POV: narradora.
Nuestra protagonista ya había vuelto a ser la misma desde lo ocurrido con su prometido. Pero no se sentía segura estando cerca de Globgor, ya que ésa fue la razón de su ultima discusión con Shastacan, en la que ella perdió, como siempre, aún que tenía razón. Así que iba tranquilamente caminando por la cubierta cuando ¡¡¡PUM!!!, alguien la agarra del brazo y la mete en la sala de mandos vacía:
Eclipsa: *sobresaltada* ¿¡Qué acaba de pasar!?
Globgor: *enciende la luz* Hola, cuánto tiempo.
Eclipsa: *preocupada por lo que puede pasar* Hola. Lo siento, pero tengo que irme.
Globgor: Eclipsa, vamos, ¡no soy estúpido! ¿Qué te pasa?
Eclipsa: Créeme, no es por ti, es por mí. No sé si es buena idea estar tan unidos como lo estamos a tú y yo.
Globgor: Mientes muy mal. Será por eso que Shastacan se dio cuenta de nuestra noche de diversión y te amenazó. Vamos, como si lo hubieras dicho.
Eclipsa: ¡No! ¡Y no vamos a tener esta conversación! ¡Buenas tardes! *se va pero Globgor la sigue*
Globgor: Eclipsa, tú no amas a Shastacan.
Eclipsa: ¿Y tú qué sabes?
Globgor: Sólo sé que no sé nada, y si realmente estás enamorada de lo él, mírame a los ojos y dilo. Sé que no serás capaz. Yo tampoco lo sería.
Eclipsa: *comenzándose a molestar ya que no puede controlar la situación* ¡No tengo que admitir nada! *ve una carpeta que Globgor lleva en la mano* ¿Y qué hay dentro de esta estúpida carpeta que siempre llevas encima? ¡Seguro que son- *ve los dibujos y se queda patidifusa a la vez que sonrojada, ya que son dibujos de mujeres completamente desnudas* Oh, por Dios.
Globgor: Tú lo has dicho. ¿No son geniales?
Eclipsa: Sí, lo serían, si yo fuera lesbiana ó tuviera una mente muy depravada, pero no es el caso. Aún así, son reales obras de arte. No tienen nada que envidiarle a un buen ‘Picasso’ ni ‘Cárminch’. ¿Y tú de dónde has sacado los dibujos?
Globgor: Los hice yo. En Mewni hay muchas campesinas y princesas que jamás llegarán al trono dispuestas a desnudarse. La modelo es muy importante, pero el tipo de papel y el fondo también le da su toque.
Eclipsa: Wow. Oye.. *sonrojada y coqueta* ..¿me podrías dibujar a mí?
Globgor: ¿No te parecía taaaaan asqueroso?
Eclipsa: Bueno, pero siempre he querido ver un retrato mío sin mil capas de ropa.
Globgor: Bien. ¿Conoces algún sitio donde nadie nos vea?
Eclipsa: Emm.. ¿mi habitación..? Si lo hacemos cuando Shastacan esté ocupado, tenemos horas.
Globgor: Vale. Mañana, ¿a cuál hora?
Eclipsa: *coge una agenda que llevaba en su bolso* Ehem, a las 18:30 te parece bien, ¿no?
Globgor: Sí, pero ¿cómo sabes que Shastacan estará ocupado en ese momento?
Eclipsa: Ah, pues es muy fácil. El caso es que me apunto sus horarios también en mi agenda y así sé cuándo tendré un momento para mí a solas. Necesito paz de vez en cuando, ¿sabes?
Al día siguiente, a la hora señalada, la pareja artística se preparaba para el retrato. Eclipsa llevaba una hermosa joya de bisutería carísima: Le Cœur du le Mer, ó sea, El Corazón de La Mar. Era un corazón tallado en un diamante azul obscuro. Mientras Eclipsa se desnudaba en el baño, Globgor estaba en la habitación preparando los lapices y demás. Cuando Eclipsa volvió, sólo llevaba una blusa muy fina y negra. Y se la quitó nada más entrar a la sala. Globgor alucinó. Con ese cuerpo, Eclipsa no aparentaba ser tan joven como en realidad era. Parecía una mujer completa. Pero eso era bueno. Eclipsa se recostó en el sofá del centro de la sala y se quedó muy quieta mientras la magia del dibujo la retrataba:
Eclipsa: Y, con todas tus modelos, porque han sido muchas, ¿ni una sola vez te has acostado con ninguna de ellas?
Globgor: Ni las he vuelto a ver después de retratarlas, Eclipsa. Ni las he vuelto a ver. Lo hago con mucho profesionalismo, querida.
Eclipsa: Ya. Entiendo. Y supongo que conmigo harás lo mismo, ¿no es así?
Globgor: ¡No lo sabes tú bien! No te pondré ni un solo dedo encima, no te preocupes por eso.
Eclipsa: (No, si no me preocupa en absoluto..) Ah, pues vale. ¿Te queda mucho?
Globgor: No, no te creas. Sólo un un cuarto de hora más y estará listo. Está quedándome muy bien.
Eclipsa: *sonríe* Esto parece que te gusta.
Globgor: Sí, bueno.. pero es más como un 'hobbie'. No es algo que haga todos los días. Si no encuentro a la chica adecuada, no puedo trabajarla. ¿Entiendes a qué me refiero?
Eclipsa: Y.. ¿yo soy la adecuada?
Globgor: No, tú no eres la adecuada, no eres sólo eso. Eres la única, la perfecta, la inigualable, la dulce Eclipsa Butterfly DeWitt, y no tienes precio, querida.
La joven quedo halagada a la vez que sorprendida por el cumplido. Pero le encantó. Él se dio cuenta y le dijo: "no estoy exagerándolo en absoluto, chiquilla". A Eclipsa nunca le habían hecho un cumplido así, los únicos que había oído sobre ella eran presuntuosos, lujuriosos ó, incluso, pervertidos y perturbadores. Y no le gustaban ni un poco. Pero ése piropo, el que su retratista le acababa de decir, era bonito e interesante. Sin duda, era la primera vez que no se le pasaban contestaciones burdas a ese cumplido. Sólo se le pasaba una palabra que, desde la triste desaparición de su padre, poca gente le había dicho. Y esa palabra era "gracias".