2 de noviembre del 2020

Querido baterista,

Otra vez estoy aquí escribiendo una carta para ti, no sé porque me sorprende debí de haberlo deducido cuando ayer volví a agarrar una pluma para escribir de nuevo en la primera carta que te hice, hay una parte de mí que todavía no te olvida supongo que eso es lo que me motiva a escribir una nueva carta para contarte lo que paso durante todos esos años que no te escribí ni te vi.

Acabo de terminar de leer la carta donde te hablo de mi pulsera mágica.

Esa pulsera se rompió unas semanas después de que te escribí la ultima carta, me puse muy triste creo que hasta llore, no me acuerdo muy bien, me encantaba esa pulsera sobre todo porque siempre que la usaba te veía, después de varias semanas no había forma de que negara esa teoría, me acuerdo que había días en que no ibas a la escuela y pensaba que en realidad eran coincidencias el verte todos los días que usaba la pulsera, pero después te veía en la salida y volvía a creer completamente en su poder.

Después de que se rompió la pulsera le quite el dije y por un par de años trate de encontrar un brazalete que le quedara, pero no encontré ninguno, con cada uno de los brazaletes que usara hacía que me sintiera rara, no se sentía bien, incluso se veía ordinario y ya sabia que no era de esa manera.

Lo guarde en un cajón, se mantuvo ahí por un tiempo yo creo que años, estuvo mucho tiempo guardado, tanto que ni siquiera me acordaba del dije, hasta hace unas semanas que me lo encontré.

Una serie de recuerdos vinieron a mí, recuerdos que había mantenido en el olvido por muchos años, es extraño que vuelvas a mi mente después de tanto tiempo.

Hace unos días me encontré con una cadena de un collar que nunca me gusto y pensé en ese dije de corazón, lo puse en la cadena todavía no usaba el collar y ya sabía que esa era la opción correcta se sentía bien, especial, mágico, así como cuando tenía 12.

Creo que ahora si voy a poder usarlo nuevamente y quien sabe tal vez todavía conserve su poder.

Tuya,
Sunshine.