---Capitulo 4---
Mente confundida...
En la azotea de uno de los tantos locales del barrio chino, la chica de azul se encontraba practicando por su cuenta.
Aunque sinceramente estaba más ocupada lanzando maldiciones a regañadientes que en lo que le encomendó su sensei.
—Estupido Rapha siempre se la pasa molestandome...no es mi culpa que yo sea más capacitada para ser la líder del equipo que el—dijo mientras lanzaba una roca al aire y cansada se sentó al borde de la techumbre.
—¿Asi que tus compañeros no estan de acuerdo con tu liderazgo niña?—pregunto una voz grave detrás de ella.
Esta se volteo con sorpresa, encontrándose cara a cara con el tigre del otro día y sin perder saco sus armas en pose defensiva.
—Eso no debería interesarte—dijo en seco—Nisiquiera es de importancia.
—Tanto para no darte cuenta que alguien estaba detrás tuyo—menciono en un tono retador—aun te falta práctica.
—Al menos me servirás como desquite—respondió intentando atacarlo de frente.
Sabiendo que iba a hacer, el enorme felino esquivo su ataque, mientras que ella aún intentaba darle acertarle algún golpe con sus katanas.
—Sabes eres bastante buena peleando...—dijo tomando la katana de la tortuga entre sus manos —...pero te falta experiencia si es que quieres acabar conmigo tu sola niña.
—Tal vez, pero puedo decir que te doy pelea—respondió tratando de que esté soltara su arma.
Claro que cuando lo logro no dudo en ningún momento en volver a su ataque en los cuales el mutante de mayor tamaño esquivaba moviéndose de un lado a otro, debido a la agilidad con la que se movía su contrincante.
Aúnque por alguna extraña razón este no se atrevía a regresar la ofensa o tan siquiera el defenderse como debería, casi como si no quisiera hacerlo...algo que fue notado por la tortuga.
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Con las otras tortugas la situación no era exactamente la mejor, los hermanos menores estaban practicando entre ellos dos, tan solo para no llevar la contraria a lo que ya se les había ordenado, en cuanto al mayor de todos solo estaba en una parte aislada afilando sus armas con desespero.
—Oye Rapha ¿no estás enojado verdad?—grito el anaranjado intentado captar su atención, este solo lo miro con el ceño fruncido y siguió en lo suyo.
Señal obvia de que en efecto estaba molesto.
Pero ni tiempo les dio siquiera de dar otra palabra, ya que sin previo aviso distintas armas de proyectil fueron arrojadas hacia ellos.
Al voltear hacia todas direcciones se dieron cuenta que estaban rodeados por varios ninjas del Pie.
Eso no sería extraño a sabiendas que en cualquier momento recibirían un ataque, a pesar de que esos soldados no eran gran cosa para ellos, siendo fáciles de vencer...y precisamente era raro que no tuvieran a alguien que los dirigiera por alguna extraña razón.
Sin embargo las tres tortugas decidieron dar batalla hasta derrotarlos.
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Aún tratando de asestar cualquier maniobra y al no tener resultado, era evidente que la chica terminaría cansandose, estaba perdiendo agilidad.
Su adversario al verla en ese estado en ningún momento la ataco, a pasear de la clara ventaja, más bien parecía que estaba analizando su forma de pelear.
—¿Que pasa contigo?¿Por qué no peleas?—pregunto desconcertada
—Eso no te lo puedo contestar—dijo acercándose a ella amenazante—aunque sabes a mi parecer una chica como tú, no merece tener unos compañeros tan malagradecidos...¿no lo crees?—le dijo mientras formaba una sonrisa burlona y causando que está se detuviera en seco.
Acaso le estaba coqueteando...¿su propio enemigo? debía ser una broma de muy mal gusto ¿Verdad?
Con el rostro ruborizado y con un gesto molesto le apunto con su arma una vez más.
Sin embargo está vez vio como su katana era arrojada por los aires, al haber chocado con el arma que su oponente traía consigo y que hasta ahora había decidió desenfundar.
Esta con evidente temor de lo que podría ocurrir no flaqueo en su posición.
Contrario a lo que se esperaba el felino se volteo dándole la espalda solo para decirle—Ya nos veremos—con eso último se retiró de su vista.
Ella bastante confundida y aún con el sonrojo en sus mejillas decidió que lo mejor sería volver a casa lo más pronto posible.
Pero a sabiendas que al verla regresar sola recibiría el regaño de su sensei, y la verdad estaba bastante confundida como para recibir un sermón.
Recogió su katana poniéndola detrás suyo—No está vez, que Rapha le de explicaciones a Splinter—dijo en tono molesto, mientras se iba hacía otra dirección.
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Mientras tanto las demás tortugas después de librar su propio encuentro con los sirvientes de Destructor cansados decidieron ir a casa.
—¿Dónde estará Leanna?—dijo con preocupación el hermano menor—espero que no se haya encontrado con ninjas del Pie o con algún mutante.
—Digo lo mismo, si sensei se entera que se fue por su cuenta, seguro nos mandará a practicar toda la noche como castigo—recalco el de morado—...cosa que no pasaría si alguien no dejará de ser un buscapleitos—subio su tono de voz para que lo escuchará el de las sai's.
—¿Tienes algún problema Donnie?—dijo sarcástico el de rojo.
—Claro que los tengo, si dejaras tu tonta rivalidad con Leanna nos harías la vida mucho más fácil—respondió molesto—Si cambiarás tu mal carácter el equipo sería mejor, hasta ella te querría más si no la fastidiaras tanto.
Golpe bajo para Raphael.
El de rojo tan solo se volteo a mirar a otro lado fingiendo que lo ignoraba y decidió continuar con el trayecto.
Pero para sus adentros esas palabras le daban directo a su orgullo.
Donatello y Miguel Ángel no tuvieron más opción que seguirlo, temiendo el regaño de su maestro en cuanto llegarán.
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En cuanto a Garra de tigre después de haberse alejado lo suficiente tomo su comunicador para dar aviso a los soldados que comandaba que vinieran en ese instante.
A duras penas recibió la señal de uno de ellos, tan solo para darle la mala noticia que todos habían fallado en su misión son el resto de los reptiles, con ello tuvo que cambiar su rumbo para ir en su ayuda.
El porque abandonar a quienes se supone debía comandar en esos momentos para tener un encuentro con la líder, a la que se supone debe llevar ante su maestro, pero la dejo ir...quizás si tenía una buena respuesta para ello...pero por el momento tendría que hacerle creer otra a Destructor
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La tortuga de azul había llegado a uno de los tantos edificios departamentales que abundaban la ciudad, y al estar en uno en especifico tocó la ventana.
—¿Abril?—susurro un poco alto esperando que su amiga saliera.
Esta pronto se apareció detrás del vidrio con evidente cansancio tras ser interrumpida de su sueño—¿Leanna?...¿Que sucede?—pregunto abriendo la ventana.
—¿Recuerdas los mutantes de los que te hablé hace unos días?—le recordó.
—Los mutantes de Destructor...si ¿Que hay con ellos?...¿Espera te encontraste con uno?—dijo con cierto asombro.
Esta asintió—Me encontré con el tigre mutante hace rato.
—¿Y no te hizo nada?—dijo incrédula percantandose que de hecho no tenía ningún rasguño—¿Que paso?
—Eso es lo extraño...ni yo lo sé...no me ataco realmente en ningún momento...—murmuro empezando a sonrojarse—...más bien parecía que intentaba coquetearme...—bajo su tono de voz.
La pelirroja al escuchar eso último la tomo de los hombros para encararla—¡¿Estás loca?!, Es el enemigo seguro es una trampa—hablo subiendo bastante su tono de voz, casi gritándole.
—Ya lo sé ya lo sé...tienes razón...—suspiro con resignación—pero no lo sé lo noté bastante extraño...como si no quisiera atacarme de verdad...
—Eso explica porque llegaste como un tómate—recalco tomando pose pensativa—espera un momento...si dices que te estaba coqueteando ¿porque Rapha o Donnie no hicieron nada?...
—No estaba con ellos, me fui por mi cuenta...—respondió con amargura.
—Déjame adivinar, ¿Otra pelea con Raphael—dijo sabiendo la respuesta.
—No se realmente que tiene en contra de que yo sea la líder del equipo...si viera lo difícil que es...—volvio a suspirar para calmarse—...aveces me hace pensar que sinceramente no soy lo suficiente para comandar a mis hermanos...es decir muchas veces ninguno obedece mis órdenes...o me ignoran...además el ser la única chica entre los cuatro no ayuda mucho...
La humana tan solo recargo la mano en su hombro como gesto de reconfortación—No lo sé Leanna, es decir cualquier persona que estuviera en tu lugar se sentiría igual, pero no deberías bajar la guardia con un enemigo como el.
Está bajo los hombros con melancólia—Lo se...creo que aveces simplemente busco a alguien que sepa valorar mi persona...
—Espero que la encuentres algún día...pero porfavor ten cuidado—dijo con cierta preocupación.
La de bandas azules asintió con una sonrisa—Lo tendré en cuenta gracias Abril...bueno tengo que ir a casa, nos vemos mañana—se despidió bajando por la escalera de emergencia y dirigiendose hacia la tapa de alcantarilla del lugar.
Aún camino hacia su hogar en las cloacas, todavía no podía dejar de pensar en lo ocurrido y en las recientes palabras de su amiga.
Abril y su sentido racional dictaba que era una muy posible trampa para confundirla...pero dentro de si albergaba una mínima esperanza, tal vez y solo tal vez, algo así podría algo mucho más tras las extrañas acciones del felino, por más irreal y peligroso que fuera...
Continuará...
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NOTAS DE LA AUTORA:
-¿Quien extraño está historia?
Weno aquí volvimos, la verdad no había publicado por razones creativas, pues la verdad a pesar de que yo solo soy la "redactante" en teoría también meto mis ideas o mano propia para que la historia siga una buena linealidad con lo que queremos llegar, de modo que siempre busco que el resultado me guste tanto a mi como a mi compañera creativa, lo cual aveces me enclaustra un poco.
-Ademas adivinen a quien le han tenido que inyectar, recetar media farmacia, sacar sangre y hacerle un ultrasonido por algo que nisiquiera saben que es... :')
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