adán de Louis subir y bajar mientras tragaba. Harry quería cubrirla con su boca. En cualquier parte, en realidad. Incluso mientras comía, había un tipo diferente de hambre arañando dentro de él, buscando ese picor al que nunca sería capaz de llegar por su cuenta.

"¿No vas a comer?" Le preguntó a Louis.

"Quemé algunas de los panqueques y me los comí," Louis resopló. "Estoy lleno por ahora."

"Tienen un sabor muy bueno. ¿Agregaste canela?"

"Como me enseñaste," Louis le aseguró con una sonrisa.

Harry recordaba eso. Sentado frente a la cocina mientras Harry le enseñaba a ser panqueques perfectos. Un poco de canela. La masa grumosa. Fuego medio. Louis las hizo para él la mañana siguiente. Era un estudiante rápido. Harry se lo dijo mientras estaban en la cama después.

Harry sonrió y empujó más panqueques en su boca, diciéndole a su mente que se comportara. No eran pensamientos adecuados para el desayuno.

"Así que, ¿qué hay en la agenda hoy?" Louis preguntó, con sus brazos cruzados sobre su pecho, frotando sus dedos en sus bíceps.

Harry tomó un sorbo de su té y frunció el ceño cuando se quemó el labio.

"Siempre haces eso," Louis comentó. Eso era verdad. Harry nunca tomaba un sorbo de té sin quemarse a sí mismo.

"Es difícil resistirlo cuando está ahí, frente a mí," Harry le explicó, por enésima vez.

"No soplas lo suficiente el té. Cada vez que me llevas té, nunca está demasiado caliente."

"Soy más cuidadoso con tu té..." Harry dijo. Fingió no ver la manera en la que Louis lo miró y se inclinó para alimentar a Neon con un trozo de tocino. "En cuanto a la agenda... tengo que correr a la ciudad un poco más tarde. Viene una tormenta. Esta noche, me dijeron. Estaba pensando que podríamos ir al lago, sin embargo. En el bote. Y podría tratar de atrapar trucha o salmón para la cena."

"Suena como un plan para mí," Louis dijo.

Harry sonrió. "Bien," se puso de pie y arrastró los pies alrededor del armario en el que guardaba la comida para Neon.

"Oh, le di de comer esta mañana..."

Harry miró a Louis. "Oh," dijo, parpadeando. "Gracias."

Él ya estaba perdido por Louis. Lo había estado desde que se conocieron, cuando lo besó por primera vez, la primera vez que habían hecho el amor. Y, por mucho que pensaba que era imposible sentirse más enamorado de lo que lo estuvo, podría haberse deslizado un poco más hacia abajo en el agujero en el que estaba.

Al parecer, la manera de infiltrarse aún más en su corazón, era a través de su gato.

"¿No fue amable de su parte?" Harry le dijo a Neon. La gata gris se sentó en sus pies, mirándolo. Se inclinó y la levantó. "¿No estás muy agradecida?"

Neon ronroneó en respuesta, lamiendo la barbilla de Harry. Harry le sonrió a Louis. "Ella dice que sí."

Louis sonrió. "Dile que, de nada."

Neon lamió la barbilla de Harry otra vez. Si Harry en realidad pudiese hablar la lengua de los gatos, le diría que tenía la intención de mantener a Louis alrededor. Pero tendría que averiguarlo por sí misma, ¿verdad? La colocó abajo, rascándole la cabeza por última vez.

Cuando se enderezó, los ojos de Louis subieron para encontrarse con los suyos. Y definitivamente estaba mirando su trasero. No había duda de eso. Harry solía pensar que había perdido las esperanzas con su parte trasera, aunque cuando estaban juntos, Louis parecía muy agradecido por lo poco que tenía.

Pero últimamente, todas sus sentadillas fueron dando sus frutos. Incluso pudo notarlo cuando se miraba en el espejo. Le gustó la manera en la que su cuerpo se veía aún más en estos días. Tener el aprecio de Louis no le haría daño.

Harry regresó a su asiento, levantó su tenedor y un cuchillo, y empezó con su desayuno otra vez.

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Así que, se resolvió el drama de la noche anterior. Al menos, superficialmente. Lo cual, Louis suponía, era suficiente por ahora.

En la superficie, fueron a pescar por un rato y tuvieron un buen tiempo. Técnicamente. Harry pescó y Louis se sentó en el bote, animándolo.

Se acercó en su tercer intento, manejando enganchar un pez que, de alguna manera, encontró su camino a la libertad y la caña no encontró nada. Louis rió. "Eso está bien," le había dicho con una palmada simpática en la rodilla de Harry. "Lo harás la próxima vez."

Los ojos de Harry habían ido al punto de contacto. Louis se dio cuenta y sacó los dedos lejos de inmediato, como si el calor de su mirada lo hubiese quemado. El momento pasó rápidamente, como si no hubiesen llegado a nada en lo absoluto.

Harry finalmente capturó una trucha de tamaño considerable. Se dirigieron a la casa y arrastraron el bote hasta la orilla. En el interior, Harry puso el pescado en el congelador.

Le mostró a Louis cómo preparar el pescado, sosteniendo la cola con una mano, arrastrando el cuchillo por el cuerpo. "Sólo tienes que hacer las cosas con calma. Sé amable," murmuró. "¿Quieres intentar?"

Louis negó con la cabeza. "La próxima vez." Si estaba parado un poco más de lo necesario, Harry fingió no darse cuenta.

Harry tenía buenas manos, fuertes, que mantenían a Louis distraído mientras cortaba algunas verduras para la cena y llenó al pez con el condimento, que Harry le había dicho que su vecino había hecho para él. Mientras trabajaban y charlaban, la lista de reproducción de Harry llenó la cocina con melodías folks con las que Louis podía mover la cabeza.

En la superficie, todo era bastante agradable.

Pero, debajo de la aparente paz, estaban las complejas emociones de su discusión había traído. Los celos y anhelar y necesitar, todo eso que ahora ignoraban con astucia. Esas eran cosas que no podían fingir. Louis lo sabía. Y Harry también.

Habían esos momentos cuando trataban de capturar la mirada del otro y la mirada de Harry se iría lejos. O Louis pasaría demasiado cerca, detrás de él, para llegar al cubo de basura y Harry se tensaría.

E, incluso cuando no estaban bailando alrededor de los cuerpos o de las miradas de los demás, Harry todavía estaba en la mente de Louis. Era imposible pensar en cualquier otra cosa. Lo observó mientras se lavaba las manos y colocó un mechón de pelo, que se había salido de su moño, detrás de su oreja. Lo estudió mientras corría su pulgar sobre la cabeza de Neon. Observó la manera en la que Harry frotó su pie sobre la parte posterior de su pierna. O presionó un puño en algún lugar adolorido en su espalda baja.

No podía recordar cómo había sido capaz de apartar la mirada de él. Mientras su visión se llenaba de Harry, su cabeza y su corazón se llenaban de él también. Y Louis sentía tanto. Demasiado. Tenía dieciocho años de nuevo, con todos estos sentimientos que tenía que dejar salir. Él era le chico lleno de pánico porque estaba enamorado de su mejor amigo y no sabía qué hacer con eso. Estaba entrando en pánico de nuevo.

Harry llamó su atención y esta vez, él sonrió. "¿Quieres un sándwich para el almuerzo?"

"Suena bien," Louis dijo, y luego trató de no mirarlo mientras hacía los sándwiches para los dos. Lo intentó y fracasó.

"¿Queso?" Harry preguntó, sin levantar la vista de los trozos de jamón de pavo y fue acomodándolo limpiamente sobre el pan de trigo.

"Claro," Louis dijo, estudiando sus manos, los tatuajes de su antebrazo, la piel cremosa de su cuello, su labio inferior escondido debajo de sus dientes.

Jesús, ¿cómo había llegado tan lejos? Comenzó a recorrer los tres malditos años en los que se había ido sin sucumbir a la necesidad abrumadora que sentía ahora. Y no pudo encontrar la manera.

Harry terminó los sándwiches y comieron en la mesa de la cocina, mirando hacia el lago. Oscuras nubes grises flotaban a la distancia, arrastrándose más cerca cada minuto.

"¿Qué tan grave piensas que será?" Louis preguntó.

Los ojos de Harry escanearon el cielo cuidadosamente. "Probablemente, se ponga a nevar esta noche más que mañana. Y dejará un pie o más de nieve." Dijo, "Ha sido peor."

Louis movió la cabeza, consternado. "Todavía no sé cómo tratas con esto."

"No es tan malo cuando tienes un lugar agradable en el que quedarte," Harry dijo. "Ya lo verás."

Louis no lo había pensado de esa manera antes. El lugar estaba muy bien, sí. Era acogedor y cálido y Louis no tenía ganas de salir por el momento.

Pero, tampoco estaba entusiasmado con la idea de estar atrapado aquí con Harry.

"Cortaré un poco más de leña. E iré a la ciudad por un momento para abastecernos," Harry dijo, recogiendo su plato. "¿Terminaste?" Preguntó, tomando el plato de Louis.

"Sí, gracias. ¿La gente de la ciudad no te reconoce?" Louis preguntó.

Harry puso los platos en el fregadero y abrió el grifo. "No usualmente. La mayoría de las personas, son mayores de edad. Pero una vez, un hombre me dijo que me parecía mucho a Harry Styles," dijo, mirando por encima del hombro a Louis. "Y yo le dije, '¿quién es ese?'"

Louis rió. "Inteligente."

La mirada de Harry se quedó hasta que la risa de Louis terminó. Miró hacia otro lado para centrarse en fregar los platos. "Si quieres venir a la ciudad conmigo, puedes hacerlo."

Louis lo consideró por un momento. Tenía curiosidad acerca de lo que esta legendaria "ciudad" tenía. Se imaginó edificios pequeños, calles cubiertas de nieve, y encantadora gente saltando sobre sus abrigos.

Pero necesitaba un descanso de Harry. Tal vez tener una paja, otra cerveza y una respiración profunda. "No, me quedaré."

"Hazme saber si necesitas algo antes de irme," Harry dijo.

"Claro," Louis dijo. Observó a Harry enjuagar los platos por un segundo y luego, salió de la cocina. Probablemente, para llamar a su mamá o algo una vez que Harry se fue a la ciudad. Necesitaba tener su cabeza en orden y ella podría ayudarlo.

Se sentó en el suelo de la habitación de invitados, apoyando la cabeza en la cama. Un suave ronroneo le hizo parpadear, justo a tiempo para ver a Neon saltando hacia abajo de la cama y sentándose a su lado. Ella le acarició el muslo, ronroneó de nuevo, el sonido retumbando suavemente en su pecho.

Louis sonrió, poniendo una mano en su cabeza.

"Tienes un buen dueño," le dijo en voz baja. Se metió en su regazo y se dejó caer ahí, estirando sus brazos. Ella lo observó detenidamente.

"Es la mejor persona, ¿no lo es?" Le preguntó. Ella no respondió. Era un testimonio de lo emocionalmente perturbado que estaba y esperaba estar.

Nunca se había sentido como un niño más como lo estaba haciendo ahora. Nunca se había sentido menos preparado y aterrado y pequeño que en este momento. Incluso cuando tenía dieciocho años y era torpe a través de su vida, al menos podría decir entonces, que era joven y todo lo que pasó fue sólo una parte de crecer.

Pero él era mayor ahora. Muy viejo. Y estaba aterrado de pensar, que incluso después de todo este tiempo, todavía era el niño acurrucado en el piso de un baño de hotel, llorándole a su madre.

Los grandes ojos verdes de Neon se mantuvieron en su rostro. Louis exhaló un suspiro tembloroso, apoyando su frente en la de ella suavemente.

"Todavía lo amo mucho," dijo, en voz baja, con la voz entrecortada. Quería llorar de nuevo. Él no lo haría. Se pasó el puño por los ojos, por si acaso. "No importa ahora, ¿lo hace?"

Esperó de nuevo, como si le fuera a responder. Suspiró y la levantó su regazo. Necesitaba una ducha y una paja. Y, tal vez, un cigarrillo también. Había hecho esa apuesta con su madre en navidad, dejaría de fumar hasta su próximo cumpleaños. Hasta el momento, lo estaba haciendo bien.

Pero tal vez le pediría a Harry que le comprara un paquete. Sólo para tenerlos ahí. Por si acaso. Miró su cara en el espejo de la cómoda. Era un poco de color rosa, pero sus ojos estaban secos, cosa que era suficientemente buena.

Se arrastró hasta la cocina. Los platos secándose a un lado del fregadero. La mesa estaba limpia. Y un golpe fuerte le obligó llevar su mirada hacia las puertas de vidrio.

Harry estaba en la parte trasera, cortando leña. Llevaba una camisa de tela escocesa, roja y gruesa, que tenía antes sobre una camiseta de manga larga y negra. Sus jeans azules estaban apretados en su piel, delineando cada curva que había desarrollado a lo largo de los años, sus jeans doblados y metidos en sus botas para la nieve. Tenía el pelo anudado en un mono, su frente arrugada por la concentración. Levantó el hacha en el aire, tomó aliento y lo bajó.

La madera se partió por la mitad. Harry se inclinó y recogió ambas partes y las lanzó hacia el montón que estaba juntando. Levantó otro tronco de madera y lo acomodó. Se pasó la lengua por los labios y levantó el hacha de nuevo.

Louis lo observó. Y lo deseaba.

El hacha golpeó la madera con un gran estruendo y pareció significar este terrible momento de claridad para Louis. De pronto, se sintió como el idiota más grande del mundo. Por venir aquí, pensando que podría durar dos semanas sin que esto ocurriera.

¿Cuándo había querido tener a alguien o algo, cualquier cosa, tan profunda y firmemente, como quería a Harry?

Ese anhelo infantil era como fuego en su pecho. Quería acabar con ello. Se quedó ahí por un segundo, viendo el sudor añadir un brillo en el cuello y clavícula de Harry y, luego se dio la vuelta, moviéndose rápidamente.

Agarró un bolígrafo y una nota adhesiva que Harry mantenía ahí cerca del teléfono y garabateó: Cigarros y un encendedor. ¡Por favor y gracias! :).

Rápidamente, se dirigió al baño y abrió la ducha, dejando que el calor del agua empañara el espejo mientras se mirada y escrutó el lío en el que se había convertido. Cerró la puerta y se apoyó contra la pared, entre la bañera y el lavabo, su pecho agitándose como si estuviera al borde de un ataque de asma. Ni siquiera tenía maldito asma.

Harry se filtraba a través de su cabeza como imágenes en una película. Su boca rosada, perfecta. Sus ojos brillantes que parecían estrellas. Su sonrisa y los hoyuelos que venían con ella. Su risa suave y la más fuerte y poco estable. Cómo se veía cuando cantada y cuando lloraba y gemía y todo. Todo ello. Louis amaba todo.

Empujó la cinturilla de sus pantalones hacia abajo y envolvió su mano alrededor de su pene, tomando una respiración profunda para calmarse. Sabía que esto no resolvería nada, pero estaba desesperado.

Exhaló lentamente, deslizando su mano por su miembro. Gimió, repitiendo el movimiento, acelerando un poco, apretando con más fuerza. Así, desesperado.

Presionó la espalda contra la pared y cerró los ojos, evocando imágenes de Harry, recordándose a sí mismo todas las cosas que le había hecho y todavía quería hacerle a él y con él. Quería tocar a Harry de la manera en la que se estaba tocando a sí mismo. Quería lamer cada pulgada de su cuerpo, cada curva que había aparecido mientras Louis no lo había estado mirando. Quería hundir su pene en el calor del pequeño trasero de Harry y esperaba que Harry hiciera lo mismo con él.

Gimió otra vez, pasándose la palma de su mano por la punta de su pene, el pre-semen haciendo que su mano se deslizara con mayor facilidad. Bajó su cabeza, mirando hacia su lado, imaginando la boca de Harry ahí y, luego, en su trasero.

Louis estaba tan perdido en su invasor orgasmo, tan ansioso por ello, que nunca oyó a Harry bajando por el pasillo. Tampoco se dio cuenta que la puerta no estaba cerrada correctamente, en primer lugar.

En lugar de ello, Harry pareció sólo materializarse justo en la puerta, agarrando el marco de la puerta como necesitando aferrarse a algo, observando como si estuviera a un segundo de caer, de todas maneras. Louis lo vio y se quedó inmóvil, su mano a mitad de un movimiento.

Ni siquiera se veía tan sorprendido. Tal vez, hubiese ayudado si lo hiciera. Tal vez, entonces Louis se sentiría avergonzado, sacaría la mano de su pene, tiraría de sus pantalones y trataría de trabajar a través de la incomodidad. Pero ambos labios de Harry se separaron; sus ojos oscuros y tentativos. Su mirada pasó de la cara de Louis, al pene de Louis y luego de vuelta a su cara, como un círculo vicioso, como si no pudiera averiguar qué es lo que más quería ver.

Louis lo miraba con ojos nublados y vio el momento en el que Harry se lamió los labios y dio un pequeño paso más cerca, presionándose a sí mismo en la pared siguiente a la de Louis, como si quiera ser la misma pared. Ser una mosca, o lo que sea. Ser invisible, así sólo podría observar. Harry quería ver esto. Y, mierda, como si Louis no quisiera montar un espectáculo para él.

Louis movió su mano lentamente, tentativamente, y la mirada de Harry inmediatamente se movió, una vez más, a lo que estaba haciendo. Como si algo se hubiese apoderado de él, Louis se centró en la cara de Harry, luchando contra su orgasmo ahora, para prolongar este momento. Podría correrse sólo ante la vista de Harry, mordiéndose los labios rosados o palmeando tentativamente la erección creciendo en sus propios pantalones.

El aliento de Louis empezó a ser entrecortado e inestable. Estaba tan, tan cerca, mucho más cerca ahora con Harry mirándolo.

"Louis," Harry dijo con voz ronca. "Quiero-"

La frente de Louis se arrugó con una confusión leve, sin enfocarse. ¿Quería qué? "¿Qué?" Su voz ni siquiera sonaba como suya.

Harry dio un paso hacia adelante y luego otro y cuando estaba justo en frente de Louis, antes de que Louis pudiera hablar, Harry se puso de rodillas. Sus labios se separaron, sus redondos ojos verdes mirando hacia arriba.

Darse cuenta de lo que quería, golpeó a Louis como un asteroide contra la tierra. Tuvo que apretar los ojos frente a los de Harry, esperando debajo de él. Llevó una mano al cabello de Harry, sujetándolo con fuerza y Harry gimió, este sonido entrecortado, necesitado, que empujó más a Louis justo al borde. Harry apoyó ambas manos en la pared a ambos lados de la cadera de Louis y se preparó.

"Mierda," Louis siseó, justo cuando el primer y Harry estaba justo ahí, su lengua afuera para recibirlo. Gimió cuando esto golpeó su boca. Louis apoyó la punta de su pene en su boca, y Harry cerró sus labios suaves alrededor de ella, hundiéndose y chupando. Pasó la lengua por la longitud del pene de Louis y sobre la punta, mirándolo en todo momento con ojos brillantes, reverentes.

Cuando terminó, Harry se sentó sobre sus piernas, separándolas lo suficiente para revelar la mancha oscura en la parte delantera de sus pantalones, y tragó visiblemente. Si pudiera, Louis podría haberse corrido de nuevo sólo viéndolo.

Por un momento, Harry miró a Louis como si estuviera buscando más instrucciones. Cualquier cosa que Louis quisiera, Harry se lo habría dado. Luego, parpadeó y se humedeció los labios, sus ojos aclarándose y se puso de pie, sacándose el pelo de la frente.

"Tengo que irme," dijo, lentamente. "Iré sólo- Te veré más tarde."

Quizá, Louis asintió con la cabeza. Quizá, no lo hizo. Pero no podía hablar. Observó a Harry salir de la habitación, cerrando la puerta adecuadamente. Louis escuchó la puerta del dormitorio de Harry cerrarse y abrirse unos momentos más tarde, imaginaba que se habría cambiado los pantalones. Entonces, segundos más tarde, oyó que la puerta principal se cerraba también, y Harry se había ido.

❄❄❄


Agosto, 2013.

Louis se deslizó en la habitación, entró, dejó sus llaves en silencio sobre la mesa y se quitó los zapatos. Si hubiese estado sobrio, habría recordado lavarse los dientes e, incluso, hubiese tomado una ducha porque Harry odiaba ese olor persistente de alcohol y sudor de algún club cuando el mismo Harry no estaba borracho.

Pero, Louis no estaba sobrio. Y quería sentir la piel de Harry en la suya. Quería asegurarse que todavía estaba ahí. Últimamente, Louis seguía temiendo que ya no lo estuviese.

Se metió en la cama, todavía vestido. Quería sólo tocarlo, sólo por un segundo. Deslizó su brazo alrededor de la cintura de Harry y apoyó la cabeza en su hombro y respiró.

"Hueles a perfume de mujer."

Louis parpadeó, sus pestañas lo suficientemente cerca de la piel de Harry que, probablemente, le hicieron cosquillas. Se aclaró la garganta. "Probablemente, de una fan. O podría ser de El, no lo sé," dijo, incluso borracho, sabía que no debería haberlo hecho.

Harry se movió de su abrazo y se inclinó hacia la lámpara. La encendió. "No entiendo por qué hueles a ella."

Louis se sentó en la cama, rodando los ojos. "Ella estaba ahí, Harry. Estuvimos bailando por un momento. Y habían algunos fans que quería fotos de nosotros."

"Pero, ¿por qué ella estaba ahí? Se suponía que eras tú y los chicos."

"¿No lo sé? Ella quería ir. Casi todo le mundo terminó ahí, excepto tú."

Harry lo estudió por un momento. "Me alegro que te hayas divertido. Por favor, ve a tomar una ducha. No puedo dormir cuando hueles así," dijo, con voz apagada.

Louis resopló. "¿No podrías dejar de ser ridículo ahora? Literalmente, hicimos esto anoche. Y creo que dos noches antes de esta. Parece que cada maldito día estamos hablando de lo mismo. ¿No estás que hablemos de esta maldita cosa, siempre?"

"Toma una ducha y dejaré de hablar de ello," Harry dijo.

Si estuviera sobrio, lo habría hecho. Pero se encogió de hombros. "No tengo ganas."

"No seas un idiota, Louis. Sólo tienes que tomar una ducha."

Louis salió, arrastrándose a los pies de la cama. "Dormiré en el sofá."

"No quiero que duermas en el maldito sofá," Harry dijo.

Louis ya estaba de pie, frotándose la frente. Había bebido demasiado, más de lo que debería y su cabeza daba vueltas. No estaba seguro si Harry tenía razón y Louis estaba demasiado mal como para saberlo. Pero, estaba bastante seguro que Harry no tenía razón.

"Tienes que dejar de hablar en código. Tienes que dejar de decir cosas que, simplemente, esperas que yo entienda. Últimamente, no entiendo nada de lo que dices."

Harry respiró una risa amarga, moviendo la cabeza. "Al menos, estás siendo honesto."

"Sólo dime qué está mal, Harry."

Harry se lamió los labios. Negó con la cabeza y luego apoyó la cabeza en la palma de su mano. "Sólo- realmente no puedo hacerlo más. Como, fingir. No lo sé. Parecía- parecía una buena idea, al principio. Cuando lo propusieron. Sin embargo, ha sido demasiado. Casi nunca estamos juntos."

"Estamos juntos todo el tiempo. Estamos juntos en este momento. Y estás perdiendo el tiempo en estar molesto conmigo, acerca de cosas que no puedo cambiar."

Harry se le quedó mirando durante tanto tiempo que Louis se estremeció. Harry tragó saliva y pasó su mirada hacia sus manos. "Me pediste que me explicara, así que, lo hice," dijo.

"Será más fácil," Louis dijo. "Eso es lo que dijeron. Sólo toma tiempo."

Harry negó con la cabeza. "No se está haciendo más fácil, sin embargo. Cada vez es más difícil," dijo. "Tal vez, tú no puedas cambiarlo. Pero yo puedo. Hablé con mi madre sobre mí, saliendo del clóset. Tal vez, el próximo año."

Louis estaba demasiado borracho para esto. "¿Qué significa eso para nosotros, entonces?"

"Si salgo, creo que la gente hará suposiciones... tal vez, eso es lo que necesitamos. Una oportunidad para ser nosotros mismo."

"No."

La boca de Harry se cerró. Le temblaban los labios. Exhaló un suspiro. "Louis..."

"Tú mismo dijiste que no estabas listo. Harry, literalmente, estuviste de acuerdo con esto. Ninguno de los dos estábamos listos. Para las entrevistas, las preguntas. No nos dejarán, de todas maneras," dijo. "No me hagas esto, vamos."

"No te lo estoy haciendo," Harry dijo, su voz acuosa. Se sentó en el centro de la cama. Louis flotaba a un lado de la puerta, no podía acercarse más. No podía decir si Harry, incluso, quería que lo hiciera.

"El hecho de que, de repente, estés listo para algo, no significa que yo lo estoy," Louis dijo. "No somos la misma persona. Estuvimos de acuerdo con esto. Ambos. Ni siquiera sabes lo que estás diciendo. Acordamos-"

"Sé eso," Harry dijo. Sólo frases a la mitad. "Sólo... cambié de idea ahora. No quiero seguir haciendo esto. Así no. Tiene que haber otra manera."

"No hay otra manera. Firmamos contratos."

"Realmente, no puedo más," Harry dijo, hipando. "Siento que estoy perdiendo la cabeza, Lou. No puedo..."

"Entonces, no lo hagas," Louis dijo. Exhaló. "Mierda, no lo haremos más."

Los labios de Harry se abrieron, sus ojos redondos. Louis estaba luchando para mantenerse al día con él mismo, no del todo seguro de que había dicho eso. "¿Uh?" Harry preguntó.

Louis caminó hacia la puerta, caminó de regreso, con el pecho agitado. Mierda, no sabía lo que estaba diciendo. Deseaba no saber. Deseó que esas tres palabras no fueran ciertas, venían de alguna parte oscura de su alma, no de las partes verdaderas, no de las reales.

Pero no lo era. Él las quería decir.

"Estoy harto, H," dijo, hundiéndose en la silla. Su primer pensamiento debió haber sido huir. Decir la verdad y correr. Pero no podía hacer que su cuerpo se moviera en este momento. "Simplemente, es demasiado. Simplemente, creo que debería seguir su curso."

Sus ojos ardían con cada palabra y dejó caer su rostro entre sus manos.

"Espera. ¿Qué debería seguir-?" Harry tuvo problemas para respirar, un poco. Louis casi fue a buscar su maldito inhalador. "Louis. Sólo- sólo espera un momento, ¿bien?" Salió de la cama y cayó de rodillas delante de él, con sus manos sobre las rodillas de Louis. "Por favor..." Su voz se quebró y lo mismo pasó con el corazón de Louis. "Lo siento, ¿bien?"

Harry lo agarró por el cuello de la camisa, con fuerza. "Lo siento," dijo, sus ojos llorosos. Louis no creía que ni siquiera supiera por lo que se estaba disculpando. "Es una estupidez y lo siento."

"No es una estupidez. No lo es. Hemos estado peleando casi todos los días. Eso no es estúpido. Esa es una relación que se está destruyendo," Louis dijo, incapaz de hacer contacto visual.

"Eso es porque no me has estado escuchando. No has estado- no es importante, Lou. Lo digo en serio. No importa."

"Sí, lo hace. Lo hace. Y estarás molesto mañana acerca de esto. Es importante para ti," Louis dijo. "Haz, déjame ir. Vamos," Louis comenzó a ponerse de pie. Harry se paró con él, sosteniéndolo con más fuerza.

"Por favor, Louis. Lo siento. Por favor, por favor. Sólo vamos a dormir. Vamos a dormir, bebé. Hablaremos en la mañana," Harry tiró de su cuello, acercándolo. "Por favor."

"Harry, déjame ir," Louis repitió, su voz más áspera, con urgencia y las lágrimas amenazándolo. Sacó las manos de Harry de su camisa. "Esto es loco. No podemos seguir haciendo esto. No queremos esto."

" no quieres," Harry se atragantó con sus palabras. Lágrimas cayeron y las sacó con la manga de su camiseta. "Tú no quieres esto. Yo todavía lo quiero."

Louis negó con la cabeza, dispuesto a protestar. Pero, no podía hacerlo. Porque era cierto, tal vez. Louis no podía hablar por Harry pero sabía que él no podía seguir con esto.

Harry se dejó caer en la cama, exhalando una gran bocanada de aire, demasiado conmocionado para llorar de verdad. "¿No me quieres más?" Preguntó, sus ojos fijos en Louis. [Want]

"No quiero esto," Louis hizo un gesto entre ellos. Probablemente, siempre querría a Harry. Incluso ahora, todavía lo quería. "Somos nosotros, estando juntos, ese es el problema. Nos estamos envenenando el uno al otro o algo así. Ni siquiera puedo hacer que te quedes por más de dos minutos. Sólo no- no puedo. Lo siento. Lo siento."

Harry se mordía el labio inferior, sus ojos anchos y asustados. Parecía tener dieciséis años, mirando a Louis en busca de orientación, por algo. Y, quizá, por primera vez, Louis no tenía nada que darle.

Dio un paso atrás, agarró sus llaves y sus cigarros.

"Louis, por favor, no hagas esto," Harry dijo, su voz pequeña. Ni siquiera lo estaba mirando, como si no pudiera soportar ver a Louis caminar lejos.

"Lo siento. Te amo y lo siento," Louis dijo. Y salió por la puerta, pretendiendo no escuchar el sollozo que se le escapó a Harry, y se fue.

❄❄❄


Enero, 2016.

Se duchó y se visitó mucho antes de que Harry regresara. Llamó a su madre, sólo para darse cuenta que era media noche en casa, y colgó rápidamente. Le envió un mensaje y le prometió llamar más tarde.

Mientras estaba acostado ahí, considerando sus opciones, -entre hacerle frente a Harry o enterrarse bajo la nieve afuera- había decidido llamar a Niall, sabiendo que no se iría a dormir durante, al menos, unas horas más.

Niall siempre había sido un poco más sobreprotector con Harry. Y por ello, Louis había estado agradecido. Mirando hacia atrás ahora, era un poco arrogante por parte de él, pero el hecho fue que nunca había confiado en cualquiera de los otros amigos de Harry para cuidar de él en su ausencia. El único lo suficientemente bueno era Niall.

Liam se había mantenido neutral en su ruptura, determinado a ser el pegamento que los mantuviera unidos y, Zayn los amaba a todos, pero, naturalmente, se mantuvo más cerca de Louis. Parecía lógico, entonces, que hubiese sido así.

Sólo sabía que si alguien tenía idea de dónde estaba la cabeza de Harry, ese sería Niall. Y él le debía algún tipo de orientación a Louis por llevarlo a este lío, ¿no se lo debía?

Niall bostezó en el teléfono cuando contestó. "Hey, compañero," dijo, aturdido. Louis ni siquiera sentía pena por él por desvelarlo. "¿Cómo te va?"

"Bien. Realmente bien. Es una maravilla aquí," Louis dijo, pasándose una mano por el cabello húmedo. "Me, uh- me alegra haber venido."

"¡Es bueno escuchar eso!" Niall sonaba genuinamente contento. "¿Cómo está Harry?"

Louis tomó un hilo suelto del edredón, trazando con sus ojos el patrón de cachemira. "Está bien. Tiene un gato, ¿lo sabes?" Louis dijo, porque encontró un poco de pelo de Neon en su edredón. "Y pesa y todo eso. Lo está haciendo muy bien por aquí. Desearía que lo hubieses visto."

"Sí, definitivamente. En otra ocasión. Todos iremos. Debe ser agradable escribir algunas canciones en las montañas, ¿no? Como hipsters..." Niall rió.

"Ese es el sueño, ¿no lo es? Un montón de inspiración, encontrada en las montañas."

"Haz y tú deberían intentarlo," Niall sugirió. "Ahí tienes una idea."

Por ninguna razón en lo absoluto, el corazón de Louis se agitó en su pecho. "Sí," dijo, en voz baja y luego, otra vez, un poco más fuerte. "Sí."

Niall no respondió por lo que pareció mucho tiempo. Como si sólo estuviera ahora ahí, pendiente del cambio en la voz de Louis y preguntándose por el hecho de que Louis llamó, en primer lugar. "Entonces, ¿qué pasa, Lou?" preguntó.

Louis se frotó los párpados. Suspiró. "No lo sé, compañero. Sólo-" Tomó una respiración profunda. No tenía ningún sentido darle la vuelta a esto. Harry podría volver en cualquier momento. Y Louis necesitaba respuestas antes de que pasara. "Creo que todavía estoy enamorado de él."

"Sí. Creo que lo estás," Niall dijo de inmediato.

Louis parpadeó, abriendo los ojos y miró rápidamente hacia el techo. Desde luego, no era la respuesta que estaba esperando. "No lo sabía. No sabía- No es que alguna vez tratara de detenerlo. Amarlo, quiero decir. Pero sólo asumí... que pasó. No esperaba venir aquí y sentir todas estas cosas. "

"¿No lo esperabas?" Niall cuestionó. "Sé honesto, Lou. ¿No esperabas sentir nada?"

Louis se sentó y llevó sus rodillas hacia su pecho. "Sólo estaba siguiéndote a ti," dijo. "Quería- quería demostrar que estaba equivocado. Que no tenía miedo de estar aquí. Eso era todo. No vine aquí para... sentir... esto."

"Bien, claro. Esa podría ser una de las razones. Pero, tal vez, querías arreglar las cosas también. ¿Porque sentías que habían cosas sin resolver?" Niall preguntó. Pero parecía que no necesitaba una respuesta. Louis quería saber cuándo Niall se convirtió en un maldito gurú del amor. O lo que fuera que estuviera haciendo. Leyendo sus pensamientos de nuevo sin que Louis tuviese que abrir la boca.

Louis se encogió de hombros como si Niall pudiese verlo. Agarró su mechón de pelo, tratando de arrancárselo. "¿Crees que- no lo sé- crees que, tal vez, él esté enamorado de mí aún?"

"Debes preguntarle," Niall respondió.

Louis se quejó, golpeando su cabeza contra su rodilla. "Podría, sí, pero-" contuvo el aliento. "No quiero hacerle daño, Niall. Sé que, tal vez, no crees eso."

Niall hizo un sonido, como si estuviese ofendido. "Eso no es verdad. Vamos, sabes que eso no es verdad. No creo que le harías daño a nadie deliberadamente." La ferocidad en su voz tomó a Louis por sorpresa; sobre todo, porque el chico acaba de despertar, ¿no lo había hecho? "Creo que... ambos han cometido un montón de errores. Pero, creo que todavía tienen la oportunidad ahora de hacerlo bien. Cualquier cosa que eso signifique para ti. Sólo, ya sabes, habla con él. Tal vez, dile cómo te sientes. Si quieres."

¿Quería hacerlo? Ni siquiera podía imaginar lo que pasaría después. ¿Tratarían de salir de nuevo? ¿Se iba a reír en su cara?

"No hay manera de saber lo que pasará, hasta que lo intentes," Niall dijo, respondiendo una pregunta que Louis ni siquiera había dicho en voz alta. Un real gurú del amor y psíquico.

Louis apoyó la frente contra su rodilla. "Gracias, Niall. Por tu ayuda. Y por traer mi trasero hasta aquí, supongo."

"Wow. Nunca pensé que escucharía eso," Niall rió.

Louis rodó los ojos. "Sí. Bueno, no lo diré de nuevo si Harry termina por echarme a patadas de su casa o algo así."

"Puedo casi garantizar, que no hará eso," Niall dijo. "Conoces a Harry. Han pasado años, sí. Pero, todavía lo conoces."

Louis asintió. "Gracias, Niall."

Podía oír la sonrisa en la voz de Niall cuando respondió. "De nada, Lou."

Louis dejó caer su teléfono en la cama después de colgar, tendido sobre el colchón como una estrella de mar. Se encogió cuando oyó que la puerta delantera se cerraba. Se imaginó a Harry sacándose las botas, acariciando a Neon que esperaría por él cerca de la puerta.

Louis se quedó ahí, escuchando a Harry moverse alrededor de la cocina, la música de su lista de reproducción flotando por el pasillo. Escuchó el ruido metálico de las ollas y sartenes, y hubo un millón de momento donde intentó levantarse y ofrecerle ayuda a Harry,

No estaba siendo un cobarde. No a propósito. Legítimamente, él no podía moverse.

Una hora más tarde, un golpe en la puerta lo hizo volar a una posición vertical. Se aclaró la garganta. "¿Sí?"

Harry no abrió la puerta. Teniendo en cuenta lo que ocurrió antes, Louis no podía culparlo. "La cena está lista."

"Estaré ahí en un momento," Louis dijo, saliendo inmediatamente de la cama. Miró su rostro en el espejo de nuevo. Estaba algo rosado, con ojos inquietos. Se pasó los dedos por el cabello un par de veces. Tomó una respiración profunda. Bien, quizá, una más. Demonios, una tercera vez por si acaso.

Dejó la habitación, encontró el pasillo abandonado y se dirigió a la cocina. Harry estaba en la sala de estar, añadiendo madera en la chimenea. Vio a Louis y sonrió. No una sonrisa completa, Louis se dio cuenta. En guardia y tenso. "Puedes tomar asiento. Estaré ahí en un segundo," dijo con facilidad, avivando el fuego.

"Correcto," Louis dijo. Se limpió sus manos sudorosas en el pantalón, entró en la cocina y se sentó en la silla.

La trucha estaba en un plato blando en el centro de la mesa, con rodajas de limón y ramitas de romero de adorno. En un tazón, a un lado, había un montón de puré de papas. Y en el siguiente, verduras.

Harry había arreglado el plato de Louis y el suyo. Todo estaba en la mesa en caso de que quisieran más.

Harry dio un paso dentro de la cocina. "Compré vino," dijo, con un entusiasmo maníaco, dependiendo de como se mirara. "Compré un montón de cosas, en realidad. Por si acaso, ya sabes, si se pone a nevar mucho."

Deliberadamente, no estaba haciendo contacto visual con Louis mientras llenó su copa con vino. Tomó asiento y llenó la suya. Hasta el borde.

"Todo esto se ve genial," Louis le dijo. "Gracias."

Harry sonrió, sus ojos revoloteando hacia los suyos brevemente. "Me alegro que pienses así," levantó la servilleta de la mesa y la puso en su regazo. Y, luego levantó el cuchillo y el tenedor.

Louis cortó su pescado y le dio un mordisco. "Sabe bien, también," dijo, después de un segundo.

"Eso es obra de Jenny. Es la mezcla que ella hace," dijo.

"Envíale mis felicidades a Jen," Louis levantó la copa de vino con ello. Quienquiera que fuese, exactamente. Tomó un sorbo y luego preguntó: "¿Todo bien por la ciudad?"

"Sí. Mucha gente preparándose para la tormenta."

"¿Todavía no eres reconocido?" Louis levantó las cejas mientras colocó un poco de puré en su boca. Se resistió a batir las pestañas y gemir. Harry hizo un excelente puré.

"No. Te lo dije, soy cauteloso," Harry dijo.

"Todavía no estoy seguro de creer eso."

Harry tomó un gran sorbo de vino. "No siempre tienes razón," dijo, y tomó otro sorbo. Louis lo vio drenar la mitad de la copa y luego, rellenarla. No pudo resistirse a sonreír. Harry amaba una rica copa de vino tinto cada vez que caía en sus manos. El gato, la jardinería y tejer, Harry tenía todos los gustos de una mujer de mediana edad.

Harry encontró su mirada sobre el borde de la copa y levantó las cejas.

"¿Te vas a beber toda la botella?" Louis preguntó.

"Tal vez. Por eso compré dos," Harry dijo, sonriendo serenamente. Su mirada se arrastró sobre los labios de Harry. Había una gota de vino en medio de ellos. En ese momento, Harry arrastró su lengua sobre la gota. Louis volvió a concentrarse en su comida. Seguro para todos.

Harry alimentó a Neon con un poco de trucha y la acarició por un momento. Se sirvió otro poco de vino antes de que Louis comenzara a darse cuenta.

"¿Estás tratando de emborracharte?"

Los ojos dóciles de Harry flotaban hacia él. "¿Por qué querría hacer eso?"

"¿Para evitar hablar conmigo?" Louis sugirió. "Sólo una suposición."

"He estado hablando contigo." Harry respondió.

"Acerca de lo que ocurrió antes, H," Louis dijo, empujando puré a lo largo de su plato.

Harry bebió el resto de su vino, tragando cuatro veces consecutivas antes de que se hubiese acabado todo. Volvió a colocar la copa sobre la mesa con un ruido sordo.

"Bien. Hablemos," dijo.

Louis lo miró, vagamente impresionado. Y, ¿encendido, tal vez? Pero eso no era nuevo. Puso su tenedor y cuchillo abajo.

"Está bien." Asintió. Tomó aliento. "Me siento mal... por lo que hice."

"Quieres decir, ¿haberte hecho una paja?" Harry cuestionó. "No hay nada malo con eso."

Las cejas de Louis se fruncieron. Lo miró como si estuviera loco. "Bueno, tal vez no, ya que estoy de invitado aquí y todo."

Harry soltó una risa tranquila. "No hay ninguna regla que diga que mis invitados no puedan hacerse una paja."

"¿Hay alguna regla contra los invitados correrse en tu boca?"

Harry bajó la mirada. Su rostro estaba, repentinamente, rosáceo bajo la tenue iluminación. Y eso no era lo que Louis quería en lo absoluto. No quería avergonzarlo. No es que hubiese algo vergonzoso en chupar su pene como un campeón.

Harry se lamió los labios. "En vista de que nunca ha sucedido antes, tendría que decir que no," dijo. "Y no es como que me hubieses obligado. Yo mismo me puse de rodillas."

Louis resistió el impulso de gemir en voz alta. Se había olvidado- de alguna manera había olvidado lo mucho que Harry amaba chupar su pene. Cómo, a veces, eso era todo lo que quería. Cómo, una vez, cuando todavía estaban en la compañía de algunos miembros de la banda, Harry se había presionado lo más cerca de Louis como le fue posible y le había susurrado directo en su oído. "No puedo volver hasta que volvamos a la habitación, para poder chuparte."

Louis clavó sus uñas en las palmas de sus manos, para dispersar los recuerdos. "Haz. Harry, escucha. Sólo— Sólo quiero disculparme, de todas maneras. No había ninguna intención de que eso ocurriera. Así que... lo siento, ¿bien?"

Harry estuvo en silencio durante tanto tiempo, que Louis empezó repasar lo que había dicho. Tal vez, sus palabras habían sido absorbidas por algún vacío invisible y nunca llegaron al otro lado de la mesa. Harry estaba sirviéndose más vino. Realmente, debería reducir la velocidad. A este ritmo, empezaría a decir cosas que no quería decir.

Cuando volvió a colocar la botella en la mesa, dijo, tan fuerte como pudo. "Yo no."

"¿Perdón?" Louis se inclinó. Había oído muy bien. Pero era dramático y estaba en negación.

"No siento nada de lo que sucedió," Harry aclaró, encogiéndose de hombros. "Quería que sucediera. Y lo haría de nuevo."

Jesús. Louis se inclinó hacia atrás en su asiento, sus labios abiertos. ¿Cómo mierda se suponía que tenía que responder a eso?

Sin duda, este era el alcohol hablando. Seguramente...

Pero no. Lo sabía mejor. Sabía que el alcohol sólo hacía que la gente dijera cosas que habían estado deseando decir. Lo llamaban valor líquido, por alguna razón. Y, en este momento, al parecer, Harry tenía el valor de un león.

"Estás borracho, amor," Louis empezó a decir.

"No estoy borracho," Harry lo interrumpió. Louis también lo sabía. Había visto a Harry borracho un montón de veces, y esto no lo era. Pero Louis estaba asustado y no estaba listo para esto, no estaba listo para hacer una confesión, para hablar. Harry suspiró, "amo cuando dices eso. Cuando me llamas 'amor'. Esa era mi cosa favorita. Tenía... tantas cosas que eran mis favoritas."

El corazón de Louis dio un vuelco. Como si fuera a saltar de su garganta. Y las palabras venían persistiendo en su lengua con ello. Te amo. Sigo enamorado de ti. "Estás entonado¹, entonces."

[¹Tipsy: mareado. Achispado. En Chile, entonado. Esa línea en donde se está a punto de estar borracho, pero no lo estás del todo, sigues consciente.]

"Sólo estoy diciendo la verdad, Lou. Y hay más."

Ellos estaban haciendo esto, entonces. Esto ocurriría si a Louis le gustaba o no. Extrañamente, eran ambas. Se sentía como un conejo acorralado y como un pájaro recién comenzando a abrir sus alas. E iba a ser sacrificado por todas las cosas que dijera ahí.

O iba a elevarse. [Soar]

"Bien," dijo. "Estoy escuchando."

Y, entonces, las luces se apagaron.

"Mierda," Harry gimió. Las patas de la silla sonaron y Louis podía distinguir débilmente la forma de Harry en la oscuridad, arrastrando los pies hasta el fregadero, comenzando abrir armarios. "Perfecto maldito tiempo," Harry se quejó para sí mismo.

En circunstancias diferentes, Louis se habría reído.

Se puso de pie y fue hasta la ventana. Pero no podía ver nada. Era como conducir en un camino abandonado y sin luces. La luz de la luna se difuminaba a través de las gruesas y pasadas nubes arriba.

El viento aullaba como un alma en pena, arrojando copos de nieve contra la ventana y haciendo crujir la casa. Las campanas de viento de Harry sonaban violentamente. El columpio de madera se movía hacia adelante y atrás, un ruido sordo contra el costado de la casa.

Suspendido en esa cúpula tensión con Harry, Louis se había perdido la tormenta creciendo violentamente. Y ahora era difícil de ignorar.

Louis oyó el silbido de una llama y se giró a ver a Harry iluminado por una de esas velas altas que se usan para orar, con representaciones de Jesús pintadas en el cristal.

"¿Esto suele ocurrir?" Louis preguntó.

Harry encendió otra vela, tres en total, alineadas una junto a la otra. "No. esta tormenta es peor de lo que pensaba," murmuró, escarbando en el armario debajo del mostrador. Sacó más velas de las mismas. "¿Podrías colocar algunas velas en las habitaciones? ¿La tuya y en el baño?"

Louis dio un paso hacia adelante. "Por supuesto. ¿Neon estará bien? ¿En la oscuridad?" Preguntó.

"Ella está mejor que nosotros, probablemente," Harry dijo. Deslizó un encendedor para Louis encima de una caja de cigarros. "Mantén el encendedor cuando hayas terminado. Dijiste que querías uno."

Louis asintió. "Gracias."

Harry no respondió. Exhaló una respiración tranquila, levantó las velas y salió de la habitación. Louis le siguió. Oyó el más ligero siseo en la habitación de Harry mientras encendía velas en la habitación de huéspedes. Terminó antes que Harry y encendió otra vela en el baño también.

"Está bien, ¿no?" Louis le preguntó a Harry cuando salió de su habitación, sus pies sonando suavemente contra la alfombra. Apenas podía verlo.

"Debería estarlo," la voz de Harry flotó por el pasillo. Pasó a un lado de Louis, sus hombros cerca, envió un poco de estática en la piel de Louis. Por un segundo, Harry se detuvo. Ambos sólo parados ahí, respirando, esperando. ¿Qué cosa? Louis no tenía ni una maldita idea.

"H..." Louis murmuró. Ni siquiera sabía lo que quería decir.

Harry suspiró. "Debería guardar los alimentos," dijo, su voz inestable- "Antes de que Neon se meta en ellos," sin decir otra palabra, se dirigió a la cocina. Louis apretó la mano en un puño, y apoyó su cabeza contra la pared. Su pecho expandiéndose con una respiración profunda.

Siempre había acusado a Harry por ser el que huía. Pero, Louis lo hizo en primer lugar, ¿no lo hizo? E, incluso ahora, sentía como si estuviera huyendo.

Pero, también sentía como si se estuviese acercando demasiado. Sentía que se estaba entregando al calor del cuerpo de Harry, a sus brazos fuertes y a sus suaves labios. Nunca iba a dejar de desearlo. O amarlo. Nunca se detendrían, Harry y él. No quería que lo hicieran. Esa era la verdad. Más cierta que todo en este mundo, que la tormenta en el exterior y la oscuridad.

Se apartó de la pared y fue a la cocina.

Harry recuperó su copa de vino de la mesa y la botella abierta también. Se apoyó en el borde del mostrador, cruzando sus largas piernas.

No se dio cuenta que Louis se movía hacia él. Tal vez, porque su línea de visión estaba parcialmente bloqueada por la copa de vino en sus labios, o porque estaba demasiado oscuro. La última gota de vino cayó en su lengua, dejó la copa y no vio a Louis hasta que estuvo justo en frente de él.

Louis tomó la botella de vino y la deslizó hacia la encimera de mármol. No le importaba en dónde la había apoyado. Ambas manos estaban de vuelta en las caderas de Harry de inmediato, fijándolo ahí. No tenía tiempo que perder. Se había quedado sin él. Y estaban todas estas sensaciones arañándolo, suplicantes. Finalmente, las liberaría.

Lo besó, con tanta fuerza que, por un segundo, dolía. Y, entonces, el dolor le dio paso al placer. Comenzó cuando sus labios se encontraron, se agrupó momentáneamente en la boca de su estómago y, luego, rebotó hasta los dedos de sus pies.

Harry volvió a la vida como una flor abriendo sus pétalos hacia el sol. Cerró sus manos alrededor de la camisa de Louis y tiró de él tan cerca como sus cuerpos le permitían. Exhaló en su boca y prendió una cerrilla debajo de la piel de Louis, encendiendo cada pedacito de hueso y médula. Todos los nervios de su cuerpo se convirtieron el pólvora.

Agarrando el cuello de Louis, Harry lo empujó hacia el borde de la encimera contraria y lo acercó. Louis metió sus manos debajo de su camisa, tocando su amplia espalda, arrastrando sus uñas por la extensión de su cálida piel. Metió las manos más allá de su cintura, llenando sus manos del trasero de Harry y él respondió con un gemido.

Louis lo giró hacia el mostrador, donde colisionaron de tal manera, que los armario se sacudieron. Apartó su boca, chupando con avidez la piel de la garganta de Harry. Las manos de Harry fueron al trasero de Louis, acercándolo más, sus piernas abriéndose más para él.

Louis trabajó en los botones de la camisa a cuadros de Harry y tiró de ella hacia abajo por sus hombros, dejándola caer al suelo. Alcanzó el dobladillo de la camiseta de Harry que llevaba debajo y la levantó, quitándosela lentamente, como si estuvieran en un sueño.

El torso de Harry parecía que lo hubiesen tallado en mármol. Estaba sudando ya, teniendo un brillo en su piel a la luz de las velas encendidas. Sus bocas se encontraron de nuevo, sus dientes chocando, sus labios heridos. Harry tiró de la camisa de Louis, casi arrancándosela. Louis se alejó y la tiró hacia el suelo, regresando a la boca de Harry, deslizándose después hacia su cuello, pasando a su hombro, mordiéndolo.

"Louis," Harry murmuró. "Por favor."

Louis se echó hacia atrás y lo miró, jadeando mientras trataba de tomar aire. Esperó hasta que los ojos de Harry se abrieran y sus miradas se encontraron. Se preguntó si la necesidad estaba escrita sobre él, de la manera en la que los labios de Harry estaban húmedos y su piel enrojecida . Se apartó con una respiración para tranquilizarse.

"Trae el vino," dijo.

Iba a devorarlo. Lo tendría esta noche para el postre. Y, tal vez, más tarde para un bocadillo de media noche. Y por la mañana, también. La comida favorita de Louis era el desayuno. Y sería Harry también.

Si a Louis se le permitía tener a Harry, iba aprovechar hasta el fondo.

Harry tomó la botella de vino sin titubear y siguió a Louis a la sala de estar.

"Quiero que esperes en el sofá para mí," Louis dijo. "Buscaré condones y lubricante."

"En el lado izquierdo del gabinete, el cajón de abajo," Harry dijo.

Louis tuvo dificultades para caminar lejos de él. Lo vio comenzar a desabrocharse el pantalón, su boca se secó.

Dio un paso atrás sin dejar de mirar a Harry empujar sus pantalones y su bóxer hacia abajo en sus piernas largas y patearlos lejos. Los ojos de Louis parpadearon hacia su cuerpo desnudo, la cabeza húmeda de su pene comenzando a curvarse hacia el techo.

"Louis, por favor," sonaba ronco.

Louis soltó un suspiro, que hizo que todo su pecho perdiera el aire. "En el sofá." Repitió, antes de alejarse. Estaba tratando de parecer calmado acerca de todo esto. No porque estaba particularmente preocupado con parecer calmado, sin porque hace años, eso siempre tenía a Harry retorciéndose. Y quería que él se retorciera mucho.

Sin embargo, cuando estuvo fuera de la vista de Harry, hizo una carrera loca hacia su dormitorio. Encontró los condones y el lubricante justo donde Harry dijo que estarían y volvió rápidamente, deteniéndose antes de que saliera a la vista, aspirando una bocanada de aire para calmarse.

Harry estaba tumbado en el sofá como le había pedido, con un brazo sobre sus ojos. Y el otro brazo, a un lado, su mano apretada en un puño. Estaba mucho más duro cuando Louis lo había dejado, la cabeza púrpura de su pene soltando pre-semen entre los laureles sobre su estómago.

Louis arrojó los condones a la mesa de café y el sonido hizo que Harry sacara su brazo. Cuando sus miradas se encontraron, parecía estar listo para terminar. Louis no iba a permitir que eso ocurriera. Dejó el lubricante en la mesa y se acercó al sofá, hundiendo su rodilla en un cojín. Tomó la mandíbula de Harry y se inclinó, Harry no luchando contra ello en lo absoluto. Colocó la mano en la espalda baja de Louis y dejó que el beso sucediera, lo dejó hasta que Louis estaba lamiendo profundamente su boca.

Louis se plantó en el regazo de Harry. Incluso, el pequeño contacto, hizo a Harry gemir.

"¿Cuándo ocurrió esto?" Louis preguntó, deslizando su mano por el firme pecho de Harry. "Siempre has sido hermoso, lo sé. Pero estás malditamente... glorioso ahora. ¿Cómo pasó eso?"

Harry se detuvo, mordiéndose los labios para hablar, dejándolos rojos y manchados. "Dejaste de prestar atención." Dijo, un poco triste por un segundo.

"No es cierto," Louis tomó la botella de vino de la mesa de café junto a ellos, envolviendo su mano alrededor del cuello de la botella. "Es imposible apartar la vista de ti. Eres lo único que vale la pena mirar."

Se llevó la botella a la boca y tomó un gran trago. Los ojos de Harry se centraron en su garganta, sus labios entreabiertos, ojos nublados. Louis sacó la botella y se pasó el dorso de la mano por su boca. Luego, se inclinó hacia adelante cuidadosamente y soltó un fino chorro de líquido oscuro. Harry se sacudió un poco cuando el vino tocó su piel y comenzó a correr por el centro de su estómago. Louis se inclinó y bebió entre sus abdominales.

"Louis, mierda," Harry abrió la boca, empujando sus caderas hacia arriba. Louis presionó la palma de su mano contra el estómago de Harry, tratando de mantenerlo quieto mientras deslizaba su lengua en su cuerpo. Sabía dulce y salado, su piel tan caliente que casi se quema. Louis evitó cuidadosamente su pene, a pesar de que lo observó contraerse y sonrió.

"Por favor, por favor, por favor," Harry balbuceó. Louis empujó sus bocas para hacerlo callar.

"Ese es un maldito buen vino," Louis dijo. "Sabe mejor en ti."

Finalmente, se molió contra él, la fricción tan buen que hizo a Harry gemir y soltó una patada en acto reflejo. El sonido del cristal roto en el suelo de madera, hizo que la cabeza de Louis se levantara.

"Mierda," Harry jadeó. "Mierda. ¿Ese fue el vino?"

Louis lanzó una mirada por encima de su hombro. "Lo era. Qué lastima. Tienes que ser más cuidadoso, amor," dijo.

"Debería- Debería limpiar eso." Harry dijo, con poco entusiasmo.

Louis murmuró de acuerdo, pero se quedó donde estaba, deslizando sus dedos ligeramente pegajosos alrededor del muslo de Harry, llegando hasta su cintura.

"¿Manchó la alfombra?" Harry preguntó.

Louis inclinó la cabeza sobre el borde del sofá para ver. "Nope."

"Bien. Vamos, Louis," Harry dijo, cerrando sus piernas alrededor de la cintura de Louis.

Louis resopló una risa húmeda en su cuello, empujando sus caderas contra Harry de nuevo. Harry le respondió con un gemido débil, ajustando más fuerte sus piernas en la cintura de Louis. Louis sacudió sus penes juntos, el suyo todavía cubierto por el material fino de sus pantalones de chándal. Harry chupó el lóbulo de la oreja de Louis y jadeó. "Tan malditamente cerca."

Louis se inclinó entre ellos para empujar la cinturilla de sus pantalones de chándal hacia abajo. Harry lo captó de inmediato y lo ayudó con sus manos y pies, lo suficiente para exponer el pene de Louis. Louis se colocó entre sus piernas de nuevo, gimiendo con Harry cuando sus penes chocaron. Había pasado tanto maldito tiempo.

Harry dejó caer la cabeza sobre el cojín del sofá, con sus ojos cerrados, sus uñas enterradas en la parte baja de la espalda de Louis. Louis se echó hacia atrás cuando sintió el calor derramándose entre ellos, sólo viendo a Harry llegar al orgasmo, su pene contrayéndose contra su estómago. La más fenomenal vista del mundo. Apretó su propio pene, pulsando.

Los ojos de Harry se abrieron cuando Louis tomó la parte posterior de su rodilla y presionó un beso en el interior de su suave muslo. No podía dejar de mirarlo, sus ojos rebotando en todas las partes que podía. Detectó que el rubor floreciendo en las mejillas, tenía algo que ver con eso.

Pasó la nariz por la ingle de Harry cuando llegó ahí, respirando el olor de su semen. Pasó la lengua por la cabeza sensible de su pene, todavía terminando en su estómago. Harry tembló mientras Louis trabajaba, lamiendo y chupando su piel.

"Ven aquí, Louis. Por favor," Harry respiró cuando terminó, pasando los dedos por el flequillo de Louis. Louis se movió en su cuerpo inmediatamente y se dejó arrastrar por el beso que Harry estaba pidiendo. Dejó que Harry tomara su boca por un momento. Cuando llegó a su pene, Louis sacó sus caderas. "Déjame-" comenzó a quejarse.

"Todavía no," Louis dijo. "No he terminado contigo, todavía."

Los ojos de Harry se oscurecieron de nuevo.

"¿Confías en mí?" Louis preguntó. Es probable que no debería haberlo hecho. No era el momento y no pudo pretender que la manera en la que Harry vaciló, no le dolió. Cuando comenzó a responder, Louis lo interrumpió. "Tendrás que hacerlo."

Harry asintió, haciendo estallar el labio inferior bajo sus dientes, y murmuró. "Cualquier cosa que quieras."

"Quiero que te sientas bien. Eso es todo lo que quiero," Louis dijo. "Eso es."

"¿Y tú?" Harry cuestionó. "¿No crees que quiero que te sientas bien, también?"

Louis sonrió. "Habrá tiempo. Estaremos aquí toda la noche," le aseguró. "Date vuelta."

Harry volvió a vacilar. Siempre le gustaba ver la cara de Louis cuando follaban. Louis palmeó su muslo, ligeramente. "Vamos, bebé," dijo, arrastrando los pies más atrás. "Te gustará. Te lo prometo."

Harry se puso sobre sus codos y, luego, se dio la vuelta, su pequeño trasero quedó al aire. Era demasiado malo lo que pasó con el vino. A Louis le gustaría disfrutar de ello, bañando la espina dorsal de Harry o la curva de su trasero si pudiera. En cambio, le dio un beso en la parte baja de su espalda y sonrió cuando Harry se encogió.

"Te comeré ahora, ¿bien?" Louis le dijo, esparciendo besos por su espina dorsal.

Pensó que Harry asintió con la cabeza, pero es no era suficiente. Louis mordió la nalga izquierda de Harry. "¿Eso está bien?" Preguntó de nuevo.

"Sí. Por favor." Harry murmuró, su voz amortiguada por su cara pegada al cojín del sofá, en su mayoría, oculta.

Louis llevó las manos a cada lado del trasero de Harry y empujó sus nalgas. Empezó con su coxis y arrastró su lengua hacia abajo. Un temblor su puso en marcha en el cuerpo de Harry, como si estuviese sincronizado con el deslizamiento de la lengua de Louis. Pasó la lengua sobre la entrada de Harry, continuando todo su camino hasta que llegó a sus bolas y chupó.

Lo hizo de nuevo hasta que las caderas de Harry empezaron a hundirse en el sofá porque no podía mantenerse a sí mismo. Louis lo hizo por él, sus dedos asegurados en la cintura de Harry. Louis presionó su boca alrededor del agujero de Harry y empujó hacia adelante con su lengua. Harry gimió, enterrando su cara en el sofá para silenciar el sonido, apretando sus manos en un puño y se doblo como una estrella.

Louis dejó que la saliva se reuniera en su lengua y lamió hacia abajo. "Déjame escucharte," dijo, mientras empujaba su pulgar más allá del estrecho anillo de músculo. Harry no ahogó el sonido que hizo a continuación.

Louis hablaba mucho durante el seco. Tenía una boca obscena cada vez que se lo follaban.

Por el contrario, Harry casi no hablaba a menos que estuviera rogando o respondiendo a preguntas o diciendo el nombre de Louis. Pero era ruidoso de manera diferente. Gemía y graznaba y se quejaba y maullaba con tanta libertad, tan... obsceno. Louis lo había grabado una vez antes de salir de descanso en su gira, por lo que tenía una banda sonora para sus pajas de media noche.

Harry gimió para él ahora, fuerte y largo y empujó sus caderas hacia atrás.

"Eso es, bebé." Louis dijo. "Apuesto que te gustaría montar mi lengua."

"Mierda, sí. Me gustaría," Harry ahogó. Louis lo recompensó por ello, empujando su pulgar un poco más allá, un poco más allá de los nudillos. No era mucho, pero Harry aún estaba seco y aunque el lubricante estaba cerca, Louis no lo alcanzó. La ligera quemadura que Harry sintió mientras Louis extendía su dedo pulgar debió haber sido bueno, porque gimió más fuerte y empujó sus caderas hacia atrás, hacia Louis.

Louis sacó el pulgar y Harry gimió ante la pérdida, gemido que fue cortado cuando regresó con su lengua. Se empujó en él, tirando de sus caderas para hacer que Harry oscilara hacia atrás con él, de nuevo. Lo hizo. Incluso en su delirio, sabía lo que Louis quería.

Louis no sabía cuánto tiempo lo hizo, lamerlo. Sentía como si nunca pudiese cansarse de ello. Cuando pensaba en las pocas veces que habían hecho esto antes, no podía recordar parar nunca.

Harry era un desastre tembloroso, para el momento en el que Louis se detuvo, su mano estaba extendida hacia atrás y enredada en el pelo de Louis. Casi sonaba como si estuviera llorando o tal vez riendo o cantando- ¿qué sabía realmente este niño?

"Por favor..." Harry murmuró.

Louis se apartó, lamiéndose los labios. "¿Por favor, qué?"

Harry le devolvió la mirada, con la cabeza todavía presionada contra el sofá. Sus ojos estaban húmedos y sus párpados pesaban. "Fóllame," murmuró, excepto que sonaba como una pregunta. Lo cual, era absurdo. No tenía que pedírselo y no tenía que decírselo a Louis dos veces.

Louis destapó la botella de lubricante y humedeció sus dedos. Comenzó de nuevo con su pulgar, frotando el agujero de Harry y aplicando un poco de presión. Con su mano libre, buscó un condón.

Cambió a su dedo índice y empujó suavemente, inclinándose para besar alrededor de su cuello. "Muy linda entrada," murmuró. "Todo tan bonito," presionó un poco más profundo, mordiéndose el labio inferior, oídos agradecidos ante los sonidos que Harry hizo. Besó la suave redondez de su trasero. "Amo mirarte."

Harry inclinó la cabeza contra el sofá, manteniendo sus ojos en él lo mejor que pudo con el ángulo. "Otro," exhaló. "Puedo soportarlo."

Louis no tenía ni siquiera todo un dedos aún. Pero lo obligó, entrando con dos dedos la siguiente vez que presionó hacia adelante. Harry sacudió sus caderas hacia atrás con los dedos, murmurando palabras sin sentido en los cojines del sofá, mordiéndose el labio con fuerza suficiente como para sacarte sangre. Louis no se sorprendería si estuviera lanzando un hechizo.

Poco a poco, trabajó con otro dedo, junto con los otros dos, pero Harry era el que se estaba follando a sí mismo con ellos, perfectamente contenido para mantener su trasero empujándose contra la mano de Louis, haciendo un muy buen trabajo en estar listo.

Louis se sentó en trance e inmóvil, sus labios abiertos y su cabeza asintiendo cada vez que Harry se echaba hacia atrás y empujaba sus dedos contra su próstata.

De repente, Harry se quitó, girando sus caderas hacia abajo y lejos. Se giró hacia Louis, su cuerpo enrojecido y brillante por el sudor, su respiración agitada, su pene duro de nuevo y balanceándose ligeramente contra su abdomen. "Quiero que me folles ahora," dijo, bruscamente.

Louis se tomó un momento para recuperar el aliento, sentía como si hubiese estado corriendo un maratón a pesar de que Harry había estado haciendo todo el trabajo. "¿Así?" Preguntó.

Harry negó con la cabeza. "Déjame montarte."

El corazón de Louis dio un vuelto de nuevo. Estaba bastante cansado de que sus órganos internos jugaran a ser temerarios. "Sí," dijo, arrastrando los pies contra el sofá. "Venga."

"Cerca del fuego," Harry dijo, sus ojos oscuros y se concentró ahora, con fuerza renovada. Se arrastró fuera del sofá. Rápidamente, Louis le siguió.

Caminaron alrededor de los extremos opuestos de la mesa de café y se encontraron en la chimenea, sus labios inmediatamente juntos, chupando en las bocas calientes del otro, por largos minutos. Se hundieron en la alfombra como si estuvieran derritiéndose por el crepitante calor del fuego. Harry empujó a Louis sobre su espalda y se subió en la parte superior de él. Louis se colocó el condón que se le había caído al suelo.

"Tanto tiempo," Harry murmuró, su voz era un susurro. "He querido esto durante tanto tiempo."

Se negó a mirar a Louis una vez que lo dijo. Y Louis no lo obligó hacerlo. Observó a Harry acercarse, su corazón comenzando a latir un poco más rápido cuando su mano se deslizó a su alrededor. En unos dos segundos, estaría escondido en el calor perfecto de su trasero.

Apoyó las manos en las caderas de Harry. "Cuando estés listo."

"Estoy listo ahora," Harry respondió inmediatamente. Alineándose a sí mismo y dejándose caer, lo suficiente como para empujar la cabeza del pene de Louis más allá del borde. Se de tuvo por un momento, sus cejas arrugadas por la concentración, su boca abierta.

Se humedeció los labios y se balanceó un poco, su mano derecha agarrando el hombro de Louis. Se detuvo un poco y volvió a sentarse, liberando un suspiro celestial. Tenía los ojos cerrados. A Louis no le gustó en lo absoluto ahora.

Metió las manos en el cabello de Harry y tiró de él. Los ojos de Harry se abrieron de golpe, pero su mirada se mantuvo en el techo. Su gemido dirigiéndose hacia arriba. Louis lo quería dirigido hacia él.

"Mírame," Louis dijo.

Harry vaciló durante una fracción de segundo antes de parpadear y se encontró con los ojos de Louis.

Louis pensó que era sólo él -el único todavía estúpidamente enamorado. Y ese podría todavía ser el caso. Pero siempre había sido bueno leyendo a Harry. Como Harry había sido bueno leyéndolo a él. Se conocían demasiado bien para ocultar cualquier cosa en sus miradas.

Al mirar los ojos de Harry, pensó, por primera vez, que podría ser que Harry también. Harry todavía lo amaba, también.

"Bebé..." Louis comenzó. Ni siquiera sabía lo que estaba planeando decir.

¿Resolvamos esto? ¿Intentémoslo de nuevo? Te amo. Estoy enamorado de ti. Quiero intentarlo otra vez.

No lo sabía muy bien. Pero quería decir algo.

"No," Harry dijo, su voz pequeña. Sus ojos estaban húmedos de nuevo, pero Louis sospechaba que era por una razón diferente. Cuando no era por alegría o placer, las lágrimas de Harry siempre se manifestaban como un dolor físico en el pecho de Louis.

No quería que llorara. Pero quería respuestas. Las necesitaba. "¿Por qué no?"

Harry negó con la cabeza, su cabello cayendo sobre su rostro. Suspiró, empujándolo hacia atrás. "Siempre arruinamos las cosas, Louis. Siempre. No quiero arruinar esto."

La frustración de Louis salió. "¿Te refieres a mí? Yo siempre arruino las cosas."

"No, nosotros. Ambos. Por favor, Louis. No hagas esto," Harry murmuró. "Por favor."

Louis estaba tan tentado a seguir empujando, exigirle las palabras a Harry que se negó a decir. Pero, Harry le estaba suplicando en silencio, apretando los hombros de Louis. Se inclinó hacia adelante y empujó sus bocas y declaró su urgencia con su lengua. "Por favor," dijo de nuevo, cuando se separó.

Louis no dijo nada, no tenía nada que decir. Apretó la cadera de Harry, instándolo a moverse. Y Harry soltó un suspiro de alivio, cerrando los ojos de nuevo mientras se mecía hacia adelante.

Louis se echó hacia atrás contra la alfombra, el fuego crepitando a un lado de su cabeza. La luz bailaba sobre la reluciente piel de Harry. Harry presionó sus manos en la alfombra a cada lado de la cabeza de Louis y trabajó con sus caderas tan rítmicamente mientras las llamas ardían.

Poco a poco, se volvió furioso. El chasquido de las caderas de Harry se volvió un castigo, cada uno de los movimientos de Louis eran de la misma manera. Harry clavó las uñas en el pecho de Louis como si fuera a marcarlo. Louis hizo lo mismo en las caderas de Harry. Louis tiró de sus caderas hacia arriba, tratando de transmitir toda la frustración y la ansiedad y la confusión que sentía.

Tratando de decirle a Harry que lo amaba con un tipo de intensidad que rivalizaba con la tormenta exterior. Tratando de decirle que lo odiaba por todos los años que tuvo que pasar sin él. Incluso, cuando no fue la culpa de Harry.

Sus ojos ardían y estaba demasiado centrado en el chico encima de él para preocuparse cuando sintió sus lágrimas derramarse. Sintió el pulgar de Harry en su mejilla. Harry le dio un beso en su rostro húmedo y, luego, sus labios se encontraron con los de Louis, estables y cálidos, el sabor de su lengua teñida de sal por sus lágrimas o las lágrimas de Harry o ambos. Harry se apartó para mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás, con sus ojos fijos en Louis, brillantes y ardiendo de necesidad.

Louis no sabía qué sentir. Pero sentía que todo, todo lo bueno y lo malo y todo en lo que mintió- hinchó su pecho, amenazándolo con hacer un agujero a través de él.

"Mierda," gruñó, moviendo sus caderas de nuevo justo cuando Harry bajó. La cabeza de Harry estaba hacia atrás, con su boca abierta alrededor de un gemido, un lloriqueo.

"Eres tan hermoso. Eres tan malditamente hermoso," Louis balbuceó. Nunca balbuceaba. No se convirtió en el maestro de hablar sucio por balbucear. Aun así, no podía parar. "Mentí acerca de no apartar la vista. A veces, lo hago, sí. Tengo que hacerlo. Porque me siento débil, H. Lo hago. Te miro y, a veces, me siento débil."

"Louis..." Harry gimió. Su voz fue sin aliento cuando pronunció de nuevo. "Louis."

Estoy aquí. Louis quería decir. Estoy aquí. Y no quiero volver irme.

En cambio, lo instó a seguir. "Eso es, bebé. Termina ahora," dijo, arrastrando su mano por le pecho de Harry. "Amo mirarte cuando te corres. He soñado sobre ello."

Louis pulsó su pezón derecho. Se levantó para envolver su boca alrededor de él. Harry gimió, colocando su mano en el pelo de Louis. Su respiración era más que un escalofrío, la forma en la que salió antes de llegar. Louis se movió entre ellos y tomó su pene, capturando su pezón entre sus dientes. Harry se quedó quieto, mordiendo el hombro de Louis. Se derramó entre ellos y sobre los dedos de Louis.

Empujó a Louis hacia abajo en la alfombra y balanceaba sus caderas. Aplastó una palma sobre el pecho de Louis y tomó la mano de Louis cubierta de su semen. Los ojos de Louis se agitaron cuando Harry envolvió sus labios alrededor de sus dedos y chupó.

"Dios, Harry- Estoy-," Louis trató de hablar y luego sólo de respirar, pero lo único que consiguió fue un jadeo. "Bebé, estoy-"

¿Quién sabe qué había tratado de decir? Nunca tuvo la oportunidad de decirlo. Todo explotó, luego. Cerró los ojos, su cabeza inclinada hacia atrás, su boca abierta en torno a un débil gemido. Harry apoyó su cabeza a un lado de Louis, sus caderas dando vueltas y vueltas, trabajando a través de su orgasmo. Su aliento sobre la piel de Louis, su corazón latiendo rápidamente cuando sus pechos se presionaron entre sí.

"Mierda," Louis murmuró, agarrando las caderas de Harry, entregándose a los últimos vestigios de su orgasmo. Harry desaceleró a un cuerpo tembloroso, todavía.

Louis le dio un beso en la mejilla, sus ojos cerrándose. "Jesús," murmuró. "Eso fue-"

"Estoy de acuerdo," Harry dijo, su voz amortiguada. Su risa era un aire cálido sobre la febril piel de Louis. Con un suave gruñido, levantó sus caderas y se deslizó fuera de él, sobre su espalda. Ellos se quedaron en silencio, sus ojos somnolientos parpadeando al techo con las vigas de madera.

"Tengo sueño," Harry murmuró, girándose hacia él. Su pulgar rozó sobre la mejilla de Louis de nuevo, trazando las lágrimas, tal vez. Sus ojos se encontraron y las esquinas de sus ojos se arrugaron cuando sonrieron.

Louis arrastró sus pies más cerca, dejando caer su brazo alrededor de la cintura de Harry. Harry besó sus bíceps, sus clavículas y la base de su cuello. Estaba más allá de cansado. Louis podría decirlo por la manera en la que presionaba su boca.

Empezó a cepillar el cabello de los ojos de Harry. Besó su frente con firmeza y pasó la mano lentamente por la espalda de Harry. "Deberías dormir, amor."

Harry asintió, con los párpados caídos. Tenía sus dedos presionando en la mandíbula de Louis, golpeando ligeramente. Dijo algo, su voz suave, se iba apagando poco a poco.

"¿Qué?" Louis dijo, su sonrisa marcada por su cariño incontenible.

"Cuando la nieve se detenga," Harry murmuró. "Deberíamos hacer un muñeco de nieve."

Louis lo observó con curiosidad, sus ojos rebotando alrededor de la cara somnolienta de Harry. Por un instante, parecía de dieciséis años. Y sonaba de esa manera, también. "Deberíamos," Louis dijo, finalmente, con una sonrisa suave.

"O una mujer de nieve..." Harry añadió. "Llamada..."

"Susan Boyle," Louis sugirió.

Los ojos de Harry se abrieron un poco más amplio. Su hoyuelo apareció en su mejilla. Sopló una risa. "Sí. Sí, una mujer de nieve llamada Susan Boyle," murmuró. Sus ojos se cerraron una vez más. "Vamos hacerlo."

Louis besó su frente de nuevo, frotando su espalda de manera constante. "Bueno."

"Dulces, dulces sueños, Lou." Harry suspiró.

Louis apretó su nariz en el cabello de Harry, lo abrazó e inhaló profundamente. "Para ti también, amor."

Esperó hasta que oyó su respiración ralentizarse y su expresión serena. Lo dejó para conseguir un trapo húmedo y limpió su cuerpo.

Con una linterna escondida debajo de su barbilla, se ocupo de la botella de vino rota, con cuidado, buscando fragmentos de vidrio, recogiéndolos. Tendrían que revisar de nuevo por la mañana.

Puso la comida en recipientes de plásticos, esperando que fuera suficiente dejarla en la nevera para que el trabajo duro de Harry no se fuera a la basura. Llenó el plato de Neon con agua fresca. Apagó las velas en la cocina, excepto por una y agarró los cojines del sofá y volvió a la alfombra a un lado de Harry. Entonces, se instaló a su lado de nuevo, tirando de la colcha sobre sus cuerpos, acomodándose a sí mismo contra el cuerpo de Harry.

Se durmió mirándolo, casi con miedo de cerrar los ojos por temor a que Harry desapareciera cuando despertara.

Durante años, él mismo se había dicho que había hecho lo correcto dejando a Harry. Pero ahora, no podía averiguar por qué se había dado por vencido con este muchacho.

❄❄❄


Agosto, 2013.

Estaba despierto a las 6 a.m., observando la luz de la mañana hacerse más fuerte y poco a poco, penetrar las cortinas transparentes del hotel. Fue un milagro que hubiese conseguido dormir en lo absoluto. La cama de Zayn no era menos cómoda que la suya, excepto por el hecho de que Harry no estaba ahí.

El iPhone de Zayn empezó a sonar a las 8 a.m. Pero él no sé movió. Todos sabían que Zayn tendía a apretar el botó de repetir, al menos, tres veces antes de convencerse a sí mismo de salir de la cama.

Louis salió del asiento junto a la venta. Apagó la alarma y empujó el hombro de Zayn. "Hey."

"Cinco minutos más," Zayn murmuró.

Los ojos de Louis quemaban. Se los secó rápidamente, contuvo el aliento. "Por favor, dime que no terminé con Harry anoche," exhaló.

Zayn se quedó en silencio por un momento, tan largo que Louis pensó que se había quedado dormido de nuevo. Entonces, giró la cabeza sobre la almohada y sus ojos se encontraron. "Lo hiciste," dijo, su voz somnolienta. "Por lo menos, eso fue lo que me dijiste."

"Mierda," Louis dejó caer su frente en la palma de su mano.

"Puedes arreglarlo, sin embargo, hombre," Zayn dijo, empujándose a sí mismo en posición vertical. Se frotó los ojos. "Sólo tienes que hablar con él hoy. Después de desayunar. No lo pospongas."

Louis negó con la cabeza. "Se lo prometí, maldita sea."

"¿Le prometiste, qué?"

Louis no podía hablar. Le había prometido a Harry muchas cosas. Que nunca lo dejaría. Que iban a envejecer juntos. Ellos contra el mundo, siempre, sin importar qué. Y había roto su palabra.

El teléfono en la mesita de noche, sonó. Zayn contestó.

"Estaremos ahí," dijo, inmediatamente. Se detuvo. "Louis y yo. Todo está bien, sí. Correcto, nos vemos."

"No tengo ganas de desayunar, en este momento," Louis dijo. "En lo absoluto."

Zayn suspiró mientras arrastraba los pies de la cama. "¿Quieres hablar con Haz, no?"

"¿Está ahí?"

"Liam no me lo dijo. Pero sería una buena oportunidad para descubrirlo. Si todavía está en la habitación, puedes volver a ir y arreglar las cosas."

Louis asintió, todavía impaciente. Sí, bien. Eso tenía sentido. Podría - tal vez había alguna manera de solucionar este problema. Podrían hablar y tal vez, ver algún consejero o algo así. Consejero de parejas. O Louis sólo podría hacerle una taza de té y darle un masaje en la espalda, tal vez, lo comería un poco. Eso siempre arreglaba las cosas.

"Está bien," suspiró. "Desayunaré y hablaré con él."

"Sí," Zayn le palmeó el hombro y se dirigió al baño. "Tal vez una ducha también, compañero. No hueles bien."

Louis olfateó su camisa. "Mierda. Sí, bien. Ducha. Desayuno. Harry."

Se duchó después de que Zayn terminara de cepillarse los dientes y se puso ropa de él: bóxer, una camiseta y pantalones de chándal. Se colocó los Toms de nuevo y se puso en marcha.

Lanzó una mirada hacia la habitación de Harry y él, deseando tener visión de rayos X por lo que sabría si estaba ahí, pasaría del desayuno y arreglaría las cosas ahora. Sentía que había prolongado esto durante demasiado tiempo.

Bajaron del ascensor en el segundo piso y entró en el salón privado donde se les servía desayuno cada mañana. Harry no estaba ahí. Louis continuó hacia la mesa porque, a lo mejor, podría encontrarse con él.

Empezó a comer los huevos en su plato mientras un miembro del personal llenó su taza de té. Louis le dio las gracias y empezó a verter un poco de leche en la taza.

Sólo entonces se dio cuenta que Niall le estaba mirando al otro lado de la mesa, sin sonreír. Las cejas de Louis se alzaron. Agitó su té y tomó un sorbo. "¿Qué?" Preguntó, finalmente, la molestia quemándolo. ¿Dónde mierda está Harry?

"Nada, compañero," Niall dijo, comiendo de su tostada.

Liam miró hacia atrás y adelante de ellos. "Entonces, ¿dónde está Harry?"

Buen hombre. Ahora todos estaban en la misma página. Liam lo estaba mirando, sin embargo, y Louis no tenía respuesta que darle. Comenzó a decirlo, cuando Niall lo cortó.

"Se fue esta mañana."

Louis parpadeó antes sus huevos y sus ojos eran redondos como los planetas y estaba congelados en Niall. Sentía como si su aliento hubiese sido sacado de sus pulmones.

"¿Qué-? ¿Por qué?" Liam preguntó. Le dirigió la pregunta a Louis. ¿Por qué no lo haría?

Louis no dijo nada. Mantuvo su mirada en Niall.

"Era un desastre anoche," Niall dijo. "Tenía que volver a casa."

Una vez más, Liam miró a Louis. Pero, para entonces, Louis tenía su cabeza apoyada en sus manos, sus ojos ardiendo. "Mierda..." se quedó sin aliento. "Oh, mierda."

Liam tenía más preguntas que Louis no contestó, mientras que Niall se sentó en silencio y no pretendió no estar enojado con él. Y, cuando finalmente se explicó, confesó haber terminado con Harry, Zayn lo abrazó y le dijo que estaba bien.

Por la expresión en el rostro de Niall, sin duda, no lo estaba.

Liam sugirió llamarlo. Niall les dijo que no iba a funcionar. Harry se iba a ir a casa a empacar sus cosas y volvería a irse. ¿A dónde? Niall no lo sabía. Harry le dijo que lo pondría al día cuando pudiera.

Las llamadas al teléfono de Harry fueron directamente al buzón de voz. La respuesta de Gemma, al mensaje de Louis fue, "Dale espacio."

Anne le aconsejó lo mismo.

"Tiempo," dijo su propia madre. "Necesita tiempo. Los dos lo necesitan."

Al final, resultó que más tarde esa noche, Harry estuvo de acuerdo. Respondió el teléfono con el ruido estático y blanco durante varios segundos antes de que se aclarara la garganta y hablara, "Hola."

Louis, hundido hasta el suelo en su dormitorio, curvó un brazo alrededor de sus rodillas. "Harry..." dijo. "¿Dónde estás?"

Un momento de silencio pasó. "Lejos por un tiempo. Haciendo un viaje."

"Bien," Louis respiró. "Bien, bueno. ¿Cuándo vendrás a casa?"

"No lo sé. Sólo necesito un poco de tiempo para mí." Harry dijo.

"Está bien," Louis dijo otra vez, mordiéndose el labio. "Entonces, cuando llegues a casa, podemos hablar, ¿tal vez? Sobre nosotros. Dije algunas cosas la otra noche- Harry, te amo..."

"Louis," Harry dijo rápidamente, su voz como chirriando como un tubo oxidado. "Tenías razón... sobre nosotros. Acerca de no estar listos. No sé cuándo llegará a ser. Y, en este momento, nos estamos envenenado... el uno al otro, cuando tú lo has dicho."

"Harry, estaba borracho. Por favor," Louis dijo con fuerza. "Déjame acercarme. Hablaremos de esto, ¿bien? Hablaremos..."

"Por favor, por favor, no lo hagas. Tenías razón," Harry dijo. Estaba llorando de nuevo, evidenciado por los suaves respiraciones que tomaba entre sus palabras. "Tengo que irme ahora, Louis. Lo siento. No es tu culpa. Tenías razón."

Tiempo, Louis recordó, era lo que necesitaban.

Le ofreció tanto de ello como pensaba que Harry iba a necesitar. Sin embargo, los días se convirtieron en meses. El verano pasó al otoño y el otoño se desvaneció en invierno. Su tercer álbum fue un gran éxito y Louis nunca se había sentido más como un fracaso. Su cumpleaños, navidad, año nuevo pasaron como páginas en un libro, rápidamente. El sol salió y dio paso a la luna repetidamente mientras viajaban y cantaban y escribían y cantaban, y cantaban. Sobre el amor y el para siempre. Y un millón de otras cosas que ya no existían.

Louis creció cansado, cínico. Dejó de llorar. Dejó de hacer que le doliera y aceptó que arruinó al amor de su vida por lo que era. Sintió la raíz del odio en las partes que más fueron heridas, congelando sus lesiones por lo que se entumecieron.

Lo dejó ir.

Harry, quien durante tanto tiempo inspiró a Louis a ser mejor y hacer lo mejor, a conquistar el maldito mundo si así lo deseaba. Harry, quien dejó a Louis encantado desde el primer momento. Harry, su casa, su único y verdadero amor, la razón por la que el amor existió, en primer lugar.

Él lo dejó ir.

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