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Capítulo 9: Calor en la sala de maquinas.

Advertencia: Este capítulo contendrá contenido +18

Bill, aquel tigre se encontraba sentado cerca de varios millonarios, apostando y riendo a carcajadas. Pero al levantar su vista y mirar que un león se acercaba este amablemente se levantó pidiendo permiso.
— Dime. ¿Lo encontraste?.

— Pregunté, pero ninguno de los camareros lo ha visto.

— ¡Eso es estúpido!. —quejándose.— Este barco no es tan grande, ¿Como pudo desaparecer?, Solo busca otra vez.

Dijo sin más el tigre, para luego sonreír nuevamente así ocultar su rostro de enfadó a los que lo habían invitado a jugar unas apuestas amistosas, mientras Ibuki salía de ese lugar, el cual apestaba a nicotina de los muchos cigarrillos y a alcohol de gran categoría que se consumían adentro.
Este se arreglaba su traje caminando en línea recta hasta dar con otros dos leones que le esperaban.

— ¿Encontraron algo?.

— Yo busque por tercera clase pero nadie vio nada.

Hablo uno de los leones llamado Agatha, es un león del congo, tiene una gran estatura y tiene una complexión atlética, tiene un característico pelaje de color oscuro, el pelaje de su cabeza le da una forma redondeada y sus ojos tienen pupilas grandes y brillantes, rasgos que le dan una apariencia más juvenil a comparación que el resto de los otros miembros que trabajan en el barco, tiene dos tríos de manchas debajo de sus ojos que parecen simular pecas, tiene una melena rizada con un fleco desfilado hacia la izquierda.

Agatha viste un saco y pantalones de color negro sobre una camisa blanca, una corbata y zapatos de vestir negros.

— Me parece bien, ahora ve a proa y pregunta discretamente. —Dijo para ver cómo éste asentía y se marchaba.— Y tú, ¿qué has encontrado?

Mencionó para que el león mirara de manera casi en rabia, ya que se encontraba cansado de andar caminando. Este era un león indio con una cicatriz sobre su ojo derecho. Sus otras características distintivas son su falta de pupilas visibles y su melena que está diseñada en un copete. También tiene grandes tatuajes en el pecho, el estómago, los hombros y la espalda.

Al igual que otros miembros del barco, Free generalmente se ve con traje y corbata, pero en su tiempo libre se le encuentra en segunda clase leyendo un libro, o cuando sus momentos de estrés están muy elevados este acaba fumando.

—Busque por toda segunda clase, nadie lo ha visto, y menos con un lobo.

—Maldito mocoso, donde se pudo haber metido.





Mientras tanto, en la habitación del joven, este se encontraba observando cómo aquel lobo colocaba la fecha seguido por su firma debajo del dibujo.

—Es perfecto.

Dijo el ciervo acariciando la cabeza de Legosi hasta que esté le volteó a ver, y nuevamente estos juntaron sus labios, dando un pequeño beso entre risas.

Louis tomo el dibujo el cual examinó por un momento, así que respirando hondo se marchó de la habitación.

Legosi por su lado guardaba cada una de sus cosas, en una pequeña tela de color negro, pero el sonido de las cortinas le llamó la atención, dejando delante de él, a un ciervo vestido con un pantalón semi ajustado de un marrón oscuro, una camisa de mangas largas de un color salmón muy pálido.

Este se acercó a donde se encontraba el hervivoro ayudando un poco a dejar todo en el cuarto tal y como estaba, así no levantar las sospechas de nadie, pero fue cuando ambos cruzaron las miradas así que mientras mantenían una sonrisa en el rostro, estos bailaron un rato al compás de aquella canción que sonaba atravez del tocadiscos.

—Señor Louis, ¿se encuentra aqui?.

Se escuchó una voz del otro lado de la puerta, alertando a ambos jóvenes quien solo Louis sabía de quién era esa voz.

—¡Hay que irnos!.— susurrando.— Ven legosi tenemos que irnos.

—Espera mis dibujos.....

Dijo en vano ya que este era arrastrado por el ciervo mientras salían de aquellas habitaciones, hasta dar con un pasillo, sus paredes eran de color blanco, dando a entender lo elegante del lugar con adornos lujosos, y una que otra copia de pinturas famosas. Pero al momento en que ambos volteara a ver, un león había salido del mismo lugar que ambos lo hicieron.

—¡Corre!. — Gritó Louis.

Así que sin perder más tiempo, estos comenzaron su maratón entre pasillos de aquel barco, tratando de evitar al león de copete quien seguía sin parar, pero fue justo cuando la pareja al doblar una esquina un ascensor se encontraba abierto y sin pensar o meditar si golpeaban a alguien en su trayecto, estos entraron como pudieron en el.
  
Dejando con una expresión de              completa rabia a Free, pero fue la gota que rebalsó el vaso cuando miro como el pequeño hervivoro le mostraba su dedo de en medio y estos se burlaban.

—¡Malditas escorias me las pagarán!. —Golpeando la puerta del ascensor.

Legosi quien no podía creer lo que estaba pasando, en el primer piso que el ascensor se detuvo, ambos salieron y comenzaron a correr hasta unas escaleras para seguir bajando mucho mas y así poder estar tranquilos.

—¿Quien era ese sujeto?.— Pregunto Legosi.

—No tengo ni idea, pero trabajan para Bill creo. Así que creo que ahora sí estamos en problemas.

— ¿Tengo quien preocuparme?.

— Tranquilo, solo era uno, cuando ya haya más de dos ahí si tienes que temer.

Dijo este para seguir bajando un piso más hasta dar con segunda clase, y era evidente por aquellos pasillos de color rojo, y uno que otro mueble algo descastado, ya que seguro alguien lo maltrato arriba.

—¡Amo Louis lo encontré!.

Se escuchó un gritó detrás de ambos y al mirar notaron al león de pelaje marrón oscuro, quien al percatarse de por fin conocer al famoso lobo, este comenzó a perseguirlos así que nuevamente ambos comenzaron su trayecto de escapar y escabullirse por todos los pasillos de segunda clase.

Esta vez era Legosi quien dirigía, ya que al menos aquí si había explorado un poco. Y conocía uno que otro atajó, hasta dar con una puerta de un color diferente, dando a entender que era la puerta que dirigía hasta las calderas, lugar en que el lobo sabía perfectamente un sitio donde poder enconderse.

Ambos habían bajado tanto en cual notaron por completo aquel fuerte calor tan de golpe, que nisiquiera habían estado un par de minutos y estos ya se encontraban jadeando de lo acalorados que se encontraban.

—¿Aun nos siguen?. —Pregunto Legosi, mientras se escondían entre unas calderas.

—Creo que los perdimos por ahora, ¿pero como salimos luego?, No es estarán esperando en la entrada.

—Tranquilo mi flor de loto, conozco otra salida, acompañame.

Dijo este tomando de la mano al ciervo, intentando no molestar a nadie de los que se encontraban trabajando ahí.

   Louis sin saber a dónde era dirigido por el lobo, lo único que hizo fue ser sumiso y dejarse llevar, pero fue cuando se encontraron con una puerta de color marrón y una placa en cuatro idiomas que en ella estaba escrita la frase de bodega.

—Ven estaremos seguros un rato aquí.

Dijo Legosi mientras este regresaba y colocaba dos cajas para que sirvieran como un seguro por si alguien trataba de entrar.

—¡Oh mira! , esto te va a encantar.— Emocionado.

Mencionó el lobo arrastrando al ciervo hasta un auto super lindo y desde a muchos kilómetros se notaba lo caro que este llegaría a ser, pero fue cuando observó cómo Legosi se había adelantado y este le abrió una de las puertas.

—Puede entrar mi señor.— decía cortésmente.

—Muchas gracias.— dando una pequeña reverencia y entrando al auto.

Entró Louis en el auto, y mientras Legosi cerraba la puerta, este se dirigió hasta al frente para tocar aquella bocina y haciendo la mímica de que estaba conduciendo, y aquel cristal que separaba al pasajero y conductor Legosi sintió como los brazos delgados del ciervo lo abrazaban por su cuello.

—¿Adónde lo llevó amo Louis?. —Decia Legosi.

—Quiero que me lleves a ver estrellas.

Dijo este dando una pequeña risa, apretando un poco más fuerte hasta que logró que Legosi también estuviera con el adentro, ambos reían mientras se acurrucaba uno encima del otro. Legosi pasando un brazo al rededor de Louis mientras esté le sujetaba su mano restante.

—Es increíble cómo somos capaces de meternos en problemas los dos.

—Por ti Louis, sería capaz hasta de vestirme de mujer para poder verte.

—Quisieras ver eso.

Dijo el ciervo mientras frotaba su mano con la del carnívoro hasta que sin pensarlo, comenzó a caricias cada uno de los dedo del lobo. Pero algo lo había puesto en trance ya que  tomándolo con sus manos este los comenzó a besar y lamer, de manera en que al darse cuenta de lo que estaba haciendo miro al lobo. Quien no sabía que decir en lo absoluto y solo se quedaron mirando.

—Legosi, por favor acariciame.

Pidio este casi en súplica y así fue como poco a poco, sentía como aquellos dedos largos con garras recorrían por completo su cuerpo y arriba había una lucha por quien tenía el control ya que los besos habían comenzando, ambas leguas chocaban una con la otra, generando una energía que podría ser hasta mágica y estremecedora, en cómo dos especies completamente diferentes podrían amarse de tal forma. Aún que todo esté tiempo el lobo trataba de contenerse por completo ante estos impulsos sexuales, el ya había leído y visto como muchas relaciones inter-especies confundieron el deseo carnal, por algo que terminó en tragedia, y ese era el destino que también quiso evitar desde que conoció al ciervo.

Ambos seguían con su beso que fue largo, pero tampoco eterno ya que el oxígeno hacía falta, y el poco espacio que tenían era muy incómodo para ambos, y es que junto con el calor de las máquinas que no estaban tan lejos de ellas, y las ventanas cerradas del auto comenzaba a sofocar a ambos, incluso estás se comenzaron a empaña, lo que provocó que el calor que había dentro, la pareja comenzara a quitarse sus prendas de vestir, aún que solo hubieran comenzado por las camisas fue Louis quien acostó ahora a Legosi en el asiento de cuero, dejando que este se sentará en su regazo.

—Se a lo que le tienes miedo Legosi, yo también tengo miedo de lo que pueda pasar, pero estoy dispuesto a entregarte mi cuerpo, solo para ti.

Dijo este para luego recostarse por completo encima del lobo sintiendo por primera vez el pelaje de ambos, Louis besaba sin cesar el cuello del lobo, mientras dejaba pequeñas mordidas.

En cambio las manos del lobo acariciaban ambos glúteos del hervivoro, lo que constantemente provocaba uno que otro gemido en el ciervo, hasta que esté logro quitar por completo su pantalón, que para sorpresa del lobo este no traía ropa interior.

Así que poco a poco comenzó a ponerlo de una manera más cómoda, separando ambas piernas y ahora acariciando aquella entrada virginal, mientras el cuerpo  desnudas de Louis comenzaba a temblar.

Pero rápidamente fue destino por el ciervo, quien se había bajado de la entrepierna  Legosi, y ahora sentándose en el suelo del auto.

—Tu ya viste mi cuerpo desnudo Legosi. Es hora de ver que es los que esconden esos pantalones.

Dijo Louis para ir directamente al broche de los pantalones del lobo, y antes de que este los bajará en conjunto con su ropa interior este comento.

—Me encantaría ver hasta dónde llega ese color crema que tienes en tu pecho.

Dijo este lo que provocó que el cuerpo completo del lobo se comenzara a estremecer, observando como poco a poco toda su masculinidad se encontraba a unos cuantos centímetros del rostro de louis.

Así que sin perder mucho tiempo el ciervo con una de sus manos comenzó a masturbar al lobo, de forma en que rápidamente una pequeña electricidad recorrió por cada hebra de pelaje del lobo lo que hizo que este se erizarán por unos segundos, pero a medida en que este aumentaba el ritmo los jadeos de Legosi se hacían mucho más fuertes y así fue como este término de forma rápida, salpicando parte del rostro del ciervo. Mientras que Louis con suma lujuria, este se limpio lo que pudo del rostro y aquella sustancia blanquecina que tenía en sus dedos se los llevó a la boca y comenzó a chupar cada uno de sus dedos con la mayor perversión.

Así lo que hizo ahora Legosi fue tomarlo por el cuello y plantar un beso en el, mientras poco a poco ahora ambos cambiaban de posición, dándole a enter a Louis quien era el dominado.

—Ya no tengo miedo.

Dijo Legosi para comenzar a recorrer todo su torso con su lengua dejando chupones de pelaje humano en su vuelo, torso y cerca de su miembro.







Mientras que arriba Bill había llegado hasta el cuarto donde lo había llamado, aquellos leones.

—¿Lo encontraron?.

—Si. pero está escapando con el lobo.

—¿Que acabas de decir?.

Dijo Bill completamente sorprendido, por tal revelación. Lo que había generado una increíble irá en el

—Fui a buscarlo a su cuarto pero estos escaparon por uno de los ascensores que llevaban hasta segunda clase. —Decia Free.

—Yo los encontré, en ella.— Mencionó agatha mientras Bill se acerca a el.— Pero estos escaparon por las salas de máquina, fueron muy rápidos que los perdí per...

Este había sido silencioso por una bofetada del tigre, sin nisiquiera retraer sus garras interrumpiendo a Agatha, quien solo se llevó la mano a la mejilla, para tratar de parar el sangrado mientras estaba  completamente enojado, al igual que Free al ver eso.

— Nunca volveré a dejar que un león haga el trabajo de un tigre— Decía Bill.

—Lo sentimos jefe.—Dijo ibuki.—Está vez no se nos van a escapar.

—Más les vale, oh les juro que sí no los encuentran antes de las 2 de la madruga, los tres se quedan aquí en Nueva York.

Dijo el tigre para luego retirarse del lugar, mientras un silencio envolvía a los tres leones, hasta que fue Free quien se acercó a Agatha para levantar el rostro de este y notar que este sangraba. Lo más probable es que este hubiera usado una de sus garras. Así que lo tomo de sus manos  y ambos comenzaron a caminar.

—Tu intenta buscarlos, yo iré a la enfermería por algo de vendas.

—Free, si sangra mucho más, recuerda...

—No colocar alcohol por qué provocaría una quemadura, lo sé. Ahora solo hay que terminar el trabajo, oh si no esta misma noche mato a ese desgraciado.

—Tranquilo, espera a que lleguemos a nueva York, ahí no hay ninguna ley que lo proteja.

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