Lincoln y sus hermanas continuaban juntos en ese enternesedor abrazo, que era capaz de transmitir y decir todo lo que él grupo de hermanos sentía sin necesidad de decir una sola palabra, parecía que a partir de ahora las cosas sólo irían mejorando, pasaron unos cuantos minutos de completo silencio en los cuales las hermanas Loud estaban abrazando a su único hermano, hasta que un gruñido rompió el silencio, era el estómago de Lincoln, el cual debido a su necedad y abstinencia a comer tenía mucha hambre, no sólo eso, si no que además empezaba a oler mal, pues ya tenía días sin darse un baño, ante esto las hermanas se separaron de Lincoln solo para soltar unas pequeñas risas de alivio.
Lynn: Bueno, supongo que ahora sí tengo razones para llamarte apestoso eh?
Luan: Oye Linky, si quieres podemos prepararte el baño o prefieres bajar a comer algo primero?
Lincoln: Gracias chicas, creo que primero voy a comer algo, solo espero que aún quedes bolitas de macarrones con queso.
Lynn: Claro hermano, las reservamos especialmente para ti.
Lincoln: Gracias, son las mejores.
Luego de eso las hermanas y Lincoln se dirigieron a la cocina, todos menos Lucy.
Lincoln: Oye Lucy no vienes?
Lucy: Me encantaría, pero traje a una amiga a casa y me esta esperando en mi cuarto.
Lincoln: OH, y quien es?
Lucy: Haiku.
Lynn: La chica de tu club de ratitos que usa un vestido morado?
Lincoln: Lynn no seas así.
Lucy: Tranquilo hermano y sí, esa misma.
Luan: Bueno, si les da hambre pueden bajar a comer cuando quieran.
Lucy: Claro, bueno ya me voy.
Dijo la pequeña gótica para luego dirigirse a su cuarto donde ya la estaba esperando su amiga Haiku, quien había traído una gran pila de cintas de video del cuarto de Luan.
Lucy: Y que encontraste?
Haiku: Un montón de cintas con grabaciones pero, no se en cual este lo que estamos buscando.
Lucy: No te preocupes, lo hiciste bien, ahora solo tenemos que encontrar alguna que tenga algo útil en ella?
Haiku: Eso nos tomará un buen rato, son al menos 15 casetes de grabaciones.
Lucy: Descuida, tengo una idea, llevate la mitad de las grabaciones a tu casa y revisalas allá, y yo me quedaré con la otra mitad y las revisaré aquí, así será más rápido.
Haiku: Buena idea, por cierto me alegra ver que Lincoln se siente mejor.
Lucy: Nos viste?
Haiku: Pues claro, las cámaras de tu hermana lo graban todo.
Mientras que Lucy y Haiku terminaban de discutir lo que harían ahora, Lynn, Luan y Lincoln se dirigían a la cocina para comer algo juntos, antes de que Lincoln tomase un baño, cuando estuvieron en las escaleras Luan ayudó a Lincoln a bajar dejando que este se su viera a su espalda cargandolo de caballito, mientras que Lynn bajaba la silla de ruedas de su hermano, una vez en el comedor vieron como sus padres estaban sentados en la mesa discutiendo algunas cuestiones relacionadas con su hijo barón, cuando éstos vieron a Lincoln acompañado por sus hermanas, una ligera sonrisa de alivio y alegría se dibujo en la cara de ambos padres al ver que por fin, su hijo se dignaba a salir de su cuarto, si bien su aspecto no era el mejor, al menos ahora ya no estaba encerrado y negándose a salir.
Señor Lynn: Hola hijo, es bueno verte fuera de tu cuarto, dime como te sientes?
Lincoln: Con algo de hambre.
Rita: No te preocupes cariño, voy a recalentar tu comida para que puedas comer a gusto, así que acércate a la mesa.
Lynn empujó la silla de ruedas con Lincoln en ella para que esté estuviera frente a la mesa del comedor, así permitiéndole comer con comodidad.
Señor Lynn: Por cierto hijo, en el hospital cuando fuimos a recogerte me dijeron que hay un grupo de terapia y apoyo para personas con tu mismo problema, creo que sería bueno para ti ir ahí y resivir apoyo de otras personas como tú, claro si es que quieres hacerlo, si no entonces no hay ningún problema, pero yo creo que sería bueno para ti.
Lincoln: OH bueno, la verdad no estoy seguro, supongo que podría intentarlo pero, eso no es muy caro?
Señor Lynn: Descuida, el grupo de terapia es completamente gratuito, es un esfuerzo conjunto por parte de voluntarios y personas que pasan por tu misma situación para poyarse mutuamente, así que por el dinero no te preocupes hijo.
Lincoln: Esta bien, en ese caso, me gustaría ir, quizás ahí puedan ayudarme.
Lynn: Bien dicho bro.
Rita: OK niños ya siéntense, la comida ya está lista.
Dijo la señora Loud llevando unos platos con comida a la mesa para que sus hijos pudieran comer, una vez que todos terminaron, las chicas acompañadas de su madre llevaron a Lincoln arriba, mientras que las hermanas del albino comenzaron a preparar el baño para que su pequeño hermano pudiera acearse, la señora Rita estaba con Lincoln esperando afuera del baño, era obvio que en su estado actual, Lincoln no podría bañarse sólo, por lo que su madre tendría que entrar con él para ayudarlo, cosa que no le agradaba para nada a Lincoln, pues tenía mucha vergüenza de que su madre entrase con él para lavar su cuerpo, al menos era mejor que lo hiciera ella a que lo hiciera alguna de sus hermanas, ya con el baño listo, la señora Loud cargo a Lincoln dentro del baño para luego sentarlo en un banco de plástico que estaba puesto justo debajo de la regadera, el baño fue una experiencia muy incomoda para el joven peliblanco, pues no podía dejar de pensar en el hecho de que su madre estuviera tallando todo su cuerpo, para la señora Loud esto no era una molestia, ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de ayudar a su hijo, además de que como toda madre, ella ya tenía experiencia bañando a su joven hijo desde que este era sólo un pequeño bebé que dependía completamente del cuidado de sus padres, ya con Lincoln aseado, la señorita Rita comenzó a secar el cuerpo de su hijo con una toalla, para luego salir del baño y dirigirse al cuarto de su hijo donde también ayudó a cambiarlo.
Lincoln: Mamá, no es necesario que hagas todo esto, puedo cambiarme por mi mismo.
Rita: Tonterías, deja que yo me encargue, no me molesta ayudarte, además como planeas cambiarte cuando no puedes mover las piernas, tú solo relajate y deja que yo lo haga, después de todo yo solía cambiarte cuando eras un bebé.
Lincoln: Sí, pero ya no soy un niño pequeño, además el que no pueda mover las piernas no significa que no pueda mover mis brazos tampoco.
Por alguna razón los comentarios de su madre lo incomodaban, sabía que eran mal intensionados, pero no le gustaba sentirse como alguien inútil, menos aún tener que depender de su familia para algo tan simple como cambiarse solo, simplemente no se sentía bien, no era correcto para él, cuando su madre terminó de cambiar a Lincoln, esta se disponía a salir de su cuarto, no sin antes hablar aunque fuera solo un poco con su pequeño hijo.
Rita: Por cierto hijo, tu amigo Clyde estuvo viniendo a diario durante tu semana en el hospital, no dejaba de preguntar por ti.
Lincoln: OH es cierto, con todo lo que ha pasado me olvide por completo de Clyde.
Rita: Descuida, seguro que tu amigo lo entiende, además pregunto si podría venir a verte cuando te sientas mejor, así que, que dices? Por que no lo invitas a venir mañana, seguro que tener a un amigo cerca te ayudará más.
Lincoln: No lo sé, no quiero que Clyde me vea en este estado, ni tampoco causarle alguna molestia a él o a sus padres por hacerlo venir.
Rita: Bueno hijo, en algún momento tendrás que verlo, y no sólo a él, sé que con todo lo que te ha pasado no tienes ánimos para ir a la escuela y lo entiendo, pero en algún momento tendrás que regresar a clases y seguir con tu vida.
Lincoln: Lo sé, es por eso que mañana papá me llevará con un grupo de terapia con gente que está pasando por lo mismo que yo, aún no sé cómo sentirme al respecto, pero si papá crée que eso me servira, entonces confiaré en él.
Rita: Ese es mi pequeño niño valiente.
Dijo para luego darle un tierno beso en la frente a su único hijo barón.
Rita: Sabes, a veces siento que eres muy maduro para tu edad, y no sabes cuanto me llena de orgullo saber eso, mi pequeño conejito bebé.
Dijo a la par que acariciaba la suabe cabellera blanco del chico, en ese momento, Lincoln sentía una enorme paz y una gran calidez, a pesar de lo que pasó, sabía que contaba con el cariño y el apoyo de toda su familia, eso lo hacía sentirse mejor a pesar de todo. Una vez que Lincoln estuvo listo para dormir, la señora Loud lo arropo de forma cómoda y le dio un último beso en la frente, solo para después salir y cerrar la puerta del cuarto de su hijo. A la mañana siguiente, los rayos del sol se filtraban a través de la ventana del chico albino, la luz acariciaba suabente el rostro de Lincoln, con una calidez agradable que fue despertandolo poco a poco, abrió sus ojos sólo para darse cuenta que había dormido toda la mañana, su alarma no había sonado, era bastante tarde y sabía que a esa hora ya todas sus hermanas estaban en la escuela, así que aún vestido con su pijama, salió de la cama pasando a su silla de ruedas, la cual estaba desplegada a un lado de su cama para que pudiera pasar de la cama a su silla sin mucho esfuerzo, cuando estuvo en su silla, comenzó a moverse hacia el pasillo de la planta alta y luego a las escaleras, donde una vez estando en frente de estas grito con fuerza preguntando si alguien se encontraba aún en la casa, grande fue su sorpresa al escuchar la voz de su padre quien le contestó desde la planta baja.
Señor Lynn: Buenos días campeón, dormiste bien?
Dijo asomándose a las escaleras y viendo a su hijo frente a las mismas desde la planta baja.
Lincoln: Papá? Que haces aquí? No deberías de estar en el restaurante?
Señor Lynn: No te preocupes hijo, deje el restaurante encargado a mis empleados, ellos sabrán hacerse cargo.
Lincoln: Pero por que te quedaste en casa?
Señor Lynn: Bueno, recuerda que hoy te voy a llevar con el grupo de terapia del hospital, así que me quede para llevarte una vez que te despetaras.
El chico no sabía que decir, su padre y toda su familia se habían tomado tantas molestias solo para poder ayudarlo a él, se sentía bien pero a la vez culpable, culpable de ser el causante de darles tantos problemas cuando ellos no lo merecían, pero eso no era lo que Importaba ahora. El señor Lynn subió por las escaleras para poder ayudar a su hijo a bajar las mismas, mientras con un brazo cargaba al albino, con el otro cargaba con su silla de ruedas, cuando ambos estuvieron en la planta baja de la casa, los dos fueron a la cocina, el señor Lynn sentó con cuidado a su hijo en una silla frente a la mesa y luego le llevó un plato lleno de panqueques, estos ya tan solo estaban tibios pero el aroma y el sabor seguían siendo exquisitos, era de esperarse del mejor cocinero de todo Royal Woods, y así Lincoln y su padre pasaron una agradable mañana desayunando y conviviendo. Ya cuando habían terminado ambos de comer, el señor Lynn rogio la meza y ayudó a su hijo a volver a su silla de ruedas, ya que tenían todo listo, el señor Lynn salió de la casa junto a su hijo, para luego ayudarlo a subir a Vanzilla y guardar la silla en la parte trasera del vehículo, finalmente ambos emprendieron el rumbo hacia el hospital general de Royal Woods, donde el padre de Lincoln, solicitó el ingreso de su hijo al grupo de terapia, cosa que consiguió sin problemas, luego de eso ambos comenzaron a recorrer los pasillos del hospital para llegar hasta su destino, en el camino encontrándose con una cara conocida por ambos.
Doctor Ross: Hola Lincoln, hola señor Loud.
Dijo el médico mientras se acercaba de frente hacia ambos, tanto Lincoln como el señor Lynn saludaron alegremente al doctor, el cual examinó con la mirada al joven albino, este se veía un poco mejor, además de que las heridas de su cuerpo eran ya menos visibles.
Doctor Ross: Me alegro mucho de volver a verte chico, y veo que te has estado recuperando bastante bien, dime vienes al grupo de terapia, no es así?
Lincoln: Gracias y sí, al final papá me convenció de venir, creo que tal vez no sea tan malo.
Doctor Ross: Ya veo, bueno estoy seguro que te sentirás bastante cómodo, el encargo de llevar el grupo de terapia es el doctor Sanders, un colega mío y experto en el área de la salud mental, además de que si necesitas algo, también puedes contar conmigo, de acuerdo chico?
Señor Lynn: Por cierto doctor, no tuve la oportunidad de agradecerle antes por haber cuidado de mi hijo, muchas gracias por eso.
Doctor Ross: Solo hice mi trabajo, bueno amigos, me tengo que ir, espero volver a verlos pronto.
Dijo el médico despidiéndose, a la vez que alborotaba la cabellera blanca del albino mientras se alejaba, era agradable para el chico albino saber, que por lo menos en ese lugar tenía a alguien con quien contar, a pesar de no conocer mucho al médico, su presencia y actitud resultaban bastante agradables, lo que reconfortaba un poco a Lincoln, sin embargo, el señor Lynn sabía que no podían distraerse por mucho tiempo, con lo que siguieron su camino, finalmente llegando hasta la sala, donde se estaba llevando a cabo la terapia grupal, en cuanto Lincoln y su padre cruzaron la puerta, pudieron ver como había diferentes personas, de distintas edades y apariencias que se encontraban en aquel lugar, fue sin embargo un chico de cabellera negra con ojos de color verde, el que más llamó la atención de Lincoln, se veía que tenía más o menos la misma edad que el albino.
Una vez que Lincoln y su padre entraron por la puerta, la atención de todos los allí presentes, se centro únicamente en el chico albino, ya de por sí no era común ver a alguien nuevo en aquel grupo de terapia, menos aún era ver a un chico de cabello blanco como la nieve ahí, fue sin embargo un hombre alto de cabellos castaños, quien se levantó de su asiento y recibió a ambas personas de forma cordial.
Doctor Sanders: Hola, usted debe de ser el señor Lynn, y tú debes de ser Lincoln no ? Es un gusto conocerte amiguito.
Dijo el doctor encargado de aquel grupo con una sonrisa gentil en su rostro, mientras que se agachaba para poder quedar a la misma altura que el albino, aquel doctor parecía una persona bastante tranquila, llevaba una camisa Polo de color morado, unos pantalones de mezclilla negros, unas gafas y su cabello bien arreglado, no parecía ser alguien viejo, aunque unas cuantas canas eran visibles en su cabeza, dándole un aspecto de madurez y al mismo tiempo algo paternal, básicamente, se trataba de un hombre que inspiraba confianza a primera vista, por lo que tanto Lincoln como el señor Lynn, no dudaron en corresponder su saludo.
Señor Lynn: Así es, estamos aquí porque el doctor Ross nos dijo que había un grupo de apoyo, así que, es usted el doctor Sanders?
Doctor Sanders: En efecto, yo soy el encargado de llevar a cabo las reuniones de este grupo de apoyo, pero bueno cambiando de tema. Le gustaría quedarse y escuchar la sección junto a su hijo señor?
Señor Lynn: Puedo? Digo si es que no causó ninguna molestia claro.
Doctor Sanders: En lo más mínimo, de hecho, si mira a su alrededor, podrá ver que también hay algunos familiares que se quedan aquí, para brindar apoyo a sus seres queridos.
Señor Lynn: Bueno, tú que dices hijo? Quieres que me quede?
Lincoln: Tranquilo papá, se que tienes trabajo que hacer, yo puedo quedarme aquí, para que tu puedas irte.
Señor Lynn: Estas seguro Lincoln? Sabes que puedo quedarme si quieres, deje el restaurent en buenas manos, así que no me preocupa que pase nada malo.
Lincoln: Lo sé, pero tampoco hace falta que te preocupes tanto por mi, yo estaré bien, así que descuida.
Doctor Sanders: Si necesita irse puede hacerlo con total calma señor Loud, se lo aseguro, su hijo se encuentra en buenas manos, además la sesión termina a las 3 de la tarde, puede regresar a esa hora para recoger a su hijo.
Señor Lynn: Está bien hijo, voy a irme ahora, pero te prometo que voy a venir a recogerte a las tres.
Dijo mientras se arrodillaba para quedar frente a con su hijo, para de esta forma poder abrazarlo y acariciar su cabeza, la idea de dejarlo solo no le agradaba, pues no quería que nada malo le pasara a su único hijo barón, aquella escena era bastante enternecedora, pero tenía que llegar a su fin y así fue, luego de aquella escena el señor Loud salió de la sala del hospital para luego retirarse del complejo médico, ahora solo quedaba Lincoln junto a un grupo de 12 personas desconocidas.
Doctor Sanders: De acuerdo, por que no comenzamos presentándonos? Yo iré primero. Yo soy el doctor Sanders, y seré el encargado de llevar a cabo estas sesiones de terapia, si te sientes incómodo o tienes alguna historia que te gustaría compartir con nosotros, solo dínoslo, está bien Lincoln?
El albino sólo asintió con la cabeza de forma afirmativa.
Doctor Sanders: De acuerdo, por qué no comenzamos con la cesión? Señor Tom, usted tiene la palabra, hay algo que quiera decir?
La atención del grupo se dirigió entonces a aquel hombre de piel oscura, el cual parecia tener por lo menos 60 años de edad, y sin embargo a pesar de su edad, se veía como una persona bastante robusta y fuerte, este simplemente fijo su mirada en Lincoln y luego habló.
Señor Tom: Pues la verdad solo tengo una duda, dime chico, como es que terminaste aquí?
La pregunto tomo por sorpresa al albino, el cual no supo que decir o si siquiera es que tenía que responder, pues por obvias razones, no se sentía cómodo compartiendo su historia con un desconocido.
Señor Tom: Lo siento si fui muy directo, es solo que no es muy común ver a alguien de tu edad aquí, mira, si no quieres contestar, no hace falta que lo hagas, después de todo, soy solo un viejo curioso que no sabe mantenerse fuera de asuntos agenos.
Lincoln: No no, esta bien, yo... tuve un accidente en casa, caí por la ventana de mi cuarto y... bueno, termine así.
Señor Tom: Entiendo, debe de haber sido bastante difícil tener que pasar por algo así, Dios sabe que conozco bien lo que se siente estar en tu situación, después de todo, trabajar por 10 años como bombero, te hace ver muchas cosas terribles, pero que algo como perder una pierna te ocurra a ti, es algo que te persigue para el resto de tu vida.
Fue con aquel comentario sobre la pierna, que el chico albino finalmente vio con más detenimiento al hombre, quien efectivamente, carecía de su pierna derecha, mientras al lado de su silla, había un par de muletas recargadas.
Señor Tom: Aunque no me lo tomes a mal, tuve mucha suerte cuando pasó eso, pude haber perdido más, incluso pude haber muerto, pero sabes, sigo aquí, a pesar de todo, aún sigo con vida y no sólo eso, tengo la suerte de contar con una hermosa mujer que me apoyo en mis momentos de mayor debilidad, de tener amigos que siempre estuvieron ahí para darme la mano, cuando sentía que no podía continuar, y de contar con una bella hija que aún a día de hoy, sigue amandome incondicionalmente y que es la que me trae aquí cada vez que me siento débil para seguir adelante, y lo mejor de todo, es que dentro de poco tendré un hermoso nieto, a quien poder contarle mis historias y que espero poder inspirarlo, para que se convierta en un hombre de bien.
Doctor Sanders: Me alegro mucho de saber que las cosas siguen bien contigo Tom.
Señor Tom: Gracias doc.
Señora Madison: Bueno yo también quisiera hablar saben?
Dijo una mujer afroamericana de unos aparentes 53 años, la cual al igual que Lincoln se encontraba en una silla de ruedas.
Doctor Sanders: Por supuesto, adelante diga todo lo que tengas que decir Madi.
Señora Madison: Bueno, primero que nada me gustaría presentarme para que el chico me conozca mejor, yo soy Amdison, tengo 55 años de edad, y la razón por la que yo estoy aquí y tengo más de 5 años viniendo, es porque al igual que Tom, se lo difícil que puede llegar a ser la vida sin poder caminar, hace más de 10 años la vida me sorprendió con la noticia, de que tenía cáncer óseo.
Dijo la mujer mientras se quitaba el cabello, que para sorpresa del albino, se trataba de una peluca.
Señora Madison: Y saben que? Cada día de mi vida desde entonces ha sido difícil, la vida siempre fue difícil para mí, incluso antes de mi enfermedad, pero desde ese día hace tanto tiempo, la vida no ha hecho más que volverse aún más dura de lo que ha sido, y saben que? A pesar de todo por lo que he pasado, no hay un solo día de mi vida, en el que no me sienta agradecida de seguir con vida, desde que despierto hasta que me vuelvo a acostar, hago todo lo que hacía cuando podía caminar, y eso es porque este hombre a mi lado, a pesar de ser un llorón que se preocupa demasiado, ha sido mi más grande apoyo en todo este tiempo.
Dijo apretando fuertemente la mano de un hombre con una edad similar a la suya, el cual se encontraba sentado a un lado de la mujer de tes oscura.
Señora Madison: Mi Matt, que jamás se fue de mi lado, cuando todos los demás lo hicieron, y mi hija Cristin, y el tonto de su esposo Jhon, todos ellos, son quienes me han dado la fuerza para seguir en este mundo, son quienes me dieron la fuerza para pelear contra ese maldito cáncer de-
Doctor Sanders: Sin malas palabras Madison, hay niños presentes.
A pesar de la seriedad de la conversación, la interrupción tan oportuna del doctor terminó por causarle cierta gracia al joven albino, quien esbozo una pequeña y discreta sonrisa para no parecer maleducado, luego de lo cual la mujer continuó.
Señora Madison: Cierto cierto, recuerden niños, no digan malas palabras, eso es algo que solo los adultos podemos hacer. En fin, lo que trato de decir es que, no fue fácil, pero logre superar todo eso, logré vencer al cáncer aún contra todo pronóstico y nunca más e vuelto a padecerlo, aunque no fue fácil ni tampoco salí ilesa como pueden ver, pero si una vieja malhumorada como yo pudo salir adelante aún con todo eso, estoy más que segura de que tú podrás hacerlo también pequeño, después de todo se nota que tu padre te quiere mucho, y también nos tienes a nosotros, quizás aún no nos conozcas bien, pero créeme, puedes contar con este pequeño grupo de inválidos para apoyarte a partir de ahora.
Señor Matt: Madi tiene razón chico, así que no tienes de que preocuparte.
Dijo el hombre que sostenía la mano de Madison, mientras que la pareja miraba fijamente al albino, dedicándole una cálida sonrisa, lo que alegro un poco al chico, de cierta forma, estar ahí lo hacía sentirse seguro, las personas eran agradable, el ambiente era tranquilo y saber que contaba con el apoyo de aquellas personas, hacia que al menos por ese momento, sus problemas se sintieran más pequeños, más soportables.
Bueno, perdón por no haber traído capítulo de esta historia hasta ahora, estaba ocupado trabajando en mis otras dos historias, pero compensarlo pronto traeré la continuación de este capítulo, ya que de escribirlo todo, esto quedaría demasiado largo, también se que es un poco cliché lo del cáncer, pero que puedo decir, lo hice como un pequeño homenaje a mi abuela, quien murió por esa enfermedad cuando yo aún era pequeño, en fin, sin nada más que decir, me despido, y recuerden que pueden seguirme, votar por mi historia y comentar cualquier duda, sugerencia o crítica que tengan para así apoyar el Fic, ahora sí adiós.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro