Capitulo 2: Desconocido-conocido, incomoda noche y día..
Lo primero que hizo el mayor fue levantarse con mucho cuidado de la cama, dándole espacio al pequeño para que se calmara por el bien de este, podía escuchar el corazón del mas pequeño latir tan fuerte como si fuera a salirse le del pecho o darle un infarto, para acercarse a la puerta y escuchar atentamente lo que podrían decir, luego de estar un largo rato en silencio podía sentir como se comenzaban a impacientar... frustrados de su plan mientras se comentaban insultos los unos a otros, sentía que del otro lado estaban aun ambas familias conspiradoras esperando.. ahora que es realmente turbio; y el no estaba dispuesto en lastimar al niño, esa era una cosa que nunca haría en su vida, se había prometido a proteger a cualquier pequeño y sabia que el pequeño estaba asustado esperando a su madre o alguien le rescate.
Suspiro con algo alivio al acercarse a pegar su oído contra la puerta, cuando ya no habían nadie detrás de la puerta mas que blindada y seguramente cerrada con llave por fuera, recuerdos de estar así llegan a su mente, cuando intento girar el pomo y no pudo abrirla con tanta ¨libertad¨, era seguro que no podía salir al menos que tumbaran la puerta.. si no fuera que no hubieran dos guardias armados, se quita el saco y el chaleco pensando en como salir; y el podría con uno o dos.. no con toda una tribu a la vez si la alarma se disparase, podría terminar muerto el... y puede que el pequeño también.
El niño de ojos azules verdosos miro a la ventana con miedo desde donde se quedo aun presa del miedo, esta estaba completamente enrejada, las lagrimas ya no caían por sus mejillas aunque se sentía el ardor en sus ojos... o solo fuera los pensamientos inquietos de no saber como esta su madre, malherido y solo dejado a su suerte, aprieta tan fuerte las sabanas; siente algo sentarse en la cama y tocar su hombro.
Leonphael: Miro a la otra tortuga con miedo, aun temblaba pero remordimiento llego al ver la expresión.. lastimado y comprensivo - L-lo siento, rapha... - articulo a penas audible, al bajar su mirada por vergüenza.
Raphanardo: Sonríe un poco, mientras caricia la cabeza del pequeño, lo miro a los ojos con confianza - Descansa un poco.. ya es muy tarde... y seguro ya estas cansado, duerme un poco - dijo con mucha suavidad.
El niño iba a protestar, sino hubiera escapado de su boca un largo bostezo del mayor, con una mirada astuta mientras el mas pequeño trataba de no hacerlo.. fue un completo fracaso, mientras el sueño se apoderaba lentamente de su cuerpo, mientras escuchaba un tarareo tan tranquilizante... tan familiar, trato de mantenerse despierto, esto solo hace que al parpadear mas se tardaba en volver a abrir sus ojos y mas estaba en el mundo de los sueños con el tarareo.
Raphanardo: Sonrió y arropo al pequeño con cuidado de no asustarlo - Te sacare de este lugar.. - prometió al niño durmiente -( Aun si me cuesta la vida )- piensa para si mismo.
Se levanta, y mira la puerta con desconfianza de quien estuviera del otro lado, puede que intenten entrar.. se sienta en el suelo, frente a la cama y a la puerta..
-Majlis, Habitación de conferencia de la inmensa fortaleza-
Varios asientos en un gran salón, era conocido como salón de reuniones o majlis, mucho color rojo y blanco tanto en alfombras como en los asientos, en esta se encontraban los dos lideres actuales de ambas tribus, quienes se tomaron el atrevimiento de hacer una alianza de paz con este casamiento y solo esperaban que se consumara totalmente este para finalmente cerrar este lazo ¨familiar¨; o hasta que algún lado hiciera algo contra la otra familia comenzando otra vez con la misma historia interminable.
El cabeza de los guerreros azules era de escamas grises y su ropa entre los tonos azules e blancos, hermano del antiguo líder de los guerreros azules, se tomo muy directo la deshonra que hizo el bastardo de ojos azules e ahora ¨tutor¨ del pequeño lirio, mientras que por otro lado, el macho de escamas verdes grisáceas de ojos verdes, tío político del ahora casado mastodonte, ropa algo mas tradicional y adecuada al desierto de color rojo.
Cabeza Familia Guerreros Azules: Toma el vaso en su mano para tomar un trago - Con esto terminamos siglos de muerte.. - opino con ironía, posando sus ojos marrones en el macho de escamas mas oscuras - El oasis tuvo muchos problemas luego de dieciocho años, pero por lo menos esa cosa recibió su merecido... suerte tuvimos a este en nuestra casa... como un ¨regalo del cielo¨ - dice con asco y satisfacción de haber tomado el asunto en sus manos.
Cabeza Familia Cazadores Rojos: Se sirve mas de la bebida alcohólica con una leve risa sarcástica - A penas llego este ¨chico¨ a nuestra familia, hace dieciocho años.. gracias a mi esposa y su ¨ayuda¨ para hacer ¨justicia¨.. pudimos dejar cosas en el pasado.. - resopla con una sonrisa condescendiente - Y estamos realmente agradecidos en terminar este problema, por el bien de ambas tribus.. salud, por esta alianza - extendió su vaso.
Cabeza Familia Guerreros Azules: Choca su vaso con el otro, mirando fijamente a los ojos del ojos verdes - Salud, por esta alianza.. - dice con suavidad.
Ambos pasaron un rato agradable.. después de todo.. ellos trajeron abundancia mas de lo necesaria.. y traer paz a ambas familias era algo que por tantos años se han tardado sus ancestros, aun si sus actos son crueles..
-[Flashback]-
No puede recordar mucho de cuando era mas pequeño, solo que apenas podía ver de tanto llorar a todo pulmón hasta quedarse sin voz, estaba presentes algunas voces desconocidas, un tarareo que se ha quedado en su memoria... o destellos de no ser su ¨hogar¨, era un cielo mas azul e aire desértico lleno de paz; a veces sentía su corazón dolido, como si algo faltara.
Raphanardo: Hecho un mar de lagrimas y mocosidad - ¡¡Quiero a mi mama!! - grito tan alto como pudo.
Jefa hamra': Lo toma de la camisa que el pequeño usaba para abrir una puerta, el pequeño no dejaba de gritar - ¡Deja de llorar! - lo mete dentro como puede - Tu madre te dejo, no quiso verte mas.. nosotros somos tu familia.. - dijo con suavidad, secando sus lagrimas y una sonrisa leve.
Desde ese momento todo se pierde, recuerdos de su madre, su voz.. sus cuidados y su amor, un pedazo muy grande de su corazón se fue con esas memorias.. según escucho que lo encontraron a solo un año de edad, y solo pocas cosas permanecieron en sus memorias, el tarareo fue lo único que le acompaño en las noches.
Mientras creció, un poco mas hasta ser un poco donde ya era mas independiente estuvo aprendiendo de todos los trabajos e oficios que el hostil castillo ofrecía, algunos eran fáciles y otros eran mas difíciles e crueles, los entrenamientos de los cazadores...
¿¿¿???: Miro con asco al pequeño, tirado en el suelo - Aquí no causaras problemas.. - cerro la puerta con seguro.
Se levanta con mucho miedo, ya era una tortuga de a penas de unos seis o siete años, comienza a golpear la puerta como puede e intentar abrirla con todas sus fuerzas y gritos desesperados, mientras los sonidos de gruñidos e ladridos, mordiscos hacia el que solo puede evitar al correr hacia una esquina a la seguridad de unas cajas; mientras era rodeado por varias bestias hambrientas, no recuerda cuantas horas estuvo en ese lugar.. solo recuerda que el mas viejo abrió la puerta y lo saco, eso le cambio aun temperamento tan ardiente que a veces le dejan encerrado en su habitación.
El macho mas anciano de toda la tribu, o por lo menos que aun se mantenga en el puesto de cazador y que se negó rotundamente a ser como el resto de viejos mantenidos, el era mas sabio y... sin mencionar que su esposa estaba ahora con el actual líder, primo hermano de su ahora ex-esposo, la mujer aun criaba del pequeño; por lo que planeando un poco pudo acercarse a este una noche, cuando el vigilaba.
Antiguo Líder Cazadores Rojos: Miro al pequeño sentado a su lado - Me recuerdas a alguien.. - dice mirando a la luna - Conocí.. antes de ti, alguien que era como tu.. un poco mas travieso y busca problemas, algo contrario a ti... solo intentan evitar que se vuelva a repetir - miro al pequeño.
Raphanardo: Saca un pan y se lo da en manos del mayor - Esto es para ti... se que llevas tiempo sin comer, no es justo que todos los demás cazadores se dan un festín y tu no comes nada - dijo lo mas calmado posible.
Antiguo Líder Cazadores Rojos: Lo toma en silencio - Y... tienes su gran corazón.. - lo parte en dos, entregando en la mano del pequeño el pedazo mas grande - Eres como ese ¨alguien¨ que estuvo en mi vida - dice con una sonrisa.
Desde ese momento el pequeño estuvo protegido por alguien compasivo y un tanto temperamental, el antiguo líder le estuvo llevando a muchos lugares, al grado de que le tuvo tanta confianza a este para que el ya adolescente fuera a casi todos lados; hasta que ya fue mayor.
Cabeza Familia Cazadores Rojos: Miro con desdén al joven - A partir de ahora, con tu cumpleaños décimo octavo tus obligaciones como parte de la tribu sean consolidado, ya no eres un niño, aportar a este lugar es lo principal, aportar total lealtad a tu familia, como muestra de agradecimiento por haberte criado, pagado educación y haberte alimentado por todos estos año sin quejarnos - dijo con seriedad - Iras a estudiar a Arabia Saudita - asevero con el ceño fruncido.
Y desde ese entonces, a penas se hizo mayor de edad y con la excusa de que iba a estudiar en la universidad, trato de alejarse de todos sus ¨parientes¨, lejos de esas palabras, lejos de esos tratos y lejos de esos propósitos.
-[Fin del Flashback]-
Cuando apenas pudo regresar en si de su estado inerte-sueño, estaba ya de cara al suelo con una tortuga mas pequeña, en una especie de crisis existencial de lamentos e llanto, se levanto en sus pies lo mas rápido que pudo, miro a la entrada y por suerte puso el sillón en ese lugar ya pasadas unas horas antes de que el sueño lo dejara tieso en el suelo, se soba el hocico.. realmente fue un duro golpe.
Raphanardo: Se acerca al pequeño que continuaba llorando contra la almohada - ¿Oye... pasa algo? - pregunto amable, aunque irritado e un poco de malhumor - Shhh... ya estoy aquí.. - susurro suavemente.
Leonphael: Se voltea con sorpresa respirando agitado tratando de calmarse, abre la boca - ..... - pero las palabras no salen - Pensé que... estabas muerto.. y.. y me asuste.. - dijo finalmente secándose las lagrimas - Vi a... mi madre.. muerto.. en el desierto.. - murmuro entre hipos.
Raphanardo: Seca las lagrimas del ojos azules verdosos - Tu madre esta bien.. y yo te llevare con ella, ¿esta bien leon? - aseguro con una sonrisa - Ahora.. es mejor buscar como salir.. - mirando a la puerta.
El niño parecía incomodo cuando volvió a verlo y ya vio porque... estaba usando aun el vestido de bodas y sus piernas cruzadas, miro por toda la habitación, en especial en el armario que no encontró mas que un par de mantas y algo de hilo e aguja, dos botellas que eran nada mas y nada menos que lubricante; se deshizo del contenido por la ventana, uso una de las mantas para que tuviera privacidad del niño en hacer su necesidad.
Luego boto este para el mismo tener sus cinco minutos de paz en sus órganos, al voltear.. el niño miraba fijamente de este, con su mano libre la coloco en la cabeza de este y lo voltea, mucha vergüenza en solo veinticuatro horas, luego de eso.. le arreglo algo de ropa al pequeño, algo mas cómoda y moderna con partes del vestido, después de todo al niño le molestaba, suerte andaba con pantimedias.. rompiendo la tela del vestido para hacerle un turbante sahara completamente negro.
Raphanardo: Mira al niño con una sonrisa - No me quedo nada mal.. - dice en voz alta, mira arriba y.. se enciende la bombilla - Mira.. una rejilla de ventilación, lo había olvidado.. esto conecta con la red de ventilación - dijo, golpeándose en la cara por ser olvidadizo y mira a leon - Eres del tamaño perfecto.. - anuncio.
Leonphael: Mirando su ropa nueva -Muchas gracias, señor rapha - miro arriba y luego aun carrete de hilo - Si me ayudas a subir, puedo entrar y buscar como sacarte.. - opino con confianza.
Raphanardo: Niega insistente tomando de los hombros a este - Puedes salir mas rápido si me dejas... si logras salir, no mires atrás, por favor leon.. ve a buscar ayuda y que te lleven con tu madre - declaro con seriedad.
El pequeño miro a los ojos del mayor, se acerca a darle un abrazo, antes de que el mastodonte mas grande sube al niño en sus hombros, y este cuando estuvo frente a frente al ducto, lo abre con un carrete de hilo y sube, dejando al mayor solo en la habitación con preocupación y esperanzas de que lograra salir de este lugar.
-En algún lugar del indomable desierto-
El sol se alzaba en el gran cielo azul de la efímera belleza del desierto, el galopar de la valiente nozomi durante toda la noche y el día, el sol calentó demasiado sus escamas con solo su turbante negro/azul e pantalones negros le dio la suficiente sombra, el movimiento continuo molestaba su lastimado torso, las vendas ya manchadas del conocido rojo carmesí junto con su mano que la trata de proteger en todo ese camino a su malherido costado e estomago semi-abierto, no trajo mas para cambiarlas y no trajo dinero pero si sus espadas; la costura seguramente se había abierto desde hace bastante rato, ahora que se percato y lo pensó, ya estaba cerca del pueblo mas cercano..
Llego aun pueblo.. pero en sus planes no estaba detenerse, todos en el pueblo miraban a la tortuga que lentamente estaba cayendo en la fatiga, sus ojos tratan de no cerrarse por el dolor e cansancio, el constante dolor punzante se hace cada vez mas seguido, manchas negras se hacen mas frecuentes con mas dolor, baja la mirada a sus vendas mientras sus ojos se cierran en completo color negro por el repentino dolor agudo muy adentro.. finalmente le hace casi caer de su fiel mula.
La mula se quedo a su lado, alejando a los desconocidos de su dueño para protegerlo, hasta que una mujer ratón puede acercarse, la tortuga no respondía, la mujer lo pudo mover gracias a que aun estaba sobre esta. La mujer guía a la mula por una calles hasta llegar al patio de su casa, donde ya el soporte que sostenía a la tortuga cedió al suelo, la mujer ratón presencio toda la sangre brotando de la herida abierta; despertando a este.
Tanj jidana: Ayuda a la tortuga a levantarse, o bueno lo poco que puede - ¡Munshaqa!, ¡por favor!, ¡necesito ayuda!, ¡trae el botiquín y agua! - exclamo por ayuda - Cálmate por favor, hay que tratarte esa herida - trato de razonar.
¿¿¿???: Se trata de levantar pero fracasa en ello, sus piernas estaban débiles y su torso estaba en un horrible dolor - Leonphael... mi hijo.. necesi.. to.. encontrarlo.. - murmuraba, delirante, recuperándose o eso parece mientras se retuerce por cada punzada - D-debo... ir por el.. - protesto como pudo.
La mujer hace entrar a la tortuga dentro de su hogar, con sus garras rasga las vendas en el torso del malherido, una punzada hacer retorcerse a la tortuga quien grita de dolor, el ratón entra con todo lo que pide su amada esposa y se sorprende de ver a la tortuga de turbante negro e azul, no tardo en tratar de calmar a la delirante tortuga desangrada; quien se pone a trabajar...
Munshaqa: Se sienta al otro lado de la tortuga - ¡Por ala!, déjanos ayudarte, si quieres recuperar a tu hijo no puedes estar así - trato de calmarlo lo mas posible - A tu compañero no le agradara para nada.. debes calmarte azul - suplico mirando a los ojos de este.
La tortuga finalmente cede para ser tratado por la mujer y el hombre ratón, tratando no gritar mientras se muerde los labios e turbante durante todo el procedimiento, algunos momentos cae de nuevo a la inconsciencia por el dolor punzante y regresaba unos minutos después, ya se estaba recuperando... aunque dormido/inconsciente; esperaban que despertara pronto y tuviera cuidado en su camino..
-En el largo camino desértico desde Estambul-
El sol estaba en el cielo ya era la fuerte ola de calor en todos lados, la tortuga de escamas verdes oscuro sobre su caballo, el galopar desde Estambul sobre su corcel, dayatshi, su turbante rojo-blanco sahara hacen resaltar sus ojos ámbares que infunden temor mientras su cuerpo lleno de cicatrices causan intimidación, estaba armado con todo lo que pudo conseguir, sus sais... regalos de su hijo de las re mil y re-marditisi.... re-amadisimo suegro, dos pistolas y su rifle, estaba cerca de un pueblo amigo..
No tardo en adentrarse con todo y arriba de su corcel negro por mas que con la negativa de los guardias y el consejero de la tribu, necesitaba que se le unieran, la tribu de los alquimistas era conocida por su ciencia y artes de la mecánica..
Consejero de los alkhimyayiy: Se interpone entre la puerta y la tortuga en su caballo - ¡Le pido por amor a ala que se detenga inmediatamente o me veré obligado a ejercer la fuerza contra usted! - exclamo.
¿¿¿???: Baja del caballo con impaciencia y saca sus sais - En ese caso.. si yo.. fuera tu - se acerca al hombre lentamente, viendo como va temblando mas y mas por su presencia - Llamaría a tu líder.. - con un fuerte gruñido, apunto la afilada punta al cuello.
Consejero de los alkhimyayiy: Traga saliva, viendo la intimidante sonrisa de la tortuga de turbante rojo - D-d-de acuerdo, llamare al líder donatello - sale corriendo por su vida.
Unos quince minutos después, el líder de los alquimistas accedió a verlo en su laboratorio, luego de una explicación o gritos de rabia con muchas malas palabras y golpes a una pobre pared, quizás tirando mas cosas de lo necesario.. aun no puede calmarse la ira en su cuerpo que solo exigía justicia; el mas delgado y de lentes se mantuvo comprensivo.
Donatelllo: Asiente, colocando una mano en el hombro del mastodonte - Te debo una muy grande.. preparare algunos guardias para que vamos por el pequeño - dijo con seguridad.
¿¿¿???: Toma un gran respiro - No perdamos tiempo, no quiero ni imaginarme que le estarán haciendo - dijo con seriedad.
Subieron en los caballos, el líder de los alquimista se unió seguido de sus guardias, buscarían un poco mas de ayuda para poner fin al reinado del terror de las dos familias en esa guerra tradicional..
-En el castillo, territorio de los cazadores rojos-
Han pasado mas de una hora desde que el se quedo atrapado en la habitación, el pequeño no regreso, se preparo, se arremango la camisa y despego una pata de la cama, trato de romper las rejas de la ventana, usando la pata como ganzúa pero solo fue un fracaso al romperse este por la mitad sin abrir no tanto, algunas casi se clavan en su cara e ojos y se saco una astilla.. muy grande del brazo, trato de tirar la puerta pero solo sirvió para cuando la pudo abrir de una pata le electrocutaran, pasando el shock electrizante se comienza a preocupar mientras la ansiedad; se levanto y comenzó a patear la puerta.
Raphanardo: Golpea la puerta - ¡Sáquenme de este lugar! ¡exijo hablar con mi tío! - exclamo ya en rabia con cada golpe mas fuerte.
Siguió, tomando hasta otra pata para golpear la puerta de metal y por mas que le dolieran las piernas e brazos por tanto esfuerzo alimentado por la rabia de pensar en donde estaría el pequeño niño o si lo habían atrapado, los golpes cada vez mas comenzaban a debilitar el metal, se acerco cuando una abertura suficiente para ver afuera de su prisión... mas y mas veía rojo cuando mete su mano para atrapar lo que estuviera del otro lado, en este caso, fue el cuello de uno de los guardias.
Guardia rojo: Trata de liberarse, aunque le gustaba - ¡Mas fuerte! - dijo urgido, pero la presión era demasiada - ¡Suéltame! - exigió.
Raphanardo: Aprieta mas el cuello del guardia - ¡Traigan al mardito tío mio! - hablo con seriedad.
El otro guardia salio en busca de ayuda, mantuvo su mano fuertemente en el cuello, el guardia a penas puede respirar, cuando escucha llegar a alguien suelta al desvanecido guardia, estará bien.. dentro de unas buenas horas y quizás no pueda hablar por unas semanas, la puerta se abre y le dejan salir aunque escoltado a la sala de la gran fortaleza, se mantuvo inexpresivo y evidentemente enojado, hasta donde estaba la anciana pasa... la anciana dama que lo crió.
Jefa hamra': Se acerca y colocando sus manos en las mejillas de su ¨hijo¨ - ¿Que tal te fue todo?, he escuchado que los lirios.. son un tanto difíciles - pregunto con una amble pero fingida sonrisa.
Raphanardo: Cierra los ojos, esas sonrisas falsas y palabras.. ya tuvo suficiente, sus manos se aprietan en rabia al rededor de las las manos de la mujer para alejarla - Yo no seré parte de esto.. odio esta familia.. y los odio a cada uno de ustedes por obligarme a esto - miro a los ojos de la mujer y respondió con firmeza.
Jefa hamra': Su expresión cambia a decepción, su ceño apareció en su escamosa frente y cachetea al joven quien dio unos pasos atrás - Eres una deshonra.. como lo fue tu padre, por eso tu madre te abandono y así es como le pagas a tu ¨familia¨, malnacido.. - confeso con veneno en cada palabra.
Raphanardo solo miro a la mujer directamente a los ojos de esta, ya en los ojos de la anciana tortuga no existía amor maternal por el... y sus ojos ámbar-verdosos notaba que ya no expresaba mas que una cosa.. odio, antes de acercarse lentamente ya estaban los guardias sobre el para tenerlo de rodillas y no se acercara a la pasa.. digo, dama perra remugrosa que dejo a su esposo por el primo-hermano de este, con los pasos de otra tortuga que era.. su tío.
Cabeza Familia Cazadores Rojos: Se arrodilla y le levanta la cabeza - Haremos esto contigo o sin ti muchacho, todos contamos que.. bueno, consumaras con el lirio, después de todo es por el bien de ambas familias, pero como no quieres, sera que alguien tome tu lugar, después de todo aun puedo tener una concubina - dijo con seriedad y ironía, sin notar la molestias de la mujer.
Raphanardo: Se gira, golpea en la cara de un puñetazo a quien estaba mas cerca y patea a dos de los guardias para levantarse - ¡Eres un monstruo desgraciado!, ¡es un niño que solo desea ir con su madre! - antes de poderlo golpear ya los guardias estaban sujetándole y aplicando electrochoques.
Cabeza Familia Cazadores Rojos: Toma el rostro de este con una mano, obligando le a mirarlo a los ojos - Su familia aprobó que se casaran.. por el bien de ambos.. ahora iras allí y desvirgaras al niño antes de que te obligue a meter tu cosa en su entrada yo mismo - lo suelta - Ahora, no creas que no me he dado cuenta que el niño no esta.. habla o terminaremos lisiandote - advierte.
Raphanardo se quedo en silencio, el líder solo puede maldecir en voz baja, les da la orden para que lo encierren, no sin antes que le dieran su merecido, por otro lado, luego de estar mucho tiempo en los ductos de ventilación, logro abrirse camino hasta lo que era la cocina, nadie estaba alrededor; hasta que cuando apunto de salir, alguien se acerco y se esconde.
Adentro de una cazuela, de su tamaño para esconderse hasta que esa persona se fuera.. se asomo con cuidado y salio de esta, al voltear para salir corriendo de esta peligrosa zona.. una tortuga de escamas grises estaba frente a el, una mano estaba en su boca antes de poder gritar siquiera, lo mete en un saco y se lo lleva; pasado unos minutos, termina afuera, aunque en el saco siente que no quiere lastimarlo.
Anciano guerrero azul: Miro a ambos lados antes de caminar, con cuidado del pequeño de turbante negro en el saco - Te pareces tanto a tu madre.. - miro a la salida - Estamos cerca de salir.. cuando diga corre.. tu corres tan lejos como puedas - instruyo.
Leonphael: Asustado pero confiado de este - B-bien - susurro.
La tortuga mayor se acerco a la entrada de la fortaleza, sus pasos e caminar seguro hasta donde los caballos de los guerreros azules esperaban en caso de alguna emergencia, si no fuera llamado por un guardia quien le comienza a cuestionar sobre lo que llevaba en la bolsa, la tortuga mayor deja el saco en la entrada. La respiraba agitado, escucho palabras muy fuertes antes de escuchar gritos e quejidos.
Anciano guerrero azul: Apuñala al guardia - ¡Corre niño! - exclamo.
El pequeño obedeció y salio corriendo lo mas rápido que pierna, la arena caliente lastimaba sus descalzos pies, pero continuo y al mirar atrás.. la tortuga mas anciano.. fue decapitado delante de tantas personas, guerreros azules como cazadores rojos, tropezo y cayó en la arena, mucho miedo y shock, y cuando miro sobre su hombro.. fue arrastrado por varios machos mas grandes y mas fuertes, de vestimenta azul.. termino en un lugar oscuro luchando contra estos; quienes eran como su padre dijo como son los hombres.. seres que solo buscan su placer sin importarles el dolor que puedan causar.
Guardias guerreros azules: Con el niño pataleando, trataban de abrirles las piernas - ¡Quédate quieto mocoso!/Se parece mucho a su madre/aun no ha sido usado - murmuraron y exclamaron los que contenían al niño.
Leonphael: Pateando uno entre las piernas - ¡Suelteneme bola de pervertidos! - exclamo, luchando y forcejeando.
La puerta de la habitación oscura se abre, era el líder de los guerreros y encontró lo que buscaba, los guardias aun sostenían al niño pero estaban mas aterrados por ser descubiertos, el líder se acerca a ellos, frió e evidentemente decepcionado y toma al niño
Cabeza Familia Guerreros Azules: Miro a sus soldados - Si alguno de ustedes quiere satisfacer sus necesidades.. saben que tiene una mano para eso.. aunque dentro de poco tal vez se pueda usar.. - dijo con crueldad.
Al salir y al mirar a todos lados, asustado y en shock al ver la hoguera donde el olor a carne chasmucada impregnaba las fosas nasales de quien siquiera pasara cerca, la tela azul rey se iba quemando en el espectáculo de llamas danzantes que olcutaran el paradero de un inocente hombre que trato de hacer lo correcto, al ser llevado adentro, pudo apreciar que tan grande era la fortaleza, inmensa aunque aterradora, no puede quitar su mirada del macho de vestimenta azul, al ver que ya estaba frente a una puerta trata de escapar, era inútil..
Cabeza Familia Guerreros Azules: Tira al niño en la cama - Eres realmente intrépido niño... pero tenemos un acuerdo.. ¿recuerdas? - pregunto.
La puerta se cierra, leonphael miro como toda la habitación estaba cambiada.. Destrozada en realidad, sábanas rasgadas, la cama sin patas y el armario estaba hecho trizas, al mirar cerca d ema ventana estaba un golpeado raphanardo, lleno de loretones, rasguños y una nariz sangrante con un brazo muy herido y lleno de astillas; el no se quedo viendo, puede morir raphanardo si no recibe ayuda pronto, tal vez estaba inconsciente.. su movimiento lento estaba presente, despierto.
Raphanardo: Se limpia la nariz, la sangre mancha lo blanco de la camisa - Estoy bien... no fue nada.. - dijo con una sonrisa dolida.
Leonphael: Toma unas sabanas rasgadas, para sacar algunas astillas y vendarlo - Déjame.. ayudarte.. - dijo, limpiando las heridas de este.
La tortuga pequeña estaba con miedo, pero por romper el acuerdo con el líder quien cadi mata a su madre de una apuñalada, ahora vio que el hizo esto a su amigo, al joven que trato de ayudarlo al sacrificarse al estar encerrado en esta habitación, unas lagrimad caen.. si el no hubiera salido esto no hubiera pasado. Raphanardo se aseguró que el pequeño no tuviera ni una sola herida, solo maltrato en su joven piel escamosa verde claro, maltrato y mucha fuerza aplicafa, lo ve temblar.. si trata de preguntar el pequeño niega o se queda completamente en silencio, nervioso..
-En alguna parte del inmenso desierto, territorio de los guerreros azules-
El lugar que alguna vez fue orden y paz, estaba convertido en un fuerte contra los no deseados, solo que estaba vuelto en llamas, algunas estructuras caídas mientras el fuego se propagaba, caminando por entre las carpas intactas hasta la cueva/fortaleza subterránea e neutralizando a cada quien se interponga.
Abre la puerta de madera, la poca luz y la oscuridad deja ver varios parres de ojos de distintos colores, excepto por unos mas ancianos que estaba armado, entra a esta y enciende la luz de la habitación..
Abuela: Entre las otras tortugas hembras y crías muy jóvenes - ¿¿¿Quien es usted??? - pregunto aterrada, pero parpadea - Eres.. - murmuro.
¿¿¿???: Se acerca y arrodilla en una pierna, se quita el turbante sahara - Mama.. soy yo.. leonardo, te sacare de aquí - respondió con una sonrisa, tomo la mano de esta - Vine por ti.. - se levanta.
Salieron de la carpa, estaban tan cerca de la salida de las miles de carpas e semis-fortalezas, pero un disparo alerto al turbante negro azul, un macho joven.. como de unos dieciocho apuntaba el arma hacia el y su madre.
Guerrero de los oasis azules: Apunto a la cabeza de la tortuga de ojos azules - ¡Detente!, ¡tu traicionero zorra!, ¡¡traicionaste a tu tribu... a tu familia!! - exclamo, evidentemente asustado y temblando.
Leonardo: Se para frente a su madre - Solo deja que mi madre y yo nos marchemos.. no quieres y yo tampoco quiero que mas sangre inocente se derrame - exigió con seriedad.
¡¡¡Pam!!!
Leonardo termino cubierto de gotas... paso su mano por la cálida sustancia en su mejilla.. sangre, su madre se cubre el pecho con un suave quejido.. al ver su mano.. sangre, leo la sostiene, mientras ella se deja caer, leo trata de detenerlo, pero ella lo detiene.
Abuela: Miro al ojos azules, quito suavemente el turbante de este para ver su rostro - Mi... mi niño, se que no he podido protegerte en estos últimos años.. y mi nieto esta.. esta en la fortaleza de los cazadores... solo.. espero que vivas una vida feliz con el y tu... compañero.. - apretó la mano de leo, mientras las lagrimas del ojos azules caen - Tu padre.. murió allá.. y yo.. me reuniré con el.. - cierra los ojos.
Leonardo abrazo fuertemente a su madre, le dio un beso en la frente mientras ahoga sus ganas de gritar y deja salir unas suaves disculpas, mientras que los guerreros restantes se acercaban a detener a la tortuga de escamas verdes, el dejo suavemente en el suelo como si descansara.
Uno de los guerreros se acerco hasta colocar una mano en el hombro de este, y eso se convirtió en el impulso para cortarle el brazo con su katana a quien ha osado colocar su mano en el, y seguido por acabar con los faltantes uno a uno, eran buenos y no los subestima, esquivando balas e ataques con espada, su entrenamiento en el extranjero le permitió superarles por poco, algunos sucumbieron a los cortes de la katana, otros tuvo que apuñalarles y otro recibió balazos como escudo; la sangre manchaba el suelo, pero dejo la libertad para las hembras que no trataron de suicidarse o ser bombas vivientes.
Leonardo: Se quita las lagrimas, dejando un lirio en la tumba - Adiós.. mama.. te amo mucho - susurro, con voz quebrada.
Dejo la tumba de su madre.. quien siempre se preocupo por cuidar de el, desde que su madre verdadera falleció, bajo las miradas de las otras tortugas hembras con sus crías, les perdono la vida, ellas y los pequeños no tienen nada que ver con esto.. mucho menos que sus esposos se prestaran a estos actos.. terminando con la destrucción de este oasis.
[¿¿¿???: - Leonardo, estamos cerca, ¿donde estas?... - dice la voz seria.]
Leonardo: Sube en nozomi, mientras se calma - Mi madre ha muerto, mi abuela.. creo que entiendes el punto, solo vine.. si tenían a leonphael en este lugar, iré a la tribu de cazadores.. - dice tratando de sonar firme.
[¿¿¿???: Sonido de gruñidos y blasfemias - Lamento.. lo que paso... no esperaba que reaccionaran de esa forma contigo.. quisiera haber estado a tu lado - dijo dolido.]
Leonardo: Se quita una lagrima con el antebrazo - Recuperemos a nuestro lirio.. eso pidió mi madre.. - dice con calma.
Cuelga el teléfono y tira de las riendas, aun le faltaba camino por delante.. y ya ha pasado un segundo día.
- A unos kilómetros de la fortaleza, territorio de la tribu de los cazadores-
El polvo se levantaba mientras los caballos, corderos y camellos caminaban por el desierto, se ha tomado su tiempo en llegar y reunir guerreros, tanto alquimistas que practicaban la venta de inventos, como también lo mismo pero mas barato, junto a unos cuantos lirios enmascarados; el turbante rojo estaba liderando el camino.
Donatello: Miro por los binoculares - Objetivo en la mira, ¿como procederemos? - pregunto al mastodonte de turbante rojo, escucho como le llamaban - Necesitamos descansar - dice.
¿¿¿???: Tomando un gran respiro para detener al corcel, algo para calmar sus necesidades de ir precipitadamente contra la tribu - Cuando mi compañero este llegando.. los enmascarados y alquimistas serán una distracción, por ahora descansen - dice serio.
Lirio naranja enmascarado: Asiente mirando atentamente al mastodonte - Estamos listo para lo que ordenen - dice con calma - Les debemos una muy grande a ambos.. - dice quitando su máscara.
Estaban lo suficiente lejos para que no fueran detectados, mientras iban aun paso moderado para planear, hasta que el terreno por esta vez estaba del lado de quienes ya comprendieron y nunca subestimarían a este terreno, encontraron un buen lugar para ser un refugio temporal y el punto perfecto para que regresaran luego de su misión, los lirios naranjas eran nómadas que vivían de vender cosas que encontraban en el desierto; desde una simple planta medicinal hasta el auto móvil mas lujoso dejado al desierto por no poder pagar la deuda, unos cuantos de estos enmascarados con su oferta en cordero, la entrada para su.. Cordero de troya.
¿¿¿???: Mira hacia la fortaleza -( Si piensan que se saldrán con la suya.. Secuestrando a mi lirio y hiriendo a mi compañero, están muy equivocados )- pensó, una mano estaba en sus armas dadas por su suegro, se voltea a los presentes - Al anochecer y a la luz de la luna, haremos pagar a esa tribu por sus crímenes e promesas de paz rotas - anunció a todos.
El ojos ámbar se mantuvo atento a la llegada de su compañero, mientras el sol cae en el desierto y lentamente las temperaturas bajan para aliviar a los seres bajo el inminente calor, esta vez estaba dispuesto en terminar con esas dos tribus y sus viejas riñas, la tribu de los oasis se hizo cenizas por sus guerreros y su compañero tuvo la dignidad de perdonarles la vida a mujeres e crías, no obstante, lo que paso con su compañero y la amable mujer que lo crío.. por mas que lo piensa.. La ira corre por su cuerpo exigiendo que sea dada justicia.
CONTINUARA....
---------------------
Hallo!!, ¿que tal a todos? ¿como les ha ido en estos meses?, regrese de entre los tiesos.. aunque me quiero tiesar, pero bueno regreso mi internet aunque un poco apendejado, es todo para los que esperaban actualización de esta historia, el tema se que es turbio y se ve en otros lugares.. pero creo que se puede cambiar en ambos mundos, espero les guste mientras actualizo las otras historias y matanee
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro