Solo...Sonríe
Slencio, solo eso abundaba, la majestuosa ciudad de New York se encontraba ahora bajo los brazos de Morfeo. Era comprensible el sueño que sus habitantes acarreaban, no hacía menos de dos días se había estado inaugurando aquel nuevo parque de diversiones, aquella atracción llamaba mucho la atención, grandes y chicos, humanos y mutantes, quienes deseaban poder disfrutar de esa tan dichosa noche que la que se abrieron las puertas al público, aquella noche en la que todo, dio un giro inesperado.
Parecía una broma absurda, una de esas jugadas que salen mal en un partido de cartas contra un maestro en el juego; era un sueño o una pesadilla, nadie podía saberlo, quizás solo sus cerebros jugaban a la ruleta de los malos presagios con ellos, el vacío que tenían con solo saber que poco a poco uno de ellos iba abandonando esa vida dejaba cicatrices en el alma y me moría, que, seguramente, ni el mas feliz de sus días podría borrar ni el más mínimo detalle de todo aquél dolor que causaba esa enfermedad.
Palidecía en la cama, las fuerzas eran pocas y la vida por delante era tanta, que apenas a sus 16 años solo pensaba en sus futuros hijos que jamás llegarían. El alma se le carcomía con cada segundo que pasaba, tenía razón, y siempre la tuvo al querer vivir cada segundo se su vida como si fuese el último, como si después que su sonrisa se apagase fuera a morir, y ahora, estaba en lo cierto, pero sobre todo lo creía, creía que si ya no sonreía, su espíritu abandonaría su cuerpo más rápido de lo previsto.
-Mikey ¿Estas bien?¿Puedo pasar? -Ese tono de voz, no era difícil de confundir, anos enteros orgulloso del dueño de esa voz, quien estaba parado del otro lado de la puerta esperando una respuesta afirmativa. Mentor, protector y amigo, pero sobre todo hermano, no llegaba más allá de los 17 años, y su vida había sido como aquella montaña rusa que sacaba miles se sonrisas y gritos a diario.
-Entra...-Esbozó con gran dificultad, su había cambiado, no dejaba escuchar la alegría acumulada durante tanto tiempo, parecía que era alguien más, que otro mutante había tomado su lugar y no interpretaba bien el papel del personaje principal.
Su paso era firme pero temeroso, en sus ojos se notaban las noches sin poder conciliar el sueño. El miedo estaba marcado en su rostro, temía porque podía ser esa la última vez en la que su hermano menor, motor y corazón de la familia estuviera despierto.
-Leo, yo...Ya no creo poder mejorar- Soltó como si de una bomba nuclear se tratase, esas palabras, difíciles de digerir, le cayeron al mayor como un balde de agua fría. Su corazón parecía acelerarse, y sus ojos, sus cansados ojos zafiro, reflejaban muy bien el dolor que sintió al escuchar aquella devastadora frase.
-¿¡De que hablas!? -Agregó con un nudo en la garganta y el alma hecha pedazos- ¡Claro que puedes mejorar!... Mikey, Donnie lleva días enteros en su laboratorio, está a punto de encontrar la cura, calma, solo...resiste hermanito -Eran dolorosas esas palabras que ocultaban la verdad, el científico llevaba días enteros sin dormir pero la cura no llegaría a tiempo, tiempo era lo que faltaba y la enfermedad avanzaba con cada palabra desperdiciada al vacío.
-Mikey...Haber escuchado sus palabras le quebró el corazón. Quien, durante década y media le había causado temor, estaba ahora en su lecho de muerte- Aguanta hermanito, te pondrás bien, vas a ver que dentro de unas semanas estás como nuevo -Eran alentadoras y duras sus palabras, sabían ya que esas blancas mentiras o negras verdades no ayudarían en nada, ya se había dado todo y no mejoraba.
-Raph...Leo -le costaba hablar, pero, de todos modos, de sus verdes labios no se iba aquella sonrisa simpática que motiva a todos a creer que si se puede seguir em pie después de haberlo perdido todo- Chicos, estaré bien... Los esperaré junto con Sensei -Su tiempo ya se estaba terminando y cada segundo era crucial para poder despedirse de su tan amada familia.
Minutos, solo minutos pasaron antes de que a su alrededor estuvieran todos presentes, hermanos y amigos lo miraban intentando contener las lágrimas, era el peor de los retos pero era un desafío que tenían que cumplir, quizás el último para que, con el mejor recuerdo de todos, por fin, esa tortuga de celestes orbes, pudiera descansar en paz.
-No...Lloren, yo...Yo estaré con Splinter...Me encargaré de cuidarlos, de protegerlos... Lo prometo -Con sus pocas fuerzas dictó estas palabras, aún con esa motivadora sonrisa en su rostro-...Hasta...Pronto... -Esas fueron sus últimas palabras antes de cerrar sus ojos para ya no volver a abrirlos nunca más.
Cumpliendo con dolor la silenciosa promesa que le habían jurado, se quedaron allí, velando la muerde se su hermano, amigo y pareja, viendo como aún, después de soportar días enteros de puro dolor y agonía culpa de esa enfermedad, su cadáver yacía ahí, como si estuviese dormido soñando con el paraíso.
"Solo...Sonríe", y si, solo sonreía, aún, después de fallecer, la sonrisa que lo había acompañado toda su vida, permanecía con él, dejando que dolos allí supieran que él, después de todo, si estaría en buenas manos.
* * * * * * * * * * *
Hola.
Que hubo como está el mundo!?
Espero que bien y que les haya gustado, se que tengo muchas historias pero este apartado hace meses que quiero hacerlo y bueno, aquí está, solo espero que sean pacientes, pues tengo muchas tareas y exámenes para hacer, aunque esté en cuarentena, mis "hermosos" profesores me pasaron mas de 35 trabajos para hacer, y entre ellos muchos son de las materias que mas odio, matemáticas y biología, en fin, me voy despidiendo.
A todo esto, deseenme suerte para terminar las cosas pronto, pues tengo muchas cosas lindas para ustedes amigos, ahora si, sin mas que decir.
Bey! :3
Atte.:Kiri
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