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Capítulo XVIII - El Nuevo y el Trío

Hola gente bonita!
Dos cosas antes de iniciar el cap:
1- Este cap inicia con una elipsis de tiempo con respecto al cap anterior.
2- De qué creen que tratará el Cap con sólo el título? Dejen sus respuestas antes de leer, si alguien adivina, responderé una pregunta de lo que quieran.

Ahora si... A lo que vinimos ✨

Había pasado más de mes y medio de lo ocurrido en Oncheon, los actores habían regresado a Seúl, sin embargo, las cosas cada vez marchaban de mal en peor, tanto que Minho se había apartado incluso de Jeongin. Esa última noche en Oncheon había sido realmente desastrosa y el castaño solo quería poder volver a su vida normal, cuando aceptó aquel papel no pensó que las cosas se complicarían a este punto.

El sonido de pisadas rápidas resonaban en la solitaria calle, aún era de madrugada y hacía un poco de frío pero no lo suficiente para detener su andar.

Minho trotaba alegremente mientras su celular reproducía la pegajosa melodía de uno de los grupos que escuchaba recientemente gracias a la recomendación de Juyeon. El actor iba cavilando en sus pensamientos que no se dio cuenta la figura que se acercaba rápidamente por detrás.

El extraño apresuró el pasó y depositó una de sus manos sobre el hombro de Minho, el castaño gritó de forma aguda por el susto, giró rápidamente y propinó un fuerte puñetazo a la cara de su atacante.

―¡Ay! ―se quejó el hombre mientras retrocedía un par de pasos.

Minho abrió sus ojos con sorpresa al reconocer las enormes manos de Juyeon aferrándose a su nariz.

―¡Yeonie! ―exclamó acercándose al hombre.

―El mismo ―respondió sin apartar las manos del rostro―, tienes una mano pesada.

―¡Oh Yeonie! Lo siento tanto, yo no quería... aunque al parecer mis clases de defensa personal sí sirvieron...

―No te preocupes, sé que no fue intencional, y en realidad fue mi culpa, no debí tocarte el hombro si ibas distraído, debí llamarte con más insistencia, creo que haré eso la próxima vez y... de verdad funcionaron tus clases ―dijo intentando aligerar el ambiente fallando en el intento con una pequeña mueca de dolor en su rostro.

―¿Me llamaste? No te escuché, estaba ido en mis pensamientos. ¿Duele mucho?

―Me di cuenta... Ya no tanto, también fue más la impresión que otra cosa ―una ligera sonrisa cruzó su rostro―. ¿Qué tanto pensabas para ir tan distraído a estas horas?

―En nada en particular, en realidad sólo estaba escuchando una de las canciones de la lista de reproducción que creaste para mí ―dijo mientras sonreía tímidamente.

―¿Cuál escuchabas?

―Beautiful de ONF.

―Es una de mis favoritas, es bastante movida y te da energía para entrenar.

―Lo es, creo que también es una de mis favoritas ―admitió―. ¿Qué hacías por aquí tan temprano?

―No es tan temprano, es la hora perfecta para ejercitarse y bueno... ―Juyeon rascó su cabeza con nerviosismo―, quería invitarte a desayunar antes de ir al set, al cual también podríamos ir juntos.

Minho sonrió ampliamente y asintió varias veces, Juyeon sonrió de vuelta. Ambos hombres comenzaron a trotar nuevamente mientras platicaban de cualquier cosa.

«Después de haber regresado de Oncheon, el elenco había sido informado que un nuevo actor se uniría al drama protagonizando al antagonista amoroso de la pareja, el director Kim había especificado que quería hacer un triángulo amoroso y por eso contrató a un actor-modelo que radicaba en el extranjero pero que era perfecto para el papel.

Una semana después de la gran noticia, habían presentado a Lee Juyeon al equipo y como si todos planetas se hubieran alineado, Minho y Juyeon habían hecho química al conocerse. Como si fueran amigos de toda la vida, habían descubierto que tenían bastantes cosas en común, como bailar o la alergia al polen, así que rápidamente se hicieron amigos e intercambiaron números de teléfono. Luego de eso, las salidas espontáneas o el llegar juntos a trabajar se habían vuelto parte de la rutina de ambos, Minho aún recordaba las palabras de Jeongin.

―¿Ahora haces ejercicio? ―Había preguntado incrédulo. Ciertamente, no conocía hace mucho a Minho, pero lo conocía lo suficiente para saber que el chico odiaba el ejercicio a excepción de bailar.

―Hmmm... Yeonie dijo que lo acompañara, que el ejercicio sería bueno hasta para despejar la mente y liberar tensión... ―sonaba a una excusa barata pero necesitaba salir de su rutina o su mente lo traicionaría más de lo que ya lo hacía después de lo ocurrido en Oncheon.

―¿Yeonie? ―La voz de Jeongin sonaba molesta por alguna razón―, ¿Ahora llamas a Lee Juyeon así?

―¿Hay algún problema con ello? ―preguntó a la defensiva.

―¿No es muy pronto para llamarlo con tanta confianza? Digo lo conocemos hace apenas tres días...

―Nos llevamos bastante bien, tenemos más cosas en común de lo que parece...

―No importa que tanto tengan en común, eso no significa que lo conozcas ―Jeongin estaba molesto―. ¿Es por lo que pasó con mi hermano?

Minho lo observó, mordió sus labios y no respondió, no quería hablar de lo ocurrido en Oncheon esa última noche.

―Tu silencio me hace creer que estoy en lo correcto, ¿acaso no somos amigos? ―reclamó, un pequeño puchero se empezaba a formar en sus labios―. Hyung tampoco me quiere contar qué pasó entre ambos pero sé que él tampoco está mejor que tú.

Minho lo miró de soslayo, su corazón se estrujaba cada vez que pensaba en Christopher Bang y se había prometido solo tratarlo como compañero de trabajo y no más que eso, se había cansado de no saber qué quería el rubio, ¿era o no era?»

La voz de Juyeon lo sacó de sus pensamientos.

―Lo siento, ¿qué decías? ―preguntó con vergüenza al no prestar atención a su acompañante.

―¿Qué tal tu desayuno? ―respondió de forma amable, había notado ese día lo particularmente distraído que estaba el actor pero no quería presionar, sabía que cuando llegara el momento, el chico frente a él hablaría.

―Está delicioso...

Luego de haberse ejercitado por más de una hora, había decidido aceptar la invitación de Juyeon e ir a desayunar a algún lugar tranquilo, pero él se había vuelto a perder en sus propias cavilaciones ignorando a su compañero.

―Me alegro, ¿te parece si mientras pago, terminas tu desayuno? ―dijo consultando su reloj de mano―, estamos a tiempo para las grabaciones.

Minho asintió y observó a su compañero alejarse en dirección al cajero. Se permitió deleitarse con la vista que Juyeon le regalaba.

Cuando los presentaron hace un mes, no tenía ninguna expectativa de cómo sería su nuevo compañero de trabajo hasta que lo vió entrar. Juyeon era bastante alto, calculaba que media alrededor de un metro ochenta, él tenía que levantar su cuello para lograr verlo a los ojos. El alto tenía una piel bronceada, ojos más rasgados que los suyos y una sonrisa sincera. Luego de empezar a conocerse, también descubrió que era demasiado amable y considerado a pesar de ser mayor que Minho y tener alrededor de diez años de experiencia en el modelaje y la actuación además de tener un físico de infarto.

Y ese dia no era la excepción, observó con detalle la forma en que la camisa blanca delineaba los hombros de Juyeon, y se ocultaba en sus pantalones negros ajustados, los cuales junto a la faja que vestía, marcaba su delgada cintura. Minho creía que era bastante injusto que su acompañante tuviera piernas tan largas y estilizadas, era una belleza viviente, como si hubiera nacido de los mismos ángeles, tanta perfección en un ser era irreal.

Aún se encontraba debatiendo de lo injusta que era la naturaleza, Dios o tal vez los genes familiares al otorgarle semejantes rasgos al moreno cuando éste se volvió dándose cuenta como Minho mantenía una mirada intensa puesta sobre él. Utilizó su sonrisa de galán de telenovela y se acercó a su amigo.

―¿Te gusta lo que ves? ―dijo sin vergüenza.

Minho se sonrojó como un tomate y desvió la mirada hacia otro lado.

―Si... ―susurró pero fue lo suficientemente audible para que Juyeon soltara una carcajada.

Minho lo volteó a ver y alzó una ceja.

―No me burlo, si eso es lo que crees, solo no esperaba tu honestidad de pronto, aún no me acostumbro a tu personalidad, eres bastante impredecible, pero si te hace sentir mejor, a mi también me gusta lo que veo... y mucho.

Minho no pensó que sus mejillas podrían ponerse aún más rojas. Juyeon tenía ese efecto en él, aunque sólo eran amigos.

