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1.2

Abril, 2011.

"Terminé con Hannah..."

Harry bajó los binoculares de su mano, Glasgow olvidado más allá del balcón del hotel. Sus grandes ojos verdes pasaron a la cara de Louis. Y, entonces, como si tuviera algo que ocultar en su mirada, la bajó hacia su regazo.

"Siento escuchar eso," dijo, en voz baja.

Louis no lo creía. Porque Louis no lo sentía (sorry). Dudaba que Harry lo sintiera (sorry). "Está bien. Decidimos mantenerlo en secreto por un tiempo, supongo. Simplemente, dejar que la gente lo averigüe por sí mismos."

"¿Quién terminó con quién?" Harry preguntó, sólo para estar seguro. Siempre hacía preguntas para estar seguro, y nunca asumía nada si alguna pregunta estaba lejos de ser certera.

"Fue algo mutuo, supongo," Louis miró hacia más allá de la ciudad.

"Oh," Harry dijo, pasando sus pulgares por los binoculares. Los colocó a un lado y tiró de sus rodillas hasta su pecho y, por un segundo, sólo se sentó ahí en silencio. Nunca se habían sentado en silencio. En especial, no este silencio pesado y completo.

Una semana atrás, habían estado peleando en el sofá, incitados por Harry, quien había reclamado un brownie como suyo, lamiéndolo.

Era un cretino, a veces. Era un poco fuerte, también. Pero Louis peleó más sucio. Nada estaba fuera de los límites cuando se trataba de ganar. Se las arregló para sujetarlo contra el sofá, apretando sus muslos en las caderas estrechas de Harry, y se había inclinado y había lamido una larga línea de saliva en la mejilla de Harry.

Eso estaba destinado a ser asqueroso. Estaba destinado a ser este gran ataque ofensivo. Pero estaban demasiado cerca, respirando demasiado pesado, demasiados entusiasmados. Y cuando Louis lo hizo, fue —fue demasiado.

Las ganas de pelear se drenaron del cuerpo de Harry como agua vaciándose a través de un desagüe. Se dejó ser, simplemente parpadeando hacia Louis con ojos brillantes y febriles, la saliva de Louis secándose en su mejilla enrojecida. Y lo que fuera que estaba comenzando a desarrollarse entre ellos durante casi un año, desde que Harry hizo pipí en el zapato de Louis, esta palpable, fuerte cosa, se solidificó en la mirada de Harry en ese momento.

Liam había entrado en la habitación y se dejó caer en el sofá, completamente ajeno. El momento se había ido y también lo hizo Louis, murmurando excusas de haber prometido llamar a su madre mientras desaparecía por el pasillo, tratando en vano de borrar la imagen de los labios entreabiertos de Harry en el centro de su mente.

No habían sido los mismos desde entonces.

La conclusión a la que Louis había llegado había sido esta: tenía un gran, desagradable, incontrolable crush con Harry. Como una mosca que zumbaba demasiado cerca de sus oídos. O un grano justo en medio de su frente que llamaba la atención. O cualquier otra cosa molesta en su vida, con la que Louis no podía y no sabía qué hacer.

Lo había pasado por alto por otros dos meses. Ahora, no era el momento de arruinar las cosas. Pero esta era una de esas cosas que no podía pasar por alto una vez que se había dado cuenta de ello. Se puso peor cada día, como una enfermedad. Comenzó la semana pasada. Y ahora en el balcón con Harry, sólo lo suficientemente cerca como para sentir el calor de su cuerpo, exigiendo resolución y liberación.

"Le dije que me gustaba otra persona," Louis dijo.

Harry lo miró tan rápido, que Louis se preocupó por los músculos de su cuello, las cejas de Harry se alzaron inmediatamente. "¿Quién?" Pregunto. Casi pareció ofendido. "¿Alguien que conozca?"

Este niño era ridículo. Louis rodó los ojos. "Sí, muy bien."

"¿Quién?" Harry repitió, exigió. Estaba a un segundo de dar un pisotón o golpear sus puños contra su pecho. Este absolutamente, ridículo niño y Louis estaba perdido por él.

"Este tonto muchacho, en realidad," Louis dijo en voz baja, su voz quebrada. "Como... pensé que si le decía que me gustaba alguien, sabría que me refería a él. Y esto no tendría que ser más incómodo o embarazoso de lo que ya es. Pero como es realmente tonto. Tiene la cabeza llena de rizos y estoy empezando a preguntarme si hay, incluso, un cerebro escondido en ellos, en lo absoluto."

Harry estaba rojo como un tomate en el momento en el que Louis terminó, su boca perfectamente separada. Parpadeó y el aleteo de sus pestañas le recordó a Louis las mariposas en su estómago. "Louis..."

"Sólo dí que te sientes de la misma manera, ¿por favor? O me tiraré por el balcón."

"Por supuesto," Harry exhaló, arrastrando los pies más cerca, así estaba completamente en el espacio de Louis. Esa era otra cosa sobre él. Era como si nada le diera miedo. Todo el mundo pensaba que Louis era el que era decisivo con las cosas. Pero siempre había sido Harry.

Estaba apretando los puños en la chaqueta de mezclilla de Louis. "Tienes descaro al llamarme tonto. Por supuesto que me siento de la misma manera," murmuró, presionando sus frentes juntas. "Por supuesto." No podía dejar de decirlo.

Se movieron al mismo tiempo, inclinando la barbilla hacia adelante. Sus narices tocándose, exhalando el suspiro de los labios del otro, aferrándose a su ropa, a punto de rasgarlas, como si estuvieran preocupados por deslizarse del balcón y caer hacia el suelo.

Cuando lo besó, Louis sentía como si se estuviera cayendo, de todas maneras. Y nunca quería parar.


» H «

Enero, 2016.

Él simplemente no entendía qué estaba haciendo Louis aquí.

De los dos, Harry era el más masoquista, estaba más inclinado a ponerse en situaciones en las que no estaba demasiado cómodo. Y si alguien creía en la auto-preservación, era Louis. La razón principal del por qué había terminado su relación en primer lugar. Pero, eso no era ni aquí ni allá.

Por la mañana, Louis llegó paseándose en la cocina, con su cabello enredado y un aspecto descansado en su rostro. Y ese fue el primer momento en el que Harry se dio cuenta que Louis estaba real, realmente aquí para quedarse. Todavía no tenía sentido.

Louis se inclinó en el mostrador, y fue un poco triste cómo inmediatamente tuvo la necesidad de acurrucarse contra su pecho, meter su cara en su cuello, frotar su mejilla contra la barba de Louis. Sabía que su piel estaría cálida. Siempre lo estaba después de que se despertaba. Solía ser una de las mejores cosas de las mañanas de Harry.

"Hola," Louis dijo. Estirando los brazos hacia atrás, elevándose en las puntas de sus pies y revelando un poco de su abdomen, una delgada estela de cabello desvaneciéndose en su cintura.

Harry tomó un sorbo de su té, sintiéndose un poco sediento. "Buenos días," dijo, decidido a mantener sus ojos en el rostro de Louis.

Observó a Louis de pie en la puerta de cristal y miró hacia el lago. "Esto es hermoso. Realmente una gran vista con la cual despertar," dijo, con ambas manos apoyadas en sus caderas.

"Es incluso mejor una vez que estás ahí," Harry dijo. Sus ojos lo traicionaron, arrastrándose hacia abajo, al trasero de Louis. Cuando Louis apartó la vista, Harry hizo lo mismo. Se ocupó de colocar huevos en el plato de Louis a un lado de un pedazo de pan tostado.

"No he tenido la oportunidad de ir al supermercado, sin embargo," Harry dijo, colocando el plato sobre la mesa. "Pero iré una vez que volvamos, ¿alguna idea de lo que quieres para cenar?"

Louis fue por los huevos en el momento en el que Harry retiró su mano. Miró hacia arriba con el tenedor colgando de su boca. "Hm," tarareó, masticando su comida antes de hablar. "Comería cualquier cosa que hicieras, si soy honesto."

Harry era ridículo. Eso no debería haberlo hecho sonrojar. No debería haberse ruborizado. Por desgracia, lo estaba. Se dio la vuelta. "Estaba pensando en, quizá, algo de trucha. Podría hacer algunas verduras. ¿Arroz o puré?"

"Puré," Louis sugirió. Era un firme partidario del puré. Ni siquiera era porque lo disfrutara mucho. Era porque simplemente era fácil. En algunos momentos, en los que cocinaba para Harry, incluía un montón de cosas. Y, sorprendentemente, Harry nunca se cansó de ello.

"Correcto," Harry dijo e intercambiaron una sonrisa. Observó a Louis comer por un segundo más, tamborileando sus dedos en los lados de su taza de té. Louis levantó la mirada hacia él con la frente arrugada. Harry depositó su taza en el fregadero. "Me iré a cambiar de ropa."


❄❄❄


Por un momento, había sólo silencio y la nieve crujiendo bajo sus botas. Unos pájaros cantaban en algunos árboles a la distancia y cerca, nieve caía de ramas pesadas y aterrizaban suavemente en los montículos del suelo. Como un gran ojo sobre la faz de la tierra, el lago se les quedó mirando, cuando comenzaban su ascenso a la montaña. El cielo, que se extendía por encima y lleno de promesas, era primordialmente gris, haciendo notar la nieve y la lluvia y Dios sabía qué más. Tal vez, eso era lo que más le gustaba de este lugar: la incertidumbre perpetua, combinada con el hecho de aceptar no saber lo que estaba por venir.

Como la sensación del pop, Harry Styles, incluso los constantes viajes e ir de tour, a veces, se convertían en algo monótono para él, incluso en regiones desconocidas, porque nunca tenía casi tiempo para salir de su habitación del hotel y explorar, sobre todo, sin estar de encubierto.

Eso no quería decir que no disfrutaba lo que hacía. Por el contrario, seguía convencido de que tenía el mejor trabajo del mundo.

Pero había algo maravilloso y milagroso en no saber y no ser conocido. Sobre despertarse y encontrar el mundo cubierto de nieve y averiguar qué hacer a partir de ahí. Algo tan liberador acerca de tener que encontrar su camino a través de la vida. Acerca de comprar una casa lejos de sus amigos y familia y sobrevivir sin ellos. Sobre despertarse temprano para limpiar su ranger rover, que estaría cubierto de nieve. Sobre la esperanza de capturar algo en el lago y determinar lo que debería hacer cuando no lo hacía.

Siempre era "¿y ahora qué?" Y cada vez, Harry tuvo que averiguar la respuesta por sí mismo. Y le gustaba de esa manera.

"¿Para qué es esa valla?"

La voz de Louis lo tomó con la guardia baja. No porque se había olvidado que estaba ahí. Harry estaba tan acostumbrado a rendirse al silencio cuando estaba aquí. Nunca tenía a nadie con quien hablar, de todas maneras. Incluso cuando hablaba con los pájaros, que, obviamente, nunca le respondieron.

Sus ojos se dirigieron sobre la valla, registrando la madera que cubría el sendero por ambos lados Vio a Louis, sólo por el rabillo de su ojo. "Es para mantener lejos a los osos, o lobos," respondió. Los ojos de Louis se habían abierto al instante. Los labios de Harry se curvaron.

"¿En serio?" Louis dijo.

Harry asintió con la cabeza. "En serio," dijo. "Pero, normalmente no llegan hasta aquí. Tienden a evitar a los humanos."

"¿Incluso tú?" Louis preguntó, con una ceja levantada. Harry lo miró con curiosidad. ¿Estaba coqueteando con él? Louis no le dio la oportunidad de averiguarlo. "¿Qué haremos si alguno de ellos decide caminar hasta aquí hoy?"

"Bueno," Harry comenzó. Inclinó la cadera y paseó sus dedos en la botella colgando de un llavero en su cinturón. "Tengo un mazo para animales aquí. Pero realmente no me gustaría utilizarlo, si es posible. Les puedo causar un daño permanente." Señaló con el pulgar a su mochila. "Hay como una bocina de aire ahí. Y bengalas, también."

"Tienes un maldito arsenal. ¿Cuándo ibas a decirme que nuestras vidas estaban en riesgo?" Louis cuestionó.

Harry resistió el impulso de reír, apretando los labios por un momento. "Esto es sólo en caso de emergencia," dijo, finalmente. "Pero, nunca sucede. Las personas no son atacadas aquí. No es probable, a menos que vayamos mucho más arriba, en la montaña."

Louis aún parecía escéptico. Harry todavía tenía ganas de reír. "Sí, bueno, ¿hasta dónde iremos?"

Harry levantó la vista al camino. "Hay un nido de águila más adelante que quiero mostrarte. No está muy lejos. Y hay un lugar en particular en donde obtienes una gran vista del lago. Genial para tomar fotos. Luego, volveremos."

Louis lo estaba estudiando de nuevo, sus ojos contemplativos y desconocidos, como si estuviera mirando a Harry por primera vez. Harry estaba contento por el fío, que mantenía su cara roja. Se habría sonrojado. Lo solía hacer cuando Louis lo miraba por más de cinco segundos.

"Eres cuidadoso cuando estás solo, ¿verdad?" Louis preguntó. "¿No vas demasiado lejos?"

Sus ojos se encontraron en esta ocasión. Eso, pensó Harry, se parecía mucho a la preocupación. Había pasado un largo tiempo desde la última vez que lo había oído en la voz de Louis. Casi se había olvidado de cómo sonaba, en lo absoluto.

"Soy muy cuidadoso," dijo, en voz baja, se miraron otra vez, sonrojándose con seguridad ahora. Se ajustó el sombrero en la cabeza sólo para hacer algo con sus manos.

Más silencio descendió sobre ellos. Pero no fue el silencio incómodo que los había atrapado ayer durante la cena. Era el silencio en medio de la naturaleza, captando el sonido del roce suave del viento en los árboles y un pájaro cantando cerca. Harry se detuvo. "Esas son golondrinas comunes."

Louis se detuvo a su lado, con las cejas arqueadas. "¿Cómo lo sabes?" Preguntó, una sonrisa en su cara, cada vez mayor. "¿Haz estado estudiando el llamado de las aves también?"

"No," Harry dijo rápidamente, frunciendo los labios.

Louis le dio una mirada. "¿Estás seguro?"

Harry rodó los ojos. "Sólo por las que están por aquí."

"Lo sabía," Louis rió. Los ojos de Harry se desviaron hacia él de nuevo. Debería haber llevado sus gafas de sol. Así, no sería tan obvio cuando lo hiciera. Así, podría mirarlo completamente mientras Louis se reía sin temor a ser atrapado.

"¿Dónde están?" Louis preguntó. "¿Las golondrinas?"

"Um," Harry parpadeó. Miró a los árboles. "Deben estar en algún hueco, creo."

Se agachó un poco, inclinando la cabeza para mirar hacia el dosel de árboles. "Espera. Ahí," dijo, de repente. Y extendió su mano, sin pensar, para tirar del abrigo de Louis. "Lou, mira. Justo ahí."

Louis se acercó, mirando en la dirección en la que Harry señaló, su aliento rápido por el entusiasmo. Las golondrinas estaban escondidas en un hueco de un árbol, acostadas cómodamente en su nido. Una de ellas permanecía en el borde, las alas plegadas hacia atrás, el pecho hinchado como una pequeña cosa llena de orgullo. Cantó su canción mañanera y a la distancia, sus compañeros contestaron. "La veo," Louis murmuró, su reacción un poco tardía. Habló con admiración. "La veo."

Harry levantó la cámara para tomar unas cuántas fotos. Sentía los ojos de Louis en él, pero cuando levantó la vista, estaban en otra dirección. Colocó su cámara contra su pecho una vez más y siguieron adelante.

Se acercaron a un pequeño arroyo, congelado en su mayoría, pero seguía goteando. Harry se acercó a tomar fotos. Louis dio un paso detrás de él y su pie quedó atrapado en la raíz de un desgarbado roble. Tropezó y casi se cae hacia adelante, de boca. Pero Harry lo agarró del antebrazo, lo estabilizó y lo sostuvo fuerte.

Los ojos de Louis se posaron en los suyos. "Gracias," dijo, volviendo la mirada al suelo, consciente de su próximo paso. "Creo que estoy bien ahora."

Correcto. Harry le soltó el brazo. Y, luego, estaban caminando de nuevo, acercándose al lugar, el lugar de Harry, el punto en este camino donde Harry realmente se enamoró de las montañas de Idaho cuando las vio por primera vez.

Sabía que una roca irregular se aproximaría y una extraña escalera hecha de forma natural, de las raíces y la enmarañada suciedad. Y, a medida en la que se acercaban, en realidad no lo pensó dos veces antes de girarse, extendiendo su mano a Louis.

Sus ojos se encontraron, un profundo azul en los de Louis, que Harry se preocupó por un segundo, pensando que se había resbalado y se había caído al lago, congelándose. Louis puso su mano en la de Harry. Harry parpadeó y lo arrastró hasta la roca.

"Este es mi favorito," anunció, dando un paso fuera del camino de Louis, para que pudiera ver la vista delante de él.

Estaban lo suficientemente alto ahora, así que no sólo veían el lago, sino que veían las hectáreas y hectáreas de pinos, donde el humo se elevaba desde las casas ocultas por las chimeneas. El resto de la montaña se extendía en la distancia, montando una panorámica que ningún artista podría recrear a la perfección. El patio trasero de la casa de Harry todavía era visible, también, la luz del sol brillando en el techo del invernadero, pero el resto estaba cubierto de árboles.

"Maldito infierno," Louis murmuró. "Esto es irreal."

"Lo sé," Harry dijo, en voz baja, no queriendo romper el hechizo que descendió sobre Louis.

Louis movió la cabeza, sin aliento, mirando de izquierda a derecha. "¿Cómo puedes bajar, incluso?" Dijo, mirando a Harry. "Llegar aquí, y ver esto, ¿cómo te las arreglas para bajar de nuevo?"

El primer pensamiento de Harry fue responder con algo cursi como y nada más. Pero eso no tenía sentido.

En este momento, podría haber sido la oportunidad perfecta para señalar al elefante en la habitación, para decirlo una vez por todas, "¡Hey! Hay un maldito elefante en la habitación. Y, por cierto, estoy enamorado de ti." Pero si sabía algo más, eso estaba destinado a asustar a Louis y mandarlo directo en el siguiente vuelo a casa.

Se segundo pensamiento, fue este: "Me recuerdo a mí mismo que hay un montón de cosas hermosas ahí, también." Y no lo miró de manera significativa a los ojos cuando lo dijo porque, de nuevo, el primer vuelo a Londres.

Louis asintió, más para sí mismo que para Harry, y miró de nuevo hacia el lago. "Tiene sentido," dijo. Extendió sus brazos a sus costados e inclinó la cabeza hacia atrás y respiró profundo, con los ojos cerrados.

Harry levantó su cámara y le tomó una foto. Los ojos de Louis se abrieron al escuchar el sonido del obturador. Harry tomó otra foto.

"Hey," Louis se quejó.

Harry tomó un par más, sus labios temblorosos por la risa. "Quédate quiero. Esta es una buena toma," dijo. Louis echó la cabeza hacia adelante, con los brazos cruzados sobre su pecho. Parecía un hombre conquistando una montaña. Harry tomó varias fotos más y bajó la cámara para estudiar las imágenes en la pantalla.

"¿Cómo se ven?" Louis preguntó, dando un paso más cerca.

Harry lo miró con una pequeña sonrisa. "Hermoso," dijo con facilidad.

Esa era otra cosa sobre el que habita en el aire libre, salvaje: No hay filtros.

Louis lo miró. Harry lo miró también. Y bien... tal vez, algunos filtros. Porque habían más de un montón de palabras corriendo en los labios de Harry y, tal vez, la misma cantidad corriendo en los de Louis. Y no dijeron nada.

El momento pasó cuando los ojos de Louis cayeron en la cámara. Y fue por ello. "¿Puedo?" Pregunto. "Déjame sacar una para ti."


» L «

Septiembre, 2011.

La mayoría de las personas decían que su mamá era su mejor amiga, pero no era cierto, no en el sentido real de la palabra. Su madre era más parecida a esa amiga en un grupo, de la que todo el mundo estaba feliz de tenerla alrededor, a veces, pero no todo el tiempo. Porque no podías compartir todo con una mamá. No usualmente.

Louis y Jay eran diferentes. Tenían que serlo. Porque Louis creció con ella dependiendo de él, tanto como él dependía de ella. Se tenían un respeto mutuo y se comprendían más que la mayoría de los padres y sus hijos.

Ella era su mejor amiga. La mejor de las mejores. No había duda de ello.

Y, así que sólo tuvo sentido cuando empezó a entrar en pánico, le habló a ella primero.

Ella le dejó hacer preguntas acerca de cómo iban las chicas y si el trabajo iba bien y después de un tiempo, ella simplemente dijo, "Así que, ¿qué está mal, bebé?"

Louis se sentó en el suelo del baño de su habitación del hotel, después de haberse saltado el ir a comer con Harry y el resto de los chicos diciendo que no tenía hambre. No era una mentira, completamente. Desde el día anterior había estado sintiendo náuseas. Lo último que quería era algo que revolviera su estómago.

"Creo que realmente estropeé las cosas, mamá." Dijo.

"¿Qué pasó? Dime y veremos cómo podemos solucionarlo." Dijo. Nosotros. Siempre nosotros. Eran un equipo, él y ella. Sus problemas eran de ella y viceversa.

"Quería decirte sobre esto antes, pero no parecía... no parecía como una gran cosa."

"Eso está bien. Lo que sea que tengas que decirme, puedes hacerlo cuando estés listo." No parecía impaciente en lo absoluto. A pesar de que Louis todavía no había llegado al punto.

"Terminé con Hannah," dijo. "Creo que probablemente lo hayas notado en Facebook."

"Lo hice. Pero parecías estar bien al respecto," dijo. "No quería hacerte hablar si no lo necesitabas."

Louis apoyó la frente contra la palma de su mano. "¿Crees...?" comenzó, con la voz temblorosa. "¿Crees que es posible enamorarte de alguien después de sólo estar con esa persona sólo por un tiempo? ¿Como un mes?"

Jay estuvo en silencio, imaginándolo, mientras daba vueltas a la pregunta en su cabeza. "Bueno, sí," dijo, finalmente. "Creo que enamorarse es posible casi en cualquier circunstancia. En realidad, nadie te puede decir cuándo o cómo es estar enamorado. Simplemente, lo estás."

La garganta de Louis se cerró con más fuerza, sus palabras como una mano alrededor de su cuello. Se obligó a respirar, le rogó a su cuerpo que lo dejara respirar. "Creo que realmente arruiné las cosas. Con Harry. Creo que sólo— no estaba destinado a ser algo serio. No lo supe hasta que estuvo destinado a ser, pero no era eso. No estaba—"

"Amor, tienes que decirme de lo que estás hablando. Está bien. Sólo dime lo que está mal, así puedo tratar de ayudarte. ¿Qué es eso con Harry?"

Louis estaba feliz ahora que había tenido esa conversación con ella hace unos meses acerca de cómo le gustaban los chicos tanto como las chicas. No había estado tan sorprendida como él pensaba que lo estaría.

De todas maneras, hizo que sus siguientes palabras fueran más fáciles de decir. Contuvo el aliento tanto como pudo. "He estado tonteando con él, con Harry," dijo, rápidamente. No le dio la oportunidad de responder. "Pero no estaba destinado a ser algo más. Fue sólo... nos estábamos divirtiendo. Es divertido, eso es todo."

No era del todo cierto, supuso. Habían comenzado a utilizar el término "novio", hace unas semanas. Louis recordaba cómo eso había hecho que la sangre de sus venas burbujeara y fuera efervescente como el mejor champán. Pero, incluso entonces, aún cuando pusieron una palabra de lo que estaba pasando entre ellos, no era serio. No era como si estuvieran destinados a estar juntos para siempre, o algo por el estilo. Fue sólo diversión.

"Entonces, ¿cuál es el problema?" Su madre le preguntó.

"Lo arruiné. Se puso serio. Lo arruiné y dejé que fuera serio."

"¿Harry dijo que te amaba?" Jay preguntó, empezando a colocar las piezas juntas. Ella siempre fue buena en los puzles.

Louis se atragantó con una risa. Lo deseó. Deseaba que esto fuera fácil, si ese fuera el caso. O tal vez, no sería tan fácil en lo absoluto. Louis no sabía nada más. Su cabeza estaba en ruinas.

"No," Louis movió la cabeza como si ella lo pudiese ver. "No, fui yo."

"¿Le dijiste a Harry que lo amabas?"

Louis colocó sus rodillas contra su pecho, apretando su frente contra ellas. "No se lo dije, no."

"¿Crees que estás enamorado de Harry?" Jay preguntó, lentamente. Y ella no sonaba como si se estuviera burlando de él, en lo absoluto. A pesar de que Louis se sintió tonto al decirlo. ¿Qué significaba el amor, incluso? ¿Cómo podía saberlo cuando sólo tenía dieciocho años?

La cosa fue que lo hacía. La cosa que lo tenía con un nudo en la garganta y náuseas en estos últimos días, era que él lo sabía. Sin haberlo sentido antes, sabía de qué se trataba.

Al inicio de la semana, se despertó de una siesta en su habitación de su hotel con Harry apretado contra su pecho y roncando. Estaba babeando sobre él también. Y Louis estaba bastante seguro de que se había tirado un pedo mientras dormía. Sus rizos estaban en la boca de Louis y en su nariz, y lo asfixiaban como polvo. Cuando tosió y estornudó, Harry se despertó con un indignado, "Sh."

Louis tosió más fuerte.

Harry se sentó, con la cara toda suave y con líneas rojas sobre ella. Se limpió la boca y luego limpió la mancha de humedad en el pecho de Louis. "Lo siento," murmuró.

"¿Por el pedo o por la baba?" Louis preguntó.

Harry lo miró al instante, escandalizado. "No me tiré un pedo."

"Sí, lo hiciste. Está todo muy bien, sin embargo, amor," Louis dijo. "Resulta que me encanta ser babeado y todo eso."

"Te gusta, técnicamente," Harry dijo, con una mirada significativa hacia la entrepierna de Louis.

Louis rodó los ojos. "No eres divertido. En lo absoluto."

"Soy un poco divertido. Te hago reír todo el tiempo," Harry dijo, subiéndose al cuerpo de Louis. Sonrió, dejando caer un beso en la comisura de la boca de Louis. "Ya que estamos hablando de mí, babeando tu pene..."

La piel de Louis se sonrojó. "Eres el único que quiere hablar de ello."

Oyó la risa de Harry, el sonido amortiguado girando mientras desaparecía debajo de las sábanas. Los soplos de risa entrecortada erizando los diminutos pelos de la piel de Louis. Harry succionó con ternura en su panza, deslizándose hacia abajo un poco más lejos, tirando de la cinturilla de sus pantalones. Louis empujó las sábanas lejos para poder observar (y también, ya sabes, para que Harry pudiera respirar)

En el momento en el que Harry colocó su boca alrededor del pene de Louis fue el mismo momento —el primer momento— en el que el pensamiento lo asaltó. Ahí estaba con la baba de Harry en su piel y todo lo que podía pensar era en lo perfecto y lo bien que era esto, cómo quería despertar de esta manera cada día. Y pensó... lo amo. Podría estar— Creo que estoy enamorado de él.

Después sintió que se hundía. Sentía como que estaba balanceándose precariamente en el borde de la azotea de un edificio y luego, la cornisa se desmoronó justo debajo de él. Como que caía con el corazón en su garganta y sangre corría hacia su cerebro. Sentía que había llegado y no tenía nada a lo que agarrarse.

Pasó el día siguiente tratando de hablarse a sí mismo de ello. ¿Qué lo llevó ahí, al suelo? Porque, como lo vio después, no podía hacerlo.

Su madre estaba esperando en el teléfono por su respuesta. Pero Louis estaba dispuesto a apostar, por ahora, que ella ya sabía cuál era.

"Lo estoy," Louis murmuró, con los ojos en llamas. No quería llorar. Pero estaba frustrado consigo mismo de que eso se fuera de sus manos, por estropear las cosas. Frustrado con Harry por ser malditamente perfecto. Se pasó la mano sobre los ojos, duramente. Su respiración era temblorosa. "Realmente, lo estoy."


❄❄❄


Enero, 2016.

Encontró a Harry en la cocina a la mañana siguiente, de pie junto a la estufa, comiendo un plato con cereal y rodajas de plátano. Se cabello fijado en un moño descuidado. Llevaba una gran camiseta holgada y pantalones negros. Un par de palillos para tejer, un carrete de lana vibrante y una trabajada prenda esperando en el mostrador.

"¿Tejes?"

Al sonido de la voz de Louis, Harry casi saltó en su lugar y miró hacia el techo. "Jesús," dijo, entre dientes. Apretando su mano contra su pecho subiendo y bajando rápidamente, mirando con los ojos abiertos, a Louis.

"¿Te olvidaste que estaba aquí?" Louis resopló una risa.

Harry hizo una mueca, un segundo después de que sacara su lengua. A Louis le hubiese gustado ver eso. Cuanto más tiempo pasaban juntos, más parecía que Harry no había cambiado demasiado, seguía siendo un niño en el cuerpo de un hombre.

"Ni siquiera te escuché entrar," Harry dijo, limpiando un poco de leche que se había derramado sobre su camiseta.

"A eso se le llama sigilo," Louis respondió con una sonrisa, apoyando las manos en sus caderas.

Harry negó con la cabeza, pero sus labios se curvaron incluso si quería o no. Sin palabras, se apartó del borde de la encimera y sacó una taza del armario. La llenó de agua recién hervida y sumergió una bolsita de té alrededor de ella un par de veces. Se dirigió a la nevera por leche, arrojó un poco y retiró una cuchara del cajón para revolverlo todo.

Tardó, aproximadamente, dos minutos. Y luego se giró y le entregó la taza a Louis. "¿Quieres cereal? Ayer compré Cocoa Puffs. Todavía te gustan esos, ¿verdad? Tengo Corn Flakes también."

Louis parpadeó. Harry arqueó ambas cejas. "Sí. Cocoa Puffs suenan bien. Gracias..." Louis dijo lentamente, mirando a Harry hasta que se movió y apartó la mirada.

Olía bien. Era un pensamiento al azar, pero había un aroma floral y a madera flotando a la deriva alrededor de él cuando se dio la vuelta y sacó un tazón para Louis. Tomó la caja sin abrir de cereales desde la parte superior de la nevera y deslizó la leche a través del mostrador. Colocó una cuchara, ordenadamente, junto al tazón.

"Ahí tienes," dijo, con una sonrisa fugaz. Volvió a sus propios cereales, aunque, por ahora, su granola debía haber estado un poco blanda.

"Entonces," Louis dijo, arreglando su tazón de cereal. "¿Tejes...?"

"Oh. Un poco, sí. Mi mamá me enseñó algunas cosas. He tenido mucho tiempo últimamente para practicar, así que..." Harry se desvaneció.

Louis pensó en Harry y Anne encorvados sobre palillos y lana y sonrió. Una de las cosas que extrañaba más de su relación con Harry era, en realidad, la mamá de Harry. Anne lo adoró desde el principio, lo aceptó como si lo hubiese criado ella misma. Y por todo el amor, le había pagado rompiendo el corazón de su hijo. Imagina eso.

Louis llenó su tazón con leche y agitó su cuchara, pensativo.

"Así que, ¿qué hay en la agenda hoy?" Preguntó, antes de comer.

"No he pensando en algo todavía," Harry confesó. Metió un dedo a través de su moño, en el centro de su cuero cabelludo. "Lo que quieras hacer."

Louis apuntó con su cuchara hacia la nevera. "Me di cuenta de la lista en la pizarra ahí," dijo, dejando su cuchara en el tazón. "Puedo ayudarte con eso."

Harry le echó un vistazo al tablero que tenía montando en la nevera. Una lista de tareas pendientes que había garabateado a toda prisa con marcador azul. "Pintar el invernadero." Era el número uno, seguido de, "reparar la fuga". El número tres y cuatro tenían que ver con el invernadero de Harry. El número cinco era: "terminar el gorro."

La lista seguía. Un montón de ítems estaban más allá del campo de especialización de Louis. Pero había ayudado con algunas cosas en casa, especialmente, antes de meterse en la banda. Pintar no parecía especialmente desalentador. Y si Harry lo necesitaba para regar algunos vegetales, podría manejar eso también.

La mirada de Harry volvió de nuevo hacia él. Sacudió la cabeza. "No podría pedirte que hicieras eso."

"Buena cosa que no estés pidiéndolo, entonces. Dijiste 'cualquier cosa que quiera hacer,' y eso es." Louis explicó, mirando agresivamente a su tazón de cereales. Había pasado tanto tiempo fingiendo que no le importaba todo lo que Harry hacía o decía, como si no estuviera inconscientemente preocupándose por él, o mirando en su dirección cuando se balanceaba demasiado cerca del borde del escenario. Y, sin embargo, ahí estaba, deshaciendo años de indiferencia siendo amable.

Harry permaneció en silencio durante un largo tiempo, que le obligó a Louis alzar su mirada. La boca de Harry se apretaba y retorcía contemplativamente, tamborileando los dedos anillados en la encimera.

"No es una gran cosa, ¿lo es?" Louis dijo. "Sólo dime lo que tiene que hacerse y lo haré, en serio."

"Gracias," Harry dijo. "No tendré que hacerlo yo solo. Pero, ¿podrías ayudar? Podríamos empezar pintando el invernadero. Entonces, supongo que puedes ver la fuga del baño. Y, luego, podríamos terminar con las verduras."

Louis debería haber esperado esa respuesta en primer lugar. Ya que Harry nunca fue el tipo de persona que le pasaría su trabajo a alguien más, independientemente de cuánto se hayan ofrecido. Si pudiera hacerlo por sí mismo, lo haría.

"Suena como un plan para mí," Louis dijo.

Harry asintió y sonrió sin tratar de ocultarlo. "Bien."

"¿Es ese el gorro que tienes que terminar?" Louis preguntó, señalando con la barbilla hacia los palillos y la lana en la encimera.

Harry resopló una risa cansada. "Es algo. Quería que fuera un gorro. Pero es más complejo de lo que pensé que sería. Se suponía que era un regalo para Gemma o alguien. No lo sé..."

"Estoy seguro de que lo arreglarás. Y se verá encantador," Louis dijo, llevando otra cucharada a su boca, masticando y evitando en cantidades innecesarias hacer contacto con sus ojos. En realidad, no disfrutaba ese silencio hueco, o la manera en la que el cereal sonaba entre sus dientes, sonaba tan fuerte. Era como ayer por la noche, otra vez.

No había sido de esa manera en la montaña. Pero tal vez, esa era la magia de esa parte de la tierra. Bajaron de la montaña y le hechizo se rompió.

Se abrieron paso a través del desayuno. Harry alimentando a Neon, mientras que Louis se cambió a algo más adecuado al clima. Se encontró con Harry de nuevo en la puerta del patio trasero, deslizándose sobre sus botas.

Estaba incluso más cálido que el día anterior y había poco viento, sería perfecto para que la pintura se secara. Harry sacó dos latas de pintura de color rojo oscuro de su cobertizo, junto con brochas y bandejas para pintar. La mayor parte del invernadero era de vidrio —totalmente cubierto, por ejemplo. Pero había instalado madera a lo largo de la parte inferior y la puerta era de madera lisa, sin terminar también.

Fue un trabajo lento, fácil. Tranquilizante con cada golpe ascendete de la brocha de Louis y la profunda calma de la voz de Harry.

"Esas son las montañas Clearwater, en las que estamos. Y más abajo, está la montaña Salmon River," explicó, "El Salmon River corre a través de las montañas y es realmente responsable del lago de aquí."

"¿Y el lago?" Louis respondió. "¿No tiene nombre?"

Harry sonrió. "No lo creo. Pienso que es demasiado pequeño para tener uno."

"¿Y no piensas darle uno?" Louis chasqueó la lengua. "Triste."

Harry rió. "Tengo una idea..."

Louis se inclinó para llenar la brocha con pintura.

Harry dudó un segundo, pintando sobre un área en particular, en la puerta. "Lago Delilah," dijo, finalmente.

La mira de Louis fue hacia la suya. Su brocha deteniéndose un momento. "Delilah," repitió.

"Mmh," Harry tarareó. "Como la canción..."

Bien, ahora Louis sentía haber preguntado. Su cara de repente se sintió caliente. Se concentró de nuevo en el punto que estaba pintando. Como la canción. Como la canción con la que Louis audicionó, quería decir. Y no, Louis no estaba siendo arrogate como para notar la conexión. Sabía a ciencia cierta que Harry adoraba esa canción sólo porque Louis la cantó. Sabía que también, Harry tenía un mp3 de la audición de Louis guardada en su teléfono. Sabía que cada vez que Harry estaba molesto con él, sólo requeriría unas pocas notas cantadas a su oído para tenerlo sonriendo de nuevo. Esas eran cosas que no iba a olvidar. Y al parecer, Harry tampoco.

"Buena esa," Louis finalmente dijo. Sonrojado. "¿Has pescado un montón de salmón, entonces? ¿Por el Salmon River?"

Harry notó el cambio de tema. Porque, por supuesto que lo hizo. Porque estaba siendo malditamente obvio. Se quedó mirado a Louis por un total de dos segundos de agonía pura. Y luego, desvió la mirada. "He pescado algunos. Pero son más alusivos que las truchas," dijo. "O, tal vez, eso es algo que los pescadores novicios dicen."

"Probablemente, sea lo último." Louis dijo, una sonrisa burlona.

Harry lo miró. "Cuidado," dijo. Se rieron, Louis un poco más que Harry para disipar la tensión.

Se sentía como si cada conversación con Harry era una prueba de minas y esquivaba cada truco de su calma falsa. Louis sólo necesitaba llegar a la próxima semana en una sola pieza.

Terminaron de pintar y se metieron en el invernadero mientras se secaba antes de su segunda capa. Harry le mostró a Louis sus tomates y pimientos y los girasoles que estaban creciendo también.

"Jenny plantó los girasoles. Acabo de aprender cómo cuidarlos," explicó.

Louis pasó su pulgar sobre un pétalo de oro brillante. "Sabes que amo los girasoles."

"Lo sé," Harry dijo. Le había dado 50 para su cumpleaños el año en el que empezaron a salir. El corazón de Louis hacía algo extraño cuando pensaba en ello. Acerca de Harry en su cama de hotel, rodeado de relucientes floreros. Estaba tirado desnudo sobre el colchón con una flor en su boca. Se la había quitado para decir, seductoramente: Feliz cumpleaños, girasol. No pudieron dejar de reírse por horas.

"Tengo hierbas también," Harry dijo, de repente. Louis parpadeó para disipar su ensoñación. Cuando levantó la vista, las orejas de Harry eran de color rosa. Tal vez porque lo recordó también. Se dio la vuelta, murmurando acerca de sus hierbas.

Era cuestión de tiempo antes de que Louis pisara una mina.

Harry regó las verduras, mientras que Louis lo dejó para aclarar su cabeza y comenzar en la segunda capa de pintura. Cuando Harry regresó, trabajaron en silencio. Al final, el silencio facilitaba la tarea.

"Creo que eso es más que suficiente para un día," Harry dijo. "Podemos trabajar en la mañana en la fuga, si estás de acuerdo."

Louis no podía protestar a eso. Necesitaba un momento para sí mismo, fuera del peso del tenso silencio, o los recuerdos. No había logrado esquivar cualquier cosa. La mina estaba esperando justo debajo de su pie.


❄❄❄


Febrero, 2012.

Ambos, probablemente, nunca harían una entrevista juntos de nuevo.

No cuando parecían estar dispuestos a subir al regazo del otro, todo el tiempo, ahí mismo frente a las cámaras. No cuando la entrevistadora francesa les dio un par de miradas, tratando de discernir si estaba imaginando los pequeños corazones rosados que flotaban entre sus miradas.

Louis no pudo evitarlo. Era joven y estúpido y enamorado. Los rizos de Harry estaban especialmente optimistas ese día —el día de San Valentín, para ser específicos. Y, tal vez, fue el encanto de París que mantenía sus mejillas encendidas permanentemente y sus labios perpetuamente rojos, mordidos por el entusiasmo.

Fue un milagro que consiguieran algunas fotos de él cuando Louis no lo estaba mirando.

Huyeron al hotel juntos, después, evitando por poco una reprimenda severa por su equipo de Relaciones Públicas, y tomaron un auto a la Torre Eiffel. Porque "estamos en París, por el amor de Dios," dijo el único e incomparable Harry Edward Styles. "¡No puedes ir a París y no visitar la Torre Eiffel!"

Louis había respondido rodando los ojos, pero procedió a seguirlo como el cachorro enamorado que era. Si Harry le decía que en la mañana que quería tener mantequilla de maní y sándwich de plátano en la luna o en la cima del Monte Everest, Louis llevaría su trasero detrás de él, sin lugar a dudas.

Antes de llegar a la torre, tenían una cena en un bonito café con una vista estelar del Louvre. Compartieron un trozo de tarta, espolvoreada con polvo de chocolate y cubierta con fresas. Louis dejó que Harry le diera de comer un poco, a pesar de que se sentía como un gran idiota. Golpeó la mano de Harry cuando trató de limpiar la esquina de la boca de Louis con una servilleta. "No presiones," dijo, sus mejillas en llamas.

Y luego, fueron a la Torre.


"Ya casi estamos ahí," Harry canturreó, dándose la vuelta para dispararle una sonrisa media maníaca a Louis. El ascensor siguió subiendo y Harry siguió rebotando en los dedos de sus pies. Louis observaba el suelo debajo de ellos ser más pequeño al igual que los peatones. Lo bueno era que ninguno de ellos le tenía miedo a las alturas.

"¿Qué pasaría si este elevador sólo se rompe? ¿Como si nos desplomáramos y cayéramos al suelo?" Louis dijo, sólo porque podía.

Harry lo miró con seriedad. "Al menos, estaríamos juntos." Dijo, su hoyuelo sobresaliendo demasiado, llevando el encanto mucho más allá de lo necesario para alguien con el que había estado saliendo durante meses. Louis rodó los ojos.

El ascensor se detuvo, haciendo un sonido fuerte. Las puertas se abrieron y Harry arrojó ambos brazo al aire como una animadora, puños levantados hacia el cielo. Louis lo dejó, haciéndose el desinteresado y salió del ascensor, mirando a través de las ventanas de cristal con los ojos muy abiertos. "Mierda," dijo.

"Te reto," Harry dijo. La mira de Louis fue hacia la de él, justo a tiempo para atraparlo escalando un conjunto de escaleras en la parte superior. Louis corrió detrás de él, chocando contra él en el hueco de la escalera. Se reían, saliendo de las escaleras al aire de la noche fría.

La cubierta estaba cerrada por la cerca de metal. Había telescopios y un solitario auxiliar a un lado que, como al resto del personal, se le pagaría generosamente por sus servicios después. Cuando el auxiliar los vio, asintió con la cabeza y comenzó a bajar para permitirles algo de privacidad.

Harry puso un ojo en un telescopio. Louis envolvió sus dedos alrededor de la valla metálica, la mirada fija en París, tan pequeño que podría pertenecer a una muñeca. Podría cubrir la mitad del Siene con su pulgar si cerraba un ojo. Sintió a Harry aparecer a su lado.

"¿Qué pasaría si la cubierta se derrumba y ambos caemos al río?" Harry dijo.

"Qué gran final de la noche sería esa, Harold," Louis murmuró.

Harry empujó su cadera contra la de Louis. "Al menos, estaríamos juntos," dijo. Louis lo miró. "¿Alguna vez piensas acerca de la muerte? Como, ¿piensas en la manera en la que podrías morir?"

"¿No lo hace todo el mundo?" Louis preguntó.

"Tal vez. Pero, quiero decir, como... específicamente. ¿Has estado en un momento perfecto que piensas, 'estaría bien si muero ahora'?" Harry comentó. No esperó que Louis respondiera. "Recuerdo la primera vez que nos presentamos como banda, pensando 'si muero en este momento, entonces, no podría ser malo'. Todos tenemos que morir en algún momento, ¿no? Por lo menos, el último momento debe ser increíble."

Louis sacó su mirada de él. Porque siempre tendía a ser un poco torpe cuando Harry empezaba a ser poético de esta manera. La peor parte era que, incluso cuando hablaba completa mierda, Louis siempre lo entendía. Entendía esto también. "Sí," dijo, simplemente. "Sé lo que quieres decir. Aunque si mueres en el escenario, nuestros fans quedarán marcados de por vida."

"Cierto..." Harry dijo. "Lo pensé cuando me besaste, también."

Louis se giró y le envió una sonrisa de suficiencia. "Oh, ¿en serio? ¿La primera vez o en cada momento?"

Harry resopló. "Sólo la primera. No lo llevemos demasiado lejos," dijo. Louis le dio un golpecito en un costado y le dio otro golpecito cuando Harry se retorció lejos. Se acercó, atrapándolo en sus brazos. A pesar de que no había mucha trampa si Harry decidía quedarse. Miró a su alrededor, hacia el auxiliar antes de dejar caer un beso en la mejilla de Harry. "¿Qué tal eso?"

Harry sonrió. "Hm. Tal vez."

Vieron la ciudad de nuevo, incapaz de capturar todo con sus propios ojos.

"Deberíamos quedarnos así de jóvenes, para siempre," Harry habló de nuevo. "Todos los demás pueden envejecer. Pero tú y yo, nos quedaremos así." Miró a Louis, con sus ojos iluminados por asombro infantil. La bufanda roja alrededor de su cuello empujada por el viento. "¿Qué te parece?"

"O podemos envejecer como estamos destinados a hacerlo," Louis dijo. "Pero estará bien, porque al menos, estaríamos juntos."

Sólo se estaba burlando de él. Pero toda la cara de Harry, de repente, se suavizó. Una luz pareció encenderse en sus ojos. "¿Quieres envejecer conmigo?"

Las mejillas de Louis se calentaron, incluso con el aire parisino. "Bueno, no puedo pensar en nadie más que pueda soportar durante tanto tiempo. Especialmente, en mi vejez. Liam, probablemente, me aburrirá hasta morir. Zayn siempre estaría dormido. Niall no me dejaría dormir. Así que, sí, creo que eres perfecto para el puesto."

Una risa brotó de la boca roja de Harry. "Oh. Así que, ¿ese es tu razonamiento?"

La incredulidad sonó clara en su voz. Empezó a caminar hacia atrás, hacia la barandilla "No es porque quieres estar conmigo, ¿correcto?"

Inclinó la cabeza, sus rizos rebotando con el movimiento. Louis se sintió hipnotizado. Se mordió el labio para reprimir una sonrisa y dio un paso hacia adelante, inconsciente.

"No porque soy tu persona favorita," Harry añadió, sus ojos desafiándolo a acercarse más. Louis dio un paso directo a su espacio, inclinándose para darle un beso, finalmente. Habían pasado horas.

Harry susurró. "No porque me amas."

Louis se congeló inmediatamente en su lugar, como si la tierra lo hubiese convertido en alquitrán. Sus ojos pasaron de la boca de Harry al enfoque profundo de su mirada. Su siguiente respiración se balanceó en el aire de la noche, sólo cuando las manos frías de Harry encontraron su rostro y acercó sus bocas.

"¿No porque te amo?"

Las palabras se formaron como una flecha. Apenas hubo tiempo suficiente para reaccionar cuando encontraron su objetivo, justo en el centro del corazón de Louis. Porque la boca de Harry estaba en la suya y no quería nada más que, simplemente, devolverle el beso.

Sus brazos fueron a la cintura de Harry y lo mantuvo apretado, como si estuviera asustado que, en cualquier momento, podría desaparecer. Harry enredó sus brazos alrededor de los hombros de Louis y lo besó y lo besó, aferrándose a él con la misma desesperación.

"Te amo," Louis se apartó para decir. "Te amo mucho. Siento no haberlo dicho antes."

"Yo también." Harry dijo. Y lo besó de nuevo, sus bocas moviéndose juntas como si estuvieran hechas para hacerlo. No para cantar. No para hacer entrevistas en las que pasaron adulándose el uno al otro. No para entretener a la gente.

Sino, para esto. Para juntarse. Separarse para respirar. Y volver a juntarse.

"Te amo, Harry," Louis dijo otra vez. Ahora que podía decirlo, nunca iba a dejar de hacerlo. "Estoy tan enamorado de ti. Te amo."

Harry metió el rostro en el cuello de Louis. "Yo también. Te amo tanto," respiró. "Envejece conmigo, ¿sí? Quédate conmigo."

"Lo haré," Louis dijo, inmediatamente. "Te prometo que lo haré."

Harry suspiró, inclinando la cabeza hacia atrás, por lo que su cabello se balanceaba un poco por el viento. Sus ojos se cerraron. "Creo que es lo más feliz que he estado en mi vida," dijo, con una pequeña risa. "Si esto es un sueño, espero nunca despertar."

La sonrisa de Louis creció, sus ojos dejando a Harry de mala gana. Lo imitó, inclinando la cabeza hacia atrás y se quedaron juntos bajo el cielo estrellado del invierno. Las estrellas mirándolos de regreso.

Si esto era un sueño, él esperaba que ellos nunca tuvieran que despertar.


❄❄❄


Enero, 2016.

"Creo que tu gato está obsesionado conmigo," Louis dijo mientras Neon empujó su cabeza contra la palma de su mano, su pelo suave como una pluma debajo de su piel. La aceptó y la acarició con suavidad entre las orejas. Miró a Harry y no podía decir si el cariño en su mirada era para Neon o para él. Obviamente, para el gato.

"No es más que una coqueta," Harry dijo. "Ten cuidado con que te encante."

Louis resopló una risa. "Demasiado tarde," dijo. A Neon, y ella ronroneó. "Ya estoy encantado."

Harry sonrió, hoyuelos en sus mejillas. Colocó un plato sobre la mesa. Para la cena, estaban haciendo carne asada y patatas porque Harry no tenía trucha en el congelador como había pensado y era demasiado tarde para salir al lago a pescar.

Había recogido un poco de carne de la tienda y tenía patatas en su alacena, como el genio cocinero que él era, arrojó cosas juntas, ingeniosamente y con poca preparación. Estaba inclinado sobre la nevera, el tintineo del vidrio haciéndole saber que se trataba de botellas de cerveza. Durante un segundo, la fracción más pequeña de un segundo. Louis dejó que sus ojos se alimentaran de su trasero y sus muslos, abrazados fuertemente por sus jeans negros.

El calor se estableció fugazmente en su estómago, un recordatorio tenue de esa misma tarde, cuando Harry había salido del baño, recién duchado y desnudo, salvo por una toalla en su cabello.

No había visto a Louis de pie cerca del final del pasillo, porque su mirada se dirigió a su teléfono. O —una parte oscura del cerebro de Louis sugirió— quizá había visto a Louis y simplemente pretendió lo contrario. Tal vez, esta era la primera fase de los elaborados planes de Harry para seducirlo.

O, Louis era ridículo. Harry definitivamente no estaba tratando de seducirlo. Harry todavía no podía ni siquiera mantener contacto visual con él durante más de un minuto.

Los detalles no disminuían la eficacia en absoluto. El pene de Louis se había endurecido en una velocidad récord, más rápido que cuando tenía dieciocho años y Harry, en realidad, tenía sus manos sobre él. Lo observó atónito —y asombrado, para ser honesto— mientras Harry se paseó fuera de su habitación, toda esa bonita piel y grandes músculos, brillando.

Y, entonces, Louis había estado delante del congelador durante diez minutos, dejando que el frío se impregnara en su piel y lo limpiara de sus transgresiones mentales.

Harry se enderezó, sosteniendo dos botellas de cerveza en la curva de su brazo y dos más en sus manos. Las colocó sobre la mesa y abrió la tapa de una para Louis.

Louis dejó que Neon se fuera de su regazo. Harry tomó su propio asiento en la mesa, colocando una servilleta en su regazo. Esperó que Louis se sirviera primero, y luego tomó la cuchara e hizo lo mismo.

"Entonces, ¿por qué Idaho?" Louis preguntó. "Es bonito. Pero sólo— ¿por qué aquí?"

Harry pasó sus dientes sobre su labio inferior. "Uh..." Parecía inquietarse ante la pregunta. Las cejas de Louis se levantaron más y más profundamente. "Está lejos de las cosas, ya sabes..."

Cosas. Louis le dio vueltas a la palabra otra vez en su cabeza. No era paranoico. Realmente no. Sin embargo, consideró por un momento que cosas podrían haber sólo significado él. ¿Por qué parecía que las palabras correctas estaban atrapadas en la garganta de Harry? Y... no sería la primera vez. Harry había huido antes de él.

"Parece una razón válida," Louis dijo, esperaba que no sonara sarcásticamente. Pero nunca fue bueno mordiéndose la lengua. La forma en la mirada de Harry le dijo que tal vez podría no haber tenido éxito esta vez.

"¿Cómo terminaste eligiendo esta casa en particular?" Louis divagó.

Harry tomó un trago de su cerveza. "En realidad, estaba buscando en Google lugares a la venta cerca de un lago. Quería algo pequeño y aislado. Le envié la lista a Rob," dijo. "No podía conducir por ahí y revisarlas por mí mismo... Él mencionó que esta propiedad tenía la mejor vista. Y era de alto valor. Y confío en Rob, así que..." Harry terminó de hablar con un encogimiento de hombros. "Vine y le di un vistazo. Y me encantó."

"¿Rob?" Louis levantó una ceja. Pensó que ya sabía quién era. Pero preguntó sólo para estar seguro.

"Mi agente inmobiliario," Harry confirmó.

Louis resistió el impulso de rodar los ojos. Como que, comprendía todo el asunto de nombre-de-pila con la inmobiliaria. Louis tenía el mismo asunto con la mujer que le había vendido su casa, Karen. Pero había algo acerca de escuchar a Harry decir que confiaba en Rob que hizo que Louis se sintiera mal. Su molestia se encendió. Sólo por un segundo Tomó un sorbo de su cerveza y prevaleció de nuevo.

Harry continuó. "Y le envíe fotos a mi mamá y a Niall también. Y todo el mundo estaba de acuerdo acerca de cuán lindo era aquí."

Y la molesta vino de golpe. Louis sabía que no tenía derecho a sentirse de la manera en la que se sentía en ese mismo momento. Pero saber, no lo hizo más fácil. Louis le habría dicho que le gustaba la casa. En primer momento, Harry corriendo a Idaho no tenía ningún sentido para él. Pero una vez que hubiese visto las fotografías, lo habría entendido y le habría dado todo su apoyo a Harry. Pero a Harry no le importaba el apoyo de Louis en lo absoluto, ¿le importaba?

"Sé que las cosas son... diferente entre nosotros. Y no somos tan cercanos... como antes." Lo había dicho ligeramente. Pero Louis lo tiró todo sucesivamente. "Pero, ¿podrías haberlo hablado conmigo también? Habría estado feliz de ayudar." Louis dijo, manteniendo medida su voz. Lo dijo en la manera en la que podría sugerir que añadiera más sal a un plato en particular, un comentario leve de poca importancia.

Las cejas de Harry se alzaron. "¿Cuál habría sido el punto?"

Bueno, está bien. Louis parpadeó. "Si necesitabas más de una opinión..."

"Tenía a mi mamá, Gemma y Niall. Se lo mencioné a Zayn y Liam un poco más tarde. Un montón de opiniones."

"Así que fui el último en enterarme," Louis aclaró.

Harry simplemente lo miró, sin expresión. La piel de Louis se puso caliente, sus orejas picaban. No fue demasiado lejos, ¿correcto? Estaba revelando demasiadas emociones mientras Harry no le ofrecía ninguna. El juego había cambiado y todas las mesas estaban de lado.

Se preguntó momentáneamente si Harry estaba complacido por cómo todo esto le molestaba. Sabía que era evidente en su rostro para que lo viera y si no lo estaba, Harry siempre había sido el que mejor lo leía. Cuando Louis estaba tenso, Harry estaba ahí para colocar una mano fría en la parte posterior del cuello de Louis. Cuando Louis estaba triste, Harry lo abrazaba un poco más fuerte, le daría un beso en la oreja donde a Louis más le gustaba. Siempre estaba ahí, envuelto y sincronizado a Louis tan profundamente, que nunca se perdió un latido.

Había pasado mucho tiempo desde que habían estado juntos así, Louis se había dejado olvidarlo. Y ahora, con los ojos de Harry sobre él, se vio obligado a recordar. Estaba dando demasiada información. Y ni siquiera podía parar.

La cual era probablemente la razón por la que hizo su siguiente pregunta.

"Entonces, ¿cómo está Nick?" Dijo, colocando su botella sobre la mesa con un ruido sordo. Estaba a la defensiva ahora, listo para empujar algunos botones mientras que los suyos propios todavía escocían.

Los ojos de Harry se estrecharon. "Bien. Estoy seguro."

"¿Le preguntaste a él su opinión acerca de la casa también?"

"No. Pero me dio su opinión cuando lo visité hace un mes." Harry respondió.

Mierda. A la mierda esto. Louis quería lanzar algo. Tomó la botella de cerveza, encrespando su mano en un puño.

El silencio que descendió sobre ellos era sofocante. Le recordó a Louis de los últimos tres años que habían pasado en esta tensa situación, ser compañeros obligadamente, únicamente juntos por su compromiso con la banda. Quería irse, tal vez por una caminata para aclarar su cabeza. El intenso frío podría detenerlo de arruinar esto incluso más.

"¿Cómo está Eleanor?"

La boca de Louis se abrió. "¿Qué?" No estaba seguro de que, incluso, dijo la palabra o la respiró, como un dragón que lo haría con el fuego, o entre dientes como si fuera una serpiente.

Harry se encogió de hombros. "Creo que si me preguntas de Nick, puedo preguntarte sobre Eleanor." Dijo.

"¿En serio?" Louis dijo. "¿Estás hablando en serio?"

Harry frunció los labios, de la manera en la que lo hacía cuando estaba tratado de evitar decir algo. O evitando decir alguna estupidez, por ejemplo. Demasiado tarde.

Si estaba tratando de hacer una comparación entre Eleanor y Nick. Louis tenía que reírse. De hecho, lo hizo. Él rió.

"Lo siento," dijo. "No puedes estar seriamente comparando a mi barba anterior con tu maldito novio."

"Él no es mi novio," Harry dijo.

Louis soltó una risa condescendiente. "Correcto. Lo siento de nuevo. ¿Estás comparando a una mujer, que ni siquiera puedo mirar más, con un hombre al que te estás follando?"

Harry bebió el resto de su cerveza y se levantó, la silla chillando demasiado fuerte en los pisos de madera. Apretó las manos en la mesa. Era una postura firme. Louis probablemente no debería haberlo encontrado atractivo. Por desgracia, encontraba que todo lo que Harry hacía, en cualquier calidad, era atractivo hasta la muerte.

Y tan furioso como estaba en ese momento, no quería nada más que inclinarse sobre él en la mesa y tenerlo justo donde estaba, así como así.

"No quiero pelear contigo, Louis. No es por eso que viniste aquí. Realmente no sé por qué estás aquí, pero dudo que sea por esto," Harry dijo. "Así que. Iré a tomar una ducha e iré a la cama y hablaremos de nuevo por la mañana."

Dijo todo con tanta calma. Louis se quedó momentáneamente sin palabras. Porque cuando tenía diecisiete, Harry gritaría y tal vez, lanzaría algo al otro lado de la habitación y terminaría su espectáculo encerrándose en el baño a murmurar para sí mismo y llorar.

Pero ese no era el mismo Harry que estaba parado frente a Louis ahora. Este Harry era fresco y estaba entero mientras colocaba su plato en el fregadero y salía de la habitación.

Louis no se movió hasta que escuchó la ducha abrirse unos minutos más tarde. Y, entonces, se puso de pie y se metió en la habitación de huéspedes. Cerró la puerta y se sentó en el borde de la cama, mirando por la ventana al otro lado.

Esperó y escuchó que Harry cerraba la ducha y abrió la puerta del baño. Hubo un momento de silencio. Se imaginó a Harry de pie ahí, con gotas de agua goteando de su piel lisa y de las puntas de su cabello.

Cuando eran más jóvenes, este era el punto en el que Harry vendría arrastrándose a la cama, desnudo y diciendo que lo sentía y listo para perdonar. Ellos se acurrucarían juntos. Louis le permitiría a Harry desnudarlo con sus manos temblorosas. Y se besarían y se besarían y besarían el dolor lejos. Por la mañana, no habría tiempo para disculpas. Sin embargo, las únicas palabras que tuvieron en la noche fueron dichas por la presión de su piel.

Louis no sabía cuánto tiempo Harry se había quedado fuera de la habitación ahora. Parecía como si hubiesen pasado horas antes de oír el suave golpeteo de los pies de Harry en el suelo, alejándose de él.

Siempre alejándose de él.

"Mierda..." murmuró. Permaneció así durante otra hora y, de alguna manera, tropezó de forma irregular hacia el sueño.


❄❄❄


Agosto, 2013.

La naturaleza de sus discusiones cambió con el tiempo. Al principio, casi no discutían en lo absoluto. Las pocas veces que lo hicieron, Harry se refería a ellas como "desacuerdos" o "debates" porque términos como "pleito", "pelea" o "discusión", eran demasiado agresivos en su opinión.

Su primera verdadera discusión fue tan tonta que Louis, eventualmente, no podía recordar de qué se trataba. Recuerda a Harry lanzando su teléfono a través de la habitación del hotel. Lo cual, era estúpido. Louis dijo. El teléfono golpeó la pared y dejó un hueco que probablemente, deberían pagar. Louis se lo dijo, también. Harry le dijo, tan amablemente como pudo, que se callara.

Había irrumpido en el cuarto de baño por una ducha, puntuando su salida cerrando de golpe la puerta. Louis recordaba cómo había deseado que la puerta fuera de un tipo que sólo podía cerrarse suavemente.

Fue una estupidez y estaban borrachos y cuando Harry salió después, le dijo que lo sentía y le preguntó a Louis si podía darle un blowjob. Louis, por supuesto, dijo que sí. Si todas sus discusiones sucedían de esa manera, estarían bien.

Y luego, vino Eleanor.

