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Yosano Akiko (Genderbender)

One-Shot

Él ángel y la mariposa

Advertencia, este escrito contiene violencia, intento de gore, posible OOC (Fuera del personaje), versión Male/hombre de Akiko Yosano.

Si alguien conoce al artista, puede mencionarlo. <'3

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No había mucho que describir, sus ojos se mantenía cerrados tan sólo pudiendo ver oscuridad, aunque de algo estaba segura y es que no se podía mover de donde estaba, suponía y debe de estar atada, además de que siente un horrible dolor en el cuerpo, después