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El Barrio Chino

El Barrio Chino, ubicado a solo unas calles del centro de la ciudad de New York, muy conocido por sus platillos y tiendas de artesanías, en especial durante los fines de semana, cuando las calles desbordaban de personas. Hacía tiempo ya que la familia no se reunía, el trabajo, la escuela y las tareas diarias del hogar no dejaban mucho tiempo libre, aun cuando estuvieran de vacaciones las cosas eran difíciles para muchos. Aunque fueran cuatro hermanos, cada quien tenía sus propios problemas, trabajar horas extras para poder cuidar de sus hijos y esposas, poder pagar las cuentas en ocasiones se volvía un desafió, tanto asó que los prestamos se acumulaban poco a poco, para los más pequeños era algo que nos les gustaba, estaban acostumbrados ya a poder tener siempre lo que quisieran, pero eso lentamente solo iba quedando en un simple "quiero" y en un "más adelante"

-Papá, anda, solo uno.

-Que no, no insistas.

-Pero ... ¡Mamá!

-Ryan, basta, no es no.

-¿Shen?

-¿Me viste cara de banco? Además ya tienes uno en casa y ni lo cuidas.

-Pero ya está viejito.

-Ryan, no te vamos a comprar otro pez dorado y punto.

No siempre es fácil obtener lo que uno quiere, simplemente con desearlo no alcanza, hay que ganarse las cosas, y para un niño que aún no llega a sus 10 años, es algo complicado de comprender; o de querer hacerlo. No sólo era él el que quería llevar por lo menos un pequeño recuerdo del Barrio Chino a su hogar, su primo y casi hermano también, aunque fuera por un año menor que él.

-Es tarde, tenemos que regresar, Yoshi, ven...

-Ya voy, solo espera un poco.

-¡Yoshi!

-Ay...Adiós Ryan.

[***]

-Se nota que no eres muy estricto Leo.

-Era eso o escucharlo llorar todo el camino de regreso.

-Para tener 8 años es muy malcriado.

-Es culpa de Karai, lo consiente mucho.

-Claro, échame la culpa a mi, tu lo malcriaste.

-Es culpa de ambos...

-No te metas Shen.

-¿Yo que hice ahora?

-Meterte en donde no te conviene...Ve a tu cuarto.

-Pero...

-Sin peros y ve a tu cuarto.

-¡Ahg! 

-...Se hace tarde... Tengo que irme...

-Esta bien...Deja que te acompañe al menos...

-No te preocupes Leo, no me voy a perder...

Se quedaron solos nuevamente en casa, familia de cuatro en un pequeño departamento en el décimo tercer piso a las afueras de la ciudad en un barrio inseguro y descuidado. No mucho a decir verdad, era ya la cuarta vez en el mes que se mudaban por la falta de dinero, estaban intento encontrar algún empleo de medio tiempo, en el que la paga sea buena, por el momento, trabajar como conserje en una escuela, estar detrás de una caja registradora en un almacén, y en un pequeño local de comida rápida como lavaplatos, eran buenas opciones.

Pasaban poco tiempo en casa, había veces en las que el menor se quedaba solo, esperando a que sus padres o hermana regresaran para poder cenar, hasta incluso pasaban veces en las que el pequeño se iba a dormir sin poder comer y sin despedirse hasta la mañana siguiente de sus padres y hermana. No le gustaba quedarse solo, pero ya estaba acostumbrada, en especial a escuchar tras las paredes como en el departamento de sus vecinos todas las noches se escuchaban gritos, golpes, llantos y cosas romperse, se contradecía mentalmente para no preguntarle a sus padres que significaban aquellas palabras que escuchaba con regularidad; aunque asumía que serían groserías que jamás en su sano juicio debería de repetir.

Estaba cansado de escuchar las sirenas de las automoviles de la policía cruzar a todas horas, le asustaba, temía que fueran a buscarlo, que lo alejaran de sus padres, de su hermana, de su familia, tenía pesadillas con aquella escena en la que se lo llevaban lejos y ya no volvía a verlos. Estaba solo, siempre le advirtieron que por nada del mundo saliera del departamento, y menos de noche, pero, estaba cansado de quedarse allí, de quedarse a escuchar cosas indebidas tras los muros; intentaría poner fin a todo eso, estaba listo para ir tras su madre bien se fuera a trabajar, y eso haría, es más eso mismo hizo.

No hace falta ni decir que nunca pudo seguir el paso de su madre, nunca había salido solo de casa, siempre que regresaba, sus padres intentaban que él no viera a los lados, siempre miraba al suelo, de todas formas estaba asustado, no le agradaba donde vivían y siempre se lo hizo saber a sus padres "Cuando cumpla 10 y cuando pueda trabajar voy a comprar una casa ¡Enorme! De dos piso y con piscina" 

-...Hola niño ¿Te perdiste?

-No, mi...Mi mamá ya viene.

-No mientas, vi que estás solo, acaso...¿No te enseñaron que no es bueno mentir?

-Dejeme solo...

No se quedó mucho más tiempo allí, sabía ya que ese tipo quería hacerle daño, no había que ser psíquico para saber sus intenciones, pero en algo estaba en lo cierto, se había perdido, no sabía que direcciones tomar, no tenía ni si quiera idea del nombre de las calles donde estaba el edificio vivía. Solo caminaba por ahí, sin rumbo, intentando ver si algo le era familiar, si encontraba la casa de alguno de sus tíos o su antiguo hogar, pero nada, estaba perdido, y solo, en mitad de la noche, bagando y aguantando el frío, el viento y la nieve.

-Nunca debí salir...

Empezaba a darse cuenta del error que había cometido, sentía que sus padres no lo perdonarían por lo que había hecho, y que su hermana lo ignoraría por el resto de su vida. Ya estaba cansado, eran más de las 2 de la mañana; lloraba en silencio, ignorando a todos para que no se lo llevaran, disimulaba, caminando casi al lado de algunas personas para que creyeran que iba con alguien cuando no era así...Se alegro al ver que su largo camino no había sido en vano, no tenía idea como logró llegar, pero estaba allí, frente al lugar al que tanto le gustaba ir, el Barrio Chino.

-Seguro que...Mamá y papá me van a encontrar aquí...

O al menos eso quería, no recordó mirar a ambos lados, se olvidó que las calles a todas horas eran una muerte segura para aquellos peatones despistados, nunca quiso terminar así, bajo las ruedas de un auto, a su suerte, abandonado en la calle, a nadie le importó verlo allí, a mitad de la calle intentando despertar para poder levantarse y seguir buscando a sus padres...

La ambulancia no llegó a tiempo...

-¡RYAN!

Nunca pudieron encontrar al responsable...

-¡No! ¡No! ¡Lo dejaron morir! ¡Esos malditos lo dejaron morir!

...Él nunca logró encontrar a sus padres.

-Karai...Lo siento tanto...

Y ellos, jamás pudieron verlo crecer...

[***]

Los años nunca lograron curar las heridas, nunca pudieron remediar lo que había pasado. Cada día llevar el dolor en el corazón se volvió una batalla contra el tiempo, el alcohol solo hacía olvidar lo que pasó durante unas horas, las adicciones se volvieron evidentes, y el tiempo ya no alcanzaba para poder hablar...Cada lágrima derramada, era un corte más, cada flor marchita era un día más en la depresión y cada recuerdo era una puñalada al corazón. Al fin de cuentas... Se quedó solo...Velando la muerte de su hijo...De su hija... Y de su esposa...Hundido en una rutina clara de superación y esfuerzo, para poder salir adelante, sin volver a caer en la Depresión.

*******************

Hola

Que hubo como está el mundo

Espero que bien y que les haya gustado. Me tardé pero lo pensé bien antes de publicarlo, porque seguro que nadie lo leería y a nadie le gustaría, pues cada vez escribo peor y pierdo muchos lectores. Bueno sin más, me despido.

Atte.:Ludmila.

PSD.: Prefieren que escriba One-Shots tristes como este o que sean más alegres? 

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