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Capítulo 4: Situación incómoda

Legosi y Louis se encuentran de nuevo en la terraza de aquel barco, donde ya se estaba haciendo tarde, donde los últimos rayos del sol comenzaban a ponerse sobre aquel gran manto de color azul así que ambos reanudan una conversación, que ya tenían de hace ya unas horas conversado, pero eran pequeños momentos donde ambos comienzan a tener más y más miradas profundas.

Así que al llegar a una barandilla del barco, para así apreciar la puesta del sol.

— Trabaje en un bote en Monterrey, luego fui a los Angeles y empecé a hacer retratos por 10 centavos.— Mencionaba el lobo reposando ambos brazos en la barandilla.

Un silencio corto comenzó a aparecer entre ambos, donde el ciervo apreciaba el rostro del carnívoro por un momento, para luego girar su cabeza y mirar también el horizonte

—¿Por qué no puedo ser como tú?.— Decía mientras levantaba su mano en el aire, para sentir la calidez del sol antes de que terminara de posarse sobre el océano.— Solo dirigirme al horizonte cuando yo lo deseo.—sonrie.— Prométeme que algún día podré ir contigo a los Ángeles

—Si iremos. A beber cerveza, a subir a la montaña rusa, inclusive a comer sandía hasta reventar.— Proponía el carnívoro con una sonrisa amplia de lado a lado, mientras su cola se movía de un lado al otro.—montaremos a los caballos mecánicos del carrusel, y caminar por toda la playa tu y yo juntos.— Lo mira de manera apasible.—Pero tendrás que hacerlo como un verdadero plebeyo nada de sentarse de lado como niño rico, por qué así sabrán a quien robar.

—Osea una pierna de cada lado. —Decia actuando de manera sorprendida, ya que aquel comentario le había llegado en el pecho.

—¡Si! .

—¿Tú me enseñaras? ¿Verdad?.

—Si, claro, conmigo tu aprenderías muchas cosas. —Decia con una sonrisa, mientras la expresión en su rostro ahora era provocativa, manteniendo el contacto visual con el ciervo.

— ¿Como a enséñame a montar como plebeyo?. — Contesto el herbívoro, acercando su rostro al del macho que tenía en frente.

—Te enseñare a montar como todo un plebeyo.— Correspondiendo el acercamiento del otro. Y a pocos centímetros del otro.

—Ya esta, y a escupir como un herbívoro también.— Dijo este evitando la mirada del otro, mientras las piernas le temblaban, y teniendo sus mejillas coloradas.

Y al terminar aquellas palabras, el herbívoro estaba completamente apenado por aquella mirada y el casi beso que ambos se daban. Pero aquello desapareció cuando escucho la risa del otro.

—¿Acaso no te enseñaron eso en la escuela de ricos que vas?.

— Pero claro que ¡no!.

—Entonces yo te lo enseño ahora.

Legosi le toma de la mano al hervivoro y lo jala, Louis quien al ver la reacción repentina del otro comenzó a hacerse el difícil.

—Anda vamos hacerlo, no tengas miedo de mi. —Dijo este.

—Legosi...!

—Anda yo se que tu puedes hacerlo. Solo un poco de práctica es requerida nada más.

— ¡No! Legosi...!, espera... Legosi! nooo!..., eso no es posible Legosi.—Louis mira a a muchos lados para ver si alguien observaba el pequeño show que estaban haciendo.

— Solo observa.—  escupe fuerte hacia adelante, mientras era observaba por el otro.

— ¡Que asqueroso!. — Dijo este completamente entre sorprendido y asqueado.

— ¡Anda!. Ahora hazlo tú Louis. — Hablo el lobo completamente exaltado, pero toda esa felicidad se fue cuando vio escupir al ciervo pero este no le sale.—Eso es deprimente, tienes que raspear de verdad ¿entiendes?

Legosi comienza a raspear y en eso aparece otro ciervo al lado de ambos. Un dragón de Komodo de nombre Gosha junto con el conde y Ogma, padre del joven hervivoro Louis. Quien detiene a Legosi y voltean hacia atrás, de manera repentina que el joven lobo tuvo que traga su saliva.

— ¡Padre!.— dijo casi gritando de lo nervioso que se encontraba ahora.—Puedo presentarles....

—¡Si! ¡Por supuesto que sí!.—Molesto.

Gosha  le señala de manera discreta al lobo que aún tenia un poco de saliva que le quedo en el labio y el se lo limpia de manera disimulada volteado a ver a otro lado.

Mientras que Louis comienza a presentar a Legosi el lobo gris ante su padre, quien la hora le salía hasta por los ojos, pero este trataba de controlarse escuchando a su hijo de cómo un carniboro le salvo la vida

~POV Louis~
Tanto Gosha como el Conde teniando curiosidad por conocer a Legosi Dowson el carnívoro que salvo mi vida de lo que algún día pude haber sido su comida, pero era mi padre el problema, ya que este  lo miraba como a un insecto, un peligroso insecto venenoso, o una vil sanguijuela que debería ser aplastada. Así que nada más había notado el gesto de mi padre, y tome ambas manos del lobo en señal de respeto, por la clase de animal que es para despedirme. Mientras caminaba detrás de mi padre el cual solo resoplaba de la cólera que tenía en su cuerpo.

~POV Legosi~
Trataba de no reírme, ya que en momentos así no se como reaccionar, cuando otro animal, sea de la especie que sea tiene más control en mí. Comienzo a estresarme incluso unas grandes ganas de vomitar. Pero lo único que me hizo sonreír nuevamente es que antes de cruzar un pasillo Louis se detuvo para verme nuevamente y despedirse otra vez. [Un lobo enamorado de un ciervo]

—Asi que Legosi parece que eres el indicado para los momentos difíciles. — Hablo el dragón de Komodo, cerrando sus ojos y mostrando una sonrisa amplia, pero nadie hablo y al momento de abrir los ojos noto que el lobo estaba perdido en sus pensamientos.—¡Hey! ¡Niño! , hijoooo!. —Grito fuerte y lo único que recibió fue la mirada del lobo sonriente

—Si.... ¿Que sucede?.

—¿Tienes idea de lo que estas haciendo?.— Serio.

—No, no creo, nisiquiera puedo pensar .— Dijo volteando a ver el suelo.

—Pues entrar a la boca del lobo.— Dijo este soltando una carcajada, mientras Legosi solo lo observaba.—Soy tan gracioso. —Limpisndose la lágrima que había soltado de la risa.— Así que niño, ¿Qué piensas usar?.

—Esto por supuesto. Me queda muy cómodo.

—Eso crei, vamos, tengo algo que puedo prestarte.— Dijo este tomando del brazo al joven lobo.

El dragón de Komodo era realmente generoso, ya que al entrar en su habitación eran increíbles los lujos. Pero el desorden que tenía la habitación era abrumadora. Legosi lo único que hizo fue guardar silencio mientras observaba al reptil moverse de un lado al otro.

—Perdona el desorden niño. Tuve una noche loca con un conde.

—Al menos me diría su nombre. Si no le molesta, quiero aprender quienes son todos para así no parecer un plebeyo.

—Se llama Yafya, es un compañero de trabajo, somos grandes amigos pero la noche anterior le golpe demasiado fuerte, supongo que por eso está molesto conmigo.

—¿Se pelearon algo así?.

—Algo así.— Mostrando un leve rubor.— ¡Aquí está!.

Dijo en gritó al levantar prendas de vestir completamente elegantes, de color negro.

—Son de Yafya, las dejo aquí anoche. Solo iré a la lavandería y las pondré en agua caliente para que se hagan encojan un poco. Mientras tú date una ducha, está en aquella puerta, en el cajón del armario hay toallas, ya regreso.

Dijo sin más para luego salir de aquella habitación dejando solo al lobo, el cual en agradecimiento por lo que estaba haciendo el dragón de Komodo limpio un poco el cuarto, para luego entrar en la ducha con toalla en mano.

Los minutos pasaron convertirse en horas cuando ya ambos se estaban arreglando en frente de un gran espejo.

—Supongo que me veo bien, ¿Verdad?.

—Asi todos los herbívoros caerían a tus pies... Creo... Bueno que más da. Así de limpio y oliendo a shampoo y perfume asqueroso pero caro, pareces un conde, que gasta su dinero en juegos de golf.

—Gracias.... Supongo.

—Muy bien es hora de irnos.— Hablo Gosha para llevarse a arrastras al lobo al gran comedor.

Legosi había lucido como nunca antes, estaba muy apuesto, vestía ropa fina y se le notaba como una persona refinada, dentro de lo que parecía ser la entrada del comedor, así quedándose en unas escaleras de madera fina, de lo que podría ser caoba. Este espero y espero, pensando en encontrarse nuevamente con aquel ciervo y darle la sorpresa de su vida.  Pero los minutos pasaban inclusive Gosha quien acompañaba al lobo término cansado de esperarlo, así que aviso que iría adentro y si miraba al ciervo este le avisaría.  Donde lo único que recibió por parte de este fue un {Gracias por ayudarme} Gosha no aguanto la sonrisa así solo asintió y dejó solo a aquel carnívoro.

Pero los segundos se hacían minutos y los minutos horas, estaba por darse por vencido de esperar un poco más. Y es que lo más seguro es que Louis nisiquiera hubiese sido invitado al comedor y solo hizo que Gosha perdiera tiempo en el. Así que terminado de ver el reloj estaba por darse la vuelta cuando de pronto.

—Legosi...

Escuchó la voz del ciervo, y al levantar su mirada observó nuevamente aquella figura angelical que era el ciervo. Este lo miraba bajar poco a poco vistiendo un atuendo de color marrón, co. Lo que parecía cadenas de diamante o algún cristal que no conoce.

—Que bello es volverte a ver. —Dijo Louis, quedándose unos escalones más arriba de el.

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