Sueños y Cadenas
Buen día a todos 😊 aquí está el siguiente capítulo de la historia, espero les guste 😊 xD
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Sueños y Cadenas
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12 de Abril de 1912...
Esa mañana la gente estaba yendo de un lado al otro, pues era el día del primer viaje inagural de el trasatlántico más grande del mundo... El Titanic.
La gente se congregaba en el puerto de Southampton, Inglaterra, para ver su salida rumbo al mar con destino a New York, Estados Unidos. Fueron 2228 personas las que irían en aquel Barco. 1343 eran pasajeros, mientras que los miembros de la tripulación la integraban 885 personas entre ellos mucamas, cocineros, gente de intendencia, meseros, músicos así como gente que se hacía cargo del buen funcionamiento de los hornos y calderas, 29 calderas y 159 hornos hacían que el barco funcionará sin error alguno.
Todo estaba listo, las habitaciones para primera, segunda y camarotes para tercera clase estaban listos e impecables, las hermosas escaleras lustradas con su madera brillante mantenían aún el aroma fresco de la madera barnizada; en la cocina las cientos de vajillas estaban listas para usarse. Todo estaba saliendo de maravilla pocas horas antes de zarpar.
Sólo había un inconveniente: El encargado de unas llaves. La semana previa a que el Titanic zarpara, David Blair estaba designado como el responsable del instrumental de navegación. Como segundo oficial viajó desde Belfast, donde se encontraba el astillero Harland and Wolff que lo construyó, hasta Southampton. Todo indicaba que continuaría dentro de la tripulación que navegaría hasta Nueva York, pero por decisión de la compañía fue reemplazado por el oficial superior Henry Wilde, esto había causado una decepción para Blair, quién en una postal le escribió su inconformidad a su cuñada respecto a no poder ser parte del viaje inaugural de un barco en el que, él también vio su proceso de construcción.
Blair dio media vuelta y se marchó. Pero como responsable de los elementos de navegación se llevo, supuestamente por accidente la llave del nido del cuervo, una suerte de armario donde se guardaban los binoculares que hubiesen sido de mucha utilidad a los vigías de turno. Más a la hora de atravesar un océano minado de icebergs. Era por esa razón que en el barco no había ningún binocular pues permanecieron encerrados en el nido.
Pero fuera de ese problema todavía no descubierto, todo estaba listo para recibir a sus 1343 pasajeros tanto ricos como clase humilde.
Los cuales habían comenzado a abordar el barco.
Las personas de diferentes clases así como diferentes países estaban comenzando a abordar, clase humilde se dirigía a su área para abordar, primero pasando por un protocolo de sanidad y detección de piojos para antes de subir; por otro lado, carruajes tirados con caballos y también pocos autos a vapor hacían su llegada llevando consigo a personas de la más selecta clase.
Aunque no sean personas que abordaría el barco muchos estaban ahí para admirarlo, fotografiarlo o hacer retratos antes de que zarpara.
— ¿Es un barco enorme, verdad?.— Un adulto cargaba a su pequeña hija antes de abordar.
— Es gigantesco.— La pequeña en brazos de su padre admiraba lo maravilloso que era el Titanic antes de que subieran también.
Fue ahí cuando el sonido de un claxon llamo la atención de la pequeña que volteo viendo un hermoso auto, solo algunos cuantos tenían ese lujo de poseer un auto de la más alta tecnología a base de vapor. En ese entonces era lo más sofisticado para transportarse.
Del auto el chófer bajo para abrir la puerta.
— Es un barco espléndido.— Un joven de cabello verde y ojos azules se ajusto el saco al bajar y le dio la mano a alguien más.
Wakiya tomo la mano de Silas, su prometido y con su ayuda bajo del vehículo, llevaba un hermoso vestido sastre y un sombrero elegante de acuerdo a su vestuario. Pero veía con indiferencia todo.
— No es tan grande.— Wakiya desvío la mirada del Titanic.
— Su hijo es difícil de impresionar.— Silas se burló dándole la mano a su suegra para que bajará.
— Así es siempre.— Aunque Ruth se molestó un poco al bajar ayudada de su futuro yerno. No le gustó el comportamiento de su hijo.
— Por favor son todas estas maletas a estás habitaciones.— Silas dio un papel junto a las órdenes correspondientes a sus empleados que de inmediato comenzaron el trabajo.
Ruth seguía viendo como su hijo despreciaba casi cualquier cosa que le decían, en especial de Silas, pero aún con toda esa actitud por parte del joven, habían también abordado para ir sus respectivas habitaciones de clase alta. Siendo ellos una de las familias con mayor influencia económica, su habitación era una de las cuatro habitaciones más lujosas, ya que incluso contaba con su propia cubierta privada.
Sólo había cuatro de estás habitaciones y eran exclusivas para personas del mas alto status social.
Aunque nada de eso le interesaba a Wakiya, pues estaba abrumado por dentro debido a que una vez llegando a América, su compromiso con Silas tomaría más forma. Pues solamente faltaría poco para casarse. Algo sin amor, sin nada ni siquiera un sentimiento de cariño hacia ese joven arrogante.
Para muchos el subir al barco era como un sueño y una alegría desbordaba a las personas no importaba de que clase sean, era un privilegio formar parte de el primer viaje del barco más famoso. Pero no para Wakiya. Pues el sentía que se ahogaba con cada paso que daba, el pesar en su pecho era algo que solo por dentro sentía, no era capaz siquiera de demostrar lo mal que se sentía. Y al ir subiendo paso a paso sentía como si tuviera pesadas cadenas que lo llevaban a América rumbo a su ruina y esclavitud.
Mientras tanto, cerca de ahí, en un pequeño bar de la zona...
A veces, las cosas solo pasan gracias a golpes de suerte.
Pues en esa mesa del bar un pequeño grupo de jóvenes estaba reunido jugando póker. Enmedio de la mesa había dinero de apuesta así como dos cosas que llamaban la atención: un par de pasajes de tercera clase para el Titanic.
Las cartas pasaban de mano en mano en aquellos jóvenes y el aroma de los cigarros llenaba el ambiente.
— Muy bien caballeros, es hora de la verdad.— Rantaro había alzado la mirada de su juego de cartas para ver a sus compañeros.
Las miradas algunas de incredulidad y tensión llenaron más el juego y el ambiente.
— ¿Pierrot?.— El pelirrubio de ojos castaños vio a su compañero, silbo un poco cuando vio el juego de sus cartas en la mesa.— Nada... ¿Tu Valt?
El joven peli-azúl, llamado Valt, quién había que agregar que era un amigo cercano a Rantaro resoplo derrotado mostrando igual su juego en la mesa.
— Nada tampoco.— Rantaro sonrió.
— No, nada.— Ahora Valt se estaba preocupando, pues había apostado todo su dinero al igual que Rantaro.
— ¿Tu qué tienes?.— Otro hombre a la mesa mostró su juego denotando que tampoco era una buena mano.
Rantaro resoplo en una muestra de preocupación.
— Lo lamento Valt.— Vio a su amigo.
— ¿Lo lamentas?.— Valt se puso histérico y se levantó de la mesa.— ¿¡Lo lamentas!? ¡¡Son todos nuestros ahorros y los perdiste en una tonta apuesta!!
— Lamento que no verás a tus padres en mucho tiempo.
— ¿Q-que?.— La voz de Valt sino nerviosa.
— ¡Porque nos vamos a América!
Rantaro dejo su juego sobre la mesa mostrando una corrida perfecta. Había ganado la partida.
— ¡¡Nos vamos a América!! ¡¡Nos vamos a América!!.— Valt lo abrazó mientras ambos estallaban de felicidad.
Pierrot viendo eso se levantó de la mesa y tiro varias cosas, sujeto del cuello de la ropa a Rantaro y este lo vio ligeramente serio, pero enseguida lo soltó y el hombre le dio un puñetazo a su compañero reclamando por haber perdido. Viendo eso Rantaro y Valt habían reído para nuevamente seguir festejando.
— ¡Oigan!.— El cantinero les llamo la atención.— Más vale que se den prisa muchachos.— Les señaló un reloj de pared que había tras de él.— Por que el Titanic zarpa en cinco minutos.
— ¡Oh cielos!.— Rantaro se alarmó tomando los pasajes y sus pocas cosas.— ¡Vamos Valt! ¡El dinero!
— ¡Lo tengo!.— Valt obedeció tomando todo y sus pocas pertenencias.
Ambos salieron corriendo rumbo al puerto aunque iban con poco tiempo y tenían que pasar todavía un buen tramo hasta llegar, aunque aún así eso no les quitaba la sonrisa de felicidad del rostro.
— ¡Esperen esperen!.— Finalmente habían llegado a la puerta de abordaje de tercera clase que estaba por cerrarse.— ¡Faltamos nosotros!
— ¿Ya pasaron por la inspección de piojos?.— El encargado reviso sus pasajes todavía incrédulo.
— Así es, no tenemos piojos y somos norteamericanos.— Rantaro mintió mientras Valt asentía con la cabeza a todo.
— Bien, adelante.
Los dejaron subir mientras el barco comenzaba a operar para avanzar.
Se habían elevado las anclas y las calderas y hornos alimentadas con carbón por decenas de personas estaban comenzando su función. Pronto la turbina estuvo lista y las hélices del barco comenzaron a moverse. De esta manera el barco comenzó a avanzar para salir del puerto.
En la proa muchas personas estaban despidiéndose con las manos. Rantaro y Valt se habían acercado y Rantaro se subió a uno de los barrotes del barandal.
— ¡Adiós! ¡Adiós a todos! ¡Te voy a extrañar!.— Comezó a despedirse el pelirrubio.
— ¿A quién le estás diciendo eso?.— Valt parpadeo inocente pues no tenían a nadie que los fuera a despedir.
— A nadie pero es igual, no vamos a volver.
El peli-azul sonrió y comenzó a hacer lo mismo.
— ¡Adiós! ¡Te escribiré!
La gente comenzó a despedirse en tierra y así se vio como el barco comenzaba a alejarse del puerto para tomar más velocidad poco a poco.
Su primer viaje inaugural había comenzado en aquellas aguas y el clima era perfecto.
La historia de el Titanic había comenzado, sin siquiera imaginar lo que el futuro le tenía preparado más adelante.
No solo al barco, sino también a Rantaro y Wakiya. Dos personas completamente diferentes entre si pues su perspectiva del viaje era totalmente opuesta.
Para Rantaro el viaje y la llegada a New York significaba una esperanza y sueños de tener una mejor vida.
Para Wakiya, el fin de su vida casándose con alguien a quién no ama.
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CONTINUARÁ
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Curiosidad: El hecho de que no llevarán la llave del nido del cuervo, fue un hecho que, de haberse evitado seguramente el barco no habría naufragado. Ya que Blair se llevó la llave y no había forma de abrir el nido, pues tampoco se habían dado cuenta de que faltaba la llave hasta poco después de haber zarpado.
Aún a pesar de que el agua no golpeara en la proa pues esa noche todo estaba tranquilo, de tener binoculares se pudo haber detectado el iceberg a tiempo.
Dicen que fue un accidente o a propósito. Pero que seguramente de haber tenido binoculares, muchas cosas se habrían evitado.
OwO espero les haya gustado el capítulo de hoy e.e xD y no pregunten que le va a pasar a Valt porque ya sabemos cómo va a acabar esto .___.
Gracias por leer 😊❤️ y nos leemos pronto ❤️😊
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