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Capítulo VIII - La Fiesta

El gran piano de cola en el centro del set se veía imponente, su color negro brillaba reluciente, intimidante según Minho y ahí estaba él observándolo teniendo una batalla interna con el piano como si se tratara de una gigante bestia. Suspiró pesadamente, en algunos minutos gritarían acción y ya no habría escapatoria, decidió que lo más sensato era apartar la mirada de aquel instrumento o tendría otro ataque de ansiedad. Recorrió con la mirada el set hasta que su mirada se posó en una estantería, y ahí encontró su salvación, la única idea que tal vez podría salvarlo de esa situación y rogó al cielo que el australiano le siguiera la corriente.

Por su lado, Christopher estaba siendo regañado por Seungmin.

―¿Cómo pudiste dejar que te golpeara? Ustedes ya no son adolescentes hormonales, sino adultos responsables, ¿cómo vamos a explicarle al director Kim ese labio partido e hinchado? ―Seungmin sin pensarlo le dio un golpe en la cabeza al rubio el cual lo fulminó con la mirada―. No me hagas esa mirada, tu te buscaste este problema y ahora yo tendré que ver cómo lo soluciono. Llamaré a las maquillistas, tal vez puedan hacer algo para disimular el golpe.

―Déjalo así Seungmin, deja que todos lo vean, y así sabremos de que es capaz ese novato, déjame probar y ver cómo improvisará esta vez.

A regañadientes Seungmin aceptó y se fue a su lugar bufando y hablando consigo mismo cosas que Chris no alcanzó a escuchar.

El director Kim comenzó a llamar a todo el mundo a sus posiciones, Christopher esperaba fuera del aula esperando su momento para entrar a escena, mientras Minho se encontraba junto al piano con los ojos cerrados.

―¿Todos listos? ―preguntó Woojin, recorriendo el set con la mirada―, ¡Acción! ―gritó cuando vio todo en orden.

Minho abrió sus ojos y deslizó suavemente su mano por el borde del piano, abrió la tapa que protegía las teclas y tocó un Do que retumbó por todo el salón, sonrió como si aquel sonido fuera lo más hermoso que sus oídos hubieran escuchado jamás. Luego de unos segundos, recorrió con la mirada lo que se suponía era un aula y su mirada se detuvo en una estantería, caminó hacia ella, fingió que leía los títulos de los libros y tomó uno de un llamativo color rojo con dibujos en la cubierta.

―¿Qué está haciendo? ―susurró un miembro del Staff al lado de Jeongin.

El pelinegro observó la escena que estaba intentando crear Minho pero no entendía qué hacía, se suponía que debería estar tocando el piano para que Chan pudiera entrar en escena. De reojo observó al director Kim, parecía que se debatía entre gritar corte por durar tanto en tocar el piano o dejar que Minho siguiera improvisando, al parecer la segunda opción sonaba tentadora para el director, pues siguió observando la escena sin abrir la boca. Jeongin volvió a concentrar su atención en Minho.

El castaño pasaba las páginas del libro sonriendo con melancolía, se detuvo en una y caminó hacia el piano sin dejar de observar aquella página. Tomó asiento en el taburete del piano, colocó el libro en el atril y puso delicadamente las manos sobre las teclas, luego suspiró terminando en una cálida sonrisa y comenzó a tocar.

Para sorpresa de todo el Staff, Minho estaba tocando una canción de cuna para niños de escuela, nadie entendía qué estaba pasando, él debía tocar otra canción. Sin embargo, Christopher había entendido aquella melodía como su señal para entrar en escena aunque se tratara de una canción completamente diferente.

El australiano abrió con curiosidad la puerta del aula y asomó la cabeza buscando al autor de aquella canción, y luego se deslizó lentamente en el lugar sin hacer ruido y sin apartar la mirada del castaño, como si estuviera hipnotizado por la imagen.

Todos detrás de las cámaras se impresionaron al ver el labio partido y un poco hinchado que tenía el australiano. Jeongin se removió en su asiento, Chan no tenía esa herida cuando actuó con él ni cuando recogieron a Minho una hora atrás, pero se podía hacer una idea de quién había podido causar esa herida, suspiró agotado y dirigió una rápida mirada al director, el hombre no apartaba sus ojos del set y se mordisqueaba las uñas, probablemente ahora sí se debatía entre continuar o no, pero algo captó su atención, Jeongin volvió a dirigir la mirada a la escena.

