Sospechas
Helen
¿Alguna vez estuvieron en ese momento más importante en sus vidas y la persona que más esperaban no llegó a acompañarte? Si lo han vivido van a comprender como es que me siento el día de hoy.
Un collar de perlas, tan costoso como una casa en la playa no pesa ni una libra en mi cuello al pensar que hoy no lo verán los ojos grises que quiero con todo mi corazón.
—Señorita Helen, sus padres la esperaban abajo. ¿Está usted lista? —Pregunta tras la puerta cerrada la nueva ama de llaves.
—Sí... ya bajo. —Respondo mirándome al espejo en aquel vestido tan precioso que no podré llevar con una sonrisa.
Mis manos se deslizan por la fina tela que tiene pequeñas decoraciones en perlas en la cadera, mi cuerpo ha cambiado tanto desde aquella vez... ¿Le gustaré así también?
Avergonzada aparto la mirada y me abrazo sintiendo otra vez las manos de Moisés abrazándome. Me balanceo un poco, cierro los ojos recordando todas nuestras aventuras, sus besos tan inespecíficos y su forma de explicarme las cosas que no comprendía... Todo eso hace eco en mí justo hoy, que además de ser mi cumpleaños número veinticuatro es mi graduación de grado... al fin se termina la cárcel de la universidad y comienza enseguida una nueva...
Mis tacones suenan en los escalones de la escalera y la sonrisa del "Elegido" por papá está bajo un smoking negro que le sienta bien, pero que le sentaría mucho mejor si fuese Moisés.
—Qué bella te ves —Comenta Papá tomando mi mano y dándome una vuelta— Te ves como una verdadera dama hija.
Asiento con la sonrisa perdida en algún lugar del país, porque ni el maquillaje me ayuda a demostrar la "Felicidad" de este momento.
—Helen —Prosigue papá irrumpiendo a mamá que iba a decir algo— Te presento a Maximiliano, él es un buen chico que se está preparando para convertirse en detective.
Asiento escuchándolo, es lo que debo de hacer para no perder el hilo de la "Felicidad máxima"
—Él es chileno, pero ha venido hasta aquí porque casualmente sus padres, quienes son mis inversionistas más fieles, han venido de vacaciones y por supuesto como ya lo hemos hablado antes —Papá mira a Maximiliano y luego a mí— Me gustaría poder contar con su "amistad", ya sabes, Maximiliano es un joven que se asemeja más a lo que tú eres, una dama de familia.
No puede molestarme más la idea de papá que viene a caerme de paracaidista justo ahora. Sé bien que no me libraré jamás de sus absurdos y que probablemente tenga que pasar tiempo con este chico en lo que obtengo un trabajo para marcharme de aquí...
—Ya hay fecha —Menciona papá sacándome de mis pensamientos— El mes que entra tú y él estarán casándose.
—Espera... —Lo corto indignada— Se supone que me darías la oportunidad de entenderme con él. Jamás accedí a casarme de bruces.
—No es de bruces, te doy un mes para que se conozcan. Pero Helen, como siempre estás haciendo escándalo por todo. Primero querías un novio y yo no te lo permitía, ahora que lo tienes refunfuñas... ¿Quién te entiende?
— ¡Pero yo quería elegirlo! ¡Quiero una vida que sea mía! —Grito enfadada.
— ¡Cállate Helen! —Grita papá por encima de mí— ¡Toda la vida has sido consentida! Te vas a casar con Maximiliano quieras o no, porque si no lo haces ya sabes que va a ocurrir con el enfermo ese. ¿Quieres de verdad ver todo el odio que le tengo en acción? ¿Te quieres arriesgar?
Muerdo mi labio bastante emperrada por la actitud que toma papá. Me tiene de manos atadas, jamás nadie me creerá que él me amenaza dentro de casa, nadie está de mi lado, nadie es mi testigo, y sobre todo no puedo ni avisarle a Moisés.
El joven Maximiliano observa la situación con evidente molestia, se ve que le incomoda estar entre ambos y ser la pera en discordia, apenada por aquello tomo su antebrazo y salgo de casa antes de que papá explote y sea de verdad el peor día de mi vida.
Cuando ya estamos dentro de su automóvil suelto el aire que me quedaba en los pulmones y con todo el peso que siento en mis hombros me cubro el rostro llorando.
—Perdona, yo no tenía idea de que las cosas fueran así... —Comenta él— Soy un extraño que viene a revolver tu vida y encima no puedo evitarlo. A mí me había explicado que solamente quería ver si tú y yo congeniábamos, y que en el caso de que así fuera pensaba en casarnos y yo aceptaría sin dudar, no sabes la ilusión que me hacía de conocerte, mis padres me han hablado mucho de ti desde mi adolescencia, me apena saber que es parte de un macabro plan para separarte de ¿Un amor? —Pregunta algo confundido.
Asiento apenada y recibo el pañuelo que me extiende para secarme el rostro.
—Moisés es el chico del que me enamoré en Chile. No sabes lo mucho que lo he extrañado, somos muy buenos amigos además de ser novios, pero todo acabó mal desde que papá se enteró de nuestro noviazgo...
—Con que Moisés es el nombre del chico que se ha robado el corazón de la Helen que yo tanto deseaba conocer... —Comenta con una sonrisa mirando al frente— ¿Sabes? No tengo ninguna intención de estar entre ustedes dos... pienso que si algo sucede es por algo, y no me atrevería a ser el que los divida.
— ¿C-cómo? —Sollozo— No deberías decir algo como eso... papá espera mucho de nosotros, seguramente si no cumples terminará rompiendo tratos con tu familia...
—Algo hay que perder para ganar ¿O no? —Le resta importancia alzando los hombros y encendiendo el motor— Yo aceptaré casarme contigo incluso sabiendo todo esto, porque si eso significa que serás libre... adelante, casémonos y seamos un papel más ¿Qué más da? No vamos a ir por ahí fingiendo algo que no somos.
Sonrió por lo que acaba de decirme. Para nada he visto a Max antes, pero es cierto que su carisma y la forma tan liviana de ver la vida me hacen un hueco de alivio en el corazón. Me alegra un poco, pero por otro lado sigo pensando que un día fue Moisés el que esperó en smoking y guantes blancos delante de mi puerta para ir a un baile... Como me hubiese gustado que funcionara...
Han pasado varios días en los que veo llegar a Max y de lleno de se va a la habitación sin decirme ni un "hola" está muy extraño, su actitud me deja sospechas de algo que he estado sospechando durante casi una semana.
Hace tres días atrás, hallé en su camisa de trabajo una línea de lápiz labial y justo hoy encontré un juguete vibrador que para comenzar no hemos comprado juntos y que asumo me enseñará esta noche... eso espero. Porque si no lo hace mis sospechas comenzaran a confirmarse.
Así es como cuando llega la noche y me acuesto a su lado nos quedamos viéndonos a los ojos. Él no dice nada pero me abraza por la cintura y acaricia el dorso de mi cadera con detención, quizá soy una mal pensada, quizá me hice ideas de paranoica.
—Helen... ¿Cómo estuvo tu día? —Pregunta viéndome fijamente.
—Normal... no hubo mucha afluencia de público. ¿Y el tuyo? —Indago curiosa— ¿Estuviste sólo en la oficina o te tocó salir?
—Estuve sólo en la oficina. —Responde rápidamente— ¿Por qué preguntas?
—Porque llamé a la oficina y me dijeron que andabas en terreno. —Respondo con una mentira, para ver su rostro, pero para mi sorpresa no se ha inmutado un solo segundo.
—En efecto, salí solo una hora a terreno, pero a almorzar. —Responde con seguridad.
—Ah... ya veo. —Me subo sobre él y comienzo a analizar su cuello, busco huellas de cualquier cosa que me pudiera indicar un engaño que me libere. Pero no hay nada.
Max sonríe divertido por mi forma de observarlo tan analítica que termina bajándome y haciéndome rodar hasta un lado.
—Descansa pequeña, mañana será un día agotador ¿No recuerdas? Es el matrimonio de aquel chico.
—Camilo, el amigo de Moisés —Le aclaro— No es mi amigo, y no fui invitada.
—Pensaba que sí... es de lo único que se habla en toda la ciudad, se comenta que será una gran fiesta con una nueva mezcla del Dj en vivo. Es como "De vuelta a las pistas" ya que dicen estuvo varios años fuera de ella. Bueno... como sea, ¿No sería bueno ir a echar un ojo y bailar un rato? —Pregunta sorprendiéndome.
— ¿Qué? No. ¿Qué voy a hacer yo por allá? Si me ve me echará a patadas. Le caigo muy mal.
— ¿Por qué le caes tan mal? Pensaba que todos eran amigos. —Ahora es él quien me pone la espada al cuello. Es obvio, es su trabajo como detective y muchas veces lo prueba conmigo... canalla.
—Porque él pensaba que volvería por Moisés —Respondo cortante mirando al techo.
—Pues que mal, se le ha pasado el tren porque yo ya tomé este recorrido mucho antes. —Responde con altanería mordiendo el lóbulo de mi oreja derecha— Vamos igual, entre tanta gente ni se dará cuenta de nuestra presencia, además yo quiero ir a bailar justo allí, en esa misma hora y lugar con mi mujer. ¿Se atreverá a largar a patadas a un oficial?
—No lo sé... pero estaría en todo su derecho. —Respondo bastante contrariada. Seguro allí también estaría Moisés... ¿Por qué querría ir justo al mismo lugar?
—No se hable más, estaremos allí y bailaremos. ¿Y quién sabe? Quizá pueda entablar más conversación con Moisés, porque seguro va al matrimonio de su amigo. ¿No crees que sería interesante poder charlas los tres? Además Selena estará feliz de acompañarnos, yo creo que Moisés podría entenderse muy bien con Selena en el ámbito paciente y profesional.
—Pero Moisés no tiene nada en sus articulaciones o músculos, no necesita de Selena que es kinesióloga. —Recalco esta última palabra— ¿Además por qué tendría que ir ella?
—Porque es mi hermana... ¿Cómo voy a dejar de invitarla al evento del año de esta ciudad? Si tengo la posibilidad de invitarlos a todos detrás de mí uniforme lo voy a hacer, son mi familia Helen. Y bueno... ya me voy a dormir, descansa pequeña.
Rápidamente me deja un beso y se voltea cubriéndose hasta los hombros y tira del cordón de la lámpara dejándonos a oscuras. ¿Qué fue todo eso?
Me recuesto con incertidumbre mirando hacia el otro lado. Se ha guardado aquel juguete y no me ha dicho nada sobre que haya pasado a ninguna tienda de aquellas. ¿En verdad estaré siendo corneada? Seguro es el karma que sabe no saco a Moisés de mis pensamientos y que pronto cometeré la locura de correr a sus brazos cuando descubra que me es infiel, mi conciencia se liberará.... Y volveré por él.
Por ahora debo pensármelo dos veces antes de actuar, papá llega la próxima semana a Chile junto con Mamá, y si no ven que las cosas marchan espectaculares por aquí podría comenzar a sospechar de Moisés y de que por supuesto nos hemos encontrado. Ruego al cielo que no sea así y poder de alguna forma rehuir de este matrimonio al que me ha invitado Max.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro