Chapitre sept
Yoongi
Al subir al barco, nos mintieron. Nos dijeron que éramos unos héroes, que habíamos hecho historia, que éramos unos afortunados. Nos dijeron que nos darían una nueva vida, que nos ayudarían a empezar de cero, que nos harían felices. Nos dijeron que nos cuidarían, que nos protegerían, que nos respetarían.
Pero no fue así, y nos traicionaron. Porque no éramos unos héroes, éramos unos supervivientes. Porque no habíamos hecho historia, habíamos sufrido una tragedia. Porque no éramos unos afortunados, éramos unos desgraciados. Porque no nos dieron una nueva vida, nos quitaron la nuestra. Porque no nos ayudaron a empezar de cero, nos borraron el pasado. Porque no nos hicieron felices, nos hicieron infelices. Porque no nos cuidaron, nos usaron. Porque no nos protegieron, nos expusieron. Porque no nos respetaron, nos humillaron.
Porque al subir al barco, nos olvidamos.
Aera
Al subir al barco, nos olvidamos. Nos olvidamos de quiénes éramos, de dónde veníamos, de qué queríamos. Nos olvidamos de nuestros sueños, de nuestros amigos, de nuestro amor. Nos olvidamos de nuestro nombre, de nuestro rostro, de nuestro corazón. Nos olvidamos de nosotros mismos, y de los demás.
Porque al subir al barco, nos lavaron el cerebro. Nos hicieron creer que éramos otras personas, que teníamos otras vidas, que sentíamos otras cosas. Nos hicieron creer que éramos felices, que éramos libres, que éramos normales. Nos hicieron creer que éramos lo que ellos querían, que éramos lo que ellos decían, que éramos lo que ellos esperaban.
Pero no fue así, y nos rebelamos. Porque no éramos otras personas, éramos nosotros mismos. Porque no teníamos otras vidas, teníamos la nuestra. Porque no sentíamos otras cosas, sentíamos lo mismo. Porque no éramos felices, éramos infelices. Porque no éramos libres, éramos esclavos. Porque no éramos normales, éramos especiales. Porque no éramos lo que ellos querían, éramos lo que nosotros queríamos. Porque no éramos lo que ellos decían, éramos lo que nosotros decíamos. Porque no éramos lo que ellos esperaban, éramos lo que nosotros deseábamos.
Porque al subir al barco, nos perdimos.
Yoongi
Al subir al barco, nos perdimos. Nos perdimos entre la multitud, entre el ruido, entre el caos. Nos perdimos entre el miedo, entre el dolor, entre la culpa. Nos perdimos entre la mentira, entre la traición, entre la manipulación. Nos perdimos entre la nada, entre el vacío, entre la oscuridad.
Nos perdimos el uno al otro, y nos buscamos. Nos buscamos con la mirada, con la voz, con el alma. Nos buscamos con la esperanza, con la fe, con el amor. Nos buscamos con el recuerdo, con el anhelo, con el sueño.
Y nos encontramos, y nos alegramos. Nos encontramos en el puerto, cuando el barco llegó a Nueva York. Nos encontramos entre la gente, que nos aplaudía y nos vitoreaba. Nos encontramos entre los periodistas, que nos hacían preguntas y nos tomaban fotos. Nos encontramos entre los abrazos, que nos daban nuestros familiares y amigos. Nos encontramos entre las lágrimas, que nos brotaban de los ojos y nos caían por las mejillas.
Nos encontramos, y nos reconocimos. Nos reconocimos por el nombre, por el rostro, por el corazón. Nos reconocimos por el sueño, por el amigo, por el amor. Nos reconocimos por el beso, por el salto, por el nado. Nos reconocimos por el bote, por el mar, por el Titanic.
Nos encontramos, y nos aceptamos. Nos aceptamos como éramos, como veníamos, como queríamos. Nos aceptamos con nuestros sueños, con nuestros amigos, con nuestro amor. Nos aceptamos con nuestro nombre, con nuestro rostro, con nuestro corazón. Nos aceptamos con nuestro pasado, con nuestro presente, con nuestro futuro.
Nos encontramos, y nos amamos. Nos amamos como nunca, como siempre, como nadie. Nos amamos con la mirada, con la voz, con el alma. Nos amamos con la esperanza, con la fe, con el amor. Nos amamos con el recuerdo, con el anhelo, con el sueño.
Y nos besamos, y fue maravilloso. Fue el mejor beso de mi vida, y el más verdadero. Porque nos habíamos encontrado, y nos teníamos el uno al otro. Porque nos habíamos reconocido, y nos habíamos aceptado. Porque nos habíamos amado, y nos habíamos salvado.
Y yo la abracé, y me alegré. Era mi chica, y se merecía ser feliz. Y yo también me alegré, y me sentí feliz. Porque yo era su chico, y me merecía ser feliz.
Porque al subir al barco, nos salvamos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro