Capítulo 11
Ahora mismo, dentro de la cueva de la Guardia, se encuentra Kion recostado sobre una roca, aparentemente dormido, siendo observado por Rafiki, quien después de unos segundos sale del lugar.
Ahí se encontró con los otros 4 miembros de la Guardia, quienes estaban preocupados por su líder, y confundidos por lo que pasó hace ya un rato, esa pelea entre el león y esa criatura gigante, esta última ahora yacía simplemente en el suelo, sin moverse, aparentemente muerta.
-Chicos- fue lo que dijo Ono señalando a Rafiki quien venía hacia ellos.
-Rafiki...¿Dónde está Kion?- preguntó Bunga.
-¿Se encuentra bien?- preguntó Beshte.
-El estará bien, solo necesita un descanso para recuperar energías, además ya casi no tiene heridas, y si las tiene, con el pasar de los días se irán cerrando- fue la respuesta del Mzuji Real.
-Rafiki- fue lo que dijo Ono acercándose y terminando en medio de todos, entonces un flashback vino a su mente, sobre lo que le pasó a su compañero.
Hasta ese nuevo aspecto que adquirió minuto después de la explosión de energía que hubo.
-¿Qué pasó allá?...¿Qué le sucedió a Kion?- preguntó la garceta.
-¿Y qué era esa cosa que atacó?- preguntó Fuli.
-Uf...Esperaba contarles todo a todos en un momento tranquilo, pero ahora viendo las circunstancias, creo que es mejor decirles de una vez, pero esperen a que Kion despierte- señaló el mandril regresando a la cueva.
-¿Contarnos todo?- se preguntaron mentalmente los 4 que estaban ahí.
Unos minutos después
Ahora, dentro de la guarida, estaban los 5 miembros de la Guardia junto a Rafiki, este último se encontraba sentado sobre una roca, y el resto estaba enfrente de el, formando una fila y separados casi medio metro uno del otro.
-Muy bien, ahora que están todos, comenzaré a hablar- fue lo que dijo el mandril apoyando su bastón en el suelo- Empezando por lo que preguntaste Ono...¿Qué fue lo que pasó con Kion?
-Bueno...es algo que solo nosotros 2 sabíamos, y que Kion tuvo que mantener oculto, una fuerza interior que está muy por arriba del Rugido, una técnica que solo el líder de una Guardia posee, y que ha ido pasando de uno en uno, desde que la primera Guardia apareció...El Ultra Instinto- fueron las palabras de Rafiki, estando con los ojos cerrados.
-¿Ultra Instinto?- se preguntaron Ono, Fuli y Beshte.
-¿El Ultra qué?- preguntó Bunga ya que no había escuchado bien.
-El Ultra Instinto- aclaró el mandril, antes de levantarse- Es la razón por la que Kion cada día se está volviendo más fuerte, rápido, además que su resistencia y reflejos mejoraran con el paso del tiempo...Ahora...Sobre la pregunta de Fuli...¿Qué era esa criatura?...
-Pues...no lo sé con toda certeza, pero se trata de criaturas, provenientes de otro sitio, un sitio que nadie conoce, y que llegan a este mundo a través de las profundidades del océano...Ellos son...los kaijus- fue lo que dijo el mandril.
-¿Kaijus?- se preguntaron nuevamente todos.
-Espera...¿Quieres decir que hay más?- preguntó Ono.
-Así es, no sabemos porque es que atacan, no solo a las Praderas, sino a distintos reinos a lo largo de todo el continente, y a otros que están, muy muy lejos, y poco se sabe sobre ellos- añadió Rafiki- Pero si se sabe que son fuertes, poderosos...muy poderosos, capaces de arrasar reinos enteros, sin dejar a nadie con vida.
-Esperen- dijo Bunga levantándose- Si son tan fuertes...¿Cómo es que Kion acabó con uno de ellos hace rato?
-Fue gracias al Ultra Instinto- dijo el mandril acercándose y quedando a un metro del líder de la Guardia- Es lo único con lo que alguien puede ser capaz de hacerle frente...Durante generaciones, el portador del Ultra Instinto junto a su Guardia han trabajado juntos para frenar los ataques...lamentablemente, muchos cayeron en batalla, pues cada vez que un nuevo kaiju aparecía, aparte del hecho de ser un tanto más fuerte, poderoso, e inteligente que el anterior, era capaz de lidiar con un portador del Ultra Instinto o contra un ejército completo sin hacer tanto esfuerzo.
-Este que vino hoy día, fue solo el primero de los mucho que aparecerán- señaló el mandril, preocupando al resto, a excepción de Kion- Y si las cosas se complican, los habitantes de las Praderas tendrán que unirse para frenar lo siguientes ataques.
-Kion...¿Por qué no nos dijeron esto antes?- preguntó Bunga.
-Porque no quiero ponerlos en riesgo, si tengo que pelear solo, entonces lo haré, no dejaré que arriesguen sus vidas ¿Entendido?- fue lo que dijo Kion.
-Pero Kion...- era lo que iba a decir Ono.
-Soy el único que puede hacerles frente a esas cosas, así que si voy a arriesgar vidas, prefiero arriesgar la mía en lugar de las suyas- dijo el león mostrándose un poco serio, antes de dirigirse a la salida de la cueva.
-¡Kion!- exclamó el más valiente del equipo.
-Creo que hay que dejarlo un momento a solas- dijo Beshte.
-Beshte tiene razón- dijo Ono posándose encima de su compañero.
-Oigan, iré a correr un rato, los veo luego- fue lo que dijo Fuli, ante de salir del lugar a toda velocidad.
-Y...¿Ahora qué hacemos?- preguntó Ono.
-Si quieren pueden retirarse, igual tendrán que reunirse más tarde para su patrullaje- dijo Rafiki antes de sentarse a meditar.
Con Kion
Ahora mismo, el felino se dirige hacia el lugar en el que tuvo su enfrentamiento, contra esa criatura, a la que Rafiki llamó kaiju.
Y ahí la encontró, aún tendida en el suelo, con sus ojos sin brillo.
-Bueno, al menos no causó tanto daño- fue el pensamiento del león mirando los alrededores, incluyendo la entrada de las Lejanías, en la cuál si se notaba lo daño causados por la gigantesca criatura- Pero...si terminó llevándose a alguien.
Tras decir eso, golpeó el suelo con su pata, y gruñó un poco, recordando lo que pasó con esa gacela, pensando que pudo haber evitado su muerte si hubiera llegado más antes.
-La próxima vez, estaré más listo que nunca, y verán de lo que soy capaz- fue lo que dijo el león mirando a la criatura, antes de empezar a caminar hacia otro lado.
Con Fuli
Un par de minutos después de dejar la guarida, la chita regresó a su hogar, una vez ahí, se sentó, y cerró los ojos, antes de recordar al kaiju.
-¿Por qué?...¿Por qué me hace recordar a esa vez?- se preguntó mentalmente la felina, mientras rápidas imágenes de algo enorme destruyendo un lugar aparecían en su cabeza- Mejor dejo de pensar...Tengo que regresar.
Tras esas palabras, la chita sacudió la cabeza, antes de agacharse, y después salir corriendo, de regreso a la guarida.
Le tomó un par de minutos, pero finalmente logró llegar, frenando en la entrada, para poder ingresar, encontrándose con sus 3 compañeros, a excepción de Kion, quien todavía no regresaba.
-¿Y Kion?- preguntó Fuli.
-Todavía no regresa, así que estamos pasando el tiempo aquí- dijo Bunga.
-Sí, después de haber sido perseguido por un monstruo gigante, estar descansando parecería algo muy...raro- añadió Beshte.
-Ey Fuli, en lo que Kion regresa...¿Qué tal una carrera?- preguntó Ono.
-¿Enserio? ¿Quieres perder de nuevo?- preguntó la chita con una sonrisa orgullosa.
-Solo fue suerte...esta vez, estoy seguro de que la suerte estará de mi lado- señaló la garceta.
-Dijiste eso la última vez, pero, se vale soñar...Vamos de una vez- dijo Fuli dirigiéndose hacia la pista de obstáculos que había ahí.
Entonces, los 4 se la pasaron haciendo cada uno sus cosas, esperando a que su líder regresara, mientras Rafiki estaba en un rincón meditando.
Hasta que, casi después de una hora, llegó Kion.
-Chicos- fue lo único que dijo el felino.
-Ya era hora- señaló Fuli.
-¿Qué pasa Kion? ¿Salimos a patrullar de una vez?- preguntó Bunga con una sonrisa.
-Sí...pero antes...uf...perdón por hablarles de esa manera, es solo que no quiero arriesgarme y que ustedes salgan lastimados- dijo el león mirando al suelo.
-Kion, nosotros tampoco queremos que tu te lastimes- señaló Beshte.
-Somos un equipo y nos cuidamos entre nosotros- añadió Ono.
-Sí, además, ya no veo la hora de volver a ver otra de esas cosas- dijo Bunga chocando su puño izquierdo con su palma derecha.
-Será mejor que ellos se preparen- dijo Fuli.
-Porque no nos rendiremos sin dar pelea- añadió el tejón melero nuevamente.
-Sí...bien, ahora, comencemos con el patrullaje- fue lo que dijo Kion, antes de voltearse, mirando a la entrada de la cueva, y entonces salió corriendo- ¡Hasta el Fin de las Praderas!
-¡Guardia del León Defensa!- exclamaron los otros 4 siguiéndole los pasos a su líder.
-Es bueno que tengan ese ánimo...pero tendrán que ponerse serios cuándo otro kaiju aparezca, porque si se confían de más, ellos(Los kaijus) conseguirán su objetivo, sea cuál sea- fue lo que dijo Rafiki, antes de salir de la cueva, y dirigirse hacia su árbol.
Con la Guardia
Ahora, los protectores de la Pradera se encuentran avanzando juntos hacia un lado, hasta que se detienen, y se miran entre ellos.
-Bien, hora de separarnos. Ono, tu vigila los alrededores- ordenó el felino.
-Afirmativo- fue lo que dijo la garceta antes de elevarse aún más en el aire y dirigirse hacia un lado en específico.
-Fuli, Beshte, ustedes vayan a vigilar las zonas del sur y el oeste- añadió Kion.
-¡Entendido!- exclamaron ambos al mismo tiempo, antes de dirigirse al primer lugar que vigilarían.
-Bunga, tú y yo vigilaremos el otro lado- señaló el león mirando a su mejor amigo.
-¡Pues vamos de una vez! ¡Zuka-sama!- exclamó el tejón melero antes de salir corriendo.
-¡Oye Bunga! ¡Espérame!- exclamó Kion antes de seguirle los pasos a su compañero.
Durante el resto del patrullaje, y después del ataque kaiju de hace una hora, todo estuvo tranquilo, especialmente, porque la criatura les hizo un favor al asustar a los Forasteros mientras atravesaba las Lejanías.
Con el pasar de las horas, el grupo volvio a reunirse, entonces, Kion les dijo que harían un descanso para poder almorzar, por lo que cada uno se retiró a su hogar, incluyendo a Kion, quien se dirigía a la Roca del Rey.
Al entrar, podía ver a su familia esperándolo, así que, los saludó a todos, y después de unos segundos, empezaron a comer lo que Nala y otras 2 leonas habían traído.
Luego, el león se dirigió hacia el árbol de Rafiki, pues quería reanudar su entrenamiento, ya que sentía que sus energías habían bajado mucho después del enfrentamiento contra el kaiju.
-Rafiki- dijo el león con un tono de voz, ni muy alto, ni muy bajo.
-¿Kion? ¿Qué sucede? Creí que estarías descansando- fue lo que dijo el Mzuji Real bajando de su árbol.
-No puedo...Siento que mis energías no son las mismas, y necesito entrenar- dijo el león de manera firme.
-¿Estás seguro? ¿Ya no te duele nada?- preguntó Rafiki.
-Pues, siento algo de ardor, pero ya pasará, ahora solo quiero entrenar- decía Kion de manera un tanto impaciente.
-Está bien, está bien, ve adelantándote, yo te alcanzaré después- indicó el mandril.
-Ok adiós- fue lo último que dijo Kion antes de salir corriendo hacia el lugar en el que el y su...por ahora maestro entrenaban.
-Uf...Bueno, antes de ir con el debo buscar esas hojas para el remedio- fue lo que dijo el mandril mentalmente antes de empezar a dirigirse hacia otro lado.
Una hora después
Ahora, Kion se encuentra corriendo de un lado a otro, mientras evita un par de ataques hechos de energía, y enviados por Rafiki desde su bastón.
-Vamos Kion, más rápido- dijo el mandril sin dejar de enviar ataques.
-Uf, uf, de acuerdo- fue lo que dijo el felino, antes de detenerse, y dando un alto y un giro en el aire, evitando 4 de esas esferas, pero una quinta apareció, dirigiéndose hacia su rostro- Rayos.
Dicha esfera impactó en el, enviándolo a rodar en el suelo durante unos segundo, terminando de espaldas contra una roca.
-Ouch...- dijo Kion, para después de unos segundos reincorporarse- Genial, ahora estoy igual a cómo comencé.
Entonces, el león se fue acercando a Rafiki, terminando a un metro enfrente de el.
-Rafiki...¿Qué pasa?...Estoy igual o peor que antes- dijo Kion.
-El hecho de que activaras el Ultra Instinto, y también al daño que recibiste antes de despertarlo realmente, hizo que tu cuerpo consumiera toda la energía que tenías en ese momento, por eso tu condición ha bajado- respondió el mandril, antes de notar como el felino agachaba las orejas- Pero no tienes de que preocuparte, si continúas con el entrenamiento, tus fuerzas regresarán con el pasar de los días.
-Uf...está bien, bueno, hay que continuar- fue lo que dijo el león con una mirada determinada.
-Pues, será mejor que te prepares- dijo Rafiki, apuntándolo con su bastón, y en la punta de este aparecía una esfera celeste.
Kion simplemente suspiró, antes de mirar al mandril, y salir corriendo hacia el, no sin antes decir: "Muy bien, hora de esforzare el doble".
Y hasta aquí el nuevo capítulo.
Espero les haya gustado, les mando un abrazo psicológico y nos vemos...hasta la próxima.
Cuídense mucho.
Chau, chau.
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