Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16

Aún faltaban un par de horas para que amaneciera, por lo que el cielo todavía permanecía iluminado por las estrellas, no se escuchaba nada, apenas y el sonido del viento se oía por todos lados.

Y en la mismísima Roca del Rey, la Familia Real continuaba descansando de lo más tranquilos posibles, los reyes dormían juntos, mientras la princesa Kiara yacía un tanto separada de ellos.

Pero, de los 4 miembros, solo uno de ellos todavía no conciliaba el sueño, y este era Kion, el menor de los 2 hermanos, quien estaba en la punta de la roca, mirando hacia el horizonte, en el cuál apenas y se podía divisar, lo que vendrían siendo las Lejanías, el hogar de los Desterrados.

¿La razón del porque todavía estaba despierto? Pues, una idea había surgido en su mente desde la mañana de ese día, y pese a un par de dudas que tenía sobre dicha idea, seguía impulsado por hacerla, y nadie le diría que no, aunque fuera bastante arriesgada.

-Tengo mi deber aquí...proteger las Praderas es mi misión...y de la Guardia del León...pero...si que dijo Rafiki es verdad...Si esos kajus seguirán viniendo...Y habrán más conforme pase el tiempo- era el pensamiento del joven león mientras bajaba un tanto la cabeza y mostraba los dientes- Quizás...un día de estos ya nadie podrá hacerles frente...y...yo todo lo que hay.

Entonces, en su mente aparecieron algunas imágenes, que incluían los 4 kaijus a los que se había enfrentado junto a su equipo, así como los ataques de estos, los cuáles, por lo menos no llegaron a ocasionar un daño considerable, y también ningún animal de las Praderas resultó herido.

Aunque esto le hizo pensar, en lo que pasaba en las Lejanías, durante la llegada de estas criaturas, pues se notaba desde lejos lo agresivas y destructoras que pueden ser, tanto así, que tenía cierta preocupación, por Jasiri y su familia, aunque también tenía en mente al resto de Desterrados.

El realmente no los odiaba ni guardaba rencor, es más, tras haber usado el Rugido en ellos, no pensaba hacer daño directamente, solo los enviaba de regreso a su lugar, aunque entendía que ellos necesitaban sustento para seguir, y en las Lejanías apenas y había agua o algo que comer, mientras en las Praderas, habría alimento suficiente para ellos, pero el hecho de que cazaran más de lo que necesitaban, eso era lo que encierta parte no le agradaba.

-Tapar la entrada de las Lejanías...no es lo mejor...se que seguirían queriendo entrar a las Praderas, pero...lo que si pienso...es en no dejar a los kaijus entrar...o...por lo menos...intentar retrasarlos- fue el pensamiento del león, antes de volver a fijar su vista en el horizonte- Todavía no amanece...bien...si me voy ahora...quizás puede llegar a algún otro sitio antes de que amanezca.

Tras haber dicho eso, se dió la vuelta, para empezar a bajar de la Roca del Rey, y luego iniciar su trayecto, avanzando a un ritmo un tanto ligero, pero corriendo.

Mientras lo hacía, de rato en rato volteaba a ver a su alrededor, para asegurarse de que nadie lo viera, pues sabía que lo que tenía en mente, quizás no le agradara a muchos, pero tenía un objetivo claro, evitar que más ataques por parte de los kaiju se repitieran, y no involucrar a nadie, nadie más en eso.

Debido a lo que había escuchado de Rafiki, no sabía como, pero entendía que si..."El Abismo" era cerrado...ya ningún kaiju volvería a aparecer...La pregunta que se hacía...era como iba a lograr eso...apenas y sabía el nombre del sitio...y visto un par de ocasiones en su mente.

A pesar de esto, el no se detuvo, siguió avanzando por todo el extenso territorio, lo cuál le llevaría un buen rato llegar siquiera a la entrada de las Lejanías, pero esto no lo estaba desalentando o algo por el estilo.

-Me pregunto si podré orientarme, si no...tendré que pensar en algo- fue lo que dijo en su cabeza, mientras continuaba con su camino.

Hasta que finalmente, luego de varios minutos, finalmente llegó a la entrada de las Lejanías, y miró a sus alrededores por un momento, antes de adentrarse en los rocosos cañones.

Durante el inicio de su recorrido, no parecía tener problemas, sobretodo, porque ya conocía más o menos parte del terreno cuándo Jasiri le pidió ayuda con la familia de Zira, pero solo hasta cierto punto, de ahí en adelante, si es que encontraba a su amiga hiena o alguien que lo pudiera guiar despierto.

-Es tarde...no...no creo que estén despiertas- pensó mientras escalaba por un par e rocas para evitar una parte del trayecto, la cuál estaba bloqueada, antes de rodar por el suelo y luego reincorporarse.

Pasados otros cuántos minutos, llegó a una zona, en la que encontró al grupo de hienas de su amiga, pero todas estaban dormidas, incluidas las pequeñas.

-Ok, parece que así era, tengo que ir despacio y sin hacer ruido- dijo en su cabeza, antes de agacharse un poco, y avanzar a paso lento, cuándo entonces.

-¿Kion?- fue lo que el escuchó, girando la cabeza y encontrándose a ella específicamente.

-Hola...Jasiri- habló el león en voz baja obviamente.

-¿Qué estás haciendo aquí? Es raro ver a alguien más en las Lejanías que no sea uno de nosotros- señaló la hiena acercándose a el, teniendo cuidado también de no despertar a su clan- Además, todavía no ha amanecido.

-Lo sé...pero, hay que debo de hacer, y necesito tu ayuda- dijo el pelirrojo antes de ponerse un poco serio.

Después de explicarle

-Te...¿Te irás de las Praderas?- preguntó la hiena notándose incrédula.

-Se que parece algo loco, pero es algo que tengo que hacer- respondió el león.

-Pero Janja, Reirei y...- era lo que iba a decir ella.

-Mi hogar y todos en el estarán a salvo...Se que los problemas no pararán...pero lo que quiero hacer podría solucionarlo todo- señaló el felino, mientras daba un par de pasos a un lado- Es algo importante.

-Proteger tu hogar y a todos también lo es- dijo la hiena.

-Lo sé, pero si logro lo que tengo en mente, entonces...- era lo que iba a decir el león, antes de que escucharan pasos, y al girarse, vieron detenerse a un par de metros a alguien- F-Fuli.

-Kion ¿Por que vinis...?- iba a preguntar la recién llegada, antes de encorvar sus orejas, y acercarse con sigilo a ellos, para ahora hablar en voz baja- ¿Por que viniste aquí? ¿Qué haces en las Lejanías?

-¿Y...tu porque me seguías?- preguntó el ojinaranja, tratando de defenderse un poco.

-Me desperté, y te vi corriendo hasta acá, entonces decidí seguirte- respondió la chita, antes de mirar a la hiena- Hola Jasiri.

-Hola- así saludó en voz baja la forastera, aunque, no parecía feliz como siempre.

-Tengo que irme- dijo el león dándose la vuelta.

-¿Irte? ¿A dónde?- preguntó la chita.

-Jasiri, tu conoces más las Lejanías que yo ¿Puedes ayudarme?- fue la siguiente pregunta del ojinaranja.

-Claro...pero...- iba a decir la hiena.

-Kion ¿Irte a dónde?- preguntó Fuli poniéndose frente a el.

-Fuli...yo...Yo...me iré de las Praderas- respondió el león, con un tono bastante serio en sus palabras.

Entonces, un silencio reinó en el ambiente, mientras el león y la chita se miraban un rato.

-¿Qué?- preguntó la chita en voz baja.

-Tengo que hacerlo, detendré esto de una vez por todas- afirmó el león, hablando firme, pero en voz baja obviamente, antes de pasar al lado de su amiga.

-¿Te vas a ir...así nada más?- fue la pregunta que escuchó, mirando por sobre su hombro a su compañera de equipo- ¿Estás loco verdad?

-No lo estoy, estoy seguro de lo que hago, Janja y los otros forasteros son un problema pequeño frente a estos monstruos que siguen viniendo- habló el león volteando a verla otra vez- Rafiki dijo que cada vez serán más fuertes, podrían volverse imparables y nadie en las Praderas ni aquí en las Lejanías estará a salvo.

-Si seguirán llegando ¿Por que te vas?- preguntó Fuli dando un par de pasos- Nosotros solos no podríamos hacer nada contra ellos.

-Por eso mismo, iré a pararlos de una vez, Rafiki me dijo que no solo nosotros estamos en esta situación, hay más reinos que están en peligro- señaló el león- Si nadie hace algo, seguirán viniendo, y nadie...los va...a parar.

Con esas palabras, el silencio volvió a reinar, antes de que el león se diera la vuelta.

-Jasiri ¿Puedes guiarme?- preguntó dando la espalda.

-Sí...Tomará algo de tiempo- respondió la hiena, antes de ir con el, y empezar a alejarse, dejando a Fuli atrás.

Esta última se mantuvo callada, antes de mostrar los dientes, y luego acelerar el paso para alcanzarlos.

-Apenas y empezamos, caminando nos tomaría bastante tiempo- señaló Jasiri corriendo junto a su amigo león- A este paso, quizás nos tome solo un poco menos, pero igual es largo el camino.

-Está bien, si hay cierto punto al que tu ya no puedas llegar, solo indícame, y yo continuaré solo- habló Kion con la vista en el frente, aunque mirando de rato en rato apenas a su amiga.

-¡Kion!- así escuchó como lo llamaban, así que frenó y se dió la vuelta- ¡Oye!

-Fuli, te dije que volvieras- señaló Kion encarándola.

-No te vas a ir, mucho menos solo- afirmó la chita también acercándose a el.

-Es algo que solo yo puedo y tengo que hacer- fueron las palabras del ojinaranja.

-¿Y quien se encargará de liderarnos?- preguntó ella, alzando un poco la voz- Somos un equipo.

-No me iré para siempre, solo hasta terminar esto- dijo Kion, antes de mirar a Jasiri- ¿Crees que puedas ayudar si necesitan ayuda con Janja o Reirei?

-Por supuesto, para eso están los amigos- señaló la hiena con una sonrisa- Podremos avisarles, pero mientras sea aquí, no creo que en las Praderas vayan a tomar bien que las hienas estemos ahí.

-Está bien, y Fuli...sobre lo de quien liderará...ese alguien- habló el pelirrojo acercándose a su compañera y tocando su hombro- Serás tú.

-¿Qué?- fue lo único que pudo decir ella, notándose sorprendida- ¿Yo? ¿Yo por qué?

-Se que tu puedes hacerlo, aunque a veces nos dejes atrás, Ono, Beshte y yo estamos seguros de que tu eres capaz de guiar si yo no estoy o estoy ocupado- fueron sus palabras antes de alejarse- Confío en tí, se que tú podrás hacerlo.

-Pero, tu familia...- iba a decir ella, no sintiendo totalmente la confianza que siempre transmitía.

-Yo arreglaré todo Fuli, ahora, por favor, regresa allá- fueron las últimas palabras del león, antes de apartarse corriendo, mientras Jasiri le seguía los pasos, antes de que se perdieran de la vista de la ojiverde.

Un par de horas después

El sol finalmente ya está presente, el nuevo día ya ha comenzado, y los 2 amigos continuaban cruzando a través de las Lejanías, pasando de un lado a otro mientras seguían atravesando los cañones que tenían alrededor.

-¿Falta mucho?- fue la pregunta que hizo Kion.

-La verdad sí, he logrado salir de las Lejanías más de una vez- eso respondió la hiena mientras ambos continuaban avanzando- Pero no te preocupes, una vez quieras ir solo, te indicaré el camino.

-De acuerdo, además también, no deberás alejarte mucho de tu territorio, puede que Janja intente cruzar más allá de su límite- señaló el ojinaranja sin apartar su vista del frente- Si eso sucede, no quiero que tu y tu clan estén en peligro.

-No te preocupes Kion, de todas maneras, quizás puedan ser más que nosotros, pero no usan bien la cabeza- señaló Jasiri antes de reír un poco y su amigo simplemente sonreía- Oye ¿Y...por cuánto tiempo te irás?

-No...No sabría decir...solo sé que no serán 1 o 2 días solamente- esa fue la respuesta del león notándose pensativo por segunda vez- Además...esas cosas no son fáciles de derribar, tendré que usar el entorno a mi favor para lograrlo.

Con ese pensamiento, y durante casi 1 hora, ambos siguieron cruzado por el terreno rocoso, atravesando los cañones o tomando ciertos atajos proporcionados por Jasiri, hasta llegar a una encrucijada de 3 caminos.

-Ahora, solo debes seguir por el camino de la derecha, ve de frente, volteando de izquierda a derecha cómo te parezca, y de ahí solo sigue el camino, y llegarás hasta las afueras- esas fueron las indicaciones que dió la hiena.

-Gracias, entonces ¿Volverás con tu familia?- preguntó Kion un tanto dudoso.

-Sí, me he alejado incluso más, pero, prefiero ya no hacerlo mucho- señaló Jasiri con una ligera sonrisa- Puede que necesiten mi ayuda, y si no estoy ahí, además, tenemos a pequeños con nosotros.

-Lo sé, perdón otra vez, pero gracias por ayudarme con esto- añadió el león primero con las orejas caídas, pero luego disimulando con una sonrisa.

-Cuándo quieras, solo, prométeme que regresarás, y que estarás bien- así dijo ella en un tono de súplica.

-Tranquila, lo estaré, trataré de no arriesgarme demasiado, a menos que no tenga otra opción- fue lo siguiente que dijo Kion, antes de que su amiga le diera un leve empujón- Lo prometo.

-Está bien, entonces, nos vemos- fue lo último que dijo ella con una pequeña sonrisa antes de devolverse por el camino que habían estado cruzando.

-Adiós Jasiri- dijo el joven león en su pensamiento, antes de voltearse para ver los caminos, cerrar los ojos un momento, antes de posicionarse y teniendo un semblante serio- Muy bien, aquí vamos...

Tras haber dicho eso, y un tanto más decidido, se internó en el camino indicado por su amiga hiena, tratando de no olvidarse de sus palabras para no perderse entre los enormes cañones.

Mientras tanto

Caminando a través de la orilla, se encontraba un león, adolescente en apariencia, cuyo pelaje y ojos eran de color naranja, mientras su melena, o al menos lo que vendría a ser esta, era de color castaño, aunque en parte lo más llamativo de este, eran las cicatrices que tenía en el cuerpo, aunque no eran tantas.

-Bien, por suerte encontré algo de comer por aquí- fue lo que dijo mientras continuaba avanzando, antes de escuchar un sonido, y encontrándose con alguien en medio del camino.

-Pero miren nada más ¿Podemos ayudarte en algo?- esa la pregunta, que hizo un lagarto de gran tamaño, el cuál no se encontraba solo, pues habían 2 más aparte de el.

-No, no gracias, ya terminé lo que estaba haciendo- respondió el león, hablando con un tono calmado, aunque su semblante era algo serio.

-Pues, que mal, pero, ya que estás aquí, déjanos decirte, que nos gusta jugar con nuestra comida- fue lo que dijo aquel lagarto mientras empezaba a avanzar hacia el.

-¿Enserio?- preguntó el león notando cómo estaba siendo rodeado por los otros 2.

-Sí, así que, podrías quedarte un rato más para seguir hablando- señaló el lagarto mientras sonreía y algo de saliva se podía ver en sus dientes.

-Emmm...gracias, pero...- era lo que iba a decir el felino, antes de agacharse, pues uno de los lagartos intentó lanzarse encima suyo, pero terminó chocando contra el otro- No gracias.

-¡No escaparás!- exclamó el lagarto antes de correr hacia el.

-Veamos que es lo que tienes- fue lo que pensó el felino entrecerrando los ojos antes de correr también, iniciando lo que podría ser un enfrentamiento en desventaja por parte del león, o, eso era lo que parecía.



Y hasta aquí el nuevo capítulo.

Espero les haya gustado, les mando un abrazo psicológico y nos vemos...hasta la próxima.

Cuídense mucho.

Chau, chau.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro