Devotion and love
Ian reguló la intensidad de la luz de la lámpara, luego cruzó sus manos, juntando sus propios dedos. Sentía la garganta seca, pero no sabía de qué. Tal vez le faltaba el aire de un cigarro o tal vez que Annik le dijera algo.
Fingió interesarse momentáneamente por un pequeño rasguño en la pared, una marca como de clavos, los mismos clavos que lo unían con Annik, pero aunque magullara un poco, las marcas en sus dedos no eran tan intensas. Incluso podía imaginar cuando cerraba los ojos que sus dedos eran tierra y de allí nacían flores, Tulipanes de Holanda, quizá.
El fingir la atención en las distracciones diversas de la habitación de ese motel como en sus sombras oscuras, para posponer la hipotermia de la realidad que se tenían que decir. Él formaba aviones de papel con sus propios pensamientos, mientras ella leía la letra.
-Agradezco que me muestres algo tan íntimo porque sé que es algo que es algo que solo enseñarías a alguien que es capaz de bailar con tus demonios y que no le importa naufragar.
Y en efecto, eso era según Annik como decirle,
-Sé que no hay nada escrito y tú lo sabes bien, porque nosotros nos encontramos como se encuentran las huellas en la nieve, sabes que años atrás ha estado allí alguien, y quizá hace tan solo unas horas que se han ido. Pero no es solo el hecho de encontrar un fósil de algo que ha existido en el tiempo. Es el hecho, también de permitirle la entrada a algo más profundo y que lo lleves como colgante, anillo o pulsera o una marca en la pared del corazón. Que lo lleves como tu nombre y que sea tuyo. Era una entrada de baile , una entrada de baile en el tiempo. Porque ellos sabían que encontrar un amigo que te hable como un alma gemela no es tan sencillo porque a nadie le pasa. Y a quien le pase tiene el tesoro que pocos tienen.
Ian empezó a hablar viendo que su garganta caía en sus manos y que tenía que decir algo ahora que Annik había hablado, ahora que ella esperaba algo de él y no solo su mirada y sus ojos de cian frío, que parecían derretirse como los glaciares que caen al igual que las lenguas de nieve contra la explanada.
-Hace poco caminé poco antes de caer la noche, salí buscando algo en las escaleras, en el asfalto, en los grafitis desmesurados y sin conciencia repetí tu nombre una y otra vez, y ni siquiera sabía a quién llamaba verdaderamente. Y solo supe quién era, quiénes éramos cuando oscureció y vi la letra de Atmosphere sujeta por las estrellas, casi tambaleándose, rogando por llegar a mis manos. Y supe que ese era el principio de todo, Annik.
Se quedaron un rato en silencio, como si por cada palabra que no dijeran los acercaba más.
-Ven aquí, Ian – le dijo ella, dejando que Ian se recostara apoyada su cabeza en las piernas de Annik, mientras ella entrelazaba sus manos.
- ¿Te sientes mejor? – él asintió.
-Nunca me he dejado de sentir bien contigo, Annik. - Luego continuó. - Desde que nos conocimos siento que tenemos una conexión especial, de la que no sé si tú te has dado cuenta, pero que a mí me llama todos los días y a todas horas. Como si tuviera la necesidad de llamarte por teléfono o escribirte en medio del granizo, o durante un apagón de nieve. Lo haría, porque sé que eres especial, y sé que contigo no me va a faltar de nada.
Nota:
¡Hola! buenas noches y feliz 3 de agosto, oficialmente. Son las 1: 06 de la mañana y os subo este capítulo de To Annik, the flowerfield in my heart. No es muy largo, lo confieso pero bueno, voy a ponerme a escribir un capítulo más largo para la próxima. Lo prometo. Espero que al menos valoraís que he vuelto a actualizar desde abril. Mirándolo desde esta distancia parece como si hubiera pasado un año. Os mando un abrazo gigante. Por cierto, en multimedia está una caption que de todas las escenas de Control es mi favorita, creo que es muy íntima en el sentido de que con una mirada se dicen todo, y con pocas palabras se sienten unidos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro