Capítulo 6: Nunca pensé que la definición de adorable serías tú.
Prácticamente se pasó todo el fin de semana con Hoseok. Además de haber tenido una agradable cena el sábado en su casa, el domingo fueron a una tienda de mascotas. El día anterior, Seok había mencionado que ahí se encontraba un cachorrito que quería mucho y visitaba cada que podía; en el departamento tenía prohibido tener mascotas. Por eso lo mantuvo en allí, para que los trabajadores lo cuidaran y no tener que dejarlo con sus padres, así que decidieron pasar a visitarlo.
Se escucharon unos toques en la puerta de su casa mientras terminaba de prepararse. Al acercarse a esta para abrirla, la figura de ese castaño oscuro apareció; llevaba un gorro negro en la cabeza, un abrigo ancho color blanco y unos pantalones sueltos de igual color, junto a un pequeño bolsito en forma de maleta color pastel cruzado por su pecho. Todo esto junto a su hermosa sonrisa.
—¿Yoon? —movió una de las manos frente a sus ojos, tratando de hacerlo reaccionar—. ¿Crees qué no me veo bien? —preguntó, con cierta desilusión.
—No... al contrario, te ves muy lindo, Hoseok —halagó con sinceridad, sin dejar de mirarlo, y su comentario le devolvió la sonrisa al contrario—. Aunque, ¿no crees que te ensuciarás mientras estés jugando con Micky?
Hobi pensó un momento. Sí solía jugar bastante con Micky y a veces también jugaba con otros cachorritos y gatitos que le hacían compañía a su pequeño, pero eso lo hacía tan feliz que no le importaba ensuciar o rasgar su ropa.
—No importa. Solo quiero abrazarlo y jugar con él, no me importa nada más —él asintió ante su respuesta.
Solo quería que él estuviera feliz, y si estaba bien con eso, él no tenía problemas.
—Entonces vámonos, ya tengo curiosidad por conocer a el famoso Micky —dijo tomando su teléfono y cerrando la puerta tras él.
—Deberías, mi pequeño bebé es tan adorable como yo —presumió, al comenzar a caminar totalmente emocionado.
—Eso no lo dudo —se murmuró, para luego seguirlo.
Su camino hasta el local estuvo lleno de conversaciones entretenidas y risas compartidas; solo con él disfrutaba tanto de una conversación, solo con él se permitía sonreír ampliamente sin tener que fingirlo. En el poco tiempo que se llevaban conociendo, Hoseok le estaba provocando sentimientos y sensaciones que nunca había experimentado, y también estaba aclarando las dudas que siempre estuvieron en su cabeza; sobre su sexualidad.
No mentiría, siempre tuvo sus inseguridades. Sus enamoramientos con chicas fueron pocos, pero en el transcurso de la relación, siempre sintió que faltaba algo; esa necesidad de estar al pendiente de la otra persona, de mirarla sin aburrirse ni un segundo, de escucharla hablar hasta que no pudiera contar nada más, de desear sus besos y caricias, de decir las palabras "te amo" con el corazón a mil.
Él no lograba sentirlo del todo, por esas razones llegaba el desinterés y después, la ruptura. Pero pasar tanto tiempo con Hoseok, observarlo y escucharlo, saber que en muchas ocasiones él era el motivo de esa sonrisa que realmente adoraba, provocaba en su interior una mezcla de calidez y felicidad. Pero esperaría un poco más, no podía lanzarse a algo nuevo sin estar completamente seguro y preparado para ello.
No quería que las cosas salieran mal y que después todo cambiara entre ellos; no podría adaptarse a no verlo tan seguido y mucho menos a una versión indiferente de Hoseok.
En poco tiempo, se encontraron frente a su destino, un lugar lleno de colores llamativos con un gran logo de un cachorrito en la parte frontal.
Al entrar, una chica que trabajaba ahí los recibió y los llevó hasta la casita de Micky, esta era de color blanco y su techo era de un rosa claro. Hobi se arrodilló para estar más cerca de ella y segundos después, salió un animado cachorro con una camiseta rosa de rayas en tonalidades más oscuras hacia él.
—¿Cómo estás, mi pequeño? — preguntó con un tono suave y algo gracioso al revolver su pelaje—. ¿Me extrañaste, mi bebé? —sostuvo su rostro entre las manos.
Este estaba sumamente emocionado por ver a Hobi, y él estaba igual. El pequeño perrito no paró de lamer sus manos y de correr hacia todas direcciones, volviendo siempre a él, a su regazo. Seok se levantó con él cargado y se lo acercó.
—Mira, pequeño, traje a un amigo conmigo. Salúdalo, Yoon.
—Hola, Micky —dijo con una voz suave.
Él acercó su mano a la cabeza de este y comenzó a acariciarla lentamente, el canino se dejó tocar, moviendo su colita de un lado a otro.
—Al parecer le gustas —dijo Hobi al mirarlo con una sonrisa adornando su rostro.
—¿Tú crees? —lo miró—. Tal vez debería darte la razón —el contrario ladeó un poco la cabeza, confundido —, es realmente adorable, como tú.
Esto hizo que sus orejas se tiñeran de un rojo intenso en las puntas.
—Te-te lo había dicho antes —recordó, nervioso, mientras que él asentía disfrutando de su reacción—. Oh, ¿quieres ayudarme a alimentarlo?
—Claro.
Hoseok llamó a la chica de antes para que le trajera un maletín que parecía pertenecer a Micky; en él estaba su comida favorita, bocadillos, y muchos mini-conjuntos de colores. Su estilo y el de su mascota eran iguales; llamativos e interesantes.
Estuvieron un largo tiempo jugando con Micky y otros animales que también estaban ahí. Hasta Hobi lo comparó con uno de los gatitos blancos que vieron; este pareció agradarle mucho Yoongi ya que escaló por su camisa hasta llegar a su hombro y recostarse en el, escena de la cual Seok no dudó en tomar una fotografía, y muchas más con cada animalito.
Luego de dejar a Micky durmiendo, se dirigieron hacia una cafetería cercana para comer algo. Al estar en el interior, escogieron una de las mesas que se encontraba al fondo, cerca de los ventanales de cristal.
—Espera un momento, ¿tu hermanastro es Park Jimin? — preguntó incrédulo, al sentarse frente a él después de pedir su orden.
—Sí, es el que está en su primer año y forma parte del coro de la escuela —explicó sin esfuerzo alguno.
No sabía cómo la conversación que había empezado siendo sobre la cuidad donde vivía y su antigua universidad, terminó en Jimin; Hoseok lo había envuelto en preguntas curiosas que terminaron en su familia.
—Oh, entonces, te contaré un secreto —su tono mostraba cierto misterio y su mirada complicidad, Yoongi arqueó una de sus cejas por lo extraño de su expresión, pero igual se acercó—. Creo que a Kookie le gusta tu hermano.
—¿Kookie?.... ¿Hablas de Jungkook?
—¡Claro que sí! —se apoyó sobre sus brazos en la mesa—. Aún no estoy seguro del todo, pero por donde van las cosas y las pistas de mi vaga investigación, creo que es él.
—Ja, esto es increíble —rascó su nuca levemente, sin poder creer lo que oía, llamando la atención de Hobi.
—¿A qué te refieres? —preguntó, confundido.
—Pues, por casualidades de la vida, a Jimin le gusta ese tal Jungkook. Hasta me dijo que lo ayudara a conquistarlo, a pesar de que no soy de mucha ayuda si soy sincero.
—¡Woah! Eso sí es una coincidencia. Por eso me preguntaste si él estaba soltero, ¿cierto? —Yoongi asintió lentamente.
—Al menos quería averiguarle eso para que si, en algún momento se declaraba, no pasara por la vergüenza de escucharlo decir: "Lo siento, pero ya estoy saliendo con alguien". No podría soportar ser yo quien consuele su incesante llanto —negó mínimamente con la cabeza, provocando que una leve risita saliera de los labios de Hoseok.
—Oh... Y después dices que no te llevas bien con él, si hasta lo cuidas, a tu manera claro.
—Puede ser. Estoy aceptando de a poco que ahora tengo a una nueva familia —una pequeña sonrisa de boca cerrada adornó su rostro; se sentía extraño decir que ahora tenía una nueva familia, pero como había dicho, poco a poco lo estaba aceptando.
En segundos, sus bebidas llegaron a la mesa; ambos habían ordenado unos batidos chocolate y dos porciones de pastel de fresa. Después de tomar un sorbo de su chocolate a través de la pajita, Hobi llamó su atención, dando pequeños golpecitos en la mesa con su índice.
—¿Y si los invitamos? —sugirió, provocándole cierta duda.
—¿Crees que sería buena idea? —el castaño asintió varias veces, para después sacar su teléfono.
—Yo llamaré a Kookie, tú llama a Jimin, ¿de acuerdo? —dijo, mientras buscaba el contacto del pelinegro.
—... Está bien —procedió a hacer lo que el castaño le había dicho, y ambos aceptaron.
Claro, ninguno sabía que el otro iría.
Después de unos 30 minutos, Jimin apareció en la cafetería, vistiendo un suéter celeste y unos jeans de mezclilla. El rubio, al divisarlos a ambos juntos, se desconcertó y asombró un poco, por lo que hubiese preferido irse, dejándolos solos; no quería arruinar lo que parecía ser una cita entre ambos. Aunque tampoco entendía por qué Yoongi le había pedido que se encontrarán ahí sabiendo la situación.
Sin embargo, ya había sido visto y su nombre había resonando por todo el lugar, debido a la gruesa voz de Yoongi. Por lo que no tuvo más opción que acercárceles, tomando asiento al lado de su hermanastro y mostrando una sonrisa algo incómoda.
—¿Por qué no me dijiste que estabas acompañado, Min? —le susurró.
—Solo quería darte una sorpresa —su tono relajado y ciertamente fingido, solo evidenciaba su sarcasmo.
—Esto no es una sorpresa, él y yo casi nunca hablamos, ¿no crees que sería incómodo? —golpeó su brazo con el codo, a modo de regaño, aunque Yoongi lo sintió como un leve roce; su mirada estaba totalmente centrada en como Hoseok los miraba atentamente, sin dejar de beber de su bebida.
—Para mí no lo sería —intervino Seok, ganándose una mirada nerviosa por parte del rubio, y una sonrisa de boca cerrada por su parte—. Lo siento, es que lo escuché todo desde aquí.
Señaló a su posición, estaban frente a frente.
—Ah… yo también me disculpo. No sabía que también estarías aquí, hyung, por eso mi reacción —dijo con vergüenza y timidez, inclinando levemente su cabeza hacia adelante.
—No te preocupes. Además, yo le dije a Yoongi que no me mencionara, solo queremos ayudarte, Jimin.
—¿A-ayudarme? ¿En qué co..
—¡Hyung! —resonó una voz desde la puerta, haciendo que todos lo miraran.
El pelinegro vestido con un conjunto blanco y negro, hizo gran entrada al local, llevándose las miradas de cada chica y chico que notó su presencia. Jungkook se encaminó hacia su dirección y estando en su mesa, pretendía saludar a todos los presentes, hasta que su mirada se detuvo en el pequeño rubio de ojos brillantes frente a él.
—Eres tú —murmuró con suavidad—. Tú eres el chico del salón de música —lo señaló.
—Ah... ¿me-me conoces? —musitó, aturdido.
—¡Claro que sí! —tomó asiento al lado de Hobi, sin despegar sus ojos del chico—. Te he estado buscando por un buen tiempo, mi ángel —le sonrió ampliamente. Ante el apodo, las mejillas de Jimin comenzaron a calentarse fuertemente.
—¿Qué les parece si los presento primero? —Hoseok intervino, dedicándole una expresión de complicidad a Yoongi—. Kookie él es Park Jimin, Jimin… bueno, creo que ya sabes quién es.
—Mucho gusto... —dijo el rubio, tímido y enrojecido.
—El gusto es mío, Jimin —dijo en un tono suave, tomando su mano por encima de la mesa, para dejarle un corto beso en el dorso.
Por la sonrisa y lo rojo que estaba Jimin, y por lo coqueto que se estaba mostrando Jungkook, ambos se dieron cuenta de que habían tomado una buena decisión al invitarlos. Después de un rato llegaron sus órdenes completas, haciendo más fluida la plática entre ellos.
Todos se estaban llevando bien y no paraban de reír ni de lanzarse una que otra mirada coqueta entre las aún no oficiales parejas; eso es lo que se considera una tarde con buenas compañías.
Luego de unas horas, ya comenzaba a anochecer, así que todos volvieron a sus respectivos hogares; Jungkook con Hobi y Yoongi con Jimin. Los últimos, apenas llegaron, se encerraron en la habitación de Yoongi, ya que Minnie no podía aguantar la felicidad.
—¿De verdad me estás diciendo que le gusto? —preguntó por enésima vez, sentándose frente a él en la cama.
—Te he dicho que sí mil veces, ahora todo depende de tí —su voz se mostró cansada, no quería seguir repitiéndose.
—Lo sé, a partir de ahora haré todo lo que esté en mis manos para lograr ser su novio, no perderé esta oportunidad—él rió un poco, negando con la cabeza ante su graciosa expresión de determinación—. Pero, ¿que está pasando entre tú y Hobi hyung, eh? —cambió su tono a uno algo pícaro.
—Aún nada, solo nos estamos conociendo —dijo con sinceridad.
—Pero te gusta, ¿cierto? —indagó, mostrando gran curiosidad e interés en su respuesta.
—... Pues —en ese instante, su teléfono vibró en señal de una notificación; un mensaje.
—¿Quién es? —el rubio trató de mirar la pantalla, pero Yoongi rápidamente apagó su celular, evitándolo.
—Deberías ir a tu cuarto, Jimin. También debes ducharte así que ve, no seas tan curioso —dijo entre dientes, empujando levemente su frente con el dedo anular.
—Oh~, está bien —decidió levantarse para darle su privacidad—. Te dejaré solo para que hables tranquilamente con tu solecito~ —canturreó, sonriéndole antes de salir por la puerta; desbordaría su felicidad e idearía su plan de conquista en su propia habitación.
—Tss, ay Jimin —volvió a ver la pantalla de su teléfono, negando con la cabeza.
Hobi:
¿Estás despierto? ✓✓
Yoongi:
Lo estoy, ¿pasó algo? ✓✓
Hobi:
No, solo quería preguntarte si mañana estabas libre en la tarde. ✓✓
Yoongi:
Creo que sí, ¿quieres ir a algún
lugar? ✓✓
Hobi:
Sí, quiero ir al acuario. Hace
mucho que no voy, ¿quieres venir conmigo? ✓✓
Yoongi:
Me encantaría, a cualquier parte que quieras ir puedes contar conmigo, Hobi. ✓✓
Hobi:
Bueno, ya que veo tu interés, cada vez que piense en un lugar te preguntaré primero a ti, ¡buenas noches, Yoongi! ✓✓
Yoongi:
Espero que siempre sea así, buenas noches, Hobi. ✓✓
1/2
¡¡Feliz año nuevo!!
Cómo regalo aquí tienen un capítulo exclusivamente para su romanticismo.
Nota: No sé si sea tan romántica o cursi como los otros fanfic pero estoy dando lo mejor de mí para expresar cada gota de amor en ellos.
Entiendan, están leyendo un fanfic de una chica poco romántica.
Pero yo amo hacer esto así que de cualquier manera, espero lo disfruten.
Ah, otra cosita, escribo el nombre de Micky así porque es como lo escribió Hobi en una de sus publicaciones, así que quise ponerlo como él lo hizo.
Chaíto 💜
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