Minho recordó cómo una semana después de conocer a Juyeon, este le había dicho que tenía los lunares más lindos que había visto en su vida, especialmente el de su nariz, Juyeon había continuado dando cumplidos hacia el castaño cada vez que podía pero sin sobrepasar los límites, eso había hecho que Minho se sintiera en confianza y también alagara al moreno mínimo una vez a la semana.

―Aún podrás disfrutar de esta escultura de museo durante el resto del día, pero por ahora debemos irnos si ya terminaste de desayunar, no quiero que el director Kim vuelva a gritar por que ambos llegamos tarde.

―Estoy listo ―dijo Minho levantándose.

Juyeon le tendió un brazo el cual aceptó gustoso y ambos salieron del local en dirección al auto del moreno.

―¿Desde cuándo te importa que el director Kim te grite? ―preguntó curioso.

En lo poco que llevaba de conocer al alto, sabía que no le importaba la opinión del director, ni la de nadie, no estaba seguro si sería prepotencia, pero con lo poco que lo conocía dudaba que algo así fuera posible.

―En realidad me da igual lo que diga ese de mí, pero a ti si te importa, así que no quiero que él te afecte ―dijo mientras arrancaba el automóvil―. Además, no quiero que Bang ande más insufrible que de costumbre, ¿no has notado que cada vez que llegamos tarde su humor se vuelve... terrorífico?

Minho hizo una mueca, que Juyeon notara lo apático que era Christopher últimamente, no le agradaba.

―... He escuchado que es un artista bastante demandante, que la puntualidad es una de sus características principales, y que espera que sus compañeros sean igual que él...

Juyeon continuó hablando sin notar que el castaño a su lado ya no le prestaba atención.

Minho guardaba la esperanza en lo profundo de su corazón que la mala actitud del australiano se debía a que estaba celoso de la repentina cercanía de él con Juyeon pero luego recordaba lo vivido en Oncheon y sufría un golpe de realidad. Definitivamente Christopher Bang no se celaria por algo tan estúpido como llegar con un amigo al trabajo, menos por que era Minho. Creer que algo había o hubo entre Bang y él era muy iluso de su parte, no después de lo que Jisung, Christopher y Felix protagonizaron esa última noche en aquel bar y luego en el hotel.

―Llegamos justo a tiempo ― dijo Juyeon apagando su automóvil. Salió del mismo, dio vuelta y se apresuró a abrirle la puerta a Minho.

En el tiempo que llevaban de compartir, Minho había descubierto lo caballeroso que era el modelo, siempre tenía ese tipo de gestos con él que lo hacían sentir estimado.

Ambos hombres entraron al set en dirección al área de maquillaje, por el camino las personas se les quedaban viendo y uno que otro murmullo los seguía. Los dos eran conscientes que desde que llegaban juntos, los chismes se habían multiplicado alrededor.

Al entrar al lugar asignado, ya varios de sus compañeros se encontraban ahí, saludaron amablemente pero no pasó desapercibido para ambos la mirada de odio que Felix le dedicó al castaño.

En una esquina se encontraba Han, el cual al ver al castaño, agachó la cabeza y desvió la mirada, desde la última noche en Oncheon, Minho había decidido romper toda clase de lazo con el de mejillas abultadas y aunque el chico había querido arreglar la situación, el castaño se negaba a volverle a hablar.

En el lado contrario estaba el australiano, quien solo siguió el recorrido de ambos actores mientras apretaba con fuerza la mandíbula, sentía repulsión hacia Juyeon, lo había conocido en alguna pasarela, sabía que no era mal tipo pero odiaba como Minho le sonreía y el moreno aprovechaba cualquier ocasión para pegarse al castaño tal cual sanguijuela.

Juyeon no era tonto, tenía mucha experiencia en la industria para saber que entre Christopher y Minho había algo más que trabajo aunque su amigo nunca le hubiera comentado algo al respecto, ni la más minima insinuacion, también había notado cómo por alguna razón que desconocía, el castaño ignoraba al extranjero y éste irradiaba mal humor cuando él se acercaba o tenía algún gesto bonito con Minho que rayara de la amistad. De vez en cuando le gustaba ser malo, así que disfrutando el momento propicio, rodeo los hombros de Minho con su brazo y le susurró un cumplido, logrando que éste se pusiera rojo y que el australiano entornara los ojos mientras bufaba, tal vez el castaño no lo notó pero él sí y creía que su nuevo pasatiempo favorito era fastidiar a Christopher Bang.

―¿Te parece si después del trabajo salimos a comer? ―preguntó casualmente Juyeon hablando más alto de lo normal para que cierto rubio escuchara mientras dejaba sus cosas en un sillón y se acomodaba frente al espejo esperando que alguna maquillista lo atendiera.

―Hmmmjumm, suena bien ―confirmó Minho imitando las acciones de su amigo.

―¿Qué se te antoja?

―No lo sé, tal vez spaghetti italiano, o unos tacos mexicanos, o una paella española o...

―Unas salchichas alemanas con cerveza ―dijeron al unísono provocando que estallaran en risas.

―¿Seguros que no son pareja? ―preguntó la maquillista de Minho.

―Están demasiado sincronizados ―confirmó la de Juyeon.

―Solo nos conocemos bien ―afirmó Juyeon sin negar las alegaciones de las maquillistas.

―Creo que se verían bien juntos.

―Creo que sería mejor que se apuren, ya vamos a empezar a grabar ―dijo la fría voz de Christopher antes de salir del área.

Ambas maquillistas se asustaron y comenzaron a trabajar más rápidamente, tener en contrata al australiano no era bueno para sus curriculum.

―No le hagan caso, sólo quiere seguir siendo puntual ―tranquilizó Juyeon.

Luego del incómodo momento, ambos salieron al set. Ese día tenían bastantes escenas por grabar, incluida una pelea entre el personaje de Christopher y el de Juyeon y un beso de reconciliación con el personaje de Minho, el cual había pasado mentalizándose toda la noche para hacer una sola toma y no tener que estar cerca del australiano más de lo necesario. Su corazón se apretujaba con sólo verlo y sin querer recordaba lo ocurrido en Oncheon.

Luego de casi diez horas de grabación, y haber logrado que la escena del beso se logrará en tres tomas, Minho se sentía agotado no sólo física sino también mentalmente, no podía negar que besar al australiano era su kriptonita pero luego recordaba todo y se volvía a sentir miserable.

―Iré primero al baño ―informó Minho a Juyeon.

Juyeon asintió tomando el bolso del contrario.

―Te veo en el parqueo, no tardes, tengo hambre.

Juyeon acarició suavemente la mejilla de Minho antes de irse en dirección contraria. El castaño sonrió para sus adentros y entró a los sanitarios.

―No sabía que eras tan cercano a Juyeon, ¿acaso están saliendo?

Minho pegó un brinco, no supo de dónde había salido el australiano, pero por el tono de voz, claramente estaba enojado.

―Lo que yo haga o no, no es de tu incumbencia ―dijo encaminándose a un cubículo.

Christopher se adelantó y lo tomó de la muñeca haciéndolo girar con fuerza.

―Es de mi incumbencia cuando veo que le coqueteas descaradamente y...

―Si le coqueteo o no, tampoco es de tu incumbencia ―respondió enojado tratando de zafarse del agarre del rubio―, ¿podrías soltarme? Me lastimas...

Christopher empujó al castaño contra la puerta de uno de los cubículos, sin importarle la queja de dolor del contrario. La ira lo consumía, no podía ver más allá de lo que sentía.

―No te bastó primero coquetear con Changbin a pesar de tener pareja, luego con Hyunjin que estaba en una situación similar, luego con Han, uno de mis mejores amigos, conmigo mismo y ahora con este tal Juyeon ―dijo escupiendo rudamente las palabras sin percatarse como los ojos de Minho se cristalizaban―, ¿A qué juegas? ¿Qué se necesita para satisfacer tu necesidad de...

Christopher no pudo terminar de hablar, el fuerte sonido de su mejilla siendo golpeada por la palma de Minho cortó el aire.

―¿Quién crees que eres para juzgarme? Tu no estás en mis zapatos para saber lo que pasó con ellos y que en realidad fueron malentendidos y aunque supieras, tampoco tienes derecho ―gritó mientras gruesas lágrimas caían por sus mejillas―. No soy una puta, aunque al parecer eso es lo que piensas de mí ―cada palabra que dejaba salir lastimaba su ya deporsi herido corazón―. No, Christopher, no tienes derecho a reclamarme nada, tu y yo no somos nada, ni lo seremos, no después de que te acostaras con Felix y Han cuando no lo quise hacer contigo en Oncheon.

Sin querer escuchar más, Minho le dio un fuerte rodillazo al rubio en la entrepierna para liberarse del agarre y así salir corriendo del baño en busca de Juyeon. 

¿Qué les pareció el Cap?

¿Se lo esperaban?

¿Alguna teoría para el futuro de la historia?

De paso les recomiendo esta historia si les gusta el misterio, nunca había leído un fic que lograra ponerme la piel de gallina como este. skylinjie

Si me quieren recomendar alguna historia para leer con confianza 😉

Con amor,
Ami 🐯

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