A Jesús M.

Querida Annik:

Estoy escribiéndote entre rastrojos rotos, cortinas quebrándose y ciudades muriéndose. He esperado hasta verte dormida en tu cama con cubierta de cuadros, para salir a la calle y empaparme del sabor desnudo de la carretera. No es un sabor que me guste, no es como el camino de gracia que hay en tus labios, cubiertos de un verde rosado. Un jardín lleno de plantas y la carretera solo tiene ríos, ya que los asfaltos se los han llevado tus piernas despertando a la marea. Pero he esperado porque no quería cubrir el suelo de tu silueta con más miedos, con más derrumbes que solo traen mis ojos acostumbrados a las líneas de teléfono sombrías y cortadas.

No hace falta más coartadas, más mentiras, que cubran mi boca para no aceptar la verdad de que estoy enamorado de ti, y que cuando no estás te echo increíblemente de menos, como la luna fría.

Hay cosas que se me van últimamente de las manos, mientras que estoy sumido en un profundo silencio, del que no puedo salir.

Como antes lo era pasear por la King Street West cerca de Deansgate,y Butter Lane oyendo el usualmente menospreciado ruido de los pájaros que parecen acompañar a los que vamos por la vida en silencio.

No somos deprimentes, no somos estúpidos, no somos idiotas, solo intentamos escuchar la guerra que llevamos dentro, intentando apagarla como si fuera un cigarro que no sabe fruncir nuestra propia monotonía.

Como te iba diciendo, esos paseos los hacía normalmente para ir a mi trabajo de vendedor en Rare Records. Era un lugar raro, pero todo un lugar para un adolescente como yo. Que se tiraba el tiempo escuchando música en su pequeño y oscuro despacho, solo bajo la pequeña luz de un flexo y viendo el jardín desde la ventana. Mientras el tiempo transcurría como un tren en el agua de las aceras o en la ventana. No obstante, era agradable que los días transcurrieran en esa tranquilidad, en esas cámaras telefónicas, no eran cabinas, como te las encuentras en el Manchester de la calle. Eran mesas con una línea de teléfono, pero te podías sentar a escuchar música en un radiogram. El radiogram es como un mueble que tiene dos partes, un tocadiscos y una radio, por lo que es mucho más simple escuchar música. Yo tenía uno en mi dormitorio, en casa de mis padres. Mamá dice que conservo el dormitorio cuando quiera. Creo que nunca te he enseñado los posters que guardo en esa habitación. Jimi Hendrix, sobre todo, Libros de Worsworth, cantidad de libros debería confesar. Los poemas que alguna vez compuse que nunca he mostrado a nadie.

Era un lugar sí, incluso para leer los mundos escondidos en las espaldas giradas de las canciones.

Manchester era diferente en aquellos días, más pequeño de lo habitual, ahora es demasiado grande.

Pero conocerte me calma.

Las calles de Macclesfield y Manchester no obstante, son algo oscuras, como si parecieran callejones parcialmente nublados. Pero no es algo que pueda extrañarte, tú has estado aquí, y aunque vivieras algún tiempo aquí, sabrás que el clima casi siempre lluvioso y nublado es algo deprimente.

He vivido también en New Monston casi tres años, y obtuve un trabajo durante un año en Woodford.

Pero después, he estado trabajando para the Manpower Services Commission, como te dije, ayudando a buscar trabajo.

Siempre me han gustado los edificios de la calle Brigde. El nombre Brigde Street grabado en las aceras como si fuera una firma expuesta en la plata. Un acertijo se mueve en cada esquina por la que caminas. Un rompecabezas que es fácil recordar porque todo lo que guardamos está lleno de misterio. Incluso puedes encontrar poesía en la bandada de pájaros cayendo contra los apretujones de la lluvia en un tejado traspuesto. He visto botellas de Jack Daniel's en muchos bares, en multitud de afueras de los conciertos. Vasos sujetos por manos que se mueven histéricas, corazones que se abultan en los talones. Y también he visto el líquido del alcohol en tus ojos, esta noche, cuando todo estaba en penumbra. Tu cuerpo era lo único que destacaba entre las fuente de sábanas. Tú eras todo lo que yo inspiraba. Todo lo que mi alma podía respirar, y todo sobre lo que mi mente deseaba escribir.

Se puede decir que hay anhelo en mis ojos azules. Pero hay algo en los tuyos pardos, que me quitan la capacidad de hablar, que me impiden dejar de mirarlos, no sé si es anhelo, porque también he visto, romanticismo, pasión, dulzura y lujuria en ellos. He visto tantas cosas que dudo mucho que mis cartas sean transparentes en eso, o que la tinta sea capaz de emborronar el significado de lo que hay en ellos. De eso que ambos sentimos, y puede sentirse al tocar los sentimientos en cada página. Tú, que sabes de amor y de pureza, sabes que cualquier cosa que no se interprete con sus verdaderos sentimientos puede ser tachado de locura, o de sobreesfuerzo de escritura. O de irrelevante textura.

Por eso he decidido escribirte cuando estás bajo la influencia de los sueños, tal vez, cuando encuentres la carta doblada en tu escritorio bajo tus papeles, yo habré sacado el coche de tu puerta y me habré ido a Macclesfield. Prometiéndote vernos cuando podamos.

Con amor, Ian.

Buenas tardes, chicos, como os he dicho en el anuncio en mi perfil, tengo varias sorpresas en cuanto a mis historias sobre Joy Division. Sigo leyéndome el libro de Torn Apart: The Life of Ian Curtis, el cuál es un libro muy interesante. Escribir sobre Annik es un tema complicado, porque no hay mucha información aparte de la película Control, las entrevistas que ella dio, y este libro. Así que estoy súper agradecida a Mick Middles por haber escrito este libro.

Voy a intentar actualizar bastante seguido y mis poemas también.

Gracias a todos por el apoyo a esta historia.

 Para, Dreamy_IanCurtis

he pensado mucho en ti, mientras escribía esto. Te quiero.