
Capitulo 11
Con la confesión de sus sentimientos hacía apenas una semana, la relación entre Lincoln y Lynn había comenzado a mejorar. Habían encontrado una nueva cercanía, una conexión más profunda que iba más allá de ser hermanos, pero el peligro que los rodeaba también era más evidente. Lincoln, consciente de la amenaza constante de los templarios y el peligro que representaba para Lynn, no podía evitar sentirse inquieto. Aunque ambos habían aceptado sus sentimientos, el precio de estar juntos podría ser más alto de lo que cualquiera de los dos había previsto.
Lincoln sabía que si los templarios se enteraban de que Lynn era no solo su hermana, sino también su novia, no dudarían en usarla para llegar a él. La idea lo atormentaba. Lynn era fuerte, pero él no podría soportar que le hicieran daño por estar a su lado. Necesitaba un plan, algo que no solo la protegiera, sino que le diera a él el control de la situación antes de que los templarios descubrieran su relación.
Fue entonces cuando Lincoln recordó un antiguo proyecto de los Assassin, algo que Shaun Hastings y Rebecca Crane le habían mencionado en una ocasión: el Proyecto: Lobo en el Corral. Este plan consistía en infiltrar a personas dentro de Abstergo, entrenar a nuevos reclutas que ya trabajaran o fueran patrocinados por la organización templaria. De esta manera, estos empleados podrían proporcionar información valiosa a los Assassin sin levantar sospechas. El proyecto se había inspirado en la colaboración de Shaun y Rebecca con un empleado de Abstergo cuando se desarrollaba el videojuego de piratas basado en Edward Kenway, un antiguo Maestro Assassin.
La idea parecía perfecta. No solo le permitiría a Lincoln ganar ventaja sobre los templarios, sino que también le daría una manera de mantener a Lynn más segura. Si lograba implementar el proyecto con éxito, podría estar un paso adelante de Abstergo y sus cazadores, anticipando sus movimientos y asegurándose de que no encontraran ninguna pista sobre su relación con Lynn.
En las noches, mientras Lynn dormía a su lado, Lincoln comenzaba a trazar el plan. Ya tenía en mente algunos posibles reclutas, personas que trabajaban en Abstergo o que estaban bajo su patrocinio, y que podrían estar dispuestas a colaborar con los Assassin si las condiciones eran las correctas. El proyecto no sería fácil, requeriría paciencia y astucia, pero si lo ejecutaba bien, no solo protegería a Lynn, sino que también desestabilizaría las operaciones de Abstergo desde dentro.
Durante las noches, Lincoln no solo se encargaba de proteger a su familia, sino que también comenzaba a planificar meticulosamente la ejecución del Proyecto: Lobo en el Corral. Mientras su hijo Altair dormía a su lado, su mente no descansaba. Ya tenía una lista de posibles reclutas, personas que trabajaban en Abstergo o que estaban patrocinadas por la organización, y que podrían ser vulnerables a la persuasión de los Assassin si se les ofrecían las condiciones adecuadas. Sabía que el proyecto no sería fácil; la paciencia y la astucia serían claves, pero si lo ejecutaba correctamente, no solo protegería a Lynn y Altair, sino que también causaría un golpe considerable a las operaciones de Abstergo desde dentro.
A la mañana siguiente, Lincoln decidió aprovechar que Lynn y Catalina tenían el día libre de la universidad. Con Altair de la mano, lo llevó al apartamento donde vivían las chicas. Lincoln había estado considerando cómo presentarle a Lynn a su hijo como una figura materna, pero con Catalina presente, decidió guardarse esa conversación para otro momento. No estaba seguro de cómo ella reaccionaría y prefería no precipitarse. Por ahora, lo más importante era asegurarse de que Altair estuviera en buenas manos.
Lincoln: (arrodillándose para hablarle a Altair) Escucha, campeón, hoy te vas a quedar con la tía Lynn y su amiga Catalina. Sé que te divertirás, pero quiero que te portes bien, ¿de acuerdo?
Altair: (sonriendo) Sí, papá. ¿Tía Lynn me va a enseñar a jugar fútbol?
Lincoln: (sonriendo) Probablemente. Y sabes cómo es la tía Lynn con los deportes, así que prepárate para correr mucho.
Altair: ¡Genial!
Lincoln observó a Altair correr hacia Lynn, quien ya lo recibía con los brazos abiertos, sonriendo al verlo. Catalina, sentada en el sofá, les echaba una mirada curiosa, pero no comentó nada. Lincoln evitó profundizar más en el tema de Lynn como "nueva mamá", prefiriendo esperar a que el momento fuera el adecuado.
Lincoln: (dirigiéndose a Lynn) Te lo encargo, hermana. Voy a estar fuera unas horas, pero regresaré pronto. Cualquier cosa, me llamas.
Lynn: (asintiendo, sonriendo) No te preocupes, Altair estará bien. Lo cuidaré.
Catalina: (bromeando) Si quieres, puedo enseñarle mis trucos de magia para que sea el próximo gran ilusionista.
Lincoln salió del edificio, sonriendo mientras asentía levemente a su hijo Altair y se concentraba en la reunión que tenía por delante. Al cruzar la puerta principal, su corazón latía con fuerza, no solo por la adrenalina de la misión, sino por la responsabilidad que sentía hacia Lynn y su hijo. Al comenzar a correr, sintió que cada paso lo acercaba más a su objetivo.
Mientras avanzaba, utilizó su agilidad para escalar algunas estructuras cercanas, moviéndose de una azotea a otra. La ciudad estaba viva a su alrededor, pero él se sentía como un fantasma, deslizándose en la penumbra. Saltó entre sombras y evitó la mirada de los transeúntes desprevenidos. Cada giro, cada salto, era un movimiento calculado, una danza que había practicado tantas veces en su entrenamiento. Sabía que la amenaza de Abstergo siempre estaba al acecho, y no podía permitirse ser atrapado.
Después de varios minutos de carrera, finalmente llegó a una bodega de una fábrica que había estado cerrada durante años. El lugar era un laberinto de sombras, con viejos equipos de maquinaria cubiertos de polvo y telarañas. Era ideal para reuniones secretas, alejado de las miradas curiosas y, sobre todo, de cualquier potencial amenaza de Abstergo. Al entrar, una sensación de familiaridad y determinación lo envolvió.
Al cruzar el umbral, sintió una presencia en la oscuridad. Sus aliados, los Assassins, ya lo estaban esperando. Desde la penumbra, varios de ellos emergieron, sus figuras tomando forma en la tenue luz que filtraba a través de las ventanas sucias.
Elijah Miles: (cruzando los brazos, su voz grave resonando en el espacio) ¿Qué tan urgente era esta reunión, Lincoln? No se suponía que estuviéramos aquí.
Lincoln: (respirando hondo, recuperando el aliento) Lo sé, pero las cosas están cambiando rápidamente. Necesitamos actuar antes de que Abstergo lo haga. (su mirada se endurece)
Rebecca Crane: (frunciendo el ceño, cruzando los brazos) ¿Qué te trae a este lugar? ¿Por qué llamaste a todos?
Lincoln: (mirando a cada uno de ellos) He estado pensando en cómo podemos mejorar nuestra posición contra Abstergo. Propongo iniciar el Proyecto: Lobo en el Corral, y quiero que Lynn sea la primera en este nuevo plan.
Shaun Hastings: (arqueando una ceja, escéptico) ¿Tu hermana? ¿Estás seguro de que es una buena idea? Podría ponerte en una situación complicada.
Lincoln sintió un leve escalofrío al recordar los riesgos que Lynn enfrentaría, pero se mantuvo firme.
Lincoln: (con determinación, su voz resonando con seguridad) Es la mejor opción que tenemos. Ella tiene las habilidades necesarias y, además, puedo protegerla. No solo la tengo como hermana, sino que también es una aliada valiosa.
Elijah: (pensando en voz alta, su expresión se tornó seria) Eso puede funcionar, pero debes entender que al involucrarla, la pondrás en peligro. Abstergo no dudaría en hacer lo que sea necesario para eliminar cualquier amenaza, y eso incluye a tu familia.
Lincoln: (asintiendo, comprendiendo la gravedad de sus palabras) Lo sé, pero es un riesgo que estoy dispuesto a correr. Ella ya está en peligro solo por ser mi hermana. Con este proyecto, podemos darle una ventaja.
Rebecca: (frunciendo el ceño, reflexionando) ¿Y cuál es el plan? ¿Cómo piensas proceder? Necesitamos un enfoque claro y bien estructurado para que esto funcione.
Lincoln: (explicando con firmeza) La idea es infiltrarnos en Abstergo mediante reclutas que estén dispuestos a colaborar. Lynn puede ser el ancla que nos permita ganar su confianza y acceder a información clave. Esto no solo nos beneficiará a nosotros, sino que también desestabilizará sus operaciones desde dentro.
Shaun: (asintiendo lentamente, su mirada se volvió contemplativa) Eso suena arriesgado, pero también puede ser efectivo. Tendremos que prepararla bien, y sobre todo, asegurarnos de que esté al tanto de los peligros.
Elijah: (mirando a Lincoln con seriedad) Si decides seguir adelante con esto, debes asegurarte de que todos los involucrados comprendan los riesgos. No solo están arriesgando sus vidas, sino que también podrían comprometer a todo el equipo.
Lincoln sintió el peso de sus palabras, pero la convicción en su corazón era más fuerte que cualquier duda. Se sabía lo que estaba en juego y estaba dispuesto a luchar por su familia.
Lincoln: (con determinación, mirando a cada uno de ellos) Es hora de reunir a los demás y discutir los detalles. Quiero que cada uno de ustedes participe, porque esto no es solo mi proyecto; es nuestra oportunidad para dar un golpe a Abstergo y proteger a nuestros seres queridos.
La reunión se extendió por un tiempo, con cada uno de los Assassins aportando ideas y estrategias. Discutieron posibles candidatos para el proyecto, evaluando a aquellos que trabajaban en Abstergo y que podrían estar dispuestos a colaborar. Cada sugerencia se debatía con intensidad, y la atmósfera se llenaba de un renovado sentido de propósito.
Rebecca: (anotando en una pizarra, sus cejas fruncidas mientras escribía) Necesitamos establecer un protocolo de comunicación. Si vamos a hacer esto, tenemos que asegurarnos de que todos estén en la misma página. Cualquier desliz podría costarnos mucho.
Shaun: (mirando a la pizarra) También deberíamos considerar la posibilidad de que algunos de esos reclutas puedan ser informantes de Abstergo. Debemos asegurarnos de evaluar a cada uno antes de involucrarlos.
La atmósfera en la bodega, antes llena de determinación y colaboración, se tornó tensa y sombría cuando Lincoln se acercó a Elijah. La penumbra del lugar apenas iluminaba los rostros de los Assassins, cada uno inmerso en sus propios pensamientos y preocupaciones, pero Lincoln no podía concentrarse en el trabajo. Su mente estaba ocupada con la imagen de su hijo, Altair, y el peligro que representaba la influencia de su abuelo en la vida del niño.
Lincoln: (frunciendo el ceño y mirándolo fijamente) Oye, necesitas decirle a tu abuelo que se mantenga alejado de Altair. La última vez que vino, lo encontré dándole lecciones de asesinatos al niño.
Elijah: (intentando reírse, pero la tensión era palpable) Vamos, Lincoln, ¿en serio? Eso suena más a una broma que a otra cosa.
La seriedad en la mirada de Lincoln hizo que la risa se esfumara del rostro de Elijah. La bodega, que solía ser un refugio de camaradería, ahora se sentía más como un campo de batalla emocional. La tensión aumentaba con cada segundo.
Lincoln: (sus ojos brillando con preocupación) No es una broma, Elijah. Altair solo tiene ocho años. No quiero que lo exponga a esa vida. No es un juego. (su voz se tornó más firme) No quiero que nadie le enseñe a matar.
Elijah, que había estado buscando un momento de alivio cómico, ahora sentía el peso de la preocupación de Lincoln. La amenaza implícita en las palabras de Lincoln hizo que se sintiera incómodo. A pesar de su respeto por su amigo, no podía evitar sentirse un poco a la defensiva.
Elijah: (serio, pero con un tono conciliador) Lincoln, relájate un poco. Sabes que mi abuelo tiene sus propias ideas sobre la formación de los jóvenes. Pero, por favor, ¿realmente estás diciendo que vas a...?
Lincoln: (interrumpiéndolo, su voz subiendo en intensidad) Si vuelve a acercarse a mi hijo con esa idea, no dudaré en actuar. Y que conste que no me importa si me ven como un traidor. No permitiré que nadie le enseñe a mi hijo cómo matar.
El ambiente se cargó de una tensión palpable, y Elijah sintió cómo la amenaza de Lincoln le atravesaba el pecho. Aunque conocía bien a Lincoln, su seriedad y determinación en ese momento eran difíciles de ignorar. La última vez que un abuelo influyó en un joven recluta, las consecuencias habían sido devastadoras.
Elijah: (con un tono más serio) De acuerdo, entiendo tu preocupación. Te prometo que hablaré con él. Pero recuerda que no podemos dejar que nuestras emociones nos cieguen. Altair es parte de este mundo, y tarde o temprano tendrá que enfrentar la realidad.
Lincoln se quedó en silencio, contemplando las palabras de Elijah. Sabía que su compañero tenía razón en cierto sentido, pero el miedo de que su hijo se involucrara en el mundo de los Assassins lo llenaba de ansiedad. No solo era una cuestión de habilidades de combate; se trataba de la vida que quería para Altair.
Lincoln: (su voz más suave pero firme) No quiero que Altair sea un Assassin. Quiero que tenga una vida normal, lejos de toda esta locura. Solo quiero protegerlo. (su expresión se suaviza, revelando la vulnerabilidad que siente) Lo he perdido todo una vez, y no puedo soportar la idea de perderlo a él también.
Elijah asintió, su rostro reflejando comprensión. Sabía que Lincoln no solo estaba hablando de la vida de un niño, sino de la continuación de su legado y de lo que representaba para él.
Elijah: (con una voz llena de empatía) Lo sé, y lo respeto. Haremos lo que sea necesario para proteger a Altair. No estás solo en esto.
La sinceridad en las palabras de Elijah hizo que Lincoln se sintiera un poco más ligero, pero la preocupación seguía latente en su mente. La lucha contra Abstergo no era solo un desafío físico; era una batalla emocional que afectaba no solo a los Assassins, sino también a sus familias.
Mientras observaba a su alrededor, notó que los demás Assassins empezaban a dispersarse, cada uno absorto en sus propias misiones y responsabilidades. Era evidente que había mucho trabajo por hacer. Con un último vistazo a Elijah, que estaba tomando notas en la pizarra, Lincoln se dio la vuelta y se unió al resto del grupo.
Lincoln: (alzando la voz para llamar su atención) Bien, equipo. Este proyecto no será fácil, pero tenemos una oportunidad de darle la vuelta a la situación. Necesitamos ser astutos y meticulosos en nuestra selección de reclutas. Debemos asegurarnos de que aquellos a quienes elijamos sean leales y no se conviertan en informantes para Abstergo.
Los murmullos de aprobación llenaron la sala mientras los Assassins comenzaban a discutir estrategias y tácticas. Lincoln sintió que su determinación crecía al ver a sus compañeros listos para actuar. Sabía que no solo estaba luchando por su familia, sino por un futuro en el que Altair pudiera crecer sin el peso de una vida llena de violencia y traiciones.
La reunión continuó, y Lincoln se sumergió en el desarrollo del plan. Se enfocó en la logística de las pruebas para los reclutas, así como en las estrategias para mantenerlos alejados de las garras de Abstergo. Había mucho en juego, y la presión de la situación lo mantenía alerta.
Con el tiempo, el grupo comenzó a desvanecerse y, mientras la conversación se volvía más técnica, Lincoln sintió que su mente regresaba a su hijo. Se preguntó cómo estaba Altair con Lynn y Catalina, y si estaba disfrutando de su día. La imagen de su niño sonriendo, libre de preocupaciones, le dio un poco de consuelo en medio del caos que lo rodeaba.
Con un último vistazo al grupo que se dispersaba, Lincoln se preparó para salir. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero estaba decidido a luchar con todas sus fuerzas para proteger a Altair y a Lynn, sin importar el costo.
Mientras Lynn observaba a Altair chapoteando en la piscina, un torbellino de emociones la invadía. El sol brillaba intensamente, y el agua cristalina reflejaba los destellos de la luz, creando un ambiente cálido y acogedor. Altair reía alegremente mientras se lanzaba de un lado a otro, sumergiéndose y emergiendo con la energía propia de un niño de ocho años. Para Lynn, ver a su hermano adoptivo tan feliz era un alivio, pero al mismo tiempo, le planteaba preguntas difíciles.
Lynn: (murmurando para sí misma) ¿Podré realmente ser parte de su vida?
La incertidumbre se instalaba en su mente. Aunque había tenido un papel fundamental en la vida de Altair desde que Lincoln lo había traído a casa, siempre había sentido que su lugar en esa familia era incierto. Mientras el pequeño nadaba, ella se preguntaba si alguna vez podría llegar a ser la figura materna que él necesitaba, especialmente ahora que el concepto de "madre" estaba tan presente en sus pensamientos tras la reciente confesión de Lincoln.
Recordó cómo Lincoln había adoptado a Altair como su propio hijo, a pesar de no ser biológicamente suyo. Su hermano había sido un modelo a seguir, ofreciendo amor, cuidado y protección incondicional. Sin embargo, la idea de que ella pudiera ocupar un rol similar le causaba ansiedad. La vida de un Assassin no era fácil, y siempre había un riesgo latente.
Lynn: (pensando en voz alta) ¿Por qué sería diferente yo?
Mientras se perdía en sus pensamientos, la imagen de su propia vida y ambiciones se mezclaba con la del niño. Ella había estado persiguiendo su sueño de convertirse en atleta profesional, un deseo que había consumido su tiempo y energía. Pero ahora, la responsabilidad de ser una figura importante en la vida de Altair parecía un desafío completamente nuevo. El peso de sus propias aspiraciones la hacía sentir insegura.
A medida que Altair salía del agua, con el cabello empapado y una sonrisa que iluminaba su rostro, Lynn sintió un tirón en su corazón. La risa del niño era contagiosa, y la alegría en sus ojos le recordaba lo que realmente importaba: el amor y la conexión. Pero el miedo también la asaltaba. Si ella se comprometía a ser parte de su vida, ¿qué sucedería si su futuro estaba en riesgo debido a las decisiones que tomaba Lincoln como Assassin?
Lynn: (acercándose a la piscina) ¡Altair! ¡Ven aquí!
El niño se acercó corriendo, dejando un rastro de agua a su paso.
Altair: (con una gran sonrisa) ¡Mira lo que puedo hacer!
Se lanzó de nuevo al agua, nadando con confianza, y su risa resonaba en el aire. Lynn no pudo evitar sonreír al verlo. Pero luego, una sombra de duda cruzó su mente. ¿Sería capaz de apoyarlo en los momentos difíciles? ¿Podría estar allí para él si alguna vez Lincoln no podía? La presión de la responsabilidad pesaba sobre ella.
Lynn: (pensando en voz alta, mientras se sienta al borde de la piscina) ¿Y si un día Lincoln ya no está? ¿Qué pasará con Altair?
A medida que los pensamientos la invadían, Altair emergió del agua, su rostro radiante de felicidad. En su mirada, Lynn pudo ver la confianza que tenía en ella. Era un recordatorio de que, a pesar de sus miedos, ya tenía un lugar especial en la vida del niño.
Lynn: (sonriendo) Estás haciendo un gran trabajo, campeón.
Altair: (entusiasmado) ¡Quiero ser un gran nadador como tú!
La respuesta del niño hizo que su corazón se acelerara. ¿Realmente podría ser la figura que él necesitaba? Esa simple frase de Altair le dio un destello de esperanza.
Lynn: (en voz baja) Quizás sí, quizás sí...
La piscina se convirtió en un refugio de sueños y posibilidades. Aunque la sombra de la incertidumbre seguía presente, la conexión entre ellos era tangible. Lynn sabía que tendría que enfrentarse a sus propios temores, pero, al mirar a Altair, se dio cuenta de que no estaba sola.
Lynn: (decidida) Voy a intentarlo. Por ti, Altair.
En ese momento, su decisión se solidificó. No solo se convertiría en una figura en su vida; se comprometería a ser su apoyo, su amiga y, si el destino lo permitía, su familia. Mientras el niño continuaba chapoteando y disfrutando de la piscina, Lynn se sintió más fuerte, lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara. Su amor por Altair era innegable, y eso era lo único que realmente importaba.
Lincoln llegó al área de la piscina justo cuando Lynn salía del agua, sus ojos se encontraron y una ola de preocupación lo atravesó al verla. Ella se sacudió el agua de los brazos y se pasó una mano por el cabello, tratando de despejar la mente de las dudas que la habían invadido mientras miraba a Altair.
Lincoln: (acercándose, con una expresión seria) Hey, ¿cómo te sientes?
Lynn se detuvo, notando la genuina preocupación en la voz de su hermano. Él siempre había estado atento a sus emociones, y en ese momento no era diferente.
Lynn: (mirando hacia Altair, que seguía jugando) Estoy bien, solo... pensando.
Con un gesto sutil, Lincoln la llevó a un rincón más alejado de la piscina, donde el sonido del agua y las risas del niño no podrían interrumpir su conversación. Era un pequeño refugio que les brindaba un momento de privacidad.
Lincoln: (frunciendo el ceño) Pensando en qué, exactamente?
Lynn: (tomando un suspiro profundo) En lo que significa ser parte de la vida de Altair. Me siento un poco abrumada, la verdad.
Lincoln la observó, sintiendo la carga de sus palabras. Sabía que la responsabilidad de cuidar y apoyar a Altair era enorme, especialmente en el mundo en el que vivían.
Lincoln: (con empatía) Es normal sentirse así. Yo también me siento abrumado a veces. Pero lo que estás haciendo es increíble. Altair te adora.
Lynn asintió, sus pensamientos todavía enredados.
Lynn: (mirando al niño) Sí, pero... ¿soy suficiente? ¿Podré ser la figura que él necesita en su vida? A veces pienso en cómo tú lo has criado, y me pregunto si podría hacer lo mismo.
Lincoln: (mirándola a los ojos) Lynn, él ya te ve como parte de su familia. No se trata de ser perfecta; se trata de estar ahí para él, de apoyarlo y de amarlo. Eso es lo que importa.
Las palabras de Lincoln resonaban en su interior, y a medida que las digería, una sensación de calidez comenzó a llenar su corazón. Pero el miedo seguía siendo una sombra persistente.
Lynn: (con un suspiro) Pero, ¿y si algo le pasa? Si Abstergo se entera de que somos familia, si me convierto en un objetivo... No quiero que le pase nada a Altair.
Lincoln comprendía su angustia, recordando su propia preocupación por la seguridad de sus seres queridos.
Lincoln: (con determinación) Eso es lo que estoy tratando de hacer. Protegerlo. Estoy trabajando en un proyecto para entrenar nuevos reclutas, personas que pueden ayudarme a desestabilizar a Abstergo desde adentro. Quiero que Altair esté a salvo, y quiero que tú estés a salvo.
Lynn: (levantando la mirada, intrigada) ¿Un proyecto? ¿De qué se trata?
Lincoln le explicó la idea del Proyecto: Lobo en el Corral, su plan para involucrar a reclutas en la lucha contra Abstergo, buscando personas que pudieran ser aliados en lugar de enemigos. Mientras hablaba, sus ojos brillaban con la pasión por la causa, y Lynn sintió una chispa de esperanza.
Lynn: (asintiendo lentamente) Eso suena... arriesgado, pero también valiente.
Lincoln: (sonriendo) Lo es. Pero juntos podemos hacerlo. Quiero que sepas que no estás sola en esto. Nunca lo estarás.
El alivio comenzó a inundar a Lynn. La conexión entre ellos, la confianza y el amor que compartían, eran más fuertes que cualquier miedo que pudiera tener.
Lynn: (sonriendo débilmente) Gracias, Lincoln. Significa mucho para mí saber que puedo contar contigo.
Lincoln: (con una sonrisa cálida) Siempre, hermana. Siempre
Lincoln sintió que había llegado el momento de compartir con Lynn un detalle crucial sobre su plan. La atmósfera entre ellos estaba cargada de tensión y expectativa. Mientras la miraba, la seriedad en su expresión aumentó y se preparó para lo que estaba a punto de decir. Su corazón latía con fuerza, consciente de que este no sería un simple diálogo familiar, sino una revelación que podría cambiar el curso de sus vidas.
Lincoln: (con un tono más serio) Lynn, hay algo más que quiero que sepas sobre el Proyecto: Lobo en el Corral.
Lynn levantó una ceja, interesada, mientras su mente giraba en torno a las posibilidades. La curiosidad se apoderó de ella, pero una parte de su ser también sentía un ligero temor ante lo desconocido que se avecinaba.
Lynn: ¿De qué se trata?
Lincoln: (tomando un respiro profundo, buscando las palabras adecuadas) Quiero que seas la primera en unirte al proyecto. Tienes habilidades y conocimientos que pueden ser valiosos. Además, tu universidad y tu equipo deportivo están patrocinados por Abstergo. Con eso, tienes acceso a sus instalaciones, lo que nos daría una ventaja.
El rostro de Lynn mostró sorpresa y confusión al mismo tiempo. La idea de involucrarse en un proyecto tan peligroso era abrumadora, pero también le intrigaba. Pensó en lo que Abstergo significaba, en su conexión con la industria del entretenimiento y la tecnología. Sabía que estaban involucrados en algo más grande y siniestro, pero ser parte de la resistencia sonaba como una aventura en la que nunca había imaginado participar.
Lynn: (con un tono de duda) ¿Yo? Pero... ¿no sería un riesgo? ¿Y si Abstergo se da cuenta de lo que estamos haciendo?
Lincoln: (asintiendo con la cabeza) Sí, hay riesgos. Pero quiero que sepas que tienes lo que se necesita. Si aceptas, los Assassins te harán una serie de pruebas para evaluar tus habilidades. Ellos tienen la experiencia necesaria para enseñarte lo que necesitas saber.
Lynn sintió un cosquilleo en su estómago al considerar la posibilidad. La idea de ser una Assassin era emocionante, pero también aterradora. ¿Podría realmente adaptarse a esa vida? ¿Sería capaz de enfrentar los peligros que vendrían? Se imaginó a sí misma, entrenando bajo la supervisión de otros Assassins, aprendiendo sobre el arte del sigilo y el combate, y sintió que algo dentro de ella se encendía.
Lynn: (reflexionando) ¿Qué tipo de pruebas?
Lincoln: (con una sonrisa decidida, su voz llena de confianza) Evaluarán tus habilidades físicas y mentales. Desde el sigilo hasta el combate, y también te enseñarán sobre la historia de los Assassins y su misión. Quiero que estés preparada para cualquier cosa. Esto no solo es un entrenamiento físico, es un compromiso con una causa mayor.
La idea de convertirse en una Assassin despertó en Lynn una mezcla de adrenalina y miedo. Siempre había admirado la determinación de su hermano y su dedicación a la causa. Ahora, sintió que su propia vida estaba en juego de una manera nueva. En su mente, los recuerdos de sus entrenamientos en el deporte, de su disciplina y perseverancia, comenzaban a entrelazarse con la imagen de lo que podría ser su futuro.
Lynn: (con un brillo en los ojos, sintiéndose más decidida) Está bien, lo haré. Quiero ser parte de esto y ayudar a proteger a Altair.
Lincoln sonrió, sintiendo una oleada de orgullo y alivio al escuchar la resolución en la voz de su hermana. Era un paso significativo, no solo para ella, sino para su vínculo como familia y aliados en una lucha común.
Lincoln: (con firmeza, decidido) Esa es la actitud que necesito. Esta noche, te llevaré a un lugar donde los Assassins te harán las pruebas.
Mientras se preparaban para la noche, Lincoln se aseguró de que Lynn estuviera lista para cualquier eventualidad. Miró a su hermana, observando su expresión de determinación y nerviosismo al mismo tiempo. Era un recordatorio de lo lejos que habían llegado juntos y del camino que aún tenían por delante.
Lincoln: (con tono alentador) Recuerda, Lynn, no estás sola en esto. Estoy contigo en cada paso.
Había un nuevo sentido de propósito en el aire, y ambos compartieron una conexión más fuerte que nunca, sabiendo que se enfrentaban a una nueva y peligrosa aventura juntos. En ese momento, la relación entre ellos se profundizó, y el miedo dio paso a la esperanza. Estaban a punto de embarcarse en un viaje que no solo fortalecería su vínculo como hermanos, sino que también los uniría en su lucha contra Abstergo.
Mientras se preparaban para salir, Lincoln se sintió más comprometido que nunca. No solo se trataba de luchar contra una corporación poderosa, sino también de proteger a su familia y a aquellos que amaba. La misión se volvió personal, y cada paso que daban hacia adelante sería un paso hacia un futuro más seguro.
Llegada la noche, Lincoln y Lynn se prepararon para salir. Antes de hacerlo, aseguraron a Altair que se quedaría en casa de Catalina, quien se ofreció a cuidarlo con una mezcla de entusiasmo y algo de resignación. Lincoln sabía que tendría que compensarla por su ayuda, así que le dejó un poco de dinero, una suma que esperaba fuera suficiente para que se sintiera valorada. La verdad era que tanto él como Lynn necesitaban esa noche para enfocarse en lo que estaba por venir, y era fundamental que Altair estuviera en un lugar seguro.
Lincoln: (con una sonrisa mientras acaricia la cabeza de Altair) Cuida a tu tía Catalina, campeón. Prometemos que volveremos pronto.
Altair: (con una expresión de confianza infantil) ¡Claro, papá! No te preocupes por mí.
Con el corazón ligeramente pesado pero decidido, Lincoln y Lynn abandonaron la casa. Mientras caminaban, Lynn sentía una mezcla de emoción y nerviosismo, preguntándose qué le esperaba en esa misteriosa bodega que su hermano había mencionado. Su mente corría a mil por hora, cuestionándose si estaba lista para lo que estaba a punto de enfrentar.
Después de un corto trayecto, llegaron a la bodega. Lincoln empujó la puerta de metal que chirrió ominosamente al abrirse. La oscuridad envolvía el interior, creando un ambiente de expectativa y tensión. Lynn inhaló profundamente, intentando calmar su ansiedad. Todo a su alrededor era un recordatorio de que la vida que conocía estaba a punto de cambiar para siempre.
A medida que avanzaban hacia el fondo de la bodega, sombras comenzaron a cobrar vida en la penumbra. Uno tras otro, los Assassins emergieron de la oscuridad, todos con las capuchas de sus túnicas o sudaderas puestas, ocultando sus identidades y creando una atmósfera de misterio. Lynn sintió un escalofrío recorrer su espalda; el aire estaba impregnado de un aura de peligro y camaradería.
Lynn: (susurrando a Lincoln) ¿Son todos ellos... Assassins?
Lincoln: (asintiendo) Sí. Están aquí para evaluarte y entrenarte. No hay vuelta atrás ahora, Lynn.
Los Assassins se alinearon, observando atentamente mientras Lincoln se ponía frente a ellos, asumiendo el papel de líder y mediador. Las miradas eran intensas, y Lynn sintió que el peso de su decisión la envolvía. Los murmullos se calmaron, y uno de los Assassins, un hombre de complexión robusta con una cicatriz que le cruzaba la mejilla, dio un paso adelante.
Assassin Principal: (con voz firme) Bienvenida, Lynn. Hemos estado esperando tu llegada. Esta es una oportunidad única, y debes estar lista para lo que esto implica.
Lynn se sintió empoderada y abrumada al mismo tiempo. La adrenalina comenzaba a fluir en sus venas, y su instinto de luchadora se despertó. Sabía que debía demostrar que era digna de ser parte de este mundo, de este legado.
Lincoln: (dándole un ligero empujón) Ellos evaluarán tus habilidades. Recuerda lo que hemos hablado: debes ser valiente y mostrarles tu determinación.
A medida que las palabras de Lincoln se desvanecían, el Assassin Principal comenzó a describir las pruebas que se avecinaban. Hablaron de desafíos físicos, pruebas de sigilo y resistencia mental. Lynn sintió que su corazón latía con fuerza; cada una de las descripciones la impulsaba hacia adelante, reforzando su decisión de formar parte de esta lucha.
Assassin Principal: (con un gesto hacia el fondo de la bodega) Comencemos. La primera prueba es una carrera de obstáculos. Queremos ver cómo te desenvuelves en un entorno hostil. No se trata solo de velocidad; es sobre cómo utilizas tu entorno a tu favor.
Lynn asintió, sintiendo que la tensión en el aire se convertía en un desafío personal. Estaba lista para demostrar su valía y la fuerza que había cultivado en sus años como atleta. Mientras se preparaba para enfrentar la primera prueba, su mente se llenó de pensamientos sobre Altair, Lincoln y todo lo que representaban. Sabía que esta era su oportunidad de protegerlos, no solo como hermana, sino como alguien que podría marcar la diferencia en la lucha contra Abstergo.
Con un último vistazo a Lincoln, quien le ofreció una sonrisa alentadora, Lynn se dirigió hacia el área de la prueba, lista para enfrentar lo que viniera. La noche apenas comenzaba, y con cada paso que daba, se sentía más cerca de convertirse en la persona que siempre había querido ser.
El maestro Assassin, Elijah Miles, se acercó a Lynn con una expresión seria pero alentadora. Sabía que este primer desafío marcaría el tono para su entrenamiento. La energía en la bodega era palpable, y los demás Assassins la observaban con interés.
Elijah: (con una voz firme) Lynn, la carrera que estás a punto de realizar no es solo un ejercicio físico; es una prueba de tu astucia, tu determinación y tu capacidad para sobrevivir. Desde aquí, deberás llegar a un edificio abandonado al final de la calle.
Lynn escuchó atentamente mientras Elijah continuaba explicando la prueba.
Elijah: (señalando hacia la distancia) Tendrás que escalar hasta la parte superior del edificio y tomar la bandera que estará ondeando en la azotea. Pero no será fácil. Habrá obstáculos en tu camino y Assassins que te cazan. Si te atrapan, la carrera termina.
Una mezcla de emoción y nerviosismo se apoderó de Lynn. Sabía que debía dar lo mejor de sí misma, no solo para demostrar su valía ante los Assassins, sino también para sentirse digna de la confianza que Lincoln había depositado en ella.
Lynn: (con una mirada decidida) Entendido. Estoy lista.
Elijah: (asintiendo) Recuerda, Lynn, no se trata solo de velocidad. Debes ser astuta y estratégica. Los Assassins no te darán tregua, y tendrás que usar tu entorno a tu favor. Piensa rápido y actúa con decisión.
Elijah hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran hondo. Luego, miró hacia Lincoln, quien se había unido a un grupo de Assassins que actuarían como cazadores en esta prueba.
Elijah: (dirigiéndose a Lincoln y al grupo) Ustedes son responsables de cazarla. Quiero que la empujen al límite, pero sin hacerle daño. Esto es parte de su entrenamiento, y Lynn debe aprender a maniobrar bajo presión.
Lincoln: (con un tono serio) Entendido. No la dejaré escapar.
Lynn sintió una mezcla de emoción y ansiedad al saber que su propio hermano estaría entre los que la cazaban. La presión aumentaba, pero eso solo alimentaba su determinación.
Elijah: (gritando para que todos lo oyeran) ¡Preparados! ¡Listos! ¡Ya!
Al escuchar la señal, Lynn salió disparada hacia la salida de la bodega, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. La adrenalina la inundó mientras corría a toda velocidad hacia el primer obstáculo, un grupo de escombros que obstruía el camino. Con un salto ágil, superó los escombros, sintiendo el viento en su cara y el rugido de su propia energía.
Detrás de ella, los Assassins comenzaron a moverse, formando una oleada de sombras que la perseguían. Lynn sabía que cada segundo contaba, y no podía permitir que la atraparan. Así que, utilizando su conocimiento de la zona, giró rápidamente en una calle lateral, intentando despistar a sus cazadores.
Lynn: (pensando para sí misma) Debo mantenerme un paso adelante. Si puedo perderlos en el camino, tendré una mejor oportunidad.
Mientras corría, observó los edificios a su alrededor, buscando posibles rutas. Entonces vio un callejón que parecía una buena opción. Sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia él. El callejón era estrecho y oscuro, y al instante sintió que tenía más posibilidades de confundir a sus perseguidores.
Mientras tanto, Lincoln y el grupo de Assassins que lo acompañaban se dispersaron, siguiendo las huellas de Lynn. Lincoln, con la mente aguda y centrada, comenzó a formular estrategias para anticiparse a sus movimientos.
Lincoln: (dirigiéndose a su equipo) Ella es más rápida de lo que parece, así que mantengan los ojos abiertos. No se trata solo de atraparla, sino de entender cómo piensa y se mueve.
Los Assassins asintieron, conscientes de que la noche les ofrecía un desafío real. A medida que se adentraban en la oscuridad, Lincoln sintió una mezcla de orgullo y preocupación por Lynn. Sabía que esta era una oportunidad crucial para ella, pero también que el riesgo era real.
Lynn, mientras tanto, zigzagueaba entre los edificios, buscando cualquier ventaja que pudiera usar. A medida que se acercaba al edificio objetivo, pudo ver la altura del mismo, lo que le recordó que escalar sería la siguiente fase del desafío. Sin embargo, sabía que primero tenía que deshacerse de sus cazadores.
Cuando finalmente emergió del callejón, su mirada se centró en el gran edificio abandonado. El viento soplaba a su alrededor, y pudo sentir la emoción burbujear dentro de ella. Con un último vistazo hacia atrás, tomó impulso y comenzó a correr hacia el edificio. Sabía que el tiempo apremiaba y que cada segundo contaba.
Lynn se movía con agilidad y determinación, utilizando todo lo que tenía a su alrededor para escapar de los Assassins que la perseguían. Su corazón latía con fuerza mientras atravesaba la calle, donde la vida nocturna pulsaba a su alrededor. Gente conversando, luces brillantes y música resonante eran su mejor cobertura. Se mezcló con un grupo de personas que estaban en la entrada de un bar, haciéndose pasar por una más en la multitud.
Mientras pasaba desapercibida, Lynn se dio cuenta de que había asumido un papel que no solo le permitía esconderse, sino también planear su siguiente movimiento. Observó a su alrededor, buscando cualquier oportunidad para desviar a sus perseguidores. Con un giro hábil, se apartó del grupo y se adentró en una calle lateral, asegurándose de que nadie la viera.
Una vez fuera de la vista, Lynn no perdió tiempo. Miró hacia arriba y vio un edificio cercano, una estructura antigua con salientes que ofrecían oportunidades perfectas para el parkour. Sin pensarlo, tomó impulso y corrió hacia la pared. Con un salto calculado, se impulsó hacia una repisa, usando su fuerza para escalar rápidamente.
Desde su nueva posición en el tejado, pudo ver a algunos de los Assassins acercándose al lugar donde había estado. Con una sonrisa desafiante, se dejó caer hacia el lado opuesto del edificio, asegurándose de que no la vieran. La adrenalina le proporcionaba una claridad especial; su mente estaba enfocada y alerta, cada movimiento era preciso.
Mientras avanzaba por el tejado, Lynn recordó las lecciones de combate que había recibido de Lincoln. Se concentró en lo que había aprendido sobre el uso de su entorno. Cuando un par de Assassins la localizaron y comenzaron a subir, sabía que debía prepararse. Con un rápido movimiento, utilizó una tubería como palanca, saltando hacia el lado y aterrizando justo detrás de uno de ellos.
Sin dudar, le propinó un golpe en la espalda, derribándolo al suelo. El otro Assassin se giró, sorprendido por la velocidad de su ataque. Lynn, con su instinto entrenado, aprovechó la oportunidad y se abalanzó sobre él, usando un movimiento de cadera para desestabilizarlo y hacerlo caer. No estaba allí para hacer amigos, y mientras luchaba, recordaba la importancia de mantener la ventaja.
Con cada enfrentamiento, Lynn se sintió más segura. Sabía que la lucha no solo era física, sino también mental. Estaba aprendiendo a anticipar los movimientos de sus oponentes, usando sus ataques para crear espacios para su escape. Con un giro rápido, salió corriendo del edificio y se deslizó por un callejón estrecho, buscando una salida.
Al llegar a la otra calle, Lynn tuvo que pensar rápido. Notó un grupo de personas en una esquina, y sin pensarlo, se unió a ellos, sentándose en una de las mesas exteriores de un café. Con un aire despreocupado, tomó un sorbo de la bebida de un desconocido que estaba distraído, tratando de actuar con normalidad. Los Assassins que la perseguían pasaron de largo, sus rostros serios y concentrados, sin notar que Lynn estaba justo allí, entre ellos.
Después de que el peligro inmediato pasó, Lynn se levantó lentamente, sintiendo cómo la adrenalina seguía fluyendo por sus venas. Sabía que el tiempo no estaba de su lado. Mientras se alejaba del café, se adentró nuevamente en las sombras de la noche. Había aprendido a usar cada rincón a su favor, y ahora sabía que podía enfrentar cualquier desafío que se presentara.
Lynn se dirigió hacia un parque cercano, un lugar donde podría ocultarse y planificar su siguiente movimiento. La luz de la luna iluminaba su camino mientras se deslizaba entre los árboles, asegurándose de que no hubiera Assassins a la vista. Se sentó en un banco y tomó un respiro profundo, tratando de calmar su mente.
Estaba decidida a llegar al edificio abandonado y tomar la bandera, no solo para probarse a sí misma, sino también para demostrar a Lincoln que estaba lista para unirse a la lucha. En ese momento, entendió que cada encuentro, cada paso que daba la acercaba más a su objetivo. No podía fallar; su futuro dependía de ello.
Lynn se levantó del banco, su determinación renovada. Era hora de continuar. Mientras se adentraba nuevamente en la oscuridad, sabía que no solo se estaba enfrentando a los Assassins, sino también a su propio destino.
Lynn se acercaba al edificio abandonado, su corazón latiendo con fuerza mientras se preparaba para el desafío final. La estructura, alta y desmoronada, se erguía ante ella como un gigante en la oscuridad, pero había una certeza en su mente: debía llegar a la bandera. Sin embargo, al girar la esquina y entrar en el área visible del edificio, se sorprendió al ver a Lincoln esperándola, su figura destacándose en la penumbra.
Lincoln: (con una sonrisa desafiante) Te estaba esperando, hermana.
Lynn sintió una mezcla de emoción y desafío al ver a su hermano. Sabía que iba a ser un combate intenso, pero su determinación de alcanzar la bandera superaba cualquier duda. Sin un segundo de vacilación, se preparó para el enfrentamiento.
Lynn: (con firmeza) No voy a dejar que me detengas, Lincoln.
Sin previo aviso, se lanzó hacia adelante, utilizando su velocidad y agilidad para intentar pasar por su lado. Pero Lincoln, preparado para la confrontación, se movió con rapidez y bloqueó su camino, deteniéndola en seco. La lucha comenzó en ese instante, ambos hermanos poniendo a prueba sus habilidades.
Lincoln: (con una risa burlona) No será tan fácil, Lynn.
Lynn se agachó rápidamente, evitando un golpe que Lincoln lanzó con su brazo. En un movimiento fluido, rodó hacia un lado y se puso de pie, buscando la mejor forma de evadirlo. El espacio limitado dentro de la entrada del edificio no le facilitaba el trabajo, pero eso no la detendría.
Lynn: (gritando) ¡Voy a llegar a esa bandera!
Con un salto decidido, Lynn se lanzó hacia el interior del edificio, escalando rápidamente las escaleras desgastadas. Lincoln, sin dudar, la siguió. La escalera crujía bajo sus pies, pero ambos se mantenían en movimiento, ascendiendo en una carrera que pondría a prueba tanto su agilidad como su estrategia.
Mientras corrían, Lynn buscaba constantemente oportunidades para desviar la atención de Lincoln. Con un giro rápido, se desvió hacia una habitación lateral, sabiendo que Lincoln la seguiría. Usó su entorno, aprovechando los escombros y los muebles caídos para crear una barrera entre ellos.
Lynn: (mirando hacia atrás) ¡No me alcanzarás!
El sonido de sus pasos resonaba en las paredes del edificio mientras corría. Lincoln, con una mezcla de admiración y competitividad, la siguió de cerca, cada vez más decidido a no dejarla escapar. Lynn atravesó una ventana rota, saliendo al balcón que daba a un vacío profundo. La bandera ondeaba a la distancia, alzándose en la cima del edificio.
Lynn: (sin aliento) ¡Casi llego!
Con un salto arriesgado, Lynn se lanzó al siguiente edificio, utilizando su impulso para seguir avanzando. Lincoln, decidido a no dejar que la alcanzara, tomó una ruta diferente y logró salir por la misma ventana. Desde su nuevo ángulo, podía ver a su hermana avanzando rápidamente, y su corazón se aceleró al pensar en lo cerca que estaban de la meta.
Lincoln: (gritando) ¡No lo harás!
La competencia entre ellos se intensificaba con cada movimiento, un juego de velocidad y habilidades en el que ambos se esforzaban por demostrar su valía. Lynn llegó a la cima del siguiente edificio, respirando pesadamente mientras miraba hacia la bandera, un símbolo de su logro y de todo lo que había luchado para llegar allí.
Sin embargo, Lincoln no estaba dispuesto a rendirse. Con un último esfuerzo, se lanzó hacia adelante, alcanzando el borde del edificio donde se encontraba su hermana. Ambos se encontraron en un punto crucial, a solo unos pasos de la bandera.
Lynn: (con determinación) ¡Esto es mío!
En un movimiento rápido, se abalanzó hacia la bandera, pero Lincoln, con agilidad, la detuvo justo a tiempo, tomando su brazo y utilizando su propio peso para hacerla perder el equilibrio. Lynn luchó por liberarse, pero la fuerza de su hermano la mantenía atada.
Lincoln: (con una sonrisa de complicidad) No tan rápido, hermana.
El tiempo parecía detenerse mientras ambos se enfrentaban en una lucha intensa. Lynn hizo un giro inesperado, intentando zafarse, pero Lincoln la sostuvo firmemente. Con un esfuerzo, logró darle un empujón hacia un lado, lo que le permitió acercarse nuevamente a la bandera.
Lynn: (gritando mientras se movía) ¡No me detendrás!
En un último esfuerzo, Lynn saltó hacia la bandera, estirando su mano para alcanzarla. Pero Lincoln, en un instante de reflejo, se lanzó hacia ella, tratando de alcanzarla antes de que pudiera conseguirlo. Sus dedos se rozaron justo cuando ella tomaba la bandera, una victoria momentánea.
Lynn: (con una sonrisa triunfante) ¡Lo logré!
Pero antes de que pudiera celebrar, Lincoln, con una rapidez inesperada, la empujó suavemente, provocando que perdiera el equilibrio y aterrizara de espaldas. A pesar de la caída, la bandera seguía en su poder.
Lincoln: (riendo) ¡Eso no cuenta!
Lynn se levantó, la adrenalina aún corriendo por sus venas. Con la bandera en la mano, sintió una mezcla de triunfo y desafío, sabiendo que este combate había sido solo el principio de lo que vendría. Mientras se recuperaba, miró a Lincoln con una sonrisa, ambos conscientes de que esta era solo una parte de su viaje juntos en el mundo de los Assassins.
El ambiente en la azotea se llenó de aplausos y vítores cuando los Assassins, que habían estado observando la competencia, se acercaron para felicitar a Lynn por su impresionante logro. Ella, aún recuperándose de la intensa batalla con su hermano, no podía evitar sonreír ante la ovación. Había trabajado arduamente para llegar hasta aquí, y saber que había roto el récord que Lincoln había establecido cuando era un iniciado le daba un inmenso orgullo.
Assassin 1: (con admiración) ¡Increíble trabajo! No muchos logran romper el récord de Lincoln.
Assassin 2: (sonriendo) Tienes un gran futuro por delante, Lynn.
Lynn se sintió abrumada por la calidez del reconocimiento, pero pronto su mente se centró en lo que vendría a continuación. Lincoln se acercó, aún respirando con dificultad, pero con una expresión de orgullo en su rostro.
Lincoln: (con una sonrisa) ¡Eres impresionante, hermana! Nunca pensé que llegarías tan lejos en tu primera prueba.
Lynn: (sonrojándose) Gracias, pero esto apenas comienza. ¿Qué sigue ahora?
El Maestro Assassin Elijah Miles, que había estado observando desde un costado, se acercó al grupo. Su presencia imponía respeto, y todos se callaron al instante.
Elijah: (con una voz profunda y autoritaria) Lynn, has demostrado habilidades excepcionales en esta prueba. Has superado las expectativas de todos, y eso es solo el comienzo. La siguiente prueba será aún más desafiante.
Lynn sintió que una mezcla de nerviosismo y emoción la invadía al escuchar la seriedad de Elijah. Sabía que ser parte de esta hermandad significaba enfrentar peligros y desafíos, y estaba lista para lo que viniera.
Elijah: (mirando a todos) La próxima prueba se llama "El Sendero de las Sombras". Es un curso diseñado para poner a prueba no solo tus habilidades físicas, sino también tu astucia y tu capacidad para moverte sin ser detectada. No será fácil. Deberás atravesar una serie de obstáculos y evitar ser detectada por los Assassins que están en vigilancia. Si te atrapan, perderás la oportunidad de avanzar en tu entrenamiento.
Lynn asintió, sintiendo la presión de la responsabilidad. Esta era una oportunidad para demostrar su valía, no solo a ella misma, sino también a todos los Assassins que la observaban. Lincoln, sintiendo la determinación de su hermana, se acercó a ella y le dio una palmada en el hombro.
Lincoln: (con apoyo) Recuerda, usa todo lo que has aprendido. Cada movimiento cuenta, y confía en tus instintos. Tienes esto.
Lynn: (sonriendo) Lo haré. No dejaré que me atrapen.
Elijah llevó a Lynn a un área diferente del edificio, donde un conjunto de obstáculos había sido creado. Era un laberinto de sombras, con pasajes estrechos, cuerdas colgantes, y lugares oscuros donde podía esconderse. Al fondo, una bandera ondeaba, y esa sería su meta.
Elijah: (con seriedad) Tu objetivo es llegar a la bandera sin ser detectada. Los Assassins que están en vigilancia han sido instruidos para no ser suaves. Ellos son expertos en detectar cualquier movimiento fuera de lugar, así que mantente alerta.
Con un último vistazo hacia Lincoln, quien le devolvió una sonrisa alentadora, Lynn se preparó para la prueba. Su mente se llenó de imágenes de su entrenamiento, de los momentos en que había practicado sus habilidades de sigilo y evasión. Sabía que esta era su oportunidad para demostrar que era digna de ser parte de los Assassins.
El sonido de un cuerno resonó en el aire, indicando el comienzo de la prueba. Lynn se lanzó hacia adelante, utilizando su agilidad para deslizarse por el laberinto. Se movió con rapidez, manteniendo su cuerpo bajo y utilizando las sombras como su aliada. Sus sentidos estaban agudizados, escuchando cada ruido, observando cada movimiento a su alrededor.
Los Assassins que estaban en vigilancia eran astutos. Cada vez que Lynn creía que había encontrado un camino seguro, un sonido detrás de ella la hacía detenerse en seco. A veces, sentía la presencia de uno de ellos demasiado cerca, y rápidamente se escondía detrás de un pilar o en una esquina oscura, su corazón latiendo con fuerza mientras esperaban que pasara.
Lynn sabía que debía mantener la calma. La experiencia de los Assassins la desafiaba, pero también la impulsaba. Cada vez que lograba eludir a uno de ellos, una chispa de confianza iluminaba su espíritu. Después de unos minutos de navegación cuidadosa, llegó a la mitad del laberinto. El silencio era palpable, y Lynn sintió que podía hacerlo.
Sin embargo, un movimiento repentino a su izquierda la hizo girar bruscamente. Un Assassin había salido de la oscuridad, su mirada fija en ella. En un instante, Lynn se lanzó hacia atrás, tomando un atajo entre las sombras, recordando las lecciones de su hermano sobre cómo utilizar su entorno a su favor. Se escabulló por un pasillo lateral, sintiendo que el aire frío la rodeaba mientras corría.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Lynn avistó la bandera ondeando en la distancia. La emoción creció en su pecho. Sabía que el final estaba cerca, pero no podía relajarse. Se concentró en cada paso, en cada movimiento, y cuando el momento llegó, se lanzó hacia adelante con toda su fuerza.
Con un salto decisivo, extendió la mano y tomó la bandera, sintiendo una explosión de satisfacción en su interior. El sonido de aplausos estalló a su alrededor mientras los Assassins la rodeaban, aplaudiendo su victoria.
Elijah: (con una sonrisa satisfecha) ¡Excelente trabajo, Lynn! Has completado con éxito el Sendero de las Sombras. Ahora, eres un paso más cerca de ser una verdadera Assassin.
La alegría y el orgullo llenaron el corazón de Lynn mientras se acercaba a Lincoln, quien la miraba con admiración.
Lincoln: (con una sonrisa amplia) Lo hiciste, hermana. Estoy muy orgulloso de ti.
Lynn: (con una risa) Gracias, Lincoln. Esto es solo el principio, ¿verdad?
Lincoln asintió, sabiendo que cada prueba que enfrentaban los acercaba más a un destino que ambos anhelaban. Era un mundo lleno de desafíos y peligros, pero también de oportunidades y esperanza, y juntos estaban listos para enfrentarlo.
Con cada prueba que Lynn superaba, los Assassins parecían más impresionados por sus habilidades. Era como si, a medida que avanzaba, desatara un potencial latente que incluso ellos no habían anticipado. Se movía con una gracia natural, casi como si hubiera nacido para ser una Assassin. La manera en que combinaba agilidad, astucia y una determinación inquebrantable hacía que cada movimiento que realizaba fuera casi perfecto.
Los murmullos de admiración se propagaban entre los presentes, y algunos de los Assassins incluso comenzaron a hablar sobre cómo su talento recordaba a Altair, una leyenda en la hermandad. Para ellos, era evidente que Lynn no solo tenía el potencial, sino que también poseía la esencia de lo que significaba ser parte de la orden.
Lincoln se mantenía a la distancia, observando a su hermana con una mezcla de orgullo y emoción. Su corazón se llenaba de alegría al ver cómo Lynn estaba forjando su propio camino en este mundo desconocido. Cada victoria de ella era un testimonio de su fuerza y de la dedicación que había demostrado para llegar hasta aquí.
Lincoln: (en voz baja, para sí mismo) Eres increíble, Lynn. No sé cómo lo haces.
Cuando el Maestro Elijah le dio la noticia a Lynn sobre su próxima prueba, Lincoln no podía evitar pensar en el futuro. Si alguna vez llegara a faltar en esta vida, se sentía más que confiado en que su hermana sería más que capaz de proteger a Altair. Lynn había demostrado no solo su fuerza física, sino también su capacidad para pensar estratégicamente y actuar bajo presión. Esas cualidades eran esenciales para alguien que tenía la responsabilidad de cuidar a un niño como Altair, quien no solo era un niño normal, sino que llevaba el peso de un legado y la esperanza de su familia.
Lynn se acercó a Lincoln después de recibir los elogios, su rostro radiante de satisfacción y un leve toque de adrenalina aún presente.
Lynn: (con una sonrisa amplia) No puedo creer que lo hice. Fue... ¡increíble!
Lincoln: (sonriendo de vuelta) Te vi en acción, y lo hiciste magníficamente. Cada paso que diste fue calculado, y la manera en que evadiste a los Assassins fue impresionante.
Lynn: (con un guiño) ¿Crees que puedo ser tan buena como Altair algún día?
Lincoln: (con confianza) No solo tan buena, sino incluso mejor. Tienes un corazón y una determinación que pocos tienen. Eso te llevará lejos, más allá de cualquier cosa que Altair haya logrado.
La conversación fluyó entre ellos, llena de camaradería y una conexión más fuerte que nunca. A medida que se preparaban para la siguiente prueba, Lincoln comenzó a recordar sus propios días como iniciado. Había enfrentado sus propios desafíos, pero ver a Lynn en este momento lo llenaba de esperanza.
Lynn: (pensativa) ¿Crees que Altair estará orgulloso de mí?
Lincoln: (asintiendo firmemente) Absolutamente. Él te ve como una hermana y, aunque no estés unida por la sangre, su amor por ti es tan fuerte como el de cualquier familia. Y recuerda, siempre estaré aquí para apoyarte.
La emoción en el aire era palpable. Cada desafío que enfrentaban juntos solo fortalecía el vínculo que compartían. En el fondo de su mente, Lincoln se prometió que haría todo lo posible para proteger a ambos, a Lynn y a Altair, de cualquier peligro que pudiera surgir en el camino.
Con el paso de la noche, ambos sabían que lo que venía a continuación era aún más desafiante. La siguiente prueba no solo probaría sus habilidades, sino también su resolución y su capacidad para trabajar juntos como un equipo. Sabían que estaban en el camino hacia algo grande, una aventura que no solo cambiaría sus vidas, sino que también definiría su destino en el mundo de los Assassins.
El Maestro Elijah interrumpió sus pensamientos, llamando la atención de todos. Era el momento de la siguiente prueba, y el aire se llenó de una mezcla de anticipación y determinación. Ambos se miraron, sabiendo que, juntos, enfrentarían cualquier reto que se presentara.
La atmósfera en el lugar se tornó tensa a medida que se acercaban al edificio alto que serviría como escenario para la última prueba. Las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, y el viento cortante hacía que la situación se sintiera aún más intensa. Lynn miraba hacia arriba, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción, sabiendo que lo que estaba a punto de hacer no solo sería un símbolo de su compromiso con la hermandad, sino también una declaración de su valentía.
El Maestro Elijah, con su postura imponente, se dirigió a todos los presentes.
Elijah: (con voz firme) Esta prueba no es solo un reto físico; es un acto de fe. El salto de fe es la esencia de lo que significa ser un Assassin. Al dar este salto, Lynn no solo afirmará su lealtad a la hermandad, sino que también demostrará su capacidad para confiar en sus habilidades y en el camino que ha elegido.
A medida que Elijah hablaba, Lincoln sintió que la preocupación se apoderaba de él. La idea de que Lynn, su hermana, se arriesgara de esa manera lo perturbaba. Sabía que era una prueba esencial, pero no podía evitar pensar en lo que podría suceder si algo salía mal.
Lincoln: (interrumpiendo con urgencia) ¡Elijah! Esto no es necesario. Lynn solo será una Assassin temporal para el proyecto. No tienen que forzarla a hacer esto.
Elijah giró su cabeza hacia Lincoln, su mirada penetrante y seria.
Elijah: (con calma) Lincoln, entiendo tu preocupación, pero este salto es crucial. No se trata solo de ser un Assassin temporal. Se trata de que Lynn comprenda lo que significa formar parte de esta hermandad. Es un compromiso, y esta prueba es una forma de que ella lo acepte plenamente.
Lynn, escuchando la conversación entre su hermano y Elijah, sintió una oleada de determinación. Sabía que el salto de fe era un rito de iniciación, un símbolo de la valentía que necesitaba para ser parte de los Assassins. La idea de retroceder no era una opción.
Lynn: (con firmeza) Lincoln, yo quiero hacerlo. Sé que es arriesgado, pero necesito demostrar que puedo ser parte de esto. No quiero que pienses que tengo miedo.
Lincoln: (frunciendo el ceño) No es que tengas miedo, Lynn. Es que no quiero que pongas tu vida en peligro por algo que podría ser temporal.
Elijah: (interviniendo) Este salto no es solo una prueba física, Lincoln. Es una forma de conectarse con la historia de los Assassins, con el legado que llevan. Lynn necesita entender esto para poder proteger a Altair y cualquier otro en el futuro.
Lincoln respiró hondo, sintiendo la presión de la situación. Se dio cuenta de que no podía evitar que Lynn tomara sus propias decisiones, pero eso no hacía que su ansiedad disminuyera.
Lynn: (mirando a Lincoln) Estoy lista. Confía en mí.
Lincoln: (con un suspiro) Está bien. Solo... ten cuidado.
Lynn se acercó al borde del edificio, sintiendo cómo el viento la envolvía. Miró hacia abajo, viendo la distancia que la separaba del suelo. Su corazón latía con fuerza en su pecho, pero también sentía una extraña calma.
Elijah se colocó a su lado, ofreciéndole una mirada de aliento.
Elijah: Recuerda, este salto es más que un simple movimiento. Es una declaración. Confía en tu entrenamiento, en tu habilidad y en ti misma.
Lynn asintió, sintiendo que cada palabra de Elijah resonaba en su interior. Se posicionó, preparándose mentalmente para el salto. La adrenalina corría por sus venas mientras se concentraba en la meta.
Lynn: (en un susurro) Aquí voy.
Con un último respiro profundo, Lynn se lanzó al vacío, su cuerpo cortando el aire con gracia. En ese momento, todo su mundo se redujo a la sensación de libertad, el viento en su rostro y la determinación de ser parte de algo más grande que ella misma.
El tiempo parecía detenerse mientras descendía. El eco de los aplausos de los Assassins resonaba en su mente, y a medida que se acercaba al punto de impacto, recordó las palabras de Lincoln y Elijah. Este era su momento.
Mientras Lynn caía, sintió una mezcla de adrenalina y terror. Su mente procesaba rápidamente la situación, y cuando llegó el momento de abrir el paracaídas, se dio cuenta de que algo había salido mal.
Lynn: (gritando) ¡No, no, no! ¡Por favor!
El paracaídas no se desplegaba, y la desesperación la invadió. La distancia hacia el suelo se acortaba rápidamente, y su corazón latía con fuerza, temiendo lo peor. Justo cuando pensaba que todo estaba perdido, sintió un cambio en el aire a su alrededor.
Lincoln: (gritando desde arriba) ¡Lynn, aguanta!
Sin pensarlo, Lincoln había saltado tras ella. En un movimiento desesperado, se lanzó hacia adelante, sus manos alcanzando a su hermana justo antes de que impactaran con el suelo. Con un fuerte abrazo, Lincoln la sostuvo con fuerza, utilizando su propio cuerpo para amortiguar la caída.
Lynn: (sorprendida) ¡Lincoln!
Aterrizaron con un fuerte golpe, pero la fuerza de Lincoln había reducido el impacto, evitando que Lynn se lastimara gravemente. Ambos se quedaron tendidos en el suelo por un momento, recuperándose del susto y la adrenalina que aún corría por sus venas.
Cuando el grupo de Assassins y otros miembros que estaban observando llegaron, comenzaron a aplaudir y vitorear a Lynn por su valentía. Había superado la prueba de una manera espectacular, aunque no de la forma en que todos esperaban.
Asistentes: (aplaudiendo) ¡Increíble, Lynn! ¡Has hecho un gran trabajo!
Sin embargo, en medio de los aplausos, Lincoln se levantó, aún sintiendo la adrenalina y la frustración por lo que acababa de ocurrir. Su mirada se fijó en Elijah, quien había estado observando la escena con una mezcla de orgullo y preocupación.
Lincoln: (acercándose a Elijah con furia) ¡Esto no debería haber pasado!
Elijah levantó una ceja, comprendiendo que Lincoln estaba molesto, pero no esperaba lo que sucedería a continuación. Sin pensarlo dos veces, Lincoln lanzó un puñetazo directo al rostro de Elijah, el impacto resonando en el aire tenso de la noche.
Elijah: (sorprendido) ¡Hey! ¿Qué demonios fue eso?
Lincoln: (con voz baja y tensa) ¡Tú lo pusiste en riesgo! No debiste dejar que se arriesgara de esa manera. ¿Por qué no me dijiste que el paracaídas podía fallar?
Lynn, todavía recuperándose del susto, se incorporó lentamente, tratando de entender lo que sucedía.
Lynn: (mirando a Lincoln) ¡Espera! ¡No es culpa de Elijah! Yo decidí hacerlo, y...
Lincoln: (interrumpiéndola, con una mezcla de preocupación y enojo) Pero no sabía que el equipo podía fallar. ¡Pudiste haber salido gravemente herida!
El grupo de Assassins se reunió alrededor, mirándose entre sí con asombro. Era raro ver a Lincoln en un estado de furia tan visible, especialmente hacia un mentor como Elijah.
Elijah: (limpiándose la sangre de la boca) Sabía que había riesgos, Lincoln. No podemos proteger a todos de todo. Es parte de lo que significa ser un Assassin.
Lincoln: (enfadado) Pero ella no debería haber tenido que enfrentarse a ese riesgo. No como un iniciado.
Lynn: (poniéndose de pie) ¡Basta! Esto es lo que quería. Quiero ser parte de esto. Puedo manejarlo.
Lincoln giró su cabeza hacia ella, sintiendo la frustración y el orgullo chocar dentro de él.
Lincoln: (con voz más suave) Lynn, no estoy en contra de que seas parte de esto. Solo quiero que estés a salvo.
El grupo de Assassins, viendo cómo la tensión crecía, intentó intervenir.
Assassin 1: (con una sonrisa nerviosa) Tal vez deberíamos celebrar el éxito de Lynn en lugar de pelear, ¿no creen?
Assassin 2: (asintiendo) Sí, ¡ella rompió el récord! ¡Eso es impresionante!
Lynn sonrió, tratando de calmar el ambiente.
Lynn: (mirando a todos) Gracias, chicos. Estoy orgullosa de haberlo logrado, y no me arrepiento de nada.
Elijah, aún con una mueca de dolor, miró a Lincoln y luego a Lynn.
Elijah: (serio) Lynn, eres talentosa y tienes un gran potencial. Pero esto no será fácil. El camino de un Assassin está lleno de desafíos.
Lynn: (determinada) Estoy lista para enfrentarlos.
Lincoln miró a su hermana y luego a Elijah, sintiendo cómo la tensión comenzaba a disiparse.
Lincoln: (suspirando) De acuerdo, pero quiero asegurarme de que el equipo esté en condiciones óptimas. No permitiré que vuelva a ocurrir algo así.
El grupo asintió, sintiendo que la dinámica había cambiado un poco. Aunque la tensión aún estaba presente, todos estaban de acuerdo en que era el momento de avanzar y seguir adelante. Lynn, con una renovada confianza, se sentía lista para enfrentar lo que viniera, incluso si eso significaba seguir desafiando sus límites y empujando a los demás a hacer lo mismo.
La noche seguía avanzando, pero ahora había un sentido de unidad en el aire. A pesar de las diferencias y los conflictos, la familia Loud y la hermandad de los Assassins se unieron en un propósito común: proteger a Altair y luchar por lo que creían correcto.
Después de un rato de celebración en la bodega, donde el ambiente se había relajado y los Assassins elogiaban a Lynn por su impresionante desempeño, ella decidió salir para tomar un poco de aire fresco y procesar todo lo que había sucedido. A medida que se alejaba, sintió la tensión de la noche comenzar a disiparse, pero su hermano Lincoln aún se encontraba en medio de una conversación acalorada.
Lincoln se dirigió a Elijah, su rostro todavía reflejaba enojo. La alegría de la celebración no había logrado calmar la frustración que sentía por lo ocurrido.
Lincoln: (enfático y molesto) Elijah, tenemos que hablar.
Elijah, que aún estaba tratando de asimilar el puñetazo y el riesgo que había puesto a Lynn, se giró hacia Lincoln con una mezcla de sorpresa y preocupación.
Elijah: (tratando de mantener la calma) Lincoln, entiendo que estés molesto, pero—
Lincoln: (interrumpiéndolo) ¡No! No quiero escuchar excusas. Si vuelves a arriesgar a alguien con una tontería como lo del paracaídas, mejor tendrás cuidado. Esto no es un juego, y no estoy aquí para que me digas que "todo estará bien".
Elijah frunció el ceño, comprendiendo la gravedad de la situación. Había tenido que tomar decisiones difíciles como maestro de Assassins, pero nunca pensó que su juicio fuera cuestionado de esa manera por alguien que consideraba un amigo.
Elijah: (defensivo) Lincoln, sabes que esto es parte del entrenamiento. El riesgo es inherente a lo que hacemos.
Lincoln: (cruzando los brazos) No se trata solo de entrenamiento. Se trata de proteger a los que amamos. Y si algo le hubiera pasado a Lynn, no solo sería tu responsabilidad, sino que yo tampoco me lo habría perdonado.
Elijah suspiró, comprendiendo la frustración de Lincoln. Su viejo amigo tenía razón; había cruzado una línea al permitir que Lynn enfrentara un salto tan peligroso.
Elijah: (más suave) No tengo excusa para lo que pasó. Lamento que haya llegado a ese punto. No quería poner a Lynn en riesgo, pero hay cosas que necesitamos que aprendan para ser verdaderos Assassins.
Lincoln: (mirándolo a los ojos) Por tu vieja amistad, tienes suerte de que no te golpee más fuerte. No quiero que haya una próxima vez. Si vuelves a ponerla en una situación así, no dudaré en hacer lo que tenga que hacer para protegerla.
Elijah asintió, sintiéndose algo avergonzado, pero también agradecido por la sinceridad de Lincoln.
Elijah: (con un tono serio) Lo entiendo. Aprecio que me lo digas. De ahora en adelante, seré más cuidadoso. Lynn tiene mucho potencial, y no quiero arruinarlo por un error estúpido.
Lincoln dio un paso atrás, sintiendo que su mensaje había llegado. Aunque todavía estaba molesto, sabía que Elijah había aprendido una lección valiosa esa noche.
Lincoln: (asintiendo) Solo recuerda lo que realmente está en juego. Estamos en esto juntos, y no podemos permitirnos perder a nadie.
Con un último intercambio de miradas, Lincoln se dio la vuelta para unirse a Lynn, quien lo esperaba afuera de la bodega. A pesar de las tensiones de la noche, ambos sabían que la unión de sus fuerzas, como hermanos y como Assassins, era más fuerte que cualquier desafío que pudieran enfrentar.
Mientras Lincoln se alejaba, Elijah reflexionó sobre lo sucedido. Sabía que la relación entre los Assassins y aquellos a quienes protegían no siempre sería fácil, pero entendía que cada decisión que tomaba podía tener un impacto significativo en sus vidas. A partir de esa noche, su enfoque sería diferente; priorizaría la seguridad de sus iniciados, especialmente de aquellos que tenían la fuerza y el potencial para marcar la diferencia, como Lynn.
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