Minho había dejado de tocar, se había levantado y miraba asustado la cara de Christopher, al parecer tampoco sabía que le había pasado y lo había tomado desprevenido, solo quedaba improvisar.

―¿JongWoon-ssi? ―salió un hilo de voz.

―Kyuhyun... ―susurró Chan.

―¿Qué haces aquí? No, ¿Qué te pasó? ―preguntó acercándose al aludido.

El australiano rió, su risa llenó el lugar, era cálida y despreocupada.

―Escuché el piano y sentí curiosidad por quién tocaba una canción para niños en una escuela de adolescentes.

Minho se sonrojó y se colocó frente al rubio.

―Vi el libro y quise tocar esa canción, fue la primera que aprendí en el piano, me la enseñó mi difunta madre, solo me sentí nostálgico ―dijo en un tono que parecía tristeza.

Aquello estaba funcionando, todos estaban sumergidos en aquella extraña improvisación. Jeongin sonrió, Minho era rápido creando escenas y Chan era bueno captando ideas para actuar acorde a la situación.

―Fue una buena interpretación ―dijo sonriendo mientras sus hoyuelos aparecían en su rostro y luego se quejó de dolor―. ¡Ay!

Instintivamente Minho elevó su mano hasta el rostro de Christopher y le acarició el labio.

Los labios del australiano eran grandes, asimétricos, pero se encontraban un poco hinchados por el golpe. Minho movió sus ojos de forma que sus largas pestañas parecían saludar a Christopher. El rubio bajó su mirada y la conectó con el castaño, podía ver en ella la curiosidad, la timidez, el deseo y hambre pasional. De pronto, Christopher bajó su mirada hasta los rojos labios de Minho, el castaño se mordió el labio inferior, lo estaba incitando, sin pensarlo el rubio se dejó llevar, sin saber si eran los sentimientos de Jongwoon o su propia curiosidad quien lo hacía inclinarse hacia Minho.

Estaban a unos cuantos centímetros de distancia, ambos podían sentir la respiración del otro, un poco más y podrían unir sus labios, sus narices se tocaron en una cálida caricia.

―¿Sabes tocar? ¿Quieres tocar esta canción conmigo? ―invitó Minho en un susurró dulce sin apartar la mirada del australiano.

Christopher no se alejó, levantó su mano y acarició la mejilla de Minho.

―Sí lo sé y me encantaría ―dijo en un ronco susurro.

Minho sonrió, era una sonrisa amplia, una sonrisa de enamorado. Tomó la mano de Christopher, lo arrastró hasta el piano y se sentaron juntos. Ambos chicos tenían sus mejillas teñidas de un pálido color rosa.

―Es extraño tocar una canción para niños ―comentó Christopher.

Minho lo miró y sonrió.

―No es una canción de niños ―dijo suavemente―, es nuestra canción.

Christopher le devolvió la sonrisa y ambos comenzaron a tocar la canción.

―¡Corte! ―gritó Woojin.

Minho se levantó como un resorte del taburete y puso distancia, Christopher rió por la acción de su compañero pero también se puso en pie esperando los comentarios del director.

―Eso fue muy ingenioso, casi mágico ―dijo Woojin mientras aplaudía, ambos actores hicieron una reverencia―. Chris, hombre, ¿qué te pasó en el labio?

―Un golpe inesperado, pero al parecer funcional ―dijo sonando amable.

―No deberías dañar tu fabuloso rostro de esa manera ―dijo coqueto, el australiano sólo sonrió―. Ya saben lo que viene, revisaré una vez más la escena y les avisaré que tal quedó, pueden descansar.

Dijo antes de dar media vuelta y marcharse con parte del Staff.

―¿Una canción de cuna? ¿En serio? ―se burló Chan.

―Perdón por querer improvisar ―dijo Minho, jamás iba admitir sus nulas habilidades en el piano frente a ese actor.

― ¿Sí sabes que la canción que Kyuhyun y Jongwoon tocan en esta escena, la tocan luego en otra y por eso es tan importante para la trama? Es la canción de ellos como pareja, no es una simple canción de cuna por un sentimiento unilateral de uno de los personajes.

―¿Entonces por qué me seguiste la corriente? ―reprochó haciendo un puchero.

―Era eso o exponerte como un inepto musical y tener que recrear la escena una y otra vez hasta que tu pianeo sonara decente.

Minho abrió su boca ofendido, por qué tenía la sensación de que Christopher era omnisciente, ¿cómo averiguó que no tocaba más allá de lo básico?

―Y para responder a tu pregunta, siempre hago investigaciones previas de mis compañeros de reparto para poder actuar mejor ―dijo al ver la expresión contrariada del chico, era como un libro abierto―. Leí que solo llevaste un curso de piano como trainee, no hay que ser muy inteligente para saber que en seis meses jamás aprenderías a tocar como Beethoven a menos que fueras un genio musical cosa que sinceramente dudo.

Minho frunció los labios, odiaba el tono arrogante con el que le hablaba el australiano, odiaba su prepotencia, odiaba que sus piernas temblaran como en ese momento. ¡Dios! por primera vez en su vida había deseado besar a uno de sus compañeros de trabajo, tuvo que pegarse mentalmente para no cometer semejante error, pero por qué tenía que ser con ese rubio oxigenado, aún podía sentir las cosquillas en su cuerpo, tenía el impulso de tirársele encima y continuar dónde él había interrumpido. Se volvió a golpear mentalmente por tener esos pensamientos.

«Minho, no estás siendo profesional, contrólate» se regañó internamente. «¿Acaso él se siente igual? Claro que no, deja de soñar, Christopher ni siquiera te nota más allá de los ensayos, así que comportarte»

Minho suspiró y esperó pacientemente al lado de un pensativo australiano hasta que Woojin regresó.

~ ✯ ★ ✯ ★ To Be or Not to Be? ✯ ★ ✯ ★ ~

Después del segundo ensayo, pasaron un par de días en los cuales tuvieron tres ensayos más de otras escenas. Fiel a su racha, Minho había vuelto a cometer uno que otro error, como quebrar un jarrón después de que Christopher le susurrara seductoramente al oído y erizara los vellos de su cuello, o tropezar cuando tomaba un batido el cual por error había caído sobre la camisa blanca del uniforme de Chan echándolo a perder y no pudieron grabar hasta que encontraron un repuesto varias horas después, pero perdieron tanto tiempo en eso que Chan tuvo que cancelar unos compromisos importantes provocando que Minho recibiera la ira y los fríos comentarios del australiano durante un buen rato.

Pero finalmente habían terminado los ensayos y Woojin pronto avisaría quién había obtenido el papel principal junto a Christopher. Por otro lado, el director había invitado a todos los participantes del drama a una fiesta en su casa para celebrar oficialmente el inicio del drama.

La manager de Minho había avisado a último momento que no podía asistir al evento pues tenía una situación familiar de emergencia, así que Minho estuvo de acuerdo en asistir un pequeño rato a la fiesta para no quedar en mal, él no era mucho de fiestas, pues era un mal bebedor y no quería dejar una mala impresión a su nuevo equipo de trabajo, más de la que ya podían tener por sus fallos anteriores. Aún recordaba cómo Chan se quejaba con su manager alegando que nunca había trabajado con alguien tan torpe y eso había sido suficiente para saber que todo su esfuerzo no había sido suficiente para impresionar al actor.

Era el día de la famosa fiesta del director y Hyuna había enviado varios mensajes a Minho de la dirección del lugar y cómo comportarse, como si fuera un niño o un artista en su primer trabajo.

Woojin vivía en una grande y bonita casa en el barrio de Cheongdam-dong. La fiesta había sido programada a las siete de la noche, sólo faltaba una hora y Minho aún se debatía en qué vestir, si escoger un conjunto para llamar la atención o uno más sobrio.

―Tal vez algo intermedio sea lo mejor ―combinó su ropa hasta que estuvo de acuerdo consigo mismo que iba a vestir, también se tomó varios minutos para decidir qué accesorios usar, todo debía estar en armonía.

Le tomó un poco menos de treinta minutos vestirse, peinarse y aplicarse un poco de maquillaje para resaltar sus facciones en la noche. Luego llamó a un taxi que lo llevaría hasta la casa de Woojin, él no vivía tan lejos solo que no contaba que el tránsito estuviera más pesado de lo normal, por lo que había durado más de cuarenta minutos en llegar a la casa del director. Cuando por fin arribaron, ya habían una veintena de carros estacionados en la entrada, la música sonaba a todo volumen e incluso se podían escuchar las ventanas vibrar.

Antes de bajar del taxi, Minho pagó y agradeció al conductor por el servicio, luego se dirigió a la puerta que estaba abierta, entró por ella y visualizó un amplio vestíbulo iluminado por luces láser, en el fondo se encontraba un DJ animando la fiesta con música electrónica a todo volumen, el vestíbulo estaba lleno de personas, algunos volteaban a verlo de pies a cabeza y otros lo saludaban con sonrisas a las cuales él correspondía por educación.

Aún se encontraba de pie en la puerta cuando se dio cuenta de qué no tenía a nadie con quién hablar, que literalmente había asistido solo a la fiesta. Se sintió como un tonto ahí de pie sin saber que hacer. En una esquina visualizó la cabellera negra de Jeongin, no es que fuera muy cercano al joven actor pero era eso o quedarse solo en alguna esquina. Cuando estaba a unos pasos de distancia se percató que el chico no estaba solo, sentado en una silla frente a él, con un vaso lleno de alguna bebida alcohólica, estaba Christopher, Jeongin le decía algo y él reía, sin pensarlo dos veces, Minho giró sobre sus talones y huyó del lugar, lo último que deseaba era entablar una conversación con el australiano, mucho menos después de lo ocurrido en el set. Sintió su garganta seca, así que mejor se acercó a la mesa de bebidas y eligió algo suave pero refrescante, nada de alcohol se recordó mentalmente.

―¿Lee Know?

Minho volteó hacia dónde escuchó su nombre mientras sorbía su bebida. Abrió sus ojos con completa sorpresa, por un segundo pensó que era el loco de grandes mejillas del otro día pero tuvo que admitir que no esperaba lo que veían sus ojos. Frente a él estaba aquel modelo alto, guapo como los ángeles, con un bello lunar bajo un ojo y dueño de unos carnosos labios, vestía una camisa blanca medio abierta y unos pantalones negros ajustados. Aquel modelo podría ponerse una bolsa encima e igual luciría perfecto pensó Minho, ese pelinegro era injustamente atractivo.

―¿Sí? ―preguntó curioso.

―¿Vienes solo? ―sonrió coquetamente.

Minho sonrió igual de coqueto y asintió.

―¿Te gustaría acompañarme? Vine con un amigo pero lo perdí de vista así que tal vez ya encontró algo o alguien con quien divertirse.

―¿Por qué alguien tan atractivo como tú querría pasar su tiempo conmigo?

―Por que juntos nos vemos bien, destacamos bastante, ¿y quién no desearía acompañar al protagonista del drama?

Minho rió, el chico era divertido, y ¿por qué no? Era un buen partido, tal vez esta vez tendría suerte.

―No creo destacar tanto como dices y el papel aún no es mío...

―Créeme que eres bastante llamativo y el papel también lo será ―dijo tan seguro que parecía clarividente, Minho internamente deseo que fuera así―. Hwang Hyunjin, puedes decirme Jinnie. ―tendió una mano en dirección a Minho.

El castaño levantó una mano para estrechar la contraria, cuando unieron ambas manos, Hyunjin levantó la mano de Minho y depositó un cálido beso en el dorso de la mano. El castaño no pudo evitar sonrojarse, Hyunjin le ofreció un brazo y lo guió por el vestíbulo. Un globo de felicidad se comenzó a inflar en el pecho de Minho, Hyunjin era caballeroso, definitivamente esa sería su noche de suerte.

Pasó gran parte de la velada hablando con el pelinegro, Hyunjin resultó ser alguien bastante agradable y divertido, también culto y apasionado por el modelaje, pero claro con un rostro como el de él, cómo no serlo. Debido al gran bullicio del ambiente, Hyunjin había pasado susurrando en el oído del castaño, provocando un leve sonrojo en las mejillas de este. De vez en cuando Hyunjin levantaba la cabeza mirando hacia atrás de Minho para luego regresar su mirada al castaño y acariciar su cabello con delicadeza y ternura, si la gente los viera creerían que era una pareja de enamorados, por la cercanía que mantenían. Llevaban un buen rato en eso, Minho estaba seguro que Hyunjin solo comprobaba que nadie los estuviera viendo antes de hacer algún gesto cariñoso, y era comprensible, había muchas personas que podían malinterpretar la situación. Era la primera vez que alguien era tan atento cuando sólo llevaban varios minutos de haber hablado por primera vez. Pero bueno había personas que estaban destinadas a ser desde el primer cruce de miradas, eso creía Minho, o al menos quería creer que eso había pasado con Hyunjin.

