Capítulo 1. No lo hagas.
Casi ya las tres semanas han pasado desde que el barco prendió su marcha.
Un barco donde las clases eran muy evidentes. Quienes iban bien, quienes iban regular y quieres que por azares del destino lograron subir al barco.
Barco el cual un boleto en primera clase del Titanic tenía un precio de 4.350 dólares. Ir en Segunda Clase costaba 1.750 dólares y, en Tercera, tan sólo 30 dólares.
Los camarotes estándar de primera clase fueron adornados con revestimientos de madera blancos, muebles costosos y otras decoraciones elegantes. Contaban solamente con baños compartidos que disponían de agua caliente y fría. Se contaba además con estufas eléctricas. En el caso de las cuatro suites más lujosas, se utilizaron en las salas de estar unas chimeneas con estufas eléctricas hermosamente empotradas. Como una innovación en los viajes de la época, el Titanic poseía tres ascensores para la primera clase. Los cuales estos llevaban a tres lugares. A la cubierta, a los comedores y a sus dormitorios y uno para la segunda clase. Los cuales solo tenían dos paradas. Ir a la cubierta y al pasillo de sus dormitorios.
Pero lo importante no era eso, si no más bien, un dormitorio de primera clase, ala oeste del barco, se encontraba un joven el cual se encontraba sentado en una de las sillas de su habitación. Con la luz de una de las lámparas cerca de él tenía un libro en manos. La divina comedia.
Es un clásico. Tal vez la forma en que está escrito sea tedioso para algunos. Es una sinfonía, creo que no hay adjetivos para calificar esta obra. Hay que tener en cuenta cuándo fue escrita, con eso ya puede entenderse por qué es tan recomendado leerlo. Fascinante el concepto, los círculos y estratos de cada escenario. No hay palabras. Sin duda una gran obra que refleja la gran creatividad y brillantez de Dante que le permiten concebir lo que para él es el infierno, el purgatorio y el cielo; a través de diversas metáforas y descripciones alegóricas. Mi parte favorita es el infierno. Tal vez en ocasiones la lectura se tornó un poco cansina, ya que Dante cita muchos personajes que desconozco. Pero eso no le quita merito pues es una obra muy superior para la época del autor.
Y para el gran intelecto del joven ciervo. No era obra que no pudiera leer y entender. Dada la estricta enseñanza de su padre Oguna.
Louis es un ciervo rojo. Su rostro es rubio/chocolate claro, con rasgos finos. Suele aparecer con una expresión ligeramente intimidante. A menudo es capaz de mantener un cierto nivel de control en una situación. Él luce largas y elegantes cornamentas, y comúnmente se lo puede ver usando una camisa a mangas largas de color blanco. Con un pantalón beige, y su saco favorito de color verde. Pero hoy tenía pensado en quedarse todo el día en su cierto.
Pero en toda aquella tranquilidad, fue interrumpida por alguien que había entrado a la habitación, mostrando una alpaca de baja estatura de complexión delgada, como toda alpaca, tiene un manto de pelo blanco acompañado con un fleco en su frente que cubre todo su cuerpo a excepción de su rostro, tiene un cuello y orejas largas, ademas tiene ojos y pupilas grandes que lo dotan una apariencia infantil y muy expresiva.
Pero como todo mayordomo comúnmente se le ve vistiendo un uniforme que a la vista de alguno parecía un uniforme escolar, que consiste una camisa blanca debajo chaleco azul marino sobre una corbata negra, pantalones grises con un patrón de lineas mas oscuro y un par de mocasines color marrón.
— Buenas tardes amo Louis.
Hablo la alpaca con ambas manos en su espalda, mostrando respeto y servicios al ser a quien trabaja.
— ¿Te envío mi padre verdad?.
Hablo de manera tranquila el ciervo, poniendo su libro sobre aquella pequeña mesa de madera, mirando al chico de baja estatura mientras cruzaba sus piernas.
— Así es amo Louis. Su padre me mandó a informarle, que su reunión es dentro de tres horas, y quiere que use el traje que el selecciono.
— Fascinante. — Dice indiferente.
Tem quien era el nombre del sirviente del ciervo, tenia la característica de ser muy honesto y de mente abierta, lo que le daba la tendencia de siempre decir lo que pensaba con honestidad, ya fuera un alago o un insulto, cualidad que hace que Tem sea apreciado por sus amigos y compañeros de trabajo. Tem no parecía comprender o ignoraba los estereotipos culturales sobre los carnívoros y herbívoros, o de clase alta o baja, en ocasiones demostraba ser bastante inocente, tímido o incluso inseguro, cosa que demostró al nunca reunir el valor para declararle sus sentimientos romántico asia un compañero del turno de la mañana.
— ¿Ya está listo el traje de color rojo que ordenó mi padre?.
— Si amo, viene en unos minutos, y déjeme decirle que yo mismo lo planche para que no tuviera ninguna arruga.
— Muchas gracias.
Dijo esto último para luego levantarse de su asiento y caminar hasta lo que parecía un pequeño bar. Sacando dos vasos de cristal y un vino tinto.
— ¿Podrías acompañarme a una copa?.
— Me encantaría acompañarlo, pero estoy en servicio y me estaría metiendo en problemas con su padre. Y con los muchos que a los que tengo en servicio.
— Tranquilo, no te pasará nada, será solo una copa o al menos disimular que bebes conmigo.
— No lo sé. Podría venir su padre y si me ve en estas situaciones podría despedirme. Lo siento amo Louis, pero si quiere. Los días que no trabajo serán los viernes y sábados en la mañana.
— Está bien.
Hablo el ciervo quien se sirvió una pequeña copa de este, pero el toque repetitivo de aquella gran puerta de manera llamo la atención de ambos. Así que sin perder mucho tiempo. La alpaca de baja estatura camino hasta la puerta dejando ver a un gran oso pardo, cuyo pelaje es de color dorado claro, tiene un tamaño abrumador superando los 2 metros de altura y tiene una complexión musculosa, sus ojos son negros y a diferencia de Tem, cuyos ojos reflejan algo de luz, los ojos del oso son unos puntos completamente negros los cuales le dan una apariencia algo afable. Inclusive es tan enorme que parece doblar su tamaño cuando flexiona sus músculos. La masa muscular del pardo es incluso mayor cuando deja de tomar sus pastillas para limitar su fuerza.
Se le ha visto usar distintos vestuarios a lo largo de los días ya trabajados en el barco. Teniendo dos empleos, los cuales lunes, miércoles y viernes trabajaba en las calderas del Titanic. Y Martes y jueves como sirviente, a lo largo de la jornada, como su uniforme es igual que el de la alpaca el cual este compuesto por una camisa blanca, con un pantalón con tirantes y unos zapatos de color negro. También se le ha visto utilizar una simple camisa durante su estancia con compañeros de su misma especie y durante su jornada en las calderas.
Así que agradeciéndole con una pequeña sonrisa, por haber traído el traje se despidió de su compañero y cerró la puerta.
— Aquí está su traje amo. Como su padre lo encargo. Pantalones y saco de color negro junto con su corbata, y una camisa manga larga de color rojo, acompañado de un diseño minimalista.
— Perfecto. — Dijo este mientras rodaba los ojos y tomaba el traje de las manos de la pequeña alpaca.
Tem quien solo se limitaba a sonreír, ya que era su trabajo y no podía poner ninguna otra expresión que desagrade a sus superiores. Así que entrado al vestidor seguido por el mayordomo quien se quedó a espaldas de la puerta escuchó como su amo le hablaba.
— ¿Crees que este traje es ridículo?.
— ¡No! ¡Claro que no amo, es precioso!.
Dijo rápidamente Tem. Mientras se dedicaba al ver el suelo.
— A mí me parece ridículo. No me sorprendería ser el centro de las burlas en esa ridícula fiesta.
— ¿Se encuentra bien amo?.
Dijo este ahora en un tono mucho más bajo, ya que este desde que entró a la habitación. El ambiente no era el mismo, como lo era en otras veces.
— Si estoy bien. No es que este mal por qué tu padre te quiera comprometer a alguien quién nisiquiera conoces, y no puedes negarte por qué es algo ya arreglado.
— Pues eso no suena que todo está correcto.
— Esto es una tontería.
Dijo el ciervo para luego salir de su vestidor, luciendo aquel traje de color rojo el cual le quedaba cual rey de la burguesía. Los tonos de color rojo, con el diseño que este tenía en la camisa era impresionante.
— Se ve increíble amo. Ese tono le queda muy bien, lo hace lucir alguien dominante y fuerte.
— Ya quisiera yo sentirme así. Ahora me encuentro como un cachorro apunto de ser devorado por un lobo.
— Bueno tengo que retirarme, le diré a su padre que usted ya está listo para la reunión de compromiso.
— Muy bien, y gracias.
— Por qué amo.
— Por qué eres el único que no me trata como un diamante en una caja fuerte.
— Usted es mi jefe y me cae muy bien es como un amigo. Ya que los otros con los que trabajo me dan ganas de tirarlos por la borda.
— Te ayudo si quieres.
— Trato hecho amo.
Dijo sin más la alpaca con sonrisa en rostro para luego salir de aquella habitación, dejando completamente solo al ciervo quien caminado hasta llegar a un espejo de cuerpo completo, y se dedicó a observar su propio reflejo. 18 años de edad y ya al bajar de este barco estaría comprometido.
Así que al ya no querer seguir teniendo esos pensamientos que lo único que provocaba en el joven era un fuerte de dolor de cabeza. Este tomo un abrigo de color amarillo y salió de habitación dejando completamente sola la habitación. Sabiendo incluso que eso le lloverán regaños por parte de su padre, al no encontrarlo en su cuarto.
Mientras que en otros lado dos amigos estaban caminado por la cubierta del barco, riendo, jugando y admirando aquel paisaje. Oceánico, Jack quien conoció a un lobo gris, mucho más grande que el de nombre Legosi, quien posee una apariencia imponente, contando con una gran estatura de 1.8 m, y garras de 6 cm en cada uno de sus dedos, La mayor parte de su cuerpo esta cubierta con un uniforme pelaje gris exceptuando su rostro que tiene una tonalidad distinta, es comúnmente visto con un traje que consta de un chaleco gris, corbata, camisa blanca y pantalones a rayas.
— ¡Soy el rey del mundo!.
Grito fuerte el lobo, seguido de un fuerte grito de su amigo Jack.
Jack es un labrador retriever de altura media y una complexión delgada, su pelaje era corto y enteramente de color amarillo crema, su cabeza es ovalada y ligeramente ancha, sus orejas se mantiene caídas insertadas hacia atrás de su cabeza, tiene ojos grandes y ovalados con pupilas de color oscuro, sus ojos son de color avellana, a diferencia de muchos de los carnívoros.
Jack carece de garras tanto en sus manos como pies, debido a que su raza fue concebida artificialmente para ser mas inteligente y menos poderosa. Pero a pesar de eso era el mejor amigo de aquel lobo quien reía a carcajadas. Y pensar que por un juego de poker, dos inmigrantes llegarían a los estados unidos para formar nuevas vidas. Increíble cómo después de haber sufrido tanto, ahora la vida le sonreía a ambos amigos.
— Legosi, vallamos al bar. Conocí un amigo en nuestro dormitorio y nos invitó a un par de bebidas. ¿Que dices?.
— Ve tú primero, yo llegaré después me apetece hacer otras cosas ahora.
— ¿Estás seguro?.
— Claro, no te preocupes por mí. Yo estaré bien, y la verdad es que quiero aprovechar este bello paisaje, junto con los diversos animales que hay a su alrededor.
— Como logro convencer a un artista de no dibujar. Bueno me voy, solo no tardes mucho, una fiesta sin la compañía de mi amigo no es la misma.
— Lo prometo.
Dijo el lobo con una pequeña sonrisa en su rostro, mientras que el otro se despedía de él hasta llegar a una de las puertas del barco y entrar en ella.
Legosi aún seguía pensando. ¿Que tipo de vida le esperaría en Estados Unidos?. Ya que cuando el barco llegue a su destino, este sería ya alguien más. Alguien nuevo.
Poco a poco una migraña comenzaba a aparecer así que para relajarse un rato, este saco una libreta y comenzó a garabatear un rato en una libreta que este llevaba una libreta de dibujo y un par de lápices avaces de carbón.
Donde mirando a todos los lados. Logro ver a un pequeño cachorro y un hombre mayor quienes miraban el paisaje oceánico, mientras reian así que sin perder tiempo comenzó a dibujarle con sonrisa en rostro. Dando trazos finos y delicados.
La manera en la estos se encontraban como una familia feliz.
Pero fue al momento cuando al levantar su vista a uno de los balcones altos. Donde solo podían estar los de primera clase. Logro divizabservar a un ciervo quien vestía un traje largo de color amarillo. El viento movía su pelaje de un lado a otro, y aquellas majestuosas astas eran de admirar.
Verlo le provocaba un sentimiento extraño en el cuerpo. Su corazón latía sin parar y mientras. Observaba enbobado, noto como su mirada parecía sería y de un momento para otro parecía triste. Y la manera en la que los últimos rayos de sol habían parecía un ángel caminando en la tierra, así que ahora tenía la oportunidad. De agregar a alguien más a su libreta de dibujo este comenzó a hacer el boceto de el, pero de un momento de estarlo mirando.
Noto como ahora el ciervo giro su rostro hasta que esté logro divisar al lobo provocando que el ya mencionado quien lo estaba dibujando pasará a esconderse detrás de aquel libro de arte, intentando disimular, pero mientras terminaba aquel boceto de reojo logro encontrarlo nuevamente. Pero este miraba el horizonte nuevamente . Lo que lo provocó que en el rostro del lobo una pequeña sonrisa se formará.
Pero duró poco. Cuando vio que como dos sujetos más llegaron detrás de él, así que lo único que pudo fue ver cómo este se retiraba. Así que sin pensar un poco miro nuevamente su dibujo y el pequeño retrato que había hecho de el, no era de los mejores pero logró capturar algo de el así que sin perder mucho tiempo firmó en la parte de abajo y se marchó de ese lugar.
Donde ya el reloj marcaba las 7 de la noche. En uno de los ascensores se encontraban dos ciervos. Louis quien de mantenía mirando al frente, y su padre Oguna de su lado derecho. Quién mantenía su expresión molesta.
Ninguno de los dos decía nada. Ya que hace unos momentos ambos habían pelado un poco.
— Está será la última vez que vuelvas a hacer esto.
— Lo lamento.
— Sabes perfectamente por qué hacemos esto. No tenemos dinero para comer y te comportas como un ridículo niño de 14 años.
— ...
— Así qué. Te comportas como ya el hombre de 18 años que eres, sabiendo la responsabilidad en la que estás no tan solo tú, si no también yo tambien y listo. Sin ninguna excusa.
— De acuerdo.
Fue lo último que digieron ambos cuando las puertas del ascensor se abrieron. Dando paso a un pasillo ultra lujoso, decorado con un bello suelo de mármol y unas escaleras de madera de caoba barnizadas. Así mientras Louis quien apreciaba toda la decoración. Tanto aquella cúpula de cristal la cual por las luces estaban muy iluminadas. En medio de todo eso un reloj se encontraba, tocando aquel ya conocido sonido característico. Mientras que un piso más arriba se encontraba un Tigre junto con lo que parecía ser alguien conocido de el.
Vistiendo completamente de negro, lo que parecía ser una camisa de color blanco por dentro y una rosa de un rojo fuerte en uno de sus bolsillos.
— Un placer caballeros.
Hablo el tigre . Mostrando sus dientes en una amplia sonrisa de oreja a oreja.
— Hijo. Dejame presentarte a...
— No es necesario señor Oguna. — Hablo el tigre, mostrando un tono completamente confiado. — Déjeme ser yo el que me presenté ante su hijo.
Oguna. Quién no dijo nada al respecto, dio un paso atrás dejando al joven ciervo adelante mientras aquel tigre de bengala se acercaba.
— Hola pequeño. Mi nombre es Bill.
Dijo este tomando la mano del ciervo y plantando un pequeño beso en ella. Bill es un tigre de bengala de gran estatura y de contextura algo musculosa, Bill tiene ojos pequeños color café, el pelaje es de color naranja rojizo con rayas negras por todo su cuerpo, mientras que la parte inferior de su cabeza y la parte delantera de su torso son de color crema.
Y tanto como el ciervo y el tigre no paraban de verse el uno al otro. Así que esté al soltar una vez la mano de su prometido se dirigió con una sonrisa al de mayor edad.
— Mi mayordomo ya organizo todo el banquete que les tengo preparado. Una reunión de muchos de los otros empresarios. Se que les gustará.
— Muchas gracias por invitarnos a la reunión, espero no hacerlo llegar tarde. Tuvimos un pequeño percance antes.
Hablo Oguna, en un tono sumamente molesto, ya que solo ellos sabían el por qué del retraso. Así que todos comenzaron a caminar hasta el gran comedor.
Oguna quien caminaba delante junto con Aoba es un águila calva de complexión atlética y de gran estatura, mientras que en la vida real las águilas calvas son completamente marrones a excepción de su cabeza y cola, solo las plumas de los hombros y la parte superior y posterior del tórax de Aoba son de color marrón, mientras que las plumas de su cabeza, brazos, abdomen y muslos son de color blanco. Tiene cuello largo y su pico, sus patas son de color amarillo.
Quienes charlaban de algún tema específico, ya que reían poco. Detrás la pareja mantenían un silencio total. Cuando de un momento para otro el tigre se dirigió al ciervo.
— Te vez precioso.
— Muchas gracias.
— Lamento hacerte venir a esta reunión. Seguro tenías otras cosas que hacer.
— No te sientas mal. Yo quise venir por qué también no tengo a nadie con quién hablar. Solo a mí mayordomo quien cuando puede suele visitarme.
Así que ambos siguieron caminado hasta llegar aquel bello banquete donde las risas eran tranquilas sin molestar a nadie.
Pero eran las horas cuando ya todos se encontraban en la mesa, riendo y disfrutando de la comida. Excepto alguien, quien solo se dedicaba a mirar tanto s su padre, junto a su prometido. Quién lo único era dedicarle una sonrisa cada vez que se acordaba que eo ciervo también estaba en la mesa.
Y es que en ese momento.Vi toda mi vida cómo si ya la hubiera vivido un interminable bucle sin final, todos discutiendo de temas tan aburridos, el mismo juego de golf, me sentía como en un precipicio, a nadie en la mesa le importaba, nadie se preocupaba. ¿ Que pasaría si ahora yo desapareciera?.
— Disculpen que me retiré un momento iré al lavado.
— De acuerdo, aquí te esperamos.
Dijo el tigre llevándose un trozo de su comida a la boca. Mientras que su padre miraba dudoso el comportamiento de su hijo, así que dándole una mirada diciendo completamente todo.
Así que este camino de manera lenta hasta llegar a lo que parecía la puerta de los lavabos, este volteo a mirar a la mesa donde se encontraban los seres principales, este en el momento que pudo salió disparado corriendo lo más rapido que este podía. Llevándose consigo a muchos, y no solo eso.
Ya que consigo lágrima tras lágrima salían de los ojos de Louis, mientras sollozaba sin parar. Hasta llegar a la popa del barco, donde se recostó en unos de los artefactos para guardar cuerdas. Comenzando a romper en llanto, y mientras esté secaba aquellas lágrimas salían muchas más.
Así que al levantar su mirada, este observó el barandal así que poco a poco este comenzó a acercarse. Hasta tocarlos con sus manos. El ruido era fuerte y el agua era de un tono muy oscuro, así que sería como buscar una aguja en un pajar.
Así que mirando por última vez atrás de el lo único que vio fue a un sujeto quien reía con alguien más hasta desaparecer. Así que sin más este comenzó a subir de uno en uno, hasta quedar del otro lado de la barra de metal. Poco a poco este se abalanzaba hacia adelante, hasta que una voz se escuchó detrás suya.
— Por favor no lo hagas.
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