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Confusion in his eyes.

Ian abrió los ojos sintiéndose algo raro, sentía su cuerpo muy pesado, y no recordaba haber tenido ningún ataque el día anterior. Tenía la sensación de haber dormido demasiado, y un regusto extraño en la boca, como a químico. También notaba la garganta seca, tenía muchísima sed.

Le ardían los ojos del cansancio, y no lo comprendía por lo mucho que había dormido. Además, con todo el ajetreo que habían supuesto los conciertos, y todo el trabajo que tenían por delante, le sorprendía que no lo hubieran llamado antes.

Era como si le molestara la luz que entraba por la ventana, y ni siquiera hacía mucho sol, estaba nublado. Cuando sus ojos se acostumbraron a la iluminación, reparó en que no reconocía su habitación. Un momento, esa no era su habitación, tampoco era esa su cama de matrimonio, ¿ o sí? ¿ Dónde estaba? Sintió un dolor punzante en la cabeza, y empezó a estar asustado. Se vio a sí mismo llamando a su esposa.

-¡Debbie! - intentó incorporarse de esa camilla incómoda mientras se esforzaba por recordar qué demonios había pasado esa noche, pero no lo conseguía. De pronto, un monitor empezó a pitar a su alrededor, sin descanso.

No pasó mucho tiempo hasta que entró Debbie. Miró a Ian que se encontraba desorientado y con los ojos rojos y brillosos.

"Cariño." Ian pudo ver en la mirada de Debbie preocupación, y se dio cuenta de que fuera lo que fuera que le hubiera pasado, había tenido suerte. Por el aspecto de su esposa comprendió que se trataba de algo grave, pues estaba pálida y muy asustada.

"Debbie." le dijo sintiéndose de pronto muy angustiado y triste. Debbie se recompuso como pudo y tomándolo de las manos cariñosamente lo trató de tranquilizar.

"No pasa nada, cariño. Estoy aquí. Voy a llamar a una enfermera." La mujer de Ian se dio la vuelta limpiándose rápidamente con la manga de la rebeca que llevaba las lágrimas que amenazaban con salir. Se esforzó por sonreír aunque solo quisiera llorar. Le aseguró que vendría enseguida con la enfermera.

Al quedarse solo, Ian tuvo un flashback en su cabeza. Recordó cómo le había dicho a Debbie que había tomado demasiadas pastillas y alcohol. Le repitió varias veces que lo sentía. Después cayó al suelo y se sumergió en un agujero negro. Después de eso, no recordaba nada más.

Al parecer había sufrido una sobredosis. Debbie, había llamado a una ambulancia, le habían lavado el estómago y ahora estaba en el hospital recuperándose.

Debbie se quedó con él cogiéndole de la mano hasta que el doctor le dio el alta.

Antes de salir del hospital llamó a Annik, aprovechando que Debbie estaba hablando con Tony Wilson y Lindsay sobre la posibilidad de que Ian se quedara unos días con ellos. Tenían la esperanza de que eso le viniera bien a Ian.

"Solo será un momento" - le dijo a Debbie. "Quiero decirle a Bernard y a los demás que estoy bien."

El semblante de la rubia se relajó. Ian aún parecía muy pálido, pero no veía problema en dejarlo un rato solo. A pesar de los acontecimientos de los últimos días, de que había estado actuando extraño, y de que iba mucho al bar, confiaba en él más que en nadie.

"Vale, cariño. Estaré en el coche."

Ian suspiró, sentía las esquinas de sus ojos aguarse, por lo que se pasó un dedo por los lagrimales. Notaba flojas sus piernas y sus manos débiles. Se terminó de abrochar el abrigo y caminó hacia la salida del hospital. Localizó la cabina telefónica más cercana a las puertas de la salida. Entró en el habitáculo de cristal y procedió a encenderse un cigarro. Estaba muy nervioso, cómo reaccionaría Annik cuando escuchara salir de sus labios que había intentado suicidarse. Él sabía que ya la había dejado bastante preocupada cuando se fue de Londres, pues el ataque epiléptico en el Rainbow lo había dejado realmente deprimido. Era un tema delicado, cuánto más, porque si le preguntaba no sabría decirle el motivo por el que lo había hecho. Había ocurrido todo tan deprisa. Ella se había ido a Bruselas el sábado, y a pesar de que los ataques habían sido constantes en ambos conciertos del fin de semana, ahora mismo ni siquiera sabía que se le había pasado por la cabeza para querer desaparecer.

Se miró los dedos, la mano que no sujetaba el cigarro le temblaba y empezó a temer derrumbarse contra el cristal por una convulsión y hacerse daño.

Se convenció a sí mismo de que solo eran los nervios y marcó aterrado el número de la embajada de Bélgica en Londres, dónde trabajaba Annik.

No podía posponer aquello más tiempo. Annik debía enterarse de lo que había pasado por él, no por sus compañeros.

La línea estuvo un buen rato comunicando, Ian apoyó su espalda en el cristal, mientras se llevaba el cigarro a los labios y daba una calada. Estuvo a punto de darse por vencido, pero echó una moneda más en la ranura del teléfono, por fin, se escuchó un sonido en la otra línea.

"¿Annik? ¿ Estás ahí? - tragó saliva con fuerza.

"¿Ian? Sí, aquí estoy. Perdona, estaba atendiendo a un cliente. ¿Desde dónde llamas? No reconozco el número.

El muchacho suspiró.

"Desde el hospital." Annik sintió un vuelco en el corazón.

"Espera...¿cómo que llamas desde el hospital? ¿Has tenido algún ataque muy fuerte y te has hecho daño? Oh, Ian, ¿ Por qué no has llamado antes, cariño?

Ian sintió que su estómago adolorido por el lavado de estómago se contrajo más.

"Lo siento, no he podido. He estado inconsciente hasta esta mañana." Annik tenía ganas de gritar y ponerse a llorar. Ian se sentía muy culpable y responsable de lo que había pasado. " Lo siento, lo siento. Annik, cariño. Por favor, perdóname."

La chica le habló con voz suave y su acento dulce belga.

"Ian, dime qué te ha pasado."

El de ojos azules se resignó.

"He sufrido una sobredosis. Cuando volví el domingo, y llegué a casa, no pude ni estar dos segundos en mi hogar, con mi familia, sin sentirme asqueado conmigo mismo. La epilepsia se me está yendo de las manos, y la situación en casa es cada vez peor. Fui al bar más cercano. La música era deprimente. Sentí que el ambiente del lugar no era más que un reflejo de mí mismo, y entonces me sentí peor. Bebí hasta que empezó a nublárseme la vista. Por suerte, pude llegar a casa y coger un bote de mis pastillas recetadas. Lo abrí y me tragué el contenido. Subí a mi habitación y le conté a Debbie lo sucedido. Me derrumbé al segundo. "

Se oyó un silencio por la otra línea, y después un ruido como de algo que se había caído.

"Dios mío, Ian. ¿ En qué estabas pensando?"
El negó con la cabeza.

"No lo sé, supongo que no era plenamente consciente de lo que estaba haciendo. No era dueño de mí mismo, Annik."

"No debiste hacer eso. Imagínate cómo me sentiría si te pierdo."

Una lágrima corrió por la mejilla de Ian.

"Lo siento. Lo siento tanto." Su voz sonaba rota.

"¿Cuándo podré verte? " Ian se alegró de escuchar esas palabras.

"Yo también necesito verte, Annik. Pues el 19 de abril damos un concierto en Derby. Creo que el lugar fue antes un cine. Podemos vernos allí, si quieres."
Annik reflexionó unos instantes.

"Parece mucho tiempo. Ahora me aterra que te pase algo antes de ese día." La voz de Annik sonaba quebrada, y eso destrozaba a Ian. Cuánto deseaba oír su voz alegre, confiada y risueña. " ¿ Me llamarás antes, o me escribirás para saber que estás bien?"

"Sí, te lo prometo, Annik."

Se oyó un suspiro.

"Está bien, tengo que colgar."
"Te quiero y te echo de menos." Le dijo él.

"Yo también te quiero y te echo de menos."













































Nota:


Hola chicos.

Pues con la actualización de hoy ya solo nos quedan unos 6 o 7 capítulos para el final. Mi idea es centrarme por ahora en esta historia y cuando acabe esta, continuar con Letters. Con todo, no sé si podré acabarla este verano, porque últimamente me cuesta mucho escribir y me supone muchísimo esfuerzo completar un capítulo y tampoco quiero saturarme. También, escribir este capítulo se me ha hecho complicado. Lo bueno es que los dos siguientes son algo más suaves, así que esos tal vez los escriba pronto y los demás los deje para más tarde, rollo septiembre u octubre. Por otra parte, tengo planeado algo interesante para el final del fanfic, no os puedo revelar nada todavía. Anyways, el capítulo de hoy tenía pensado escribirlo el 15 de julio porque sería el cumpleaños de Ian, pero, no pude escribirlo el lunes. Ayer fue mi santo, así que tampoco pude escribir, así que aquí me hallo hoy haciendo mis deberes para esta semana *-*. También tengo pensado hacer un book-trailer para esta historia. Por ahora no sé qué más contaros, me siento un poco disociada jajaja.

Os quiero mucho, gracias por el apoyo.

En multimedia os dejo un gif de control que creo que capta el aura de este capítulo.





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