Cara a cara...

La joven tortuga seguía en su lucha contra las máquinas Kraang acabando con la mayoría en el proceso, pero conforme acababa con unas, más llegaban para intentar detenerla, los integrantes del pie miraban con detenimiento dicho combate, esperando las órdenes del quién los dirigía.

–Valla para ser una cachorra tiene la fuerza y destreza suficiente para enfrentarse al Kraang–menciono el felino aún sin salir de su asombro.

–Si si muy buena pero ¿Qué es lo que estamos esperando es nuestra oportunidad?–menciono la joven.

–Debemos saber las tácticas que usa para emplearlas en su contra y está demostración es perfecta–le contesto con autoridad.

De pronto que entre las estructuras salieron otras tres figuras en su ayuda.

Eran más tortugas solo que a diferencia de ella todos eran varones, con máscaras y armas distintos a los que la fémina portaba.

–Son los demás tortugas–menciono el can mutante emitiendo un gruñido.

Pronto la batalla que se disputaba bajo de ellos fue inclinada a favor de los Hamato, finalmente ganando dicho combate.

Esa era su señal para atacar

–Ninjas ahora–con esa orden los subordinados humanos saltaron con presición de la posición en qué se encontraban, tomando de sorpresa a las tortugas, acorralandolos.

–¿Ninjas en Nueva York?–menciono con total asombro la tortuga con banda morada–además de nosotros.

Tras esto los ninjas del pie sacaron sus armas, preparados para atacar a sus peculiares adversarios.

Ninjatos, tāntos, naginatas, gran variedad de armas se alzaban en contra las cuatro tortugas.

–No es momento para pánico-la líder de azul blandio sus katanas–ataquen.

Con esa frase el enfrentamiento entre ninjas comenzó, para ser solo cuatro integrantes contra un grupo entero valla que los igualaron a sus contrincantes del Pie, mostrando su gran habilidad en el ninjitsu.

Chocaron armas, tiraban proyectiles, repartían golpes, el combate poco a poco mostraba un ganador, los mutantes Hamato.

Con gran asombro los mutantes y la kunoichi que aún observaban, no daban crédito a lo que se veía frente a sus ojos.

Los ninjas del Pie habían sido derrotados.

–¿Por qué habrían ninjas acá? Será mejor decírselo a sensei–menciono con extrañesa la líder con el último guerrero caído, disponiéndose a retirarse.

Pero antes de siquiera dar un paso rumbo a su hogar, un shuriken fue lanzado hacia su dirección apenas rozando una de sus mejillas.

Parecía que sus adversarios eran más de lo que creían.

Las cuatro tortugas dirigieron su mirada hacia el origen de aquel proyectil.

Eran los mutantes y la kunoichi del Pie

Ni tiempo les dieron de reaccionar, pues estos ya se encontraban frente a frente, rodeándolos.

–Asi que son las famosas tortugas del Clan Hamato–dijo el gran felino apuntando a la líder y el enmascarado de rojo.

–¿Quienes son ustedes?–dijo con fuerza en su voz la fémina de azul, tomando sus armas y en posicion para atacar.

–Soy Garra de Tigre, y somos integrantes de el Clan del Pie–le contesto mientras se acercaba amenazante.

–Yo le hiba a llamar Garra de Tigre–se hizo notar el portador de los chakos, que se encontraba acorralado por Cara de Pez y Perrera.

–¿Que pasa Cara de Pez? ¿No pudieron contra nosotros y trajeron más amigos para que les pateemos el trasero?–dijo con sorna el ninja temperamental al pez mutante.

–Cierra la boca o te arrancaré el caparazón–fue su única respuesta del pez.

Pareciera que esa última frase era la luz verde para iniciar el siguiente enfrentamiento.

Entre movimientos ágiles, girando sus nunchakus Miguel Ángel le hacía frente a Perrera, mientras Raphael enfrentaba a Xever, ambos en un combate muy movido y brusco, por otra parte Donatello atacaba con su bastón bō a Karai que se defendía hábilmente con su ninjato, dejando a Leanna combatir contra Garra de Tigre.

Se miraron frente a frente, analizando el uno al otro por unos momentos, cuando ella se lanzó primero al ataque.

El felino optó por dispararle con su arma directamente, mientras ella esquivaba con destreza usando el filo de sus katanas.

Estando tan cerca, no le costó mucho despojar el arma de la mano del tigre, pero la ventaja no duraría mucho.

Estamos hablando del asesino más temido de toda Asia, por lo tanto el estar equipado y entrenado no es de extrañar.

Saco el sable que siempre llevaba en su cinturón, empuñandolo contra las dos armas de ella–Mi fuerza te supera por mucho niña, crees que podrás enfrentarme tu sola–le dijo mientras ambas armas hacían choque.

–La fuerza no es lo único que define a un ninja–le contesto, y en un certero movimiento dio una patada aunque fácilmente el esquivo aquel ataque.

Mientras tanto parecía que Mikey estaba teniendo problemas contra el perro mutante obligando a Donnie dejar su pelea para ayudarlo, si bien Karai pudo aprovechar dicha ventaja optó por ir mejor en contra de Leanna, que a pesar de contar con menos fuerza que Garra de Tigre le daba muy buena pelea.

Cuando la tortuga iba a dar un golpe certero con su katana, se vio interrumpida por la intervención del ninjato de la joven del Pie, sorprendiendo a los que hace unos cuantos segundos peleaban, no obstante el tigre decidió dejar a la hija de Destructor este combate.

El oponente de la de azul cambiaba.

–Limpiare el honor de mi clan derramando la sangre de tu maestro–le dijo con furia, viéndola con sus ojos ámbar llenos de irá.

–No si yo estoy para impedirlo- respondió con mucha determinación, usando la fuerza suficiente para hacerla retroceder-he entregado mi vida al ninjitsu, a mi maestro y a mi clan y eso jamás lo voy a permitir–dijo mientras hacia relucir un medallón que se envolvia de su brazo izquierdo.

Un medallón muy familiar para Karai.

–¿Cómo es posible que tengas ese medallón?–grito con gran asombro, su rostro mostraba total incredulidad.

–Eso no te incumbe–contesto para luego intentar dar un nuevo moviendo en contra de su oponente.

El combate estaba muy igualado, parecía que duraría bastante, de no ser por el sonido de autos policiales que alertaron a todos los presentes, dejando la batalla inconclusa.

Así fue su primer enfrentamiento, pero con certeza no sería el último, la guerra entre los clanes ya comenzó.

Se tomarían dos rumbos, los del Pie tomando a sus integrantes caídos partieron en dirección a la mansión de Destructor, mientras las tortugas hacia la alcantarilla más cercana.
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En el camino hacia su escondite, Leanna no dejaba de hacerse preguntas tras esa pelea tan imprevista.

Pero la que le dejaba con mas incertidumbre era el saber porque la reacción de la kunoichi rival tras ver su medallón.

–Reacciona intrépida lider-le dijo Raphael volviéndola a la realidad–¿Que fue lo que paso haya afuera?.

–No tengo idea, será mejor decírselo al Maestro Splinter–fue lo único que se limito decir, siguiendo su camino.

Sin duda tendría muchas cosas que discutir con su sensei en cuanto llegaran.
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Por otra parte en el trayecto hacia el escondite del líder del Pie, dos de sus intregrantes no parecían tener sus mentes en el camino.

Ambos estaban sorprendidos, por distintas razones, pero hacia la misma persona, la joven de bandana azul,

–Hey gato grande, ¿Que demonios le diremos a Destructor?–cuestiono el pez–¿Que te pateo el trasero una insignificante tortuga?

–Cierra la boca, te recuerdo que te paso exactamente lo mismo–le contesto mientras emitía un gruñido.

La verdad que el ver y enfrentarse el mismo a la chica de las katanas, lo dejo bastante impresionado, sin duda ella se había ganado su respeto.

–Por mi padre no se preocupen, quiero hablar con el personalmente– menciono Karai.

También la mente de la jovén aun divagaba en ese medallón que la tortuga portaba, ese medallón perteneciente a su familia, necesitaba buscar una explicación...

Continuará.
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NOTAS DE LA AUTORA.

-Sip este capítulo dejo la pregunta del medallón, pero solo pido paciencia ya que esto importante para la trama de la historia y poco a poco se irá desenvolviendo.

-Y lo prometido es deuda amiga, perdón por la tardanza, pero por suerte el segundo capítulo ya está, espero que sea de su agrado para todos, nos vemos en próximas actualizaciones.
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