Selena
—Es-está b...bien. —Respondo incómodo.
—Bueno, veo que ya estás bien. —Sonríe la mujer de lentes— Que tengas buena tarde noche.
Es extraño como de un momento a otro es que recibes golpes que no mereces y luego se despiden así sin más... tal como lo hizo Helen hace ya tantos años...
He dejado pasar un par de días en los cuales he hecho varias cosas que me aconsejó mi terapeuta, he comenzado a ir a espacios públicos en los que no concurren tantas personas para "hablar" sino para apreciar algo. Es así como cada sábado asisto a una clase de Yoga con Kiara que muy amablemente se ofreció junto con su hermano que estaba teniendo graves problemas con el estrés entonces no tuvo más que sumarse, ¿Y saben qué? Ahora todo me sabe a Tiramisú.
Tiramisú porque estoy doblándome de diferentes formas con personas que sonríen sin hablar, con el hermano de Kiara que se queja de su espalda y de sus cinco hijos... todo aquello me hace sentir afortunado de alguna forma, tengo personas que me aprecian y me ayudan.
Un sábado cualquiera, cuando ya pierdo la cuenta de todos los sábados en los que he asistido, un tapete nuevo se estira delante de todos nosotros en las manos de una nueva persona que se presenta:
—Buenos días, me presento, yo soy Selena y vengo en reemplazo del profesor de yoga. Espero que podamos divertirnos en esta clase y que resulte tan gratificante para ustedes como para mí. Soy kinesióloga y anestesista, tengo treinta y muchos y nací en Temuco, al sur de Chile, pero viajé hasta aquí junto con mi familia y hoy vivo pues... ¡Aquí!
Todos le saludan pero enseguida noto quien es el gesto de tranquilidad se esfuma.
— ¿Qué pasa Moisés? —Me pregunta Kiara al notar mi drástico cambio de humor.
—N-ada. —Intento articular estirando mi tapete.
Mientras todos comienzan a ponerse en flor de loto comienzo a dudar en sí debería quedarme antes de ocasionarme un mal rato con alguien que no conozco y que no quiero conocer.
—Oye pero yo te conozco... —Me dice agachándose a mi lado.
Demasiado tarde para huir... pero no tan tarde para ignorarla.
—S-sí. —Respondo sin mucho ánimo estirándome hacia otro lado. Por supuesto que ha notado la distancia que quiero pero parece más una bacteria oportunista que me sigue hacia donde lleve la mirada — ¿Q-qué quiere?
—Que me digas tu nombre. —Me dice viéndome como si me analizara. Es extraña, me causa recelo.
Comienzo a sentirme acechado, no es nada agradable y agradezco que el hermano de Kiara se percate.
—Hola —Le dice a la instructora Selena— Quizá deba decírselo, Moisés no habla mucho con los desconocidos, está en terapia para tratar el asperger y por supuesto no se trata de algo personal... ¿Comprende?
—No es un desconocido —Argumenta sorprendiéndome— Lo he chocado con mi bicicleta hace unos días, por poco lo desplumé. Así que te llamas Moisés... bueno, discúlpame, pero te ves muy buena onda.
Selena se levanta y comienza a revisar que todos los demás estén haciendo bien sus ejercicios, pero el hermano de Kiara que parece reírse por lo bajo me golpea levemente el hombro.
—Ya la tienes, le abriste las aguas sin mucho esfuerzo. —Murmura cerca de mí.
Su comentario me molesta en un principio y luego le agarro el hilo por el simple consejo de mi terapeuta "A veces hay que ser más subjetivos a la hora de recibir una broma"
—Ni loco. —Menciono cuando ella pasa a mi lado. Claro que debe saber cómo proceder conmigo y espero se mantenga al margen.
—¡AAAAHHH! —Me grita repentinamente en el oído haciéndome caer con un profundo dolor.
— ¿¡Qué hace!? —Se queja Kiara viéndola enfadada.
Con normalidad ella le contesta:
—No está realmente concentrado. Se supone que las personas como él son buenos en temas en específicos, y tal parece este no es su tema.
—No diga eso a Moisés, es una mala profesional de la salud. —Le Refunfuña Kiara que me levanta como puede mientras yo no dejo de cubrirme los oídos.
Kiara y su hermano me sacan de la clase a vista y paciencia de todos, me siento humillado.
—Vámonos de aquí Moisés, esta tipa está loca. —Dice Kiara agarrando sus cosas del casillero.
—No sé qué le pasó por la cabeza a esa mujer, estuvo muy mal... Mira volvamos el próximo sábado cuando esté el instructor nuevamente. —Comenta el hermano de Kiara abrigándose.
Estoy demasiado contrariado y perturbado por lo que pasó en este lugar, no lo pisaría jamás, me siento sólo, quisiera que Helen estuviera aquí para decirme cómo reaccionar...
—Esperen. —La mujer vuelve y nos detiene cuando ya nos estamos acercando a la salida— Moisés, discúlpame, ¿Podrías acceder a venir al hospital? Puedo remediar lo de tu dolor de oído, porque seguro que te ha dolido demasiado...
— ¿Qué? Tiene que ser una broma—Dice Kiara posando sus manos en la cadera— ¿De qué vas?
—No voy de nada, solo soy una persona que se está disculpando. —Asegura Selena con el entrecejo fruncido viendo a Kiara que no le baja una raya a su enojo.
La escena puede estar transcurriendo entre ambas pero lo que está haciendo Eco en mí son la palabra "Humana" dentro de su frase, si ella también es humana como yo y se está disculpando lo que debo hacer porque Helen me lo enseñó así es...
—Está bien.
— ¿Moisés? —Kiara arquea una ceja incrédula.
—Ven mañana al hospital de aquí mismo. Yo trabajo aquí en Valparaíso, no en viña. Búscame, soy Selena Olate, trabajo en el departamento de kinesiología... por supuesto...
Asiento viendo sus ojos un solo segundo que me ha bastado para recordar que en uno de ellos hay una pequeña manchita de color oscuro que resalta en el verde de sus ojos.
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