La primera cita
La pareja de hermanos que dormía abrazados se despertó mucho antes de lo previsto. Bueno, mas bien fue Lana quien se despertó y empezó a besar a su amado hasta que este abrió los ojos. Se había despertado con pensamientos a cerca de sus días en el bosque, ambos disfrutando, saltando y como el chico la intentaba proteger de cualquier cosa que consideraba peligrosa, también como le cedía parte de la comida para que no pasase hambre y las noches que volvían a ser humanos y podían juntar sus labios y abrazar sus cuerpos desnudos. El joven abrió los ojos ante la insistencia de su amada y ambos fundieron sus labios en un profundo beso mientras las manos de Lana acariciaban el pecho del peliblanco. Tras un rato se separaron del beso.
Lincoln: Aun es muy temprano Lanita. ¿Que es lo que te pasa?
Lana (con mirada coqueta): Pues ya sabes como me pongo algunas veces, y Lisa ya ha confirmado que ahora ambos somos mayores de edad. ¿Querrías...?
Lincoln: Lana, aun es muy pronto para eso. Pero si quieres, puedo volver a hacerte aquello que te gustó las ultimas lunas llenas.
Lana (algo decaída): Bueno, vale. Pero ha de ser mutuo.
La joven amante de los animales toma la mano del chico y la desliza bajo el pantalón de su pijama mientras vuelve a besar sus labios. Él tiernamente jugueteó con sus labios y dio un leve mordisco en el labio inferior de ella mientras su mano empezaba a masajear cuidadosamente bajo el pantalón de su amada.
Ella dejó escapar un leve gemido mientras su labio estaba atrapado por los dientes del chico. Con cuidado bajó su mano a la entrepierna del albino para darle a el también un poco de "Buenos días cariñosos" aunque ella solo lo había hecho una noche, se acordaba del ritmo que a su hermano le gustaba. No tardó en notar como se endurecía entre sus dedos.
El chico pasó su otra mano por debajo de la camiseta de la chica y empezó a acariciar otro de los puntos sensibles de su querida hermanita. Ella ahogó un gemido juntando su boca con el cuello de su dios griego. De forma inconsciente empezó a mordisquearle el cuello, lo que hizo que el chico también gimiese de placer.
Pasaron un buen rato acariciándose mutuamente y besando sus bocas, cuellos y orejas. Solo se detuvieron tras llegar ambos al máximo de placer que les proporcionaban aquellos actos. Seguidamente ambos volvieron a tumbarse en la cama con sus rostros enrojecidos y una rápida respiración.
Lana: Me encanta que me hagas estas cosas.
Lincoln: Si, a mi también. Pero he estado pensando en algo.
Lana (picara): ¿En que? ¿Quieres probar algo nuevo?
Lincoln: Pues me preguntaba si querrías que esta tarde salgamos juntos por ahí. Los dos solos.
Lana (emocionada): ¿Una cita?
Lincoln (rojo): Si, jejeje. Nunca hemos tenido una.
Lana: SIIII. Voy a cambiarme para que esta mañana pase mas rápido.
Antes de que el albino pudiese decir nada, su joven pareja ya había salido corriendo de la habitación alistándose en la cola de sus hermanas. Por lo que parecía Lola llevaba bastante tiempo dentro de este y las demás estaban ya impacientes por poder entrar.
La joven princesa salió completamente engalanada y maquillada, como si estuviese lista para un concurso de belleza, pero usaba un vestido algo menos llamativo y una cinta rosa recogía su cabello. Pasó contoneándose ante sus hermanas, que la miraban extrañadas, y acentuó su movimiento al pasar cerca de Lana. Esta sintió nuevamente aquella extraña sensación en sus tripas.
Tras pasar todos los turnos de limpieza, Lincoln pasó la mañana con su hermana Leni, la cual lo abrazó fuertemente y se dedicaron a preparar algunas ropas nuevas para el y ha hacerse selfies para subir a las redes sociales para indicar que ambos habían regresado a casa de sus padres.
Las respuestas de varios amigos de Leni y Lincoln no se hicieron esperar mucho, todos se alegraban de sus vueltas y querían quedar con ellos para que les explicasen como se encontraban, que habían estado haciendo y por supuesto volver a verlos. Ambos se disculparon indicando que primero querían pasar tiempo con su familia, pero les aseguraron que poco a poco irían viéndose con todos.
Por su parte Lana pasaba tiempo con Luna, se encontraba emocionada por salir a solas con su novio por la tarde, por lo que le pareció buena idea relajarse tocando música con su hermana rockera. Aunque ella solo sabia tocar la armónica y un par de acordes con el bajo.
Por su parte Rita había salido a tranquilizarse, y a fumar un cigarrillo a escondidas, mientras reflexionaba sobre lo que ella y Lisa habían hablado el día anterior. Se encontraba recostada en la parte trasera de la casa, dejando que las nubes de humo intentasen disipar su preocupación.
Luan: Hola mamá. ¿Me das uno?
Rita (acercándole el paquete): Sabes que no deberías fumar.
Luan (encendiendo un cigarro): Ya sabes, fui a un centro para que me quitasen las ganas de fumar.
Rita (con una ceja levantada): Pero si estas fumando...
Luan: Si, pero sin ganas. Jejeje ¿Entiendes?
Rita: Aish... siempre pensé que si una de vosotras fumaba sería Luna.
Luan: No, desde la desaparición de Lincoln y Lana ella se esta tomando muy a pecho el labrarse un buen futuro, por eso asiste al conservatorio aunque lo que le hacen tocar no le guste.
Rita: Si, se ha vuelto una buena chica.
Luan: ¿Que es lo que haces aquí atrás? ¿Pensando en lo de mis hermanos?
Rita: Entre otras cosas, me resulta complicado. Vosotras lo habéis aceptado bien.
Luan: No todas, te lo aseguro. Esa tontería de que están enamorados, no me la creo, a estas edades es imposible que sea amor lo que sienten. Seguro solo es lujuria o algo así. Han estado demasiado tiempo solos en el bosque.
Rita: Bueno, espero que realmente sea algo así. Tu padre y yo también pensábamos lo mismo, por lo que les hicimos prometer que si en algún momento sentían algo parecido por alguien que no fuesen ellos, entonces lo dejarían.
Luan: Mmm... Luna y Lori tienen suerte de haber encontrado alguien que las quiera de verdad. Pero Lana es muy pequeña para entender esas cosas y puede que sea fácilmente manipulada para aprovecharse de ella.
Rita (sorprendida): ¿En tan mal concepto tienes a tu hermano?
Luan (algo triste): NOOO. No, se que Lincoln no es un mal chico. Pero han crecido demasiado rápido y como los chicos a su edad creo que hablan mas sus hormonas que su corazón.
Rita: Puede que tengas razón. Pero les prometimos que tu padre y yo no interferiríamos.
Luan (apagando la colilla): No hay problema, ya pensaré en algo.
Rita (imitando a su hija): Ok, pero procura que tus hormonas no hagan que te enamores tú de tu hermano. Ha conseguido un buen cuerpo...
Luan (con las mejillas rojas): ¿¿¿QUEEEE??? Déjame a mi las bromas malas, mamá.
Tras esta charla, Luan se dirigió al interior de la casa mientras Rita sacaba un chicle de menta y lo mascaba para enmascarar su aliento. Su marido no sabia que fumaba, si que había encontrado en alguna ocasión a Luan y tuvo con ella una fuerte discusión, Rita intervino para suavizar las cosas. Desde entonces son "cómplices" en lo referente al tabaco.
*******
A la hora de comer se encontraban casi todos sentados a la mesa, a excepción de Lola que había salido con un amigo y Lori que se fue en moto a visitar a Bobby y pasar el día con el en la ciudad. Por algún motivo aquella comida se notaba tensa, pero en medio de aquella tensión el albino pudo ver como Lisa le guiñaba el ojo a Lily que luchaba por no dejar ver una sonrisa en su rostro. El albino intuyó de que se trataba y se preparó para el impacto.
*chofff*
Extrañamente el puré de patatas no impactó contra el si no contra Lana la cual estaba desprevenida inmersa en sus pensamientos, pero no tardó en reaccionar y lanzar un puñado de guisantes contra las mas pequeñas. Una batalla de comida empezó rompiendo aquel ambiente tenso y dejando escuchar en la casa Loud un sonido que hacia tiempo que no escuchaban sus vecinos. Las risas y los gritos de una familia feliz y unida.
Tras terminar de comer y lavarse. Lincoln realizó una rápida llamada de teléfono mientras Lana se quitaba de encima los restos de comida que le habían quedado esparcidas por la ropa y la gorra. La llamada se alargó mas de lo esperado por la reacción sorprendida de su interlocutor, pero consiguió su objetivo.
Cuando bajó, su hermano se encontraba esperándola al pie de la escalera. Con una feliz sonrisa bajó y tomo a Lincoln del brazo mientras salían a fuera. La alegría rebosaba de ambos amantes mientras Lincoln dirigía con paso decidido a su hermana a uno de los lugares favoritos por este.
El salón de arcade. Allí habían tantos juegos diferentes que seguro Lana encontraría uno de su gusto. Para empezar Lincoln quiso mostrarle a su amada el mejor juego de todos. El Dance Dance Revolution, solo que habían cambiado la maquina a la nueva versión Just Dance y este contaba con 5 pistas donde pisar en vez de cuatro.
Lincoln: Bueno Lanita, solo se trata de ir siguiendo las indicaciones de la maquina y pisar donde toque mientras sigues el ritmo de la música.
Lana: No estoy muy segura Zeusito... pero lo intentaré por ti.
Tal como iniciaron el juego ambos parecían payasos con zapatos mas grandes del numero que les toca. El albino lo hacia lo mejor que podía, pero con la nueva placa para pisar, sus movimientos eran erráticos. Pero la que peor lo llevaba era Lana, mover de aquella forma sus piernas la hacia perder el equilibrio. Durante la siguiente canción ambos chocaron y terminaron en el suelo avergonzados ante las risas de algunos de otros jugadores presentes.
Una chica de pelo zanahoria y camiseta amarilla los hizo a un lado mientras se reía.
Paige: Apartaros novatos, mirad como una profesional domina esta pista.
Avergonzados ambos se retiraron de aquel juego mientras la chica mostraba sus habilidades con los niveles mas difíciles. La pareja se alejó para buscar otro juego del cual disfrutar, pero Lana no era buena en juegos de disparos y a Lincoln el juego de golpear los topos le parecía demasiado infantil. El albino intentó conseguirle a su amada un peluche con las maquinas de gancho, pero ahora los ganchos parecían no tener apenas fuerza y por muchos intentos que hicieron no consiguieron el pequeño recuerdo de la cita que quería ofrecerle su hermano.
Dado que aquello no estaba funcionando, el albino decidió poner en marcha su plan B, ir al lugar que el creía que mas le agradaría a su hermana. Durante su caminata pasaron por en frente de los cines, donde solo Lana se percató de una pareja que salia riéndose de este. Se trataba de un chico con camiseta azul y gorra verde mientras a su lado había una chica con vestido rosa y cinta de pelo a juego, aun con su exceso de maquillaje pudo reconocer a su gemela.
El extraño sentimiento se volvió a apoderar de su estomago, por lo que solo frunció el ceño y tomó la mano de su amado para acelerar el paso y alejarse de allí lo mas deprisa que pudiesen. Lincoln se sorprendió por le acto de su amada, pero sonrió creyendo que esta estaba emocionada por llegar al siguiente sitio.
Lincoln: Bien, ya hemos llegado.
Lana: ¿Aquí? Pero si esto es...
Lincoln (orgulloso): La granja de mi amigo Liam, le llamé después de comer y ha accedido a darnos un tour por su granja familiar.
Lana (con una sonrisa forzada): WOW! Es... muy... guay...
El chico procedió a llamar a la puerta de la casa de su amigo el cual no tardó en salir y abrazarlo diciendo que lo había echado de menos. Después se giró a Lana y se quedó parado con los ojos muy abiertos.
Liam: ¿Quien es esa preciosidad que viene contigo?
Lincoln: Pues es mi hermana, Lana te presento a Liam.
Lana (estirando su mano): Encantado Liam.
El joven granjero tomó la mano de Lana y depositó un beso en sus dedos consiguiendo hacer sonrojar un poco a la chica que se sintió alagada por el torpe coqueteo del amigo de su amor. Lincoln algo nervioso instó a que empezasen ya el tour.
Empezaron el recorrido viendo a las cabras que tenían y entrando a jugar y acariciarlas. Solo que Lincoln no empezó con buen pie, pues se tropezó y cayó encima de una que se pasó todo el rato persiguiéndolo para darle con sus cuernos. Mientras tanto, Liam le enseñaba a Lana como debía alimentarlas, tomando su mano y acercándola poco a poco con las briznas de comida que les daban.
La visita continuó con las vacas, donde el amigo del peliblanco enseñó a Lana a ordeñar a una de ellas. Lincoln también intentó hacerlo, pero mientras lo intentaba solo podía ver como su hermana se recostaba sobre su amigo mientras ambos reían divertidos.
Lana: Jajajaja... Eres lo mas Zeusito.
Liam: Jajajaja. Tu y tus ocurrencias Lincoln. Nunca antes he visto que alguien intentase ordeñar al toro. Jajajaja.
El albino se apartó rápidamente con la cara completamente roja, mientras el toro lo miraba con rostro suplicante. Finalmente se dirigieron a ver a los cerdos donde, en esta ocasión, si que se divirtieron los tres persiguiendo a los lechones por el barro intentando ser los primeros en atrapar a uno y mantenerlo 10 segundos en sus brazos. El humor del albino mejoró algo, pero sus celos atacaron nuevamente al ver como Lana y Liam hablaban felizmente del tractor de la familia, su motor y otras partes que no entendía para nada. Pero sobretodo por la cara de bobalicón que se le quedaba a su amigo mirando a su amada mientras esta reía inocentemente.
Tras un rato se despidieron de Liam dándole las gracias por la visita, Lana parecía bastante feliz, pero Lincoln por el contrario no paraba de sobarse su propio brazo preguntándose si a su hermana le había gustado mas estar con su amigo Liam y sus torpes coqueteos que con el. Con esos pensamientos rondando su cabeza ignoró sin querer los intentos de su amada de tomarlo de la mano.
Al llegar al parque, la hora de cenar ya había pasado y querían volver lo mas rápido que pudiesen. Pero al ir por la mitad del parque la llamada de una chica los paró a ambos. La chica era alta y de pelo oscuro, con una mirada seria y de pocos amigos. Tenia tres piercings en las orejas y vestía unas botas de estilo militar con un pantalón negro y una camiseta blanca con rayas negras debajo de una camiseta lila.
Maggie: Hola payaso. ¿Sigues sin hacer gracia?
Lincoln (sonriendo): ¿Maggie? ¡Cuanto tiempo! ¿Donde te habías metido?
Lana miraba sorprendida a aquella chica, sus atributos eran casi iguales a los suyos, pero era tan alta como Lincoln. A demás, vio como a su amado se le iluminó el rostro al ver a esa chica. El sentimiento que tenia cuando pensaba en Lola y Skippy volvió, pero en esta ocasión en su pecho también sentía una punzada y notaba como sus puños se cerraban de rabia.
Lana: Hola...
Maggie (ignorando a la chica): Pues he tenido que estar 3 años en un correccional, por algo de que me acusaron.
Lincoln (levantando una ceja): ¿De que te "acusaron"?
Maggie: Pues unos gamberros quisieron pasarse de listos conmigo y les empujé, al caer se dieron con una piedra en la cara.
Lana: ¿Y solo por eso te mandaron a un correccional?
Maggie: Si, solo por eso. Aunque les pasó unas trece veces a cada uno. Eran muy patosos.
Lincoln: Jajajaja. Tu nunca cambias y sigues tan seria como siempre, venga déjame ver una de esas sonrisas que nos gustaban tanto a Luan y a mi.
El chico de repente puso sus manos en los mofletes de la emo para intentar forzarle una sonrisa moviendo sus cachetes hacia arriba. Esta tras un rato incomodo se quitó al chico de encima empujándolo del estomago, pero algo hizo que la emo abriese los ojos y no quitó las manos de encima suyo.
Maggie: No... ¿Esto es en serio?
Lana se quedó petrificada al ver como esa otra chica empezó a manosear el estomago y pecho de su amado para que este luego pusiese una pose de machito para que ella tocase sus musculosos brazos.
Lincoln: Como ves me he puesto en forma. Jejeje.
Maggie: Si no lo veo no lo creo, si eras un fideo con patas.
Lana ya no pudo soportar mas esa terrible sensación en sus entrañas y la mezcla de ira y tristeza que se acumulaban dentro de ella. Sin decir una palabra esta empezó a caminar directa a su casa a paso rápido, dejando a su amado con aquella chica que tanto parecía llamarle la atención. Lincoln al observar como su querida hermana se marchaba se despidió rápido de Maggie.
Lincoln: Lo lamento, ya charlaremos en otra ocasión. Me alegro de volver a verte Maggie. Perdona.
El chico corrió detrás de su hermana pero apenas la alcanzó en el umbral de su casa donde la tomó de la mano para hacer que esta se girase y le explicase porque se había marchado así sin el. Esta por respuesta pegó un tirón librándose del agarre y se encaminó al piso superior para encerrarse en el cuarto compartido con Lola.
Lola (sorprendida): ¿Lana? ¿Que haces aquí?
Lana (triste y enojada): Hoy tengo ganas de dormir aquí... *sniff*
La pequeña amante de los animales se acercó al terrario donde solía tener a sus mascotas, pero allí solo se encontraba Brincos. Fue directa a tomarlo entre sus brazos como hacia de pequeña, pero algo en el corazón de la joven se partió al ver que al acercar sus manos, la rana saltaba esquivándola y se refugiaba en los brazos de su gemela Lola.
Lana: ¿Brincos? *sniff* ¿Por que....? *buaaaaa*
Pues por aquí dejamos este capitulo queridos lectores. Esperemos que esta primera cita no sea la única que compartan nuestros queridos protagonistas. Ojalá me dejen sus comentarios y su voto para saber si les esta gustando esta obra.
Como siempre me despido agradeciendo su apoyo y mandandoles un enorme abrazo de oso amoroso.
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