Capítulo 14
Un nuevo día en las Praderas, en el que todo parecía tranquilo...pero no...
Todo debido a la aparición de un nuevo kaiju, quien ya había avanzado más que sus 2 hómologos, pero al igual que ellos, su avance fue levemente impedido por la Guardia del León.
-¿Ahora qué hacemos?- preguntó Bunga mientras se rascaba la cabeza.
-Qué ningún animal esté cerca- eso lo dijo Kion antes de que en su pata izquierda apareciera una pequeña esfera, la cuál arrojó hacia la criatura- Tengo su atención, ahora vayan.
Tras decir eso, el león salió corriendo a una velocidad nieva, mientras la enorme criatura iba detrás de el, dejando sus huellas en el terreno, y el resto del grupo iban detrás o al menos 2 de ellos les seguían el paso al líder y al kaiju.
Gracias a su velocidad, Fuli logró alejar a algunos antílopes que estaban por ahí, y Bunga lo hizo con un par de gálagos utilizando un par de acrobacias para hacerlo de manera un poco más rápida.
Y mientras tanto, Ono continuaba vigilando desde el aire, pero tenía que cuidarse cuándo se acercaba mucho a la criatura, pues esta sin dudar lo atacaría, o trataría de comérselo.
Por último estaba Beshte, quien en sí lo que hacía era también tratar de llamar la atención de la criatura, y aprovechar algún punto para hacerlo frenar, pero el kaiju parecía solo enfocado en ir detrás del líder del grupo.
Finalmente luego de un rato lo siguieron atrayendo, hasta llegar finalmente a un bosque, el cuál tenía a algunos animales cerca de este, por lo que tuvieron que separarse nuevamente para alejarlos de allí.
Entonces, una vez reunidos de vuelta, el kaiju empezó a atacarlos a todos, tratando de aplastar a Kion, Fuli y Bunga, Ono lo vigilaba desde el aire, aunque trataba de no acercársele mucho, y por último Besthe, quien gracias a su fuerza, y usando su cabeza trataba de arrojarle un par de troncos o rocas cercanas, sin embargo estos apenas y le hacían algo a la enomre criatura.
Quien iba sufriendo estragos por parte del kaiju era el bosque, pues los árboles era arrancados, destruidos, y en el suelo ya se podían ver las huellas y pequeños cráteres, aparte de grietas, causados por las pisadas y golpes contra el suelo por parte de la criatura.
-Wow- fue lo que dijo Bunga dando un salto para evitar ser atrapado por el kaiju, aunque terminó siendo lanzando y estrellándose contra un árbol.
-¡Bunga!- exclamó el miembro volador del equipo, antes de dar un giro en el aire para evitar igualmente ser atrapado.
El líder mostró un poco los dientes y salió corriendo directo hacia la criatura, sin embargo esta logró atraparlo con una de sus manos, antes de arrojarlo hacia el suelo, haciéndolo atravesar y romper unas cuántas ramas hasta esta estrellarse contra un tronco.
-¡Kion!- exclamaron Besthe y Fuli, antes de que el kaiju fijara su vista en ellos 2.
La chita se convirtió en su centro de atención, pero tenía más suerte que sus compañeros, más que nada por su velocidad.
-Ghhhh...R-Rayos- fue el pensamiento de Kion mientras se reincorporaba, antes de salir corriendo hacia el kaiju.
Unos segundos después, canalizó su energía en un par de esferas, antes de arrojarlas hacia la criatura, quien volvió a fijar su vista en el.
-Bien...aquí vamos- dijo el león en su cabeza antes de que otra esfera apareciera en su pata derecha, y empezó a canalizar su energía en ella, pero trataba de hacerlo más rápido ya que la criatura venía directo hacia el.
-¡Oye! ¡Oye! ¡Por aquí!- exclamó Fuli pasando al lado del kaiju, y no fue la única, pues Ono, luego de hacer que Bunga se reuniera con Beshte, se unió a la causa de Fuli para distraer a la enorme criatura y que este no atacara a su líder.
Este último continúo preparando su ataque, hasta que ordenó que lo mantuvieran en un solo sitio.
-¡Bien! Ahora me toca...¡Oye tú! ¡Recibe esto!- exclamó el león volviendo a llamar la atención del kaiju, y entonces...
Su ataque de energía fue directo al pecho de la criatura, manteniéndose ahí unos instantes, mientras la hacía retroceder, pero no alcanzaba a hacer un verdadero daño.
-Ghhhh...Si quieres más...entonces lo haré- dijo el felino en su cabeza, mientras el grito que emitía se escuchaba un poco más, a la par que un aura blanca lo envolvía, y la energía concentrada en ese ataque parecía ir incrementándose.
La criatura empezaba a emitir sonidos, pues el ataque literalmente le estaba dando de lleno, entre la mitad de su pecho y abdomen, pero no podía contener la energía así que se limitaba resistir el impacto de este y la sensación que le provocaba.
Hasta que pasados unos segundos, el león detuvo su ataque, y la energía se fue disipando, mientras la criatura se mantenía de pie, pero sosteniendo la zona en la que lo recibió...mientras el león daba un par de pasos frente a el...antes de que...
-¿Kion?- se preguntaron los otros 4 miembros de la Guardia.
Y no recibieron respuesta hablada, pues el felino salió disparado directamente hacia la criatura.
Esta última levantó un poco la cabeza, solo para recibir un golpe en ella, que la hizo retroceder un paso.
Y ahí no quedó, pues el león, ahora con la apariencia de un destello blanco fue repartiendo golpes o pequeños ataques de energía en la cara, pecho, abdomen o en las extremidades del kaiju, no dándole el suficiente tiempo para responder.
Treinta minutos después
Kion se encontraba flotando en el aire, aún con esa aura blanca envolviéndolo, mientras respiraba de manera lenta y pesada.
Y enfrente de el, estaba el kaiju, manteniéndose en pie y mostrando que los ataques del felino no le causaron un daño realmente considerable.
-Grrrrr...Aún puedo seguir- dijo el león en voz alta, mientras mostraba un poco los dientes, y lanzó un grito al aire mientras el aura a su alrededor incrementaba su tamaño, antes de volver a concentrar energía en su pata derecha, y luego de unos segundos, utilizar nuevamente ese movimiento.
El kaiju alcanzó a cubrirse un poco con sus brazos, pero debido a que el ataque era mucho más intenso que antes, no solo lo hacía retroceder poco a poco, sino también sus pies empezaban a incrustarse en el terreno.
Por el otro lado, el grito de Kion a la par que el tamaño de su ataque parecían ir incrementándose, conforme los segundos pasaban, tanto así que la criatura hizo a un lado sus brazos, recibiendo el ataque de lleno, y empezando a escucharse el grito de esta.
-¡Haaaaaaaahhhhhhh!- era lo único que se le escuchaba decir a Kion, hasta que finalmente, luego de casi un minuto, su ataque de energía iluminó la zona, a la par que la silueta del enorme kaiju en ella parecía ser consumido.
Luego de eso, solo se podía apreciar un cráter mediano, de poca profundidad, que estaba alrededor de la criatura, la cuál yacía en el suelo, ya sin moverse, dando a entender que este segundo ataque finalmente la habría derrotado.
Recién entonces Kion empezó a descender, mientras cerraba sus ojos y el aura a su alrededor se disipaba.
-Uf...uf...uf...uf...uf...por...uf...por fin- era lo que decía el felino entre suspiros mientras se iba recuperando y sus compañeros se acercaban.
Entonces, luego de un par de minutos, y reuniendo toda la energía que podía, el león utilizó la técnica del Rugido para levantar al kaiju, y mantenerlo en el aire mientras se empezaba a dirigir hacia otro sitio...Al mismo sitio en el que dejó a los 2 anteriores...el cuál era un enorme y profundo agujero.
Por la noche
Kion se encontraba en su entrenamiento nocturno con Rafiki, este último simplemente observaba como el león lo hacía, repartiendo zarpazos al aire, saltando, concentrando su energía, y luego liberándola en torrentes como los ataques que usó contra el kaiju.
-Su nivel no se ha reducido por una parte, pero estos son solo el principio- fue lo que dijo el mandril en su mente, mientras continuaba mirando al felino- Aún no está preparado para lo que se avecina.
-¡Haaaaaaahhhhh!- exclamaba el león lanzando nuevamente otro ataque de energía, el cuál dejó un rastro del suelo y generó una explosión cuándo ya se había alejado una buena distancia- Uf...uf...jeje...ya lo estoy manejando...un tiempo más y ya ninguno podrá resistir esto.
-La sobre-confianza...debe entender que en algún punto puede llegar a su límite, y podría ponerse en riesgo- fue el siguiente pensamiento por parte del Mjuzi Real mientras entrecerraba los ojos.
Después de un buen rato, ambos ahora tenían un enfrentamiento, en el cuál obviamente, Kion no podía hacer mucho frente a las habilidades que el mandril poseía, tanto así que siquiera tocarlo ya estaba siendo bastante desafío para el.
Hasta que el león lanzó un par de zarpazos directos, Rafii los evadió con facilidad, para luego propinarle un golpe en el abdomen con la punta de su bastón, seguido de otros 2 en su rostro y finalmente lo dejó de espaldas al suelo luego de empujarlo.
Kion simplemente gruñó mientras se reincorporaba, pero mantuvo una ligera sonrisa antes de intentarlo nuevamente, pero volvió a ser derrotado y dejando en el suelo.
-¿Te das por vencido?- preguntó el mandril luego de ya haber derrotado al león varias veces.
-No...aún...aún puedo seguir- esa fue la respuesta por parte del felino antes de salir corriendo nuevamente hacia el Mjuzi Real.
Un rato más tarde
-A...¿A qué te refieres con que no somos los únicos que estamos siendo atacados por ellos?- preguntó el felino mostrándose sorprendido a la vez que preocupado.
-Uno de sus puntos de ataque más importantes está aquí, las Praderas, pero para llevar a cabo, sea cuál sea su objetivo, envían a los kaijus para atacar este y otros reinos, no sé del todo el estado del resto, pero no tienes que preocuparte- señaló el mandril.
-¿Acaso...hay otros con mi poder?- preguntó el león.
-No...pero si existen seres capaces de poder enfrentarse a ellos- añadió Rafiki mientras empezaba a caminar- Los Guardianes.
-¿Guardianes?- preguntó Kion no entendiendo a lo que se refería.
-La Guardia junto al portador del Ultra Instinto tienen el deber de ayudar, y proteger al resto, pero mayormente a los de su propio hogar, aquí en las Praderas...pero cuándo ellos se fueron volviendo más fuerte, resistentes, y persistentes, ya no pudieron hacerles frente solos, por eso...nacidos de la propia tierra, y asignados a diferentes sitios en específico...están ellos...los Guardianes...poderosas y enormes criaturas hechas de piedra, asignados cada uno a proteger los distintos sitios por todas partes, en los reinos cercanos y lejanos- así dijo el mandril mientras en su mente aparecían imágenes, de aquellos llamados "Guardianes", quienes libraban batallas contra las criaturas, en las cuáles terminaban...ya sea ganando, o perdiendo en contra de ellas.
-No estoy solo entonces- dijo el león cerrando los ojos y suspirando- Espera...Cuándo dices, que ellos también se hacían fuertes...¿Te refieres a...los que nos han estado atacando?
-Exactamente príncipe...Estos 3 que han aparecido hasta ahora, son solo el comienzo, cada vez que uno caiga, otro regresará, y cada uno es diferente, mucho más fuerte y resistente que el anterior- añadió Rafiki.
-Rayos...suena serio, pero creo que no hay de que preocuparse- dijo el león cerrando sus ojos mientras sonreía- Están los Guardianes, y yo también estoy aquí.
-Aún así no debes confiarte muchacho- fue lo que dijo el mandril en su cabeza- O sino...eso podría llegar a costarte tu bienestar, el de todos, y tu propia vida.
Dicho eso, ambos continuaron con el entrenamiento durante algunos minutos, hasta que finalmente, se retiraron a descansar, Kion se fue a la Roca del Rey, mientras Rafiki se dirigía a su árbol.
-Debo hablar con el cada vez que diga eso- fue lo que dijo este último mientras se sentaba a meditar un rato antes de dormir.
Y mientras tanto, Kion se encontraba acostado, un tanto apartado de su familia, habiéndose quedado dormido hace algunos minutos, sin embargo, algo pasaba que no lo estaba dejando descansar tranquilo.
En su sueño
"Hermano...cálmate...¿De acuerdo?"
"¿Crees que podremos?"
"Entonces, vayamos por esa cosa"
Mientras esas frases se escuchaban, una imagen parpadeante de otra criatura aparecía...y entonces...
"Kion, escúchame...tienes...AHHHHHHHH!
Fuera del sueño
Luego de escuchar eso último, el león se levantó de golpe, respirando de manera agitada mientras miraba todo a su alrededor, y cerraba sus ojos mientras trataba de tranquilizarse.
-¿Kion?- dijo una voz femenina.
Entonces al darse la vuelta, se encontró a su hermana mayor, Kiara, quien parecía haberse despertado, ya que se frotaba los ojos en señal de cansancio.
-Ah...hola Kiara...¿Te...desperté?- preguntó el león disimulando con una media sonrisa.
-Te escuchaba moverte...y...también...que decías "No, No" todo el rato- señaló la leona mientras se estiraba.
-Oh...s-sí...lo siento- decía el apartando la mirada.
-¿Estás bien?- preguntó ella acercándose a el.
-Claro que lo estoy, solo es un mal sueño...todos los hemos tenido ¿no?- dijo el león pelirrojo, antes de sonreír- Recuerdo cuándo tú también te despertaste y entonces...
-N-No lo digas en voz alta- decía la leona mientras con una pata hacía que dejara de hablar mientras su hermano trataba de reír de manera disimulada- T-Tonto.
-Es que...tu eres la mayor...pensé que ya habías pasado por eso- señaló el felino mientras aún sonreía- Además...ahí tienes a mamá y a papá para que durmiera con ellos.
-Lo sé...pero...contigo me siento más a salvo...aunque seas mi hermano menor, tu me has cuidado la espalda, y protegiéndome- añadió la leona con una pequeña sonrisa.
-Fuera de nuestras típicas peleas, somos hermanos Kiara, siempre estaré para tí- dijo el león antes de sentir como su hermana apoyaba su cabeza bajo su barbilla.
Se quedaron así un rato más, hasta que finalmente el sueño volvió a aparecer, y se acostaron juntos.
Mientras tanto
Siendo ya muy tarde, un animal se encontraba caminando en el interior de una cueva, hasta que salió de esta, llegando a lo que parecía una playa, y la luz de la Luna permitió que, si es que alguien estaba cerca pudiera ver su aspecto.
Se trataba de un león, que parecía ya estar en su etapa adolescente, tenía el pelaje de un color naranja claro, sus ojos eran de un tono más colorido y brillante, mientras su melena era castaña.
Este así como habían estado los hermanos, parecía no dormir, pero finalmente se recostó sobre una roca, que estaba cerca de la orilla del agua, estando lo suficientemente alta para que esta no llegara a mojarlo...entonces, la imagen de 3 criaturas aparecían en su cabeza, antes de decir:
"¿Qué serán esas cosas?"
Y hasta aquí, el nuevo capítulo.
Espero les haya gustado, les mando un abrazo psicológicos y nos vemos...hasta la próxima.
Cuídense mucho.
Chau, chau.
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