La primera vez que Harry la conoció, no la odiaba. De hecho, parecía que le gustaba mucho. Se les había dicho que ella iba a ser la respuesta a sus problemas. Ella le permitiría a Louis más libertad y seguridad al final. La libertad para salir del clóset cuando quisiera. Seguridad por los constantes rumores y el escrutinio sobre Harry y él. Ellos nos estaba preparados para que la gente supiera. No se dieron cuenta en el momento, que su disquera tampoco estaba lista. Que el mundo no estaba listo. Que nunca podría ser.

En aquel entonces, las mentiras los mantenían seguros y estaban agradecidos por ello. Harry estaba agradecido.

Lo que pasa con las mentiras, sin embargo, es que empeoran. Son heridas ocultas bajo vendajes sucios, que no pueden curarse hasta que se limpian y se les permite algo de aire.

Mirando hacia atrás, Louis no puede precisar dónde ni cuándo empezó. En su memoria, sucedió rápidamente. Un día, Harry estaba disfrutando una taza de té con Eleanor y él. Al día siguiente, no podía soportar estar en la misma habitación con ellos. Creando excusas de por qué no podía ir a una fiesta o un evento en particular. Y ninguno de ellos tenía diversión cuando Harry no estaba ahí.

Y ese fue el principio del fin, de las discusiones reales y rabia. Los celos, celos irracionales. Louis no la quería. Por supuesto que no. Se lo dijo tanto a Harry. Pero ese no era realmente el problema.

Harry creció odiando todo. Odiaba las mentiras. Odiaba ocultarse. Odiaba a Eleanor. Se odiaba. Odiaba a Louis.

Y le tomó un tiempo, pero Louis finalmente comprendió.

Su última discusión se deslizó sobre ellos como una serpiente en la hierba. El día había comenzado alto. Como que, Louis estaba literalmente drogado, posado absolutamente feliz en el regazo de Harry con un porro pasando de allá para acá entre él, Harry y Zayn. Dentro de la habitación del hotel, Niall y Liam estaban gritando sobre un juego de FIFA.

Harry estaba siendo particularmente tierno. Lo más probable, porque anoche habían tenido otra discusión. O Harry había discutido y Louis se había quedado dormido en el sofá, con sus audífonos enterrados en sus oídos. Por lo general, no se mordía la lengua o medía sus palabras. Pero a veces, no podía razonar con Harry. Y anoche, Louis no tenía ganas de intentarlo.

Temprano en la mañana, Louis le había metido los dedos hasta el delirio y le lavó el pelo en la ducha y le pidió el desayuno. Y todo fue perdonado, o eso parecía.

Fumaban, mientras miraban adormilados a Londres. Era temprano en la mañana, un par de horas quedaban hasta que necesitaban vestirse para el estreno de This is Us. Al que, probablemente, llegarían tarde de todas maneras.

Zayn murmuró "No tengo ganas de ir a esta cosa en lo absoluto, hombre."

"Sólo tienes que hacerlo," Louis dijo, con un suspiro.

"Deberíamos salir después. Hacer algo divertido, sólo nosotros, ¿sabes?" Zayn dijo. Y, teniendo en cuenta que era, probablemente, el más introvertido de todos ellos, tenía que significar mucho si proponía la idea.

Todos estaban cansados de las cosas de la industria y permanecer encerrados en sus habitaciones de hotel durante la gira. Habían tenido un par de semanas de descanso del tour, pero Louis estaba empezando a sentir la tensión perpetua que envolvía a Harry y a él, por la falta de aire fresco y el tiempo que pasaban separados.

"Definitivamente, te apoyo," Louis dijo. Pasando el porro a Harry. "¿Qué hay de ti?"

Harry abrió los labios para que Louis metiera el porro entre ellos. Louis lo observó tomar dos bocanadas rápidas antes de que Harry se apartara. Sus brazos se apretaron alrededor de la cintura de Louis. "Suena bien. Si vas, yo voy."

Zayn tosió. Se giró y le gritó hacia la puerta de vidrio. Niall y Liam miraron hacia ellos. "Saldremos esta noche. Nosotros cinco," Zayn dijo a través del pequeño espacio donde estaba abierta la puerta. Niall y Liam alzaron sus pulgares.



Así era como siempre había sucedido.

Estarían bien, correcto. Serían normales, reirían juntos, coquetearían, como siempre lo habían hecho en los primeros días de su relación. Y, entonces, Eleanor aparecería por alguna aparición planificada, entre otras cosas, y como si hubiesen accionado un interruptor, Harry retrocedería. Se quedaba quieto, irritable y, finalmente, desaparecía. Literalmente, Louis miraría a su alrededor y él se habría ido.

Eleanor estaba con él para el estreno. Tomaron algunas fotos a medida que salían de la limusina, justo antes de entrar a Leicester Square, y entrando a la limusina cuando el evento había terminado. Encontró a Harry de vuelta en el hotel, parado silenciosamente, de espaldas a la puerta.

"No ha sido tan malo," Louis dijo, quitándose los zapatos. Todavía tenían un poco de tiempo antes de reunirse con los chicos. Harry no respondió, desplazándose a través de su teléfono por un segundo. Louis se armó de valor, antes de preguntar: "¿Quieres algo para beber?"

"Creo que estoy bien," Harry respondió, dejando sus propios zapatos en el pie de la cama. Levantó los zapatos de Louis y los dejó también, dejando un molesto espacio adicional. Pero nadie le pidió que hiciera eso.

"Nadie te pidió que hicieras eso," Louis comentó con indiferencia, haciendo estallar la parte superior de una lata de cerveza.

"Está más ordenado de esa manera," Harry dijo. "Tienes tu propia habitación en la que puedes quedarte, si no te gusta."

Louis enganchó un brazo sobre el respaldo de la silla. Lo miró. "¿Quieres que me quede en mi habitación?"

Harry se rió con voz entrecortada. Se quitó el blazer y la extendió hacia el extremo de la cama.

"¿Haremos esto toda la noche otra vez?" Louis dijo con un suspiro. "¿En serio?"

"¿Hacer qué?"

Louis hizo un gesto hacia él. "Claramente, estás molesto."

"Estoy bien," Harry dijo.

"Pero, no estás bien. Puedo decir que no estás bien. Ambos sabemos que no estás bien," Louis dijo. Difícilmente, nunca lo estaba.

"Si te molesta tanto, sólo ignórame."

Louis bajó la lata de cerveza. Ni siquiera la había tocado. "¿Qué clase de lógica es esa? ¿Por qué haría eso, cuando sólo te molestará más?"

Harry negó con la cabeza, agachándose hacia su equipaje. Notablemente sacó una camiseta y la dejó sobre la cama. "No quiero hablar de ello. No estoy buscando pelea."

"Está bien," Louis dijo, rebotando su rodilla. "Bien, ¿saldrás con los conmigo y los chicos aún?"

"Realmente, no tengo ganas," Harry dijo, recogiendo la camiseta de la cama.

Louis apretó la mandíbula y su puño. "Bien. Nunca te sientes con ganas, pero está bien."

Agarró los cigarrillos de su mesita de noche y salió al balcón, dejando la puerta abierta sólo un poco. Oyó el sonido de la ducha un segundo más tarde, así que decidió encender el cigarrillo que tenía entre sus labios.

Se quedó ahí, apoyado en la barandilla hasta que terminó y aplastó la colilla del cigarro en el cenicero que mantenían ahí. Consideró fumar otro, pero entonces, el agua de la ducha dejó de sonar. Se deslizó de nuevo en la habitación y golpeó ligeramente la puerta el baño con la punta de su dedo índice.

"Voy a entrar," dijo, en voz baja. Esperó un segundo más antes de empujar la puerta.

Harry estaba de pie frente al espejo, empujando una peineta por su pelo, toalla blanca alrededor y libremente por su cintura. Sus ojos se encontraron en el espejo, y Harry miró hacia abajo rápidamente, pero no lo suficientemente rápido. Se pasó el brazo por debajo de la nariz. "Podrías haber llamado."

"Lo hice," Louis dijo. Tamborileó con sus dedos la puerta. "¿Por qué lloras?"

Harry negó con la cabeza. "Sólo necesito estar solo, Louis. ¿Por favor?" Puso sus ojos enrojecidos de nuevo sobre él. "¿Podría, simplemente, estar solo?"

"Harry," Louis dijo. Su voz se quebró vergonzosamente. "No te puedo ayudar si no me dejas ayudarte."

"No puedes ayudar. Punto," Harry dijo. Alcanzó su cepillo de dientes y lo cargó con dentífrico. Cuando colocó el cepillo en su boca, parecía un final claro a su conversación. Louis lo miró durante un tiempo más, realmente aterrado de lo que les estaba pasando, por su falta de comunicación, sabiendo cuán fácil eso podría matar una relación. No quería que murieran. No sabía cómo salvarlos, tampoco.

Cerró la puerta del baño, recogió las llaves de la mesa y salió de la habitación, su molestia y frustración haciendo que sus pies se movieran como si la tierra estuviera en llamas.

No regresó durante dos horas.

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