Paternidad...

La palabra paternidad, aquella declaración que indica que dos individuos están emparentados genética o emocionalmente, el individuo padre y el individuo que nace o se cría a partir de el, pero también significa muchas cosas, algunos puede ser lo más importante, para otros una completa tortura, algunos que no son pocos no significa en lo más mínimo, pero también es una oportunidad.

Esa noche, en el laboratorio una de las tortugas se encontraba en vigía, sentado en la silla giratoria que ocupaba su hermano de púrpura,

El sueño imposible de ambas parejas de tener algún tipo de descendencia algo que sonaba irreal pero que sin embargo gracias a los recientes descubrimientos de la tecnología y bases que quedaron del Kraang junto con la inteligencia de su hermano genio permitieron la generación de lo precisamente captaba la completa atención del ninja de naranja.

Un huevo que resguardaba, lo más preciado para el y su pareja...su hijo...

Llevaba bastante rato en ese labor, no sabía cuánto exactamente pero estaba consciente que ya había pasado bastante tiempo, mirando sin inmutarse al huevo que se encontraba frente a sus ojos, guardado celosamente en la incubadora que le permitía vivir.

Resultaba cuánto menos curioso el hecho que sus tuviera ambos progenitores del sexo masculino...una de las principales razones por la cuál se había hecho a la idea de que jamás tendría descendencia propia con su amado...y ahora después de un arduo trabajo, su sangre y la de su pareja correría por las venas de ese pequeño...que segundo a segundo, aquella máquina le permitía la vida formándose dentro de ese cascarón.

No fue hasta que el ruido de la puerta de metal del lugar lo saco por completo de su trance, obligandolo a voltear al intruso.

—¿Leo?—notando su presencia en las puertas del laboratorio posiblemente para ir por un poco de agua a juzgar por el vaso que traía en una de sus manos.

—No te vi en la cama, supuse que estarías aqui—menciono dejando el vaso en uno de los estantes, para después acercarse despacio hacia donde estaba—Debes estar tranquilo, Donnie dijo que estará bien, todo está perfectamente cuidado e Inspeccionado—afirmó con calma.

—No es eso lo que me preocupa...—menciono el anaranjado.

El contrario arqueo una ceja —¿No? entonces...—dijo confundido a lo que este no le respondio—...¿Que sucede Mikey?...—volvio a preguntar

—No sé si seré buen padre...— murmuro con pesadez.

El de azul lo miro directamente mostrándose desconcertado—¿A qué te refieres?...

—Siempre quise tener una familia, pero en el fondo sabia que solo era un capricho que no podía cumplir...y enserio no sabes cuánto agradezco la oportunidad de ser padres...es solo que ahora...—dio un largo suspiro—tengo miedo...

El de las katanas lo miro un tanto extrañado, pero sin dudarlo paso sus brazos del respaldo de la silla a su torso para escucharlo con atención.

—Soy demasiado distraído, tampoco soy el ninja más calificado entre los cuatro, y cometo muchos errores...y si por mi culpa algo llegará a pasarle...no me lo perdonaría—volteo evitando su mirada—No sé si seré lo suficientemente bueno para el...— menciono cabizbajo ocultando su rostro entre sus brazos, casi como si tuviera vergüenza.

Captando perfectamente sus palabras, el líder no dudo ni un segundo abrazarlo con sumo cuidado, dejando que se recargara su rostro en su pecho.

 La insuficiencia para el rol de padre...por supuesto que lo entendía...

Se quedó quieto esperando pacientemente, mientras él también examinaba con detenimiento el huevo—todo va a estar bien...—murmuro fijando la miraba entre el huevo y su compañero—...¿Sabes que me gustaría que tuviera?—murmuro captando por fin la atención de Miguel Ángel que lo miro esperando su respuesta, a lo que el recargo sus manos en sus hombros para que lo escuchará—...Tu sonrisa, eso es lo que más amo de ti...—describio mientras sus mano pasaban de sus hombros a su cara—...esas pecas que tanto me enloquecen...—dijo rozandole la sus labios contra sus mejillas—...tu sentido del humor...— le dio un corto pero dulce beso en los labios—...Eres más que suficiente para el...—susurro mientras tomaba sus manos entre las suyas—...hay muchas cosas que te hacen especial, incluso mejor que cualquier humano o mutante, y quiero que todas ellas se hereden precisamente a nuestro hijo...—declaro acariciándole.

Dichas palabras no hicieron más que dejar casi boquiabierto al pecoso y como también un enorme rubor en sus cachetes, obligandolo a cubrirse con una de sus manos, dándole una apariencia mucho más tierna a la vista de Leonardo—No sé cómo lo haces, siempre sabes que decir...

El de las katanas le dedico una sonrisa, dejando que su rostro rozará deteniéndose en muy cerca de su oído—También yo tengo miedo...— confesó recargandose en el—tengo miedo de fallar en muchas cosas y de tampoco ser lo suficientemente bueno para el...lo he estado pensando desde hace varios días...Pero....

—¿Pero?—pregunto el más joven.

—Nadie realmente sabe cómo ser padre, eso es cierto...pero si sensei pudo hacerlo solo con nosotros, creo que ahora que somos dos en esto lo haremos bien, estoy seguro—aclaro dedicandole una sonrisa

El de naranja se le iluminó por completo la mirada, por inercia y sin poder evitarlo le plantó un beso a su amado quien gustoso se dejó llevar.

—Lo haremos juntos como siempre y para siempre—le susurro plantandole otro beso y dejando que su rostros se recargaran uno al lado de otro, concentrándose toda su atención en el cascarón que resguardaba a su pequeño.

Fue entonces que se percató como el huevo de a lado que correspondía a la otra pareja de tortugas ya tenía un nombre escrito en una pequeña etiqueta.

"Yuudai"

—Creo que ya es tiempo de pensar en un nombre—menciono el mayor.

El contrario volteo a ver hacia la misma dirección, dándose cuenta a lo que se refería su pareja—He pensado en varios...—aclaró poniendo su mano en su mentón

—¿Mikey el maestro de los nombres?—atino a decir el líder con una sonrisa de lado.

Este asintió con repentino entusiasmo—No podía dejar escapar esa tarea...claro si me lo permites...

Leonardo asintió sin quitar su sonrisa—¿Como te gustaría ponerle?...—pregunto curioso mientras lo miraba atento.

—Me gustaría decírtelo cuando salga del cascarón...—aclaro pasando su mano por detrás de la cabeza con cierto nerviosismo—...quiero que sea una sorpresa

—Entiendo—dijo con un asentimiento de cabeza y volviendo su vista a la incubadora—...cualquiera que sea el nombre...se que será perfecto

Se quedaron un rato más viendo el huevo, casi como si los hipnotizara en esa

Era claro que el cansancio también comenzaba a vencerlos, siendo el menor el primero que comenzaba a flaquear, cabeceando y cerrando sus ojos constantemente, cosa que el de azul no fue tan ajeno.

Aunque querían no podían quedarse a dormir en el laboratorio, por mismas órdenes del genio de no quedarse con los huevos más de lo debido, puesto que ya habían tenido problemas de sacar al temperamental de allí varias veces, al no querer despegarse tampoco de su propio huevo.

—Creo que ya deberíamos regresar a dormir—murmuró palmeandole su cabeza con suavidad para que reaccionara, recibiendo un leve movimiento de cabeza de Miguel Ángel.

Así que sin dejar de rodearlo se tomó la libertad de levantarlo por completo en sus brazos y dejándo que su cabeza se recargara en su pecho, casi como si fuera al estilo nupcial, cargándolo hasta su habitación.

Llegando a su cuarto compartido, lo recostó con suma tranquilidad, reposando en la vieja cama, Miguel Ángel se recostó.

Leo simplemente lo miraba con intensidad, pasando sus ojos por todo su cuerpo de repente, examinando a su compañero con detenimiento

Con cada paso de sus iris reafirmaba una y otra vez las palabras que le había dedicado en el laboratorio, y que si era preciso le diría una y otra vez sin cansarse.

El de ojos celestes al sentir su mirada sobre el y su porte serio pregunto—¿Que pasa?...

—Sabes a pesar de estar casados desde hace años nunca hicimos nuestra luna de miel oficial ¿recuerdas?—aclaro el de azul restregandose contra el.

—¿A qué te refieres—pregunto en un murmullo.

—Los niños siempre nacen a partir de la luna de miel—recalco usando un repentino tono seductor, que de inmediato hizo que el menor reaccionara repentinamente—y no falta mucho para que nuestro bebé nazca...

Miguel Ángel sabiendo a lo que se refería hizo que se le erizara la piel por completo, aumentando cuando Leonardo empezó a besarle el cuello con entusiasmo, incrementando su sensibilidad, causándole suspiros bajos.

Aquello no hizo más que avivar al de las katanas, al ver qué estaba logrando su cometido, separándose de repente en medio de sus atenciones—¿Cuál es tu respuesta Mikey?—se atrevió a preguntar cauteloso aunque era obvia la respuesta.

—Ah~hagámoslo—respondió finalmente el de naranja, haciendo que la sonrisa de su pareja se ensanchara aún más.

Dispuesto a complacerlo.

Con dicha aprobación, volvió a besarle el cuello reflejando su deseo en cada beso que daba, uno más húmedo y cálido que el anterior, añadiéndole lamidas y mordiscos leves para comenzar a encenderlo para el, descendiendo de su cuello hacia su torso dejando su aliento impregnado en el.

Concentrándose en el plastrón que cubría su pelvis, casi como si de un caramelo se tratase, mientras lo preparaba con sus dedos ya embarrados con el lubricante que ya había acostumbrado a guardar secretamente. No hizo más que causar la la excitación de su hermano quien ya tenía una erección entre sus piernas, rogando por su compañero, quién de inmediato captó su llamado pocisionamdose encima suyo mientras trabajaba en su entrepierna y en la propia, hasta que estuvo listo.

—Ah~ Le~o—jadeo en cuanto lo sintió adentrarse en el.

No tuvo que esperar casi nada, pues casi al momento en que se unió a el el más joven comenzó a mover sus caderas, para sentirlo más profundo en sus entrañas, tocando su punto dulce en el acto.

El mayor captando de inmediato que su pareja no quería juegos previos, gustoso empezó a moverse con frenesí, entrando y saliendo con fuerza, sabiendo que su compañero lo disfrutaba por completo, no solo con sus gemidos que no paraban de repetir su nombre, sino también la expresión de su rostro consumida por el completo placer, que intentaba mantenerle la mirada pero al mismo tiempo ponía los ojos en blanco gracias a las sensaciones que su cuerpo resentia.

Elevando su ego como solo el sabía hacer

—No sabes cuánto me gusta verte así—dijo agravando su voz—...tan malditamente perfecto...—se atrevió a maldecir como casi nunca lo hacía, agarrándole del rostro de repente para plantarle un repentino beso, que el pecoso ni corto ni perezoso dudo en corresponder, devolviéndole el gesto con la misma, o hasta inclusive más intensidad.

¿Pero que era de esperar en esos momentos?

Continuo besándolo, mientras su miembro seguía atancando una y otra vez su punto de placer, enredando sus extremidades en su cuello y cintura, ansiando más contacto del que ya era posible.

Finalmente provocando el orgasmo de su hermano menor, obligandolo a separarse de sus labios al gemir por última vez, desplomandose y dejando salir su esensia de su cuerpo, importandole nada si su cuerpo quedaba manchado de su propio clímax, tal imagen tan excitante ante el de ojos zafiros también provocaria su propio orgasmo dejándose correr en su ya completo interior una vez más.

Permaneció en su pocision mientras de a poco en poco recuperaba el aliento, dejando que el menor tbken lo hiciera, hasta que por fin salio de el, y sin separarse lo volvió a tomar en sus brazos para recostarse de una vez.

—¿Juntos?—cuestiono el de azul tomando su mano con la suya, tomando la forma de la promesa del "meñique"

Recordándole como lo hacía constantemente cuando eran más jóvenes.

—Juntos—reafirmó el de naranja con una sonrisa firme pero un tanto perezoza debido al cansancio.

Entrelazando sus dedos con complicidad, haciendo incapie en los anillos de sus dedos que ya portaban desde hace años atrás, volvieron a recibir el cobijo entre ambos, disponiendose a descansar, esperando pacientemente, hasta el nacimiento de su hijo.

Era comprensible que todas las tortugas tuvieran las emociones a flor de piel, después de todo, sonaba tan irreal, algo jamás habian podido tan siquiera soñar, y sin embargo lo tenían presente ahora mismo, no era para nada malo, sino todo lo contrario. Aún quedaba mucho que afrontar y recorrer, este apenas era el inicio, pero lo harían juntos, hacia el camino de la paternidad...

¿Fin o no?

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NOTAS DE LA AUTORA:

-Pedido 50/50 para StefanySoto272, se que no es exactamente un embarazo como tal pero tengo mis razones.

-Este pedido me dejó pensando bastante tiempo, pues como lo he mencionado en un dibujo no soy escritora de Mpreg por varias razones, pero en resumidas cuentas se debe a qué no puedo tomarmelo enserio y no me siento cómoda con ello, lo que solo me limita a leerlo pero no escribirlo, entonces dirán ¿Como?

-Pues bien este shot es un pequeño vistazo a un plan que he elaborado minuciasamente para el futuro, ya que bueno en algún momento si pensé en la descendencia de mis shipps favoritos sin la necesidad de tener un Mpreg forzosamente, un capricho que todos tenemos vaya, del cuál de hecho aprovecho para preguntarles si les gustaría que fuera un proyecto aparte o que sea un seriado aquí, ya que obviamente está relacionado directamente con el Raphtello y Leoángelo, aunque también podría haber cosas más generales o inclusive ser un ask para estos niños o las tortugas.

-Estás serían las ideas de la que deben comentar si quieren que se lleve a cabo si o no.

"Merecemos una oportunidad" (Raphtello y Leoángelo) Historia corta/10 capitulos aproximadamente/Romance

"Ask Generación Leoángelo y Raphtello"
Preguntas y respuestas respondidas con bocetos de los personajes/partes dependiendo de las preguntas/Humor más que nada

-De todos modos cualquier pregunta que tengan la contesto si me la dejan o bien ya esté en los dibujos, (por qué si el dibujo del inicio, ese si lo hice yo) lo que pase primero jeje pero enserio necesito sus respuestas.