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Capítulo 2. Hablar conmigo.

— No lo haga...

Quién miraba a aquel sujeto, que estaba por tirarse del barco, donde nadie se daría cuenta. Pero ahí estaba el, observando a lo que parecía ser un ciervo rojo. Así que este caminaba hasta llegar a el.

—No camine, no se acerque más.

Hablo con voz chillona, dando signos de que su garganta está irritada, y la respiración era casi inaudible, por aquellas hélices del barco chocando con el agua, pero el lobo no era tonto, ya que podía lograr ver como el cuerpo del ciervo se inflaba.

— Por favor, sólo deme su mano ,le ayudaré a subir.

— ¡No! ¡Quédese donde está,
o me soltare!... ¡lo haré!...

Dijo este alzando la voz y volteando a verlo. Mostrando rabia en su rostro al igual que miedo. Donde fue la mayor sorpresa del lobo al ver de quién se trataba, o más bien, a quien intentaba salvarle la vida.

— No lo hará.- Decía mientras se acercaba más.

— ¿Qué quiere decir con eso?.- Pregunto Louis quien ahora ya se encontraba un poco más calmado, pero aún a la defensiva.- No presuma saber lo que haré, o lo que no haré, No me conoce.

- Bueno... No soy quien para saber quién es, pero supongo que si quiere hacerlo... hubiera saltado.

- Me esta distrayendo, ¡váyase!.

Mencionó el ciervo, para volver su vista al frente. Observando el agua la cual estaba completamente agitada por las hélices del barco, formando que está tuvieran espuma por encima.

- No lo haré, ya soy parte de esto.- dijo este ya a tan solo dos pasos del ciervo.- Si se suelta, yo tendré que saltar detrás de usted.

- No sea absurdo, morirá.

- No es por presumir, pero mi mejor amigo dice que soy un buen nadador...

- La caída, lo mataría.

- Si... Dolerá. No digo que no. A decir verdad, me preocupa que el agua esté fría.- Hablo este quitándose el abrigo de color negro, seguido de ambos zapatos.

- ¿Qué tanto?.- preguntaba mientras volvía a ver el agua.

- Un par de grados bajo cero. No puede pensar, no puede respirar... por eso no me ilusiona saltar detrás de usted, pero como le dije, no tengo elección. Espero que lo reconsidere
y me libere de esto.

Dijo el lobo. Extendiendo su mano hacia el ciervo quien miraba aquellos enormes ojos donde casi lograba reflejarse así mismo. Así que bajando un poco la mirada hasta observar su mano.

- Estás loco.

- Eso es lo que muchos dicen pero con todo el respeto, es usted quien esta parado en la proa... por favor, deme su mano. Usted no quiere hacer esto.

Louis, quien al ver como el lobo cambia su expresión seria, a dedicarle un pequeña sonrisa. Así que fue poco lo que duro, cuando también le estaba dedicando una. Donde este comienza a voltearse hasta quedar cara a cara.

Así que extendiendo su mano, este sujeto la del lobo la cual era más grande que la suya. Y con su ayuda este intenta subir lentamente sin soltarle la mano.

- Soy Legosi Dawson.

- Mi nombre es Louis Dewitt Bukater

- Tendré que escribir ese apellido.- Dijo este sonriéndole. - Así no se me olvida.

- Jaja.

Reía nervioso Louis, por aquel comentario, ya que también se le hacía muy extraño. Ya estando por subir el último tubo de aquella barandilla, gracias a los zapatos que este llevaba se resbaló.

Pero gracias a que el lobo, quien tenía sujetado de la mano pudo tomarlo antes de que este cayera, lo que provocó que el brazo del ciervo se tenzara, quedando por completo en el aire. Donde poco a poco se comenzaba a resbalar, lo que provocó que ante el miedo de caer este soltara un grito.

- ¡Auxilio!.

- ¡Tranquilo!. -Tomándolo con fuerza.

- ¡Por favor ayúdeme!.

Grito con más fuerza, seguido de muchos jadeos de desesperación. Tan fuertes que algunos guardias del barco, quienes se encontraban cerca divirtiéndose a carcajadas al escuchar el primer grito estos se alertaron, así que comenzaron a correr lo más rápido que estos podían, hasta llegar con la fuente de los ruidos.

- ¡No me sueltes!.

- ¡Escucheme!.

Dio un fuerte grito el lobo logrando que el ciervo callara, al ver que este había mostrado los colmillos.

- No lo voy a soltar.

Dijo este para luego sujetar el brazo del ciervo con mucha más fuerza. Lo que provocó que este comenzará a clavar sus garras en la piel del herbívoro.

- Por favor Louis, trate de subir por favor.

Mencionó el nombre del herbivoro, el cual relajándose un poco. Este usando el brazo del lobo se abalanzó hasta tomar uno de los tubos del barandal. Así que subiendo un poco más de un momento a otro sintió como ambos brazos rodearon su cintura. Y fue cuando al momento de levantar la vista quedó cara a cara de esté sintiendo el aliento del otro. Pero no estaban para un momento así de romántico ya que faltaba poco así que al momento de que ya todo el cuerpo del ciervo ya se encontraba bien pero fue ahora el quien perdió el equilibrio.

Quedando ambos en el suelo. Louis acostado en el frío suelo de madera, y Legosi encima de él, intercambiando miradas nuevamente.

- ¡¿Qué es esto?!.

Hablo un tigre quien se encontraba enfrente de ambos, seguido de otros carnívoros guardias de seguridad. Quienes miraban la escena, seguido después de un león quien traía gafas de cristal.

El se unió al equipo de guardias en el barco ya que este busca de nuevas experiencias en su vida, todo el tiempo en el que estuvo en esta organización siempre trato de llevarse bien con todos y con su jefe, no era para buscar una posición alta, si no para unirlos como una familia, pero esto no podía ser posible bajo el mando de su primer jefe, quien a pesar de tener unido al grupo, se sentía esa aura de opresión cuando estaba el, pero una vez que Oguna se presentará ante ellos y comprará sus servicios. Dándoles una orden de proteger a Louis, pero este hizo todo lo posible por hacerse amigo del hijo de su jefe, tratarlo como si fuera su hermano menor, pero sin obviar que el era nada más un guardia espalda, a pesar de que este fuera un herbívoro, Ibuki. Quien era el nombre del león contenia sus ganas de cazarlo en señal de respeto, se puede decir que tenia cierta devoción hacia el joven Louis, porque el hizo lo que su anterior jefe no pudo, y era tratarlo como alguien de su familia y no como un trabajador mas, y gracias a él como su padre lograron tener una gran reputación e influencia en la sociedad. Los cuales ahora son solicitados por muchos miembros de la clase alta. Los cuales gracias a Oguna quien pagó sus boletos para que estos estuvieran en el barco, pero por obvias razones. Estarían protegiendo en todo momento al herbívoro.

- ¡Da un paso atrás!. Y no se te ocurra moverte.-hablo el león, llevando una de sus manos a su chaleco dejándole ver a Legosi que este estaba armado.

- ¿Qué hacemos jefe?.

Hablo uno de sus compañeros, a lo que Ibuki, pensó por un momento. No quería informar a Oguna ya que estaría en problemas muy graves, ya que no había cumplido en su trabajo. Pero respirando profundamente y lleno de valor este hablo.

- Busquen al sargento de marina, y al padre del joven.

Hablo el león mientras miraba con rabia al lobo el cual lo único que hacía era devolverle la expresión.
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Donde algunos minutos pasaron, donde se hicieron presentes tanto los guardias de la marina, junto con el capitán del barco y Bill. Quién al enterarse de la noticia también hizo acto de presencia.

- ¡Ese comportamiento fue algo inaceptable!. - Hablo Bill completamente enojado.- ¿Que te hizo pensar, que puedo poner tus manos sobre mi prometido?.

Hablo el tigre enfrente del lobo. El cual miraba completamente confundió no solo al tigre si no también a los que estaban a su alrededor. En busca del ciervo el cual no lograba localizar.

- ¡Bill!. - Llamo Louis.

- ¡Mírame imbécil!. - dijo nuevamente este al borde de la rabia. Tomando al lobo de la camisa. - Empieza a hablar antes de que comience a darte la paliza de tu vida.

- ¡Bill basta!... Fue un accidente.

Hablo el ciervo, quien tenía un tono completamente dulce y apacible, mientras colocaba una de sus delicadas manos sobre el pecho.

- ¿Un accidente?. - desconcertado.

- Fue algo muy tonto. Estaba admirando el lugar y resbale, quería ver el... el... a... a... pro... pro... .- Comenzando a ponerse nervioso.

- ¿La popela?.

- Y resbale, hubiera caído por la borda de no ser por este el Sr. Legosi Dowson, quien se encontraba al lado. Y mientras me ayudaba el tropezó y caímos al suelo.

- Entonces, déjame ver si entendí. Tú querías ver la propela.

- Es por eso que dicen que las máquinas y los niños ricos no combinan.

Dijo alguien quién entraba a escena. El cual era aquel gran ciervo rojo. Mostrando una mirada molesta.

- ¿Eso es cierto?. - hablo el capitán mirando a Legosi. El cual miraba a Louis, siguiéndole la corriente.

- Si, si. Así es como paso.

- Entonces el muchacho es un héroe.

Hablo el capitán, quien ordenó a los guardias quitarles las esposas al lobo. El cual sorprendido y sin entender lo que estaba pasando ahora. Mientras observaba como todos se marchaban deja solo solo.

Mientras que la pareja de comprometidos caminaban juntos. Hasta el momento en que Bill se quitó su abrigo y lo entrego al ciervo, el cual al ver su acto se acercó al tigre y por primera vez este pudo besar los labios del felino.

- Perdona que los interrumpa. - Hablo el águila, mientras la pareja se separaba. - Se que la situación no es la correcta, pero que tal una recompensa al pobre muerto de hambre.

- No suena nada mal.

Hablo el tigre, mientras le decía al ciervo que le diera algo de espacio, el cual entendió.

- ¿Que te parecen 20 dólares?. - dijo Bill

- Me parece perfecto.

Hablaron entre los dos sin darse cuenta que el ciervo los escuchaba y termino interrumpiendo.

- ¿Ese es el costo que das por la persona que amas?.

Dijo un poco alejados de ellos sin darse la vuelta. Mientras ambos carnívoros lo observaban.

- Alguien está disgustado.- hablo el águila

- ¡Ya se!. - hablo el tigre.

Así que arreglando su traje y corbata, este se acercó al lobo quien se estaba colocando su abrigo.

- En agradecimiento. Caballero...

- Legosi. Legosi Dowson.

- Sr. Dowson, en agradecimiento por su buen acto de heroísmo. Quiero invitarle al banquete y deleitarnos con tu hazaña, a todos. ¿Aceptas la propuesta?.

Fue lo último que dijo, esperando respuesta del otro, quien al levantar la mirada. Pudo ver nuevamente la figura de aquel joven, quien sonreía.
Así que un acto de reflejo, este se dirigió nuevamente al tigre.

- Acepto.

- ¡Estupendo!. Te esperamos mañana en la noche, 8:30.

- Claro, a esa hora estaré

- Y otra cosa, espero llegues con algo elegante por favor.

Dijo este dándose la vuelta, tomando a su prometido, donde atrás de ellos solo se encontraban dos seres. Legosi quien miraba como estos se marchaban y aquella águila. La cual lo único que esta hacia era observar. Mostrándole una mueca de asco al lobo, el cual este comprendió, y sin importarle en lo absoluto se colocaba los zapatos y al levantar ambas orejas logro captar pasos, levantando levemente la mirada observando como esta aguila se marchaba. Ya dejando el lugar cuando legosi quien había silvado para llamar su atención.

- Perdone que lo moleste. ¿Tiene de casualidad un cigarro?.

A lo que molesto este regreso. Buscando algún otro que este le sobrara. A si que tomándolo entre sus dedos este estaba por entregárselo, pero rápidamente este lo retiro, y miro al lobo con una expresión de pocos amigos.

- Sujeta bien tus agujetas a la próxima. - hablo este mirando los zapatos del lobo. - Sabes, es curioso que el caballero resbalara repentinamente, y tu tuvieras tiempo de quitarte los zapatos y el saco.

Dijo este entregándole el cigarrillo, mientras se volteaba dejando a Legosi confundido. Pensando lo que este intentaba decirle.

- Pero la vida de los ricos me importa una mierda. - dijo este deteniéndose al borde de las escaleras, y al bajar el primer escalón, este giro su rostro hasta observar al lobo que estaba sentado en el suelo. - Espero que cause una buena impresión.

Asi que sin decir mucho mas, este se levanto del suelo, acomodo bien su atuendo y comenzó a caminar hasta llegar a las escaleras y bajarlas, mientras pensaba en todo lo que había pasado esta noche, pero por ahora lo único que quería ahora es una buena siesta en su cama. Mientras que la pareja ya comprometida ya se encontraban en el pasillo donde quedaban sus respectivas habitaciones. Bill quien acompaño al ciervo hasta su cuarto este tomo nuevamente la mano del herbívoro y de la impresión del otro este levanto la mirada hasta tener aquel contacto visual que para el carnívoro era lo mas romántico, ver los ojos del hervivoro y lograr ver a su preza tan delicada y fragil provocaba en el tigre una sensacion increible y muy excitante, mientras que para el otro solo lograba provocar incomodidad.

- Ven conmigo, quisiera invitarte a mi habitacion, tengo un regalo para ti.

- Eso es nuevo.

- Tranquilo no te hare daño. - hablo este con tono romantico llevando una de sus manos a la cintura del ciervo mientras que con la otra acariciaba su mejilla.

Y aun que este estaba por darle un beso a su prometido, este aparto ligeramente su rostro, lo que ahora incomo hasta el tigre quien se separo de el, a una distancia considerable respetando el espacio del otro. Pero luego se escucho una pequeña risa de Louis, mientras el tigre lo observaba.

- Perdon, me tomaste por sorpresa.

- Esta bien, no tienes que...

Intento hablar pero esta vez fue callado cuando este lo abrazo, asi que correspondiendole a aquel acto de cariño por parte del otro, asi que volviendo a poner los pies en la tierra estos se separaron del otro. Asi que haciendo caso al tigre estos fueron hasta el dormitorio de este.

Así que al momento de llegar, ambos se quitaron sus abrigos y comenzaron a ponerse lo más cómodos posibles. Louis quedando solo con una de las camisas del tigre y unos pantalones los cuales le quedaban completamente grandes, y mientras estos estaban en la cama, uno encima del otro fue Bill quien de un momento a otro, este se levantó.

- Casi se me olvidaba algo, déjame traerlo.

Hablo sin más para luego ir rápido a una de las habitaciones del dormitorio. Quedándose Louis solo en la habitación recostado en aquella gran cama, hasta que algo le había llamado la atención, este se levantó lentamente hasta quedar enfrente de lo que parecía ser una chimenea, do de en uno de los estantes de arriba había un adorno el cual era una daga que ponía ~La hermandad se forma con sangre~

Cosa que no comprendió, así que pensando un poco lo que decía esa frase pensaba en las muchas respuestas que ya tenía en su cabeza, cuando nuevamente aquel quien le había compañía apareció nuevamente.

- ¿Qué es eso?. -Curioso.

- Quería dártelo hasta que nuestro compromiso de formalicé, pero quiero dártelo ya.

- ¿Es un...

- ¿Diamante?, Si.

Así que Bill tomo aquel collar con una de sus manos, mientras ponía la caja al lado de la cama, y luego este se lo comienza a poner.

- 54 kilates para ser exactos. Le perteneció al rey Luis XVI, y lo llamaron Le coeur de la mer, lo que significa...

- Corazón del mar.

- Cuando me hablaron sobre ti, quise buscar algo que se comparara a tí. Algo que no se pueda comprar.

- ¿Pero como lo obtuviste?.

- Nunca le digas a un mago como hace sus trucos, por qué se pierde la magia.

- Pero aún así, sigue siendo algo magnífico.

- Louis, somos la nueva realeza, no hay nada que yo no pueda darte... Si no me rechazas .- Hablo este con melancolía. - Por favor, déjame estar en tu corazón.

Hablo sin más, para luego abalanzarse para luego besar a su prometido el cual solo cerró los ojos y sujeto las mejillas del felino, que cuál fue dirigido hasta la cama de este, donde la única luz que mantenía la habitación iluminada se apagó. Dejando a los dos a oscuras.
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Y donde algunas horas habían pasado hasta quedar a cierta hora de la mañana, en la terraza Legosi se encontraba caminando con su libreta en mano, junto con su mejor amigo. Pero este se separó nuevamente de el, despidiéndose el uno al otro, hasta el momento en que el lobo al cruzar una esquina del lugar hasta chocar.

Y de los miles de animales que habían en el barco tenía que toparse nuevamente con el.

- Hola de nuevo. - hablo Legosi, con sonrisa en el rostro.

- Un placer nuevamente.

Hablo el ciervo devolviéndole la sonrisa, y de un momento hablando ambos caminaron juntos, mientras se conocían el uno al otro.


- Señor Dowson yo...

- ¡Legosi!.

- Si... Legosi, estaba buscándole para agradecerle... No sólo por lo que hizo, si no también por su discreción.

- De nada supongo.

- Se lo que debes estar pensando. Vaya niño rico, ¿Que sabrá el de tristeza?.

- no, no, no, yo no pensé nada de eso. Lo único que pensaba en ese momento era, ¿Que le habría pasado para que este se quede sin salida?.

- La verdad es que no pensaba mucho, me sentía atrapado en ese momento. Por tantas cosas, los problemas entre mi padre , la gente que me rodea.... Y la fuerte impotencia para no poder detenerla.

Hablando de más, a lo que un silencio se formó entre ambos, hasta que Legosi tomo la mano del ciervo hasta levantarla.

- Mira esto. - hablo el lobo mirando su anillo. - Tú anillo tiene una joya muy preciosa, sería una pena que se hubiera ido al fondo.

- Es solo un anillo.

- ¿Y lo amas?.

- ¿Perdón?.

- ¿Qué tu en verdad lo amas?.

- Estás siendo alguien muy grosero. ¿No te enseñaron modales perro tonto?.

- Solo es una pregunta. ¿Amas a ese tigre o no?. - dijo este de manera directa.

- Está no es una conversación apropiada. - dijo este mientras reía nerviosamente.

- ¿Por que no respondes a mí pregunta?.

- Tú no me conoces, y yo no te conozco así que no tenemos que hablar sobre eso. - nervioso. - Eres grosero, tosco , engreído... Bueno ya me voy. - dijo este dándole la mano, la cual fue sujetada por el otro. - Sentía que debía agradecerle y lo hice.

- Me insultaste. - hablo mientras sonría aguantando la risa ante la actitud del otro.

- Pues te lo merecías. - hablo un poco más tranquilo.

- Pensé que ya te ibas.

Dijo este observando como el ciervo aún no le soltaba la mano, mientras se seguían despidiendo.

- ¡Eso haré!. - afirmó este marchándose pero al cabo de unos segundos este regreso. - Y déjame decirte algo más, eres alguien realmente irritante. - dijo este marchándose ahora sí, pero nuevamente este regresa.- Espera yo no tengo que irme, esta es mi parte del barco. Tú eres el que tienes que marcharte.

— Bueno... ¿Quién está siendo el grosero ahora?.

Y tras ese comentario, Louis comenzó a reírse de manera sarcástica. Y luego de cobrar la compostura este observó el libro que traía el lobo en las manos.

— ¿Y que es esta porquería que cargas?

— Son mis dibujos.

— ¿Eres un artista o algo parecido?. - hablo mientras le miraba al igual que los dibujos. - Son más o menos buenos. - dijo mientras seguía mirando los dibujos. - La verdad es que es un trabajo muy refinado.

— Pues no pensaron lo mismo en París.- decía mientras observaba de manera más detallada al ciervo.

— ¿Paris? , Viajas mucho para ser po...- estaba por decir pero al darse cuenta, este se calló.- Para ser alguien de escasos recursos económicos.

— Está bien, yo soy pobre. - sonrió nuevamente. - Eso es lo que soy.

Así que mientras el otro apenado no solo por lo que había dicho, si no que también por aquella sonrisa que le parecía tierna y graciosa que el lobo tenía, le producía confianza. Pero fue al momento de pasar la siguiente página de aquel libro donde el joven lobo artista, necesito modelos.

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