Cuántas ocasiones se han perdido. Cuántos "te quiero", un beso en una despedida, los llamados "besos pasajeros", pasajeros de éste /tú/ tren, que no tiene frenos pero si destinos.

Miramos a través de la ventana, los paisajes nos excitan, otras veces nos ponen nostálgicos, y en otras, nos inhunda la tristeza. Y a pesar de todo, continuamos sin apartar la vista, bajo el manto de las apariencias "valentía", ocultandonos de la realidad, pues aguantarlo todo no nos hace valientes, pues no es levantarse tras la caída, y seguir caminando lo que nos hace valientes. Sino cobardes. Cobardes por esperar, esperar que algo cambie, sin intentar mover un dedo para cambiarlo nosotros.

Puede que el paisaje se vea oscuro desde tú ventana, mi vagón era "es" así. Puede, y solo puede que pueda cambiar de vagón, abriendo la "puerta palabras" y ver el mismo paisaje desde otra perspectiva, puede que la perspectiva lo haga cambiar mucho de color. Puede... No obstante, puede que mi vagón sea mejor que el otro. No lo sé, quizás debería probar suerte, pero de momento, prefiero dormir bajo mi manta y ver cómo pasan los paisajes, mi vida. Y seguir gritando, a través de la ventana.