Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

Ha pasado ya un mes desde ese encuentro entre la Guardia, con esa criatura, a la que Rafiki llamó, "kaiju", o al menos decía que esa era la "especie" a la que la criatura supuestamente pertenecía.

Desde ese momento, la Guardia continuaba defendiendo las Praderas de Janja y sus hienas, y también de Reirei y sus chacales.

Hasta que...pasado ese mes, y un par de días después, hubo un segundo ataque, por parte de otra criatura.

Y si bien, lograron interceptarlo también en la entrada de las Lejanías, aún así llegó a causar daños considerables en el entorno, así como lo hizo su predecesor.

Esta vez, Kion no podía contar con el Ultra Instinto, pues aún faltaría mucho para que este volviera a entrar en acción, así que solo se dignaba a combatir haciendo uso de sus habilidades aprendidas con los entrenamientos, así como también, con ayuda del Rugido, pues, si lo usaba de la manera más básica, y le ponía esfuerzo, podía frenar el avance del enemigo.

Después de ya haber estado frente a frente con esos 2 kaijus, a pesar de que llegó a recibir más de un golpe, especialmente en su primer enfrentamiento, Kion se sentía seguro de si mismo, tanto así que olvidó lo que había dicho después de su primer encuentro, y se sentía imparable.

Tanto así, que ahora, si los Forasteros se decidían para atacar las Praderas, Kion iba solo a interceptarlos, y enviarlos de regreso a las Lejanías usando el Rugido.

Otra cosa, era que, haciendo un enorme, pero enorme esfuerzo, llevó a esas 2 criaturas, hasta un pozo enormemente profundo que permanecía oculto, y allí las arrojó. Para esto, tuvo que guiarse por el Rugido, y tras algunas indicaciones de Rafiki, logró controlar 2 habilidades que poseía su poder, la forma básica, y la otra, que consistía en enfocar el poder del Rugido en un solo objetivo.

Ahora mismo, la Guardia se dirige a los pastizales, pues, Ono había estado vigilando desde el aire, y notó a Janja y su clan dirigiéndose hacia un grupo de gacelas que estaban ahí.

-¡Vamos chicos! ¡Por aquí!- exclamaba el miembro de la vista más aguda, mientras los otros 4 lo seguían desde tierra.

-¿Por qué tanto problema? Solo son hienas- dijo Bungaa.

-Sí...No hay porque preocuparnos- añadió Kion con una sonrisa confiada- Los sacaremos de aquí en un abrir y cerrar de ojos.

-¿Ven? El ya lo dijo- señaló el tejón melero, antes de ir corriendo al lado de su amigo.

Unos segundos después, lograron llegar con las hienas, justo antes de que estas se arrojaran hacia las gacelas.

Bunga, Beshte, Fuli y Ono se encargaban de los 4 compañeros de Janja, mientras que este último se enfrentaba a un confiado y sonriente Kion.

El león era capaz de esquivar o bloquear los movimientos de la hiena, y además, era el único que hacía daño, dando un golpe, un zarpazo, o un empujón.

Hasta que la hiena salió corriendo hacia el, Kion se tiró de espaldas al suelo, cuándo Janja estaba encima de el, apoyó sus patas en el pecho y abdomen de la hiena, antes de arrojarlo hacia atrás, cayendo encima de las otras 4 hienas.

-Bien Janja, tu eliges, te retiras por las buenas, o por las malas- dijo Kion con la mirada entrecerrada.

-¡Por las malas!- exclamó el forastero, mientras sus compañeros se mostraban nerviosos.

-Que así sea- dijo el león en su mente, antes de posicionarse en el lugar correcto, y usar el Rugido para enviar a esos 5 a volar.

-Rápido y sencillo, como siempre- decía Bunga mientras se limpiaba el polvo de sus manos.

-Sí, bueno, dividámonos para terminar de una vez con el patrullaje ya que nos quedamos a la mitad, Bunga, ven conmigo, Beshte, tu con Fuli, y Ono, atento desde el aire, bien, vamos...¡Hasta el Fin de las Praderas!- fue lo que dijo el león antes de comenzar a retirarse.

-¡Guardia del León Defensa!- exclamaron los otros 4, antes de irse con su compañero asignado, a excepción de Ono, quien fue el único que se fue de ahí solo.

Se pasaron patrullando durante casi una hora y media, hasta que cada uno concluyó por su lado, y ahora regresaban a la guarida.

Una vez llegaron, Bunga, Beshte y Ono se fueron a un lado para hablar entre ellos, y de rato reírse de algún chiste malo del tejón.

YO: Cómo me ha pasado varias veces, hay chistes malos, incluso tan malos, que por eso llegan a ser buenos.

Fuli decidió salir a correr un rato, pero que regresaría, y por último estaba Kion, quien salió afuera de la cueva.

Una vez ahí, cerró los ojos, antes de que un aura blanca envolviera su cuerpo.

Y con esta aura, se agachó un poco, antes de levantar un poco su pata derecha, para luego golpear levemente el suelo, aprovechando ese momento para dar un salto que lo elevó en el aire, para luego simplemente salir volando.

-¡SÍ!- era lo que exclamaba cada vez que se le ocurría aumentar la velocidad a la que iba, o también cada vez que se elevaba un poco más en el aire.

Hasta que llegó un punto en el que decidió probar algo, y entonces, aún con esa aura envolviéndolo, hizo que en su pata derecha apareciera una esfera azul.

Dirigió su extremidad hacia arriba, y entonces, lanzó esa esfera junto a otras 5.

Cuándo ya estaban a una distancia considerable de el, fijó su vista en ellas, entrecerró un poco los ojos, mientras mantenía su pata en el mismo lugar.

Y entonces, luego de unos segundos, las esferas cambiaron su dirección, y ahora venían directamente hacia el.

-Aquí vamos- fue lo que dijo el león mientras se posicionaba.

Cuándo ya estaban cerca, logró desviar a 2 de ellas, esquivó otras 2 dando un par de giros en el aire, y luego lanzó otra esfera, que chocó con una de esa, generando una pequeña explosión...pero todavía quedaba una.

Logró detenerla antes de que impactara contra el, y entonces, ya que estaba en el aire, logró mantener la esfera entre sus 2 patas, antes de que el aura a su alrededor aumentara un poco su tamaño, y tras un potente grito, dirigió ambas patas hacia arriba, haciendo que la esfera se convirtiera en un torrente de energía que se perdió en el cielo después de algunos segundos.

Luego de eso, se permitió descansar durante unos segundos, antes de posicionarse y salir disparado hacia otra dirección.

Mientras tanto

Ya a varios metros de la guarida, una estela de humo se va dirigiendo hacia la cueva, tratándose de Fuli, quien venía con una sonrisa, hasta que sintió algo, o mejor dicho, a alguien siguiéndola.

Así que decidió voltear para ver de quien se trataba, solo para que en un segundo, un destello blanco pasara a su lado, y se dirigía al mismo destino que ella.

Hasta que este mismo se adentró en la cueva, frenando después de unos segundos, tras apoyarse en el suelo.

Y cuándo ese brillo blanco que emitía desapareció, se permitió ver a Kion, quien respiraba un tanto agitado, pero manteniendo una sonrisa orgullosa en su rostro.

Hasta que luego de otro par de segundos llega Fuli, quien logra ver a su compañero, y tras pensarlo rápido, darse cuenta de que el fue ese destello que pasó cerca de ella.

-No sabía que estábamos compitiendo- señaló la chita.

-¿En serio? Pues, mira que sí, y, ¿Que crees?...Te gané- dijo el león aún con esa sonrisa confiada.

-Solo por tus poderes esos, sino yo te habría dejado atrás como siempre- dijo Fuli con una ceja arqueada.

-Sí, sí, lo que digas, bueno, ya que terminamos con esto, pueden retirarse chicos, tenemos otro mediodía libre- dijo el león en voz alta antes de caminar hacia una roca alta, y recostarse sobre ella.

-¡SÍ!- exclamó Bunga, antes de salir de la fuente de agua en la que se encontraba, y dirigirse hacia la entrada.

-¿A dónde vas Bunga?- preguntó Beshte.

-Mientras estaba con Kion, encontré un árbol con termitas y gusanos- decía el tejón antes de darse la vuelta y correr- ¡Y pienso llegar a ellos antes que nadie!

-¿Bunga pensando? Eso no se ve todos los días- dijo Ono sacándoles unas risas a 2 de sus compañeros.

-Oigan chicos, mi papá me dijo que me iba a presentar a alguien hoy día ¿Puedo irme ya cierto?- preguntó Beshte con una sonrisa nerviosa.

-Tenemos el día libre Beshte, ve tranquilo, si surgen problemas, nos haremos cargo- dijo Kion.

-De acuerdo ¡Adiós chicos!- exclamó el hipopótamo antes de salir de la cueva.

-¿Y tú Ono? ¿Qué harás?- preguntó el líder de la Guardia.

-Pues, con la parvada teníamos pensado ir a cazar algo para tener hasta mañana, y ya que tenemos el día libre, creo que ya me iré, pero daré una vuelta rápida para asegurarme de que no haya problemas- dijo la garceta, antes de desplegar sus alas y salir de la cueva.

-¡De acuerdo! ¡Avísanos si sucede algo!- exclamó Kion antes de recostar su cabeza entre sus patas.

-¿Enserio vas a dormir ahora?- le preguntó Fuli.

-Sí, estuve entrenando casi toda la noche, aunque Rafiki me dijo que no tenía que desvelarme, pero bueno- respondió el felino con los ojos cerrados- ¿Tú vas a hacer algo?

-Pues, estoy aburrida, y no hay cosa que me anime, que correr como siempre lo hago- respondió la felina antes de darse la vuelta, y entonces pensar en una idea que la hizo esbozar una sonrisa confiada- ¿Y qué tal si competimos? Esta vez de verdad.

-Será fácil- fue el pensamiento del león, antes de levantarse y acercarse a ella- Vamos para que veas como te gano.

-Pero- dijo la chita haciendo que el se detuviera y la mirara- Con una condición.

-¿Y cuál sería?- preguntó Kion.

-Que no uses tus poderes, osea, una carrera limpia- respondió Fuli con una sonrisa.

-Está bien, no los voy a usar- dijo el felino con una sonrisa de lado.

-¿Y cómo sé que puedo confiar en tí?- preguntó ella mirándolo fijamente- Rafiki me contó que puedes aumentar tus capacidades en un abrir y cerrar de ojos, sin que nosotros nos diéramos cuenta.

-Vamos, nunca les mentiría- dijo el felino, antes de sentir la mirada de su compañera en el- Ok, no les mentí, solo no les dije lo que pasaba...Es totalmente diferente...Deja de mirarme y corramos de una vez ¿Ok?

-Está bien, gruñón- dijo Fuli con una pequeña sonrisa, antes de que ambos se posicionaran a unos metros de la entrada de la cueva.

-¿Hasta dónde corremos?- preguntó el león.

-Hasta que sientas que el aire se te va de los pulmones ¿De acuerdo?- preguntó la chita.

-Está bien- respondió Kion, antes de que ambos miraran decididamente hacia el frente.

-En sus marcas...¿Listos?...¡FUERA!- eso dijeron ambos antes de salir corriendo a gran velocidad.

En la noche

Ahora, Kion se encontraba recostado dentro de la guarida, aprovechando los minutos que tenía, para descansar, antes de tener que dirigirse a su lugar de entrenamiento habitual.

-Bien...Con esto bastará, hora de seguir fortaleciéndome- ese fue su pensamiento, antes de levantarse y salir de la cueva.

Pasados un par de minutos, llegó hasta el lugar, en el que ya se encontraba el mandril.

-Llegaste temprano- señaló el mandril estando sentado, en una pose que indicaba que estaba meditando.

-Sí, quería comenzar con esto de una vez- dijo el felino, mostrando una sonrisa confiada mientras se estiraba y preparaba.

-¿Por qué suenas algo confiado?- preguntó Rafiki.

-¿De qué hablas? Estoy normal- respondió Kion antes de esbozar una sonrisa- Y más listo que nunca.

-Está bien...Prepárate- dijo el mandril mientras lo apuntaba con su bastón.

En eso, el león muestra una mirada llena de confianza, mientras observa al mandril, esperando que este hiciera su movimiento.

"Espero que tú estés listo, porque estoy seguro que no serás ni capaz de percatarte de mis movimientos"

Rafiki logró captar lo que emitía esa mirada, y lo dejaba confundido, y un poco preocupado, pues si su sospecha era cierta, Kion ya estaba empezando, a confiarse de más, sentir que podía lograr lo imposible gracias a sus poderes, y lo que lo preocupaba más, era que esto, podría llevar al león...a su propia perdición.



Y hasta aquí el nuevo capítulo.

Espero que les haya gustado, les mando un abrazo psicológico y nos vemos...hasta la próxima.

Cuídense mucho.

Chau, chau.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro