Capítulo 5: Me gusta simplemente verte.
Ok, es difícil encontrar imágenes iguales a las que me imagino, pero bueno.
DISFRÚTENLO
Estando en las puertas del instituto se le acercan Tae y Kook.
—Vaya, al fin lo vemos, señor Jung —empezó Tae con un tono cargado de ironía.
—Habla como si no nos hubiésemos visto en años, señor Kim —dijo él adoptado su mismo tono, para después reír.
—Podríamos decir que es cierto, últimamente solo pasas tiempo con el chico nuevo —ahora su voz se mostró un tanto pícara, provocando que se ruborizara un poco al pensar en los días que había pasado cerca de Yoongi.
—Estas imaginando cosas, Tae —negó con la cabeza, tratando de evitar su mirada.
—Sabes que no lo está —intervino Kook—. Pareces muy interesado en él, hyung.
—Ja, ¡dejen de decir todo eso! Solo somos amigos, ¿vale? —trató de hacerlos callar, pero su rostro colorado lo delataba por completo.
—¿Qué estaban diciendo que molestó a mi Hobi, eh? —se les acercó a ellos Jin, poniendo el brazo sobre sus hombros.
—No es nada, ellos solo me están molestando —dijo Hobi, mostrando su ceño levemente fruncido y un pequeño puchero.
—Oh —los apuntó con el índice—. ¿Cómo se atreven a molestarlo, ah? —dijo en tono divertido, para luego pellizcar sus mejillas con suavidad—. ¿No ven lo tierno que es?
—Tú lo proteges demasiado —le dijo Tae, a lo que él lo miró, arqueando una de sus cejas.
—Simplemente lo cuido —volvió a tomarlo por los hombros—. Sé que quieren toda mi atención pero él es mi prioridad —lo señaló, Hoseok rió mientras negaba con la cabeza.
—Si no vivieras regañándome diría que sí —murmuró Kook.
—Para eso debes comportarte primero, pequeño busca pleitos. Si fueras como mi bebé, tal vez te daría un poco más de atención —contraatacó.
—No vas a cambiar —intervino el de lentes, suspirando—. Podrías dejarle algo de espacio, ¿sabes? Cuando tenga novio no sé que te vas a hacer.
—¡Deja de decir eso, Tae! —reprochó el castaño.
—No lo haré, él tiene que entender que te está interesando alguien y que su comportamiento puede causar problemas. Solo le estoy advirtiendo —su comentario hizo que desviara la mirada.
En cambio, Jin metió las manos en sus bolsillos y lo miró con una expresión bastante seria.
—¿Quién dices que le está interesando? —el contrario se acomodó los lentes y señaló hacia el peligris que se adentraba a la escuela con una expresión molesta.
—Su nombre es Min Yoongi, está en nuestro mismo año, y le está dando clases privadas a Seok a cambio de ayudarlo con el tenis —resumió con seriedad—. Pero a Hobi le gusta.
—¿En que momento dije eso? —le cuestionó.
—Lo dijiste con los ojos. Además, el sonrojo en tus mejillas cada vez que lo menciono no ayuda a ocultar tus emociones —un leve bufido salió de sus labios al escucharlo.
—Mm, si ese es el caso —intervino Jin—, veremos cuales son sus intenciones.
—Jin —Hobi agarró su brazo, captando su atención al mirarlo con preocupación—, por favor contrólate, ¿si?
—Lo haré, Hobi, solo quiero asegurarme de unas cositas —besó la coronilla de su cabeza y luego le sonrió—. Iré a mi clase ahora, te veo después, ¿está bien?
Hobi asintió para luego verlo marchar, aunque aún seguía pensando en si fue buena idea decírselo.
—Dile adiós a tu casi futuro novio, Hoseok —dijo Tae.
—No digas eso, sé que él puede ser algo intenso de vez en cuando, pero solo quiere cuidarme —lo excusó.
—Si fuera así con nosotros también, te daríamos la razón —dijo Kook, para empezar a caminar.
—Buena suerte, amigo —Tae lo siguió, dándole unas palmaditas en el brazo.
Él se quedó en su lugar por unos segundos, pero luego los siguió. El comportamiento de Jin se basaba en que él y Hobi crecieron juntos; desde pequeños él siempre lo cuidaba y trataba de protegerlo, aunque normalmente exageraba cuando se trataba de él.
Después de sus clases fue al gimnasio más temprano para practicar; pronto se acercaba un campeonato entre escuelas. Solo faltaban dos semanas y media, y él y Nam iban a representar al equipo, por eso debía practicar mucho más.
Aunque Yoongi también llegó temprano, cosa que lo alegró, y mucho más cuando le pidió jugar. Pero al final terminó en el mismo equipo que Jin, que fue algo que nunca imaginó, tampoco que fuera bueno en un deporte que ni siquiera le gustaba.
Al contrario de él, Yoongi se veía muy molesto al terminar el partido, tanto que se fue rápidamente. Por eso lo siguió, quería saber por qué estaba molesto y si él era la razón, para poder disculparse. Así que al estar lo suficientemente cerca, lo detuvo al tomar su mano.
—¿Por qué... no te detuviste? —preguntó, algo agitado, el más bajo se giró completamente hacia él, sin molestarle el agarre.
Hobi también se recompuso y llegaron a casi igualarse la altura. La mirada del peligris era tan fría e inexpresiva para él, que llegó a sentirse intimidado por la manera en la que lo veía.
—¿Yoongi...
—¿Soy alguien insignificante para ti? —preguntó, interrumpiéndolo, después del largo silencio—. ¿Crees que no soy suficiente?
Hoseok vió como tragó con dificultad después de terminar, y podía jurar que sus ojos se estaban cristalizando.
—¿Qué? ¿Qué te hizo pensar eso, Yoongi? —dijo confundido.
—No lo sé, al parecer no le agrado a tu amigo y quiere que me aleje de ti —confesó—. Y yo no sé por qué no puedo controlarme al verte tan cerca de él, quiero que seas así solo conmigo, Hobi. Pero me alejaré de ti si de verdad lo quieres.
Esta vez su mirada se relajó, solo esperaba una respuesta de él. Sus palabras hicieron que su corazón diera un vuelco de emoción, no podía creer lo que escuchaba. Pero al mismo tiempo veía miedo e inseguridad en él, por lo que debía calmarlo.
—No quiero que te alejes, Yoongi. Y no dejes que Jin te moleste, él solo se preocupa por mí, por eso actúa de esa manera —aseguró, reafirmando más el agarre en su mano, queriéndolo convencer por completo—. Por favor no lo tomes en serio.
Él asintió, desprendiendo un suspiro de alivio. Ya hablaría con Jin por hacerlo sentir de esa manera.
—Dios, me siento tan patético —dijo Yoongi, cerrando los ojos levemente al echar su cabello hacia atrás—. Todo está tan confuso en mi cabeza que, en lo único que puedo pensar estos días es en tí... —sus miradas se encontraron en el instante en que dijo la última palabra, ambas con un ligero brillo de felicidad mezclada con asombro y nerviosismo—. Ah... ahora no puedo creer que haya dicho eso.
Dijo con vergüenza, provocando una leve risa en el castaño.
—Me gusta ocupar tus pensamientos, Yoongi. Y me gusta que lo hayas admitido —dijo con sinceridad, a lo que él contrario sonrió.
—Bueno, cambiemos de tema, por favor —su reacción volvió a hacer reír a Hoseok—. ¿Quieres que te ayude a estudiar hoy? —le sonrió un poco, y este ante su propuesta, asintió varias veces.
—Aunque —miró su ropa—, debo ducharme primero.
—Está bien, yo también tengo que hacerlo.
—Entonces vamos a las duchas y después a la biblioteca, ¿te parece?
—No tengo problemas con ese plan —al estar ambos de acuerdo, comenzaron a caminar.
Después de ducharse, de unas horas de tutoría, y de una conversación muy agradable con el chico de ojos rasgados, Hoseok se dirigió a su apartamento. Pero al estar en el ascensor, este fue detenido por Jin, quién entró también.
—Te alcancé, Hobi —le sonrió, al apoyar su espalda en una de las paredes de este.
—¿Ahora qué quieres, eh? —trató de sonar molesto y de mostrárselo al fruncir su ceño.
—Oh, ¿estás molesto conmigo? —se acercó un poco a él—. No lo estés, sabes que no me gusta verte enojado —hizo un leve toque en su nariz con una sonrisa divertida.
—No estoy jugando, Jin —esta vez estaba hablando en serio, y él lo notó, ya que se enderezó—. Yoongi casi deja de hablarme por tu comportamiento sobreprotector.
—No te lo tomes en serio, Hobi. Solo estaba jugando con él.
—Pues no deberías. Trato siempre de defenderte diciendo que solo me estás cuidando, pero no puedes seguir alejando a todo el que se me acerca, Jin. No soy un niño para que siempre estés al pendiente de mí —él guardó silencio, con la mirada seria, y volvió a recostarse en la pared.
Sí que era muy protector con él, tal vez demasiado, pero solo quería cuidar sus sentimientos y no dejar que otros le hicieran daño; no quería que pasara por el dolor de un corazón roto.
—Lo siento. Solo tengo miedo de que me dejes de lado cuando tengas a alguien —confesó, a medias, ya que esa era una de las razones, pero no la única. Este dirigió su mirada hacia él—. Solo te tengo a ti.
—Eso no es cierto —se colocó frente a él—. Están Tae y Kook, también tus padres y tu hermano, no solo me tienes a mí.
“Pero tú eres lo único que me da paz, no podría permitir que te rompieran...”
—Mm, lo dejaré en paz entonces, pero no puedes olvidarte de mí, ¿oíste?
—No lo haré, y tú deberías controlar tus celos, todos empezaran a pensar que te gusto —eso provocó una leve risa en él, ya que muchos pensaban eso.
—¿Quién sabe? Haríamos buena pareja, cariño —bromeó, haciéndole un guiño.
—Ja, eso sería muy raro —negó con la cabeza.
—Tienes razón, no me imaginaría besándote —simuló un escalofrío.
—Ni que yo tuviese muchas ganas,—el ascensor se abrió en ese momento, interrumpiendo sus risas—. Bueno, aquí me bajo. Tú deberías volver a casa, Jinnie, no preocupes a tus padres, ¿está bien?
—Lo haré, no te preocupes.
—Mas te vale —lo señaló con su índice al salir del ascensor, este empezó a cerrase así que agitó su mano para despedirse.
—¡Sueña conmigo, bebé! —gritó antes de que se cerrara por completo.
—Tonto —murmuró con una sonrisa, y luego se dirigió hacia su puerta, por la cual pasó y fue directamente a su habitación.
Dejó sus cosas a un lado y se lanzó a la cama, dejando que todo el peso de su cuerpo cayera en sus sábanas, cerrando los ojos poco a poco para lograr dormirse, hasta que el tono de su teléfono lo interrumpió. Pretendía ignorarlo y lograr descansar, pero al final lo tomó y contestó.
—¿Si? —su voz se mostró cansada.
—Ah… ¿estás ocupado? —esa voz grave que claramente reconocía fue lo que se escuchó, ante esto rápidamente se sentó.
—¡No lo estoy! —se apresuró a responder—. Quiero decir, no lo estoy —una leve risa se oyó desde el otro lado.
—Solo quería saber si ya habías llegado a tu casa. Me preocupaba que te hubiese pasado algo, ya que me dijiste que no te acompañara pero que me avisarías al llegar y... ya hace media hora de eso.
—Oh... cierto —recordó con vergüenza lo que le había dicho al despedirse—. Estoy bien y ya estoy en casa, así que no te preocupes. Llegué hace unos minutos, y no quería molestarte, sé que tu casa está en dirección opuesta a la mía.
—Eso no importa, hubiese sido mejor que te acompañara.... así sabría tu dirección.
—¿Eh? ¿Y por qué quieres saber mi dirección?
—… Curiosidad —dijo con un tono suave.
—¿En serio? —rió un poco.
—A decir verdad, no del todo, solo quería hablar más tiempo contigo —esto hizo que se emocionara un poco y que una pequeña sonrisa se formara en sus labios—. Y sobre lo de tu dirección, podría ir a visitarte en cualquier momento si la supiera. Siempre y cuando me lo permitas, claro.
Más rojas no podían ponerse las mejillas del castaño. Su risa se descontroló debido a sus nervios, y esto hizo que hablara sin pensar.
—Puedes hacerlo, cuando quieras puedes venir a verme.
—... Entonces, mañana iré a tu casa, ¿te parece? —esto solo ensanchó su sonrisa.
—Suena perfecto, te enviaré la dirección.
—La estaré esperando. Ahora dejaré que descanses, debes estar muy cansado.
—Está bien, buenas noches.
—Buenas noches —colgó, manteniendo su sonrisa, y luego le envío su ubicación.
Estaba tan feliz que dio vueltas en la cama por la emoción, tanto que segundos después se quedó dormido; el cansancio le ganó. Pero eso fue lo de menos, ya que al día siguiente era sábado, un hermoso y soleado sábado. Él se levantó a eso de las 7:30 para organizar y limpiar a fondo la casa. Aunque de por sí ya era una persona muy limpia y organizada, quería que todo estuviese impecable para recibir a Yoongi.
Hasta que, casi a las nueve de la mañana, mientras secaba su cabello luego de tomar una ducha, sonó el timbre de la puerta. Este, con la toalla mediana aún en la cabeza fue a abrirla, para encontrarse a un Yoongi vistiendo unos jeans negros y una camisa ancha de rayas blancas y negras, junto a unos tenis blancos, y llevaba consigo unas bolsas de comida.
—¿Me dejarás pasar o seguirás mirándome sin decir nada? —su tono divertido lo hizo reaccionar.
—Ah, sí, pasa —este lo hizo, él cerró la puerta y lo siguió—. ¿Qué es todo eso?—señaló a las bolsas que traía.
—Ingredientes —se giró un poco hacia él—. Hoy cocinaré para ti —le sonrió dulcemente para luego encaminarse a la cocina—. Tú deberías secar tu cabello, te enfermarás si no lo haces.
Él procedió a hacerlo con una sonrisa, le gustaba verlo en su cocina, concentrado en preparar lo que sea que hacía. Este terminó haciendo Bulgogi y Bibimbap con arroz, se suponía que ahora estaban almorzando.
Pero lo disfrutó, tanto la deliciosa comida de Yoongi como su compañía. Hubieron tantas risas, historias y pequeños roces que emocionaron de vez en cuando a Hoseok, el cual calificaba ese tiempo como las horas más relajantes de vida.
Y aquí quedé, de verdad espero que les esté gustando la historia🤗.
Chaíto 💜
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