Capítulo 2
Es una noche iluminada, y en el interior de la guarida de la Guardia del León, se encuentran un pequeño león junto a un mandril.
El mandril simplemente con un bastón en mano trata de darle un golpe al pequeño león, mientras este esquiva los movimientos, con algo de dificultad.
-¡Vamos Kion!- exclamó el mandril aumentando la velocidad de sus movimientos- ¡Tienes que ser más rápido.
Ambos siguieron así por unos minutos, hasta que el mandril con el bastón hizo tropezar al león, para luego empujarlo y hacerlo rodar un rato en el suelo.
Treinta minutos después
Ahora el mandril está sentado encima de una roca, mientras que el pequeño león simplemente está recostado en otra roca y respirando agitadamente.
-Uf, uf, esto es difícil...dijiste que yo sería cada vez más rápido- dijo el pequeño león sin levantar la cabeza.
-Dije que lo serías con entrenamiento...no que lo conseguirías así de la nada...tendrás que esforzarte cada vez más- fue lo que dijo el mandril levantándose.
-Oye...¿a dónde vas?- preguntó el pequeño león mirando cómo el mandril se dirigía a la entrada de la cueva
-Este fue solo un pequeño calentamiento...mañana empezaremos con el verdadero entrenamiento- fue lo último que dijo el mandril antes de salir de la guarida.
-¿Solo un calentamiento?- se preguntó a sí mismo el pequeño león- Bien hecho Kion...ahora tendrás que esforzarte el doble.
Después de decir eso, el pequeño león simplemente cerró los ojos y se recostó de lado, para que luego de unos minutos se quedara dormido.
Al día siguiente
El sol ya ha empezado a ascender, y un nuevo día comienza en las Praderas.
Desde lejos, se puede ver a un destello amarillo dirigiéndose a gran velocidad hacia la cueva en la que dormía Kion, hasta que se detuvo en la entrada, y se permitió ver a una joven chita de ojos verde esmeralda.
-Uf, ojala Ono llegara primero y me dijera sí cada vez llego más rápido- fue lo que dijo la chita mirando hacia atrás, para luego adentrarse en la guarida y encontrarse con Kion durmiendo tranquilamente sobre una roca- Oh...y yo que pensé que había sido la primera en llegar.
Lentamente, la chita se acercó al pequeño león y entonces se le quedó mirando, para que luego una sonrisa traviesa se formara en su rosto, mientras acercaba su cara a la oreja del león.
-¡Booo!- fue lo que dijo la chita, y entonces el león se levantó de sobresalto mientras miraba para todos lados.
-¡AH! ¡¿Pero qué o qué?!- exclamó el león mientras seguía mirando a todos lados, hasta que escuchó una risa cerca de él, y vió a la chita aguantándose las ganas de reír- ¿Fuli? Espera ¡¿Tú me despertaste?!
-Jajajajajaja, l-lo siento Kion, jajajajajaja, pero debiste ver tu cara...jajajaja- decía la chita mientras no paraba de reír.
-Jajajajajaja, sí, sí, que graciosa- fue lo que dijo el pequeño león llamado Kion mientras parpadeaba un par de veces para que el sueño se vaya de él.
-Jajaja, ok, ok...- decía la chita llamada Fuli mientras miraba a su compañero- Lo siento...pero no puede evitarlo jaja.
-Sí, sí, bueno...creo que ahora estamos a mano- fue lo que dijo Kion mientras sonreía.
-¿Y por qué?- preguntó Fuli con confusión.
-¿Recuerdas que hace un par de días tú te enojaste con Bunga porque decías que el te tiró al agua?- preguntó Kion recibiendo un asentimiento por parte de la chita- Bueno...en realidad el que te empujó fui yo.
-¡¿QUÉ?!- preguntó un poco molesta- ¡¿Osea que me enojé con Bunga por tu culpa?!
-Sí, sí, pero antes de que me hagas algo...tú ya me asustaste, así que ya estamos a mano- dijo el león sonriendo mientras se acercaba a la pequeña fuente de agua que había en la guarida.
-Mmm...pues yo aún no lo estoy- fue lo que dijo Fuli acercándose al león y poniendo su pata en el hombro de este.
-¿Eh?- fue lo único que pudo decir Kion, antes de que Fuli lo empujara y este cayera al agua.
-Ahora si estamos a mano- fue lo que dijo la chita sonriendo y mirando al león que salía del agua, para entonces ayudarlo a salir.
-Je, tienes razón- fue lo que añadió Kion mientras se alejaba unos pasos para sacudirse y quitarse el agua de encima.
Unos minutos después
Ambos amigos se encuentran conversando tranquilos sobre una roca, esperando a que llegaran los demás.
-A ver...no entiendo...¿dormiste aquí?- preguntó Fuli un poco confundida.
-Ehhh...sí, ¿Tiene algo de malo?- preguntó Kion cómo si nada.
-Osea...no...pero...¿Acaso no dormías con tu familia?- preguntó Fuli.
-Puesss...quise ser un poco más independiente- respondió el león sonriendo un poco, obviamente ocultando la verdadera razón por la que se había quedado dormido en la cueva.
-¿Ok?- dijo Fuli, pensando en que el león le estaba ocultando algo, y aunque eso no le gustara, tampoco a ella le gustaba que le hicieran muchas preguntas, así que mejor decidió quedarse callada y acomodarse sobre la roca en la que estaba- Uf...esto es aburrido.
-Sí- fue lo que dijo Kion mientras también se recostaba en su propia roca.
-¿Y si hacemos una carrera?- preguntó Fuli.
-Solo lo dices porque siempre eres la ganadora- dijo Kion entrecerrando los ojos y sonriendo.
-No...bueno...sí- fue lo que dijo Fuli mirando a otro lado.
-Hola chicos- era lo que dijeron Beshte y Ono recién llegando.
-Hola- dijeron también ambos felinos devolviendo el saludo.
-Bueno...solo falta Bunga- fue lo que dijo Kion.
-¡Allí voy!- se escuchó una voz desde lejos.
Y entonces, apareció el tejón melero, corriendo y saltando hasta alcanzar una liana, columpiándose por un rato, hasta finalmente saltar hacia la fuente de agua.
-Y así...es cómo se hace una buena entrada- fue lo que dijo el pequeño tejón flotando en el agua.
-Jum...sí...seguro- fue lo que dijeron Kion y Fuli mirándose entre ellos sonriendo y con una ceja levantada cada uno.
-Bien, ahora que estamos todos, hay que comenzar con el patrullaje- dijo Kion empezando a salir de la cueva, mientras el resto lo seguía.
-Ono, tú vigila desde el cielo- fue lo que ordenó Kion.
-Afirmativo, los veo luego- fue lo que dijo la garceta desplegando sus alas y elevándose en el aire.
-Fuli, ve con Beshte a vigilar los pastizales de los antílopes- dijo el león mirando tanto a la chita cómo al hipopótamo.
-Entendido Kion- fue lo que dijeron ambos.
-Bunga, tu ve a ver a los cocodrilos, yo iré a verificar a los elefantes- fue lo que le dijo Kion al único que lo acompañaba.
-Je, no es problema para mí- fue lo que dijo el tejón antes de dirigirse hacia la ubicación que le indicó el líder.
-Muy bien...comencemos...¡Hasta el fin de las Praderas!- exclamó el león empezando a adelantarse.
-¡Guardia del León defensa!- exclamaron el resto de los miembros, mientras cada uno se dirigía hacia su respectiva ubicación.
Con Kion
El líder de la Guardia luego de varios minutos llegó hacia dónde se encontraban la manada de elefantes.
Y entonces los vió a todos ahí, unos comiendo, y otros tomando agua, aparentemente sin nada que los molestara o que los pusiera en peligro.
-Bueno...parece que todo bien- fue lo que dijo Kion, antes de emprender camino hacia otro lado.
Aunque no se dió cuenta, que cerca de dónde estaba, ocultos en unos arbustos, se encontraban Janja junto a otras 5 hienas.
-Jum, Kion está solo, esto será pan comido, vamos- fue lo que dijo la hiena antes de salir corriendo junto a las demás, e ir detrás del león, sin que este se diera cuenta.
Por varios, pero que varios minutos, Kion siguió desplazándose por gran parte de las Praderas, encontrándose con algún miembro de su equipo de casualidad, pero normalmente seguía explorando todo él solo, sin darse cuenta que era seguido por Janja y sus hienas.
Hasta que ya muy pasado el mediodía, Kion llegó cerca de dónde un par de cebras estaban caminando por los pastizales de los más tranquilas.
-Mmm...que raro que Janja no haya atacado en todo el día- era lo que pensaba el pequeño león mientras se disponía a retirarse.
Sin embargo fue tacleado y cayó al suelo cerca de la pareja de cebras, asustándolas y haciéndolas huir.
-¿Pero que...?- era lo que se preguntaba Kion mientras se levantaba y se encontraba con Janja y su clan de hienas rodeándolo- Grrr...Janja...sabía que tramabas algo.
-Pues tenías toda la razón Kion...y mi plan es simple...acabar contigo y luego ir por el resto de la Guardia- fue lo que dijo la hiena acercándose un poco al león.
Mientras tanto, Ono seguía mirando todo desde arriba, y se encontró con su amigo y líder siendo rodeado por las hienas.
-¡Hapana! Kion puede tener problemas, ¡Iré a avisarle al resto!-fue lo que dijo la garceta para luego dirigirse hacia otro lado.
Después de unos segundos, desde el aire avistó a Fuli y a Beshte cerca de un grupo de aves que descansaban encima de un tronco viejo.
-¡Beshte! ¡Fuli!- exclamaba Ono acercándose a sus compañeros.
-¿Ono? ¿Qué está pasando?- preguntó el más fuerte de la Guardia.
-¡Es Kion! ¡Janja y sus hienas lo tienen acorralado!- exclamó la garceta.
-¡¿QUÉ?! ¿Dónde están?- preguntó Fuli un poco preocupada por su líder.
-¡Es por acá! ¡Síganme!- dijo la garceta volando en una dirección, mientras la chita y el hipopótamo lo seguían desde el suelo.
Mientras tanto, Kion se encuentra aún con el grupo de hienas, y ha logrado defenderse de 2 de ellas, pero aún se encuentra en desventaja, y todo por una razón.
El hubiera usado el Rugido desde antes, pero entonces las 2 hienas que alejó acorralaron a la pareja de cebras, y entonces no podría usar su poder mientras las 2 cebras estaban en el camino.
-¿Qué pasa Kion? ¿Acaso esto es mucho para tí?- preguntó Janja acercándose a Kion e intentando darle un golpe.
-No...esto no es nada- dijo Kion un poco confiado.
-Pues entonces...veamos si puedes contra todos juntos- dijo la hiena mientras se reía y otras 3 se le acercaban.
-Esto...puede ser un problema- fue lo que pensó Kion mientras miraba tanto a las hienas cómo a las 2 cebras que también estaban ahí.
Mientras tanto, Ono llegó junto a Fuli y Beshte, y vieron al león y a la pareja de cebras acorralados por el clan de hienas de Janja.
-Ahora tenemos un doble problema- dijo Ono viendo la situación en la que se encontraban.
-Solo hay que alejarlos de las cebras y entonces podremos ayudar a Kion- dijo Fuli analizando sus ideas.
-Bien, pero esperemos un poco más, no podemos ir así cómo así- dijo Ono.
-Ono tiene razón, hay que esperar un poco más Fuli- dijo Beshte acercándose a la felina.
-...Uf...está bien- fue lo que dijo Fuli, aún sin estar totalmente de acuerdo con el plan.
Mientras tanto, con algo de esfuerzo, Kion logró alejar a otra hiena, quedando ahora, solamente Janja, Cheezi y Chungu, ahora mismo el león se encontraba lidiando con Chungu.
-Jajaja, ¡Ahora es mi oportunidad!- exclamó Janja acercándose rápidamente a Kion mientras este seguía ocupado con Chungu.
Pero en ese momento, de un rápido movimiento, Kion se quitó a Chungu de encima, y dando un salto largo hacia atrás rápidamente evadió el ataque del líder del grupo de hienas.
-¿Pero qué...? Solo quería retroceder unos pasos...y en vez de eso me alejé varios metros de él...¿Que me sucedió?- era lo que se preguntaba Kion, pues no había entendido cómo es que se movió, y también cómo es que lo hizo a gran velocidad.
-Ja, solo tuviste suerte, ¡Pero esta vez yo gano!- exclamó Janja nuevamente dirigiéndose hacia el león.
Pero en ese momento, Kion simplemente empezó a ver todo en cámara lenta, y también, sin que el mismo lo hiciera por su cuenta, fue directamente hacia la hiena.
Y a gran velocidad, se acercó a Janja, para luego lanzar un golpe directo al abdomen de este, dejándolo sin aire, y también sorprendido por la velocidad que ganó el león en tan solo unos instantes.
-GAHHH...¿Pero qué demonios?- se preguntó Janja sin entender lo que había sucedido.
Y cómo respuesta, Kion lo arrojó directamente hacia atrás, quedando en el suelo junto a Chungu y a 2 de las hienas, exceptuando a Cheezi quien seguía de pie.
Después de eso, y nuevamente en una milésima de segundo, Kion salió corriendo hacia las hienas, y al nomás pasar junto a ellas, envió a todas a volar hacia diferentes direcciones.
Recién entonces, Janja se levantó, y se encontró con la mirada seria de Kion, y otro detalle era el color de los ojos del león.
-*Tsk* Ya fue suficiente, vámonos chicos- fue lo que dijo la hiena levantándose y retirándose,con sus compañeros siguiéndolo.
Entonces, Kion simplemente parpadeó un par de veces, y sus ojos volvieron a ser naranjas.
-¡Kion!- exclamó Ono aterrizando al lado del león.
-¿Ono? ¿Q-Qué haces aquí?- preguntó Kion aún no entendiendo lo que había pasado.
-Ví cómo las hienas te acorralaron, así que vine con Fuli y Beshte para ayudarte, pero veo que te encargaste de ellas tu solo- fue lo que dijo la garceta, mientras la chita y el hipopótamo se le acercaban.
-Sí, estuvo Poa- fue lo que dijo Beshte.
-¿Cómo fue que hiciste eso?- preguntó Fuli con curiosidad.
-Pues...no lo sé- dijo Kion mirando su pata con la que había golpeado a Janja.
-¡Hola chicos!- fue lo que dijo Bunga mientras venía directo hacia ellos, en forma de bolita y rodando en el suelo- Oigan los estuve buscando ¿Dónde estaban todos?
-Vamos a la guarida, ahí te contaremos- fue lo que dijo Ono subiéndose encima de Beshte, y entonces todos empezaron a dirigirse hacia allá.
Unas horas más tarde
Ya casi anocheciendo, y después de haber estado casi toda la tarde en la guarida, todos se retiraron a sus respectivos hogares.
Los primeros en retirarse fueron Bunga y Beshte, estos 2 se habían ido juntos hacia las cataratas Hakuna Matata para pasar la noche allí, el tercero en retirarse fue Ono, y la última fue Fuli.
Mientras tanto, Kion se había quedado en la guarida, mirando su pata mientras recordaba lo que había sucedido en su enfrentamiento contra las hienas, especialmente el fuerte golpe que le dió a Janja.
-En ese momento, sentí cómo mi cuerpo se movía por su cuenta sin necesidad de que yo tuviera que pensar en lo que tenía que hacer- fue lo que se dijo a sí mismo el león- ¿Acaso...será...?
-Exactamente lo que piensas...se trata del Ultra Instinto- fue lo que dijo una voz detrás de Kion.
Y al voltear se encontró con Rafiki mirándolo con una sonrisa.
-¿Cómo lo...?- era lo que iba a preguntar Kion, pero fue interrumpido.
-Te ví cuándo buscaba unas hierbas cerca de dónde estaban esas cebras...y entonces te ví...- fue lo que dijo el mandril.
-Entonces...eso que hice ahí...- era lo que decía Kion.
-Eso fue la aparición involuntaria del Ultra Instinto...así aparece las primeras veces...hace que el cuerpo de su anfitrión se mueva por su cuenta y sea capaz de defenderse de cualquier ataque fácilmente...hasta llegar al punto en el que un solo ataque es lo suficientemente fuerte cómo para encargarse del doble de las hienas que te atacó- era lo que explicaba Rafiki, mientras Kion prestaba total atención a las palabras del mandril.
-Wow...esto es increíble...-dijo Kion mientras sonreía- ¿Qué más puede hacer el Ultra Instinto?
-Jum, veo que te interesa, muy bien...es hora de que sepas...todo lo que el Ultra Instinto puede hacer- fue lo que dijo el mandril, para luego sentarse, y entonces empezar a explicarle todo al atento león.
En otro lado
Aún muy, muy lejos de las costa africanas, y en medio del gran océano, lo que parece ser una isla se va moviendo por la gran extensión de agua.
Sin embargo, sumergiéndose en las aguas, se podía ver que no se trataba de una isla, sino de una extraña criatura con 4 brazos que se desplaza por las aguas.
Hasta que se cruza en el camino con un tiburón mediano, y este la intenta atacar, pero la criatura simplemente se va acercando hacia él, hasta que con 2 de sus brazos lo sostiene, y empieza a devorarlo, hasta que después de unos segundos simplemente quedan la cabeza y la cola del pez, y estas empiezan a hundirse hasta lo más profundo del agua, mientras que la criatura vuelve a empezar a nadar, en dirección hacia las costas del continente.
Y bueno, aquí está el nuevo capítulo de esta historia.
Sin más, espero que les haya gustado, les mando un abrazo psicológico y nos vemos...hasta un próximo capítulo.
Cuídense mucho.
Chau, chau.
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