Legosi había lucido como nunca antes, estaba muy apuesto, vestía ropa fina y se le notaba una persona refinada, el entro al comedor y poco a poco nos fuimos acercando hacia el. El carnívoro intenta saludar a Bill, pero no lo reconoce por su nueva fineza, mientras esperaba delante de la puerta para el comedor dejando al ciervo atrás. Aun que a Louis no le importó en lo absoluto ya que nisiquiera noto que su pareja se había adelantado.

—Esto lo vi muchas veces y siempre quise hacerlo. — Legosi se acercó hasta tomar la mano delicada del herbívoro, donde juntando sus labios este plantando un beso.

Louis ante el acto sonríe, sus orillas tornaron otro color, pero por las luces de color entre naranja y rojizo casi no se notaba, así que al momento de el lobo dejo de besar su mano este la sujeto y comenzo a  llevarlo junto a su padre y a su prometido, quien al ver que el ciervo venía acompañado de otro ser estos se sorprendieron.

— Querido. — Hablo louis.— dėjenme presentarles al señor Dowson

— ¿Dowson?.— impresionado.— ¡Wow!, casi podrías pasar por un animal diferente.

— Si casi.

Todos se dirigen hasta que un botones llegó con una bandeja, el cual traía unas máscaras de lo que parecía ser de carnaval. Pero no lo eran,  sino máscaras modificadas, una regla de la pared millonaria en la sociedad, y es que en lugares ya sean restaurantes de lujo, clubs, o lugares para cometer lo que tu cuerpo dese está como regla usarlas para así ocultar su especie ante todos.

Cada una fue entregada por manos de los botones, al momento de que el lobo recibiera la suya noto como está tenía cuernos, la ironía en todo aspecto. Pero no era el único que la recibió, ya que al ver a Louis este río un poco, así que le mostró la máscara a Legosi, mostrando que la suya era de lobo, así que al ponérsela este se dirigió a Legosi cual abrochada.

—Señor Andrew, el es Jack Dowson. —Hablo Louis.

—¿De los Dowson de Boston?. — Pregunto curioso. Pero al notar que este no respondía grito.

—No, más bien de los Dowson de Chicago Falls de verdad.

Legosi estaba muy nervioso pero él nunca lo demostró, actuaba como los demás, todos pensaban de ellos, tal vez heredero de una gran fortuna y parte de algún club en algún rincón del mundo.

Pero Louis nada más se mantenía en completo silencio, observando al lobo tratando de ser alguien que no lo es. Y al momento de llegar todos fueron dirigidos por un pavo real, quien los llevo hasta su mesa. Quedando los dos jóvenes enfrente del otro.

—Señor Dowson háblenos de la tercera clase, dicen que es muy cómoda en este barco. —Hablo Ogma, padre de Louis

—Una de las mejores que he visto, casi no hay ratas. — mencionó provocando risas en todos los que había en la mesa.

—Aparte de haberme salvado es un gran artista. — Mencionó Louis, quien al notar las miradas de todos este solo tomo su vaso de champagne para tomar y mirar abajo.

—Louis diferimos en los gustos de las obras de arte, sin menospreciar el talento de otros, no es asi Sr. Dowson.— dirigiéndose al lobo.

—Su barco es una maravilla sr. Andrews. — Hablo nuevamente el ciervo ya más confiado.

— Gracias Louis.

—Y... ¿Donde vive usted Sr. Dowsan? ¿Qué hace por la vida?. — Hablo el padre de Louis.

—El titanic es mi hogar por ahora, vivo en los lugares a donde pueda llegar, me gano la vida en trabajos diferentes, pero mi pasión es el arte; y me gane el pasaje del titanic en un juego de Pocker, uno muy afortunado.

—La vida es un juego de azar, solo tenemos que apostar. —Hablo el capitán del barco.

—¿Y esa vida cree que es la correcta?.— Pregunto nuevamente Ogma.

—Pues si, asi es, tengo todo lo que necesito aqui conmigo, el aire en mis pulmones y un par de hojas de papel. Vivo el dia sin saber que pasara mañana y a quien conoceré.— Dijo tomando de la coma de champagne delante de él, mientras miraba al ciervo que tenía enfrente.— Otra noche estuve durmiendo debajo de un puente y ahora estoy aqui, tomando champagne con los animales mas refinados.

—Creo que la vida es un regalo y uno no sabe con lo que se va a encontrar.— Mencionó el capitán.

—Si, hago que valga cada día.

—Porque valga cada día.— Dijo Louis, levantando su copa y haciendo un brindis.

— Porque valga cada dia. —Mencionsron todos.

—Bien caballeros, ¿aceptan un branding?.— Hablo el capitán quien se levantó de su asiento.

—Gracias, por el placer de su compañía joven Dowsan.— Dijo Andrew, despidiéndose del joven lobo.

—Te acompaño a tu camarote. —Hablo Bill de manera atractiva en una de las orejas del ciervo.

—No yo me quedo aquí un rato más. Mi padre, ya lo conoces.— Contestándole en voz baja.

—Nos acompaña señor Dowsan, ¿O prefiere quedarse solo?.

—Gracias pero me tengo que retirar.

—Quizás sea lo mejor.— Contesto rápidamente Bill.— Solo see habla de negocios, politica y eso, no es algo de tu interés supongo. —Mostrando una enorme risa. —Gracias por venir.

Todos los caballeros más importantes se van alejando de la mesa, hasta salir del comedor. Pero Legosi antes de irse del lugar, se despide del ciervo más viejo, mientras que a su lado un caballo quien sujetaba la mano de Gosha y con la mano que le quedaba este levanta el pulgar mientras sonreía, lo que provocó que este también riera, así que tomando nuevamente la mano de Louis este se despide.

Pero en el momento que Legosi se habia despedido de el, entre medio de sus dedos había una nota, la cual depósito en la palma de las manos del otro. y antes de marcharse este dijo:

—Te estaré esperando afuera.

Ese dia fue el escape más grande de toda mi vida, el cual pedí a mi padre permiso de ir a tomar un poco más de champagne, el cual dijo que si mientras observaba a sus dos "amigos" como estos se peleaban mutuamente.

Así que dándole tiempo y mirando a los alrededores, así notar que no había ningún conocido que lo viera este abrió aquel pequeño pedazo de papel que dejó ese extraño perro.

~Tu belleza es increíble. Pero la gente que te rodea es lo que te vuelve como un pequeño foco de navidad quemado. Cuando pasas tanto tiempo dolorido y asustado tu miedo y tus daños se convierten en odio. Y el odio empieza a cambiar el mundo.~
¿Quieres una fiesta de verdad? Te esperaré en la popela, el lugar de nuestro encuentro.