Luego de dos horas de agradable plática con el modelo, la cual Minho agradeció infinitamente a los cielos por tan buena suerte, apareció detrás de él un chico de cabello rosa, muchas pecas en su rostro y vistiendo ropa blanca tan ajustada que resaltaba su esbelto cuerpo. Minho sonrió al ver una cara conocida por fin.

―¡Lix! ―exclamó con alegría.

―¿MinMin? ―preguntó asombrado ―pensé que no habías venido, digo la fiesta empezó hace un par de horas y hasta ahorita te veo con... ¿Jinnie?

―Hola Lixie, ¿se conocen?

―Eso debería decir yo...

―MinMin es mi primo.

Minho había pasado tantas sesiones trabajando solo con Christopher y Jeongin que había olvidado que su primo también era parte del reparto y eso que lo había visto en la primera reunión, ser olvidadizo era una de sus características principales. Jinnie observó a ambos chicos asombrado intentando buscar el parentesco.

―Sí, somos primos por parte de papás ―afirmó Minho―. No nos parecemos en nada, cada uno salió a la madre.

―Ahora todo tiene sentido ―rió Jinnie―. Bueno... ¿MinMin?

Minho rió ante la inseguridad de Hyunjin.

―El amigo del que te hablaba es Felix, así que el mundo es realmente pequeño.

―¡Lo es! ―Minho volteó hacia su primo― ¿Lix, por qué si viniste acompañado abandonaste a Jinnie?

―¡Oh, lo siento! ―se disculpó― me entretuve hablando con mi futuro esposo.

Minho hizo cara de confusión, ¿Quién podría haber cumplido las altas expectativas de su primo en esa fiesta? Él no podía creer que hubiera alguien mejor que Hyunjin, pero claramente su primo no hablaba de él luego de abandonarlo por más de dos horas.

―¡Oh vamos MinMiin! No hagas esa cara, si tu eres un maldito suertudo ―golpeó el hombro de su primo.

Si Minho antes estaba confundido, ahora se sentía peor, probablemente su cara hablaba por él por qué su primo respondió su incógnita.

―Hablo de Christopher Bang, ¿quién más podría aplacar a semejante bombón?

Minho rió y se atragantó provocando que un poco del líquido que estaba bebiendo resbalara por la comisura de sus labios, Hyunjin rápidamente rebuscó en sus bolsillos y le tendió un pañuelo para secarse.

―Gracias ―le dijo a Hyunjin y luego cuestionó a su primo―. ¿Estás loco? ¿Cómo vas a decir que ese orangután es un bombón?

―Lo es, por eso es el protagonista sin necesidad de audicionar...

―Eso es un tema aparte que no tiene nada que ver con la belleza o ser un bombón ―refutó el castaño― Es talentoso...

―Y jodidamente sexy ―añadió Felix.

―No lo puedo creer...

―Compruébalo por ti mismo ― tomó por los hombros al castaño y lo giró sin delicadeza.

Minho no se había dado cuenta que estaban ubicados en un lugar perfectamente visible hacia donde se encontraba el australiano y sus amigos, los cuales incluían a Jeongin, el manager de Christopher, Changbin y Jisung. Minho comprobó que cada miembro de ese peculiar grupo le transmitía una sensación diferente. Estaba Jeongin con su perfecta y dulce sonrisa que no se apagaba, ¿acaso no le dolerían las mejillas por sonreír todo el tiempo?, luego estaba Changbin que reí por algún comentario que le decía el castaño a su lado, la camisa negra que usaba se ajustaba perfectamente a su pecho y sus grandes brazos, ¿olería otra vez a ciprés? También estaba el manager Kim, con quien chocó miradas por un breve instante, Seungmin, creía recordar que era su nombre; ¿era idea suya lo estaba matando con la mirada en ese preciso momento? Tal vez el reflejo de las luces le estaban haciendo una mala pasada. Luego estaba Jisung, con solo verlo Minho se asustó, al parecer el chico no se había percatado aún de su presencia y él esperaba que siguiera así, no quería tener a ese acosador cerca. Y por último estaba el australiano, vestido completamente de negro, su pálida piel parecía brillar en contraste con su ropa, tenía un vaso de licor en sus manos del cual bebía lentamente, desde ahí podía notar su manzana de Adán moviéndose resaltando su marcada mandíbula. Sin previo aviso, Christopher levantó la mirada conectándola con la de Minho, fueron unos segundos ininterrumpidos de reconocimiento ajeno combinado con un extraño deseo hasta que escuchó como Felix suspiraba a su lado.

Rápidamente rompió el contacto visual y se giró nuevamente hacia los otros dos chicos.

Felix chilló ―¡Está viendo hacia aquí! Creo que por fin capté su atención.

Minho tragó fuerte, podía sentir la mirada del australiano clavada en su espalda pero ¿podría él haber captado la atención del rubio? Alejó ese pensamiento de su mente, ni en su sueño más loco eso pasaría, por Dios estaba a la par de Hyunjin que brillaba sin estar debajo de una luz y del otro lado estaba Felix vistiendo ese conjunto viéndose apetecible, su primo definitivamente sabía venderse. Y luego estaba él, que no destacaba.

Hyunjin llamó a un mesero y tomó un par de vasos con un líquido rojizo dentro, le tendió uno a Minho, el castaño se iba a negar no quería tener alcohol en su sistema, pero recordó la mirada que Christopher le había dedicado, sus rodillas temblaron en respuesta, sin pensar tomó el vaso que Hyunjin le ofrecía y se lo bebió de un sorbo, arrugó la cara por el fuerte sabor que inundó sus papilas gustativas. Hyunjin intercambió miradas con Felix pero ninguno comentó nada al respecto.

―¿Qué tal si bailamos? ―propuso Felix.

Hyunjin miró a Minho esperando una respuesta del chico, no lo iba a dejar solo, pero para su sorpresa el castaño sonrió ampliamente.

―¿Qué estamos esperando? ― tomó las manos de ambos chicos y los arrastró hasta el centro de la pista donde comenzó a moverse al ritmo de la música y cuando un mesero pasó a su lado tomó un vaso con licor y lo bebió tan rápido como el anterior.

En el otro extremo del salón, el grupo de Christopher observaba la pista de baile. El australiano podía escuchar la respiración acelerada de Seungmin, podía notar como apretaba los puños con fuerza, seguro que la estaba pasando mal al ver al pelinegro bailar tan sensualmente frente a tantas personas, rió internamente, Hwang era tan infantil como su manager. Jeongin se mordía su labio intentando reprimir un puchero, seguro que él también quería bailar, pero todos en ese grupo eran pésimos bailarines por eso estaban ahí hablando. Changbin solo bebía de su vaso y de vez en cuando lanzaba una mirada al DJ, casi como si pudiera leerle el pensamiento, sabía que su amigo moría por empujar al DJ y poner música verdadera, no ese molesto ruido con el que animaba la fiesta. Por otro lado, Jisung por fin se había dado cuenta del castaño y miraba con codicia como bailaba, ni parpadeaba con tal de no perderse ningún detalle.

«¡Vaya espectáculo!» pensó Christopher. Dirigió su vista hacia la pista de baile escaneando de pies a cabeza a su supuesto compañero.

Debía admitir que el castaño sabía vestir, estaba usando una camisa roja de satin que se le ceñía bastante bien, tenía unos cuantos botones desabrochados dejando ver su blanquecina piel, usaba unos pendientes con cadenas a juego, y por último estaba ese ajustado pantalón de cuero, que marcaba sus curvilíneas piernas y realzaba su redondo trasero. Lo admitía era una buena vista, y Jisung tenía razón, el chico era más guapo de lo normal, claramente él jamás admitiría eso en su sano juicio y mucho menos en voz alta, probablemente era el licor jugándole una broma.

Se relamió los labios, Minho tenía las mejillas completamente rojas y una leve capa de sudor hacía que el cabello se le pegara a la frente, el chico comenzó a mover sus caderas sensualmente, escuchó un pequeño jadeo de parte de Jisung y se vio así mismo tan hipnotizado por la escena al igual que su amigo. Christopher no podía apartar la vista del castaño, de sus movimientos sensuales y su hermoso sonrojo. Se maldijo internamente por estar disfrutando del espectáculo.

Felix y Hyunjin colocaron a Minho en el medio de ambos y comenzaron a restregarse mientras bailaban. Ninguno estaba realmente en sus cinco sentidos, estaban un poco ebrios y sólo se estaban dejando llevar por el ambiente. Felix se encontraba frente a Minho y se movía lo más sensual que su cuerpo le permitía mientras apoyaba sus manos sobre los hombros del castaño. Hyunjin se encontraba bailando pegado a la espalda de Minho, se notaba como descaradamente rozaba su pelvis contra los firmes glúteos del castaño, tenía una mano depositada en uno de los muslos del chico y la otra lo sujetaba por la cadera, así lograba pegarlo más a su cuerpo. Minho había echado su cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro de Hwang.

Christopher apretó la mandíbula esos idiotas estaban haciendo una escena, poco más y estarían teniendo sexo frente a todo el equipo de producción. Cómo si su mal genio fuera una señal de humo, vio cómo el castaño ladeaba su cabeza y depositaba sus ojos sobre él directamente, su mirada era tan provocadora, sensual, adornada del sonrojo de su piel, una mirada dedicada a él, una mirada que envió una fuerte ola de calor a su entrepierna.

―¡Mierda! ―murmuró y se precipitó hacia la salida de la casa. Si se queda ahí cometería una estupidez que luego no podría reparar. Si había algo de lo que se sentía orgulloso era de poder controlar sus deseos carnales.

Minho se encontraba muy mareado, no podía pensar con claridad, sólo podía sentir el aliento de Hyunjin sobre su cuello, se sentía bien ese cálido toque contra su piel, ladeó el rostro y conectó su mirada con los ojos del australiano, sintió sus rodillas reaccionar ante la profunda mirada del hombre, sintió el impulso de irlo a sacar a bailar y tal vez algo más pero justo cuando se iba a mover observó al rubio levantarse y largarse del lugar. Ver la reacción del rubio se sintió como un balde de agua fría, como una fuerte patada en el estómago o tal vez era solo su estómago, sí, era su estómago revuelto. Minho salió corriendo torpemente en busca de algún sanitario dejando atrás a sus amigos. Abrió varias puertas viendo algunas escenas comprometedoras hasta que por fin encontró lo que buscaba, rápidamente se acercó al servicio y expulsó todo lo que había ingerido y bebido durante la fiesta. Se sentía mal, asqueroso y sudado, cuando por fin terminó de vomitar, se sentó en el piso del baño y apoyó su cabeza entre sus brazos.

¿Qué acaba de pasar? ¿Había intentado seducir a Christopher Bang? Con sólo pensarlo se le erizaba la piel, qué clase de espíritu exhibicionista se había apoderado de él que lo impulsó a actuar como un necesitado sexual y frente a todo el Staff.

―¡Tierra trágame y escúpeme lejos de aquí! ―sollozó.

Lo peor había sido ver como Christopher desaparecía ante el espectáculo que él le estaba ofreciendo de gratis.

―¡De seguro ahora si me odia! ―gimoteó―. No me va a considerar profesional por no poder contenerme ni en una fiesta, ¡una fiesta en la que aún no soy el centro a diferencia de él! ¡Soy solo un novato!

Sentir frustración y vergüenza no le hacían justicia a los sentimientos que apretaban su corazón, por qué no podía ser más maduro, o más audaz, tal vez así le agradaría a Christopher, en realidad ni siquiera sabía por qué le caía mal, simplemente no congeniaron desde el inicio, ellos no estaban destinados a ser.

Luego de varios minutos donde se autocompadeció de su miseria y vergonzoso comportamiento, decidió que lo mejor sería huir de aquel lugar, luego pensaría que decir si alguien sacaba el tema a flote.

Estaba por salir del baño cuando escuchó unos gritos al otro lado de la puerta, asustado iba a abrir y curiosear cuando reconoció las voces, se quedó de piedra al escuchar que mencionaban su nombre en medio de la discusión. 

Hello! 👋🏻
Espero les haya gustado el Cap, lo reescribí varias veces por que encontraba cosas que no me gustaban o sonaban terrible.
No olviden dejar sus comentarios
Muchas gracias por leer,
Ami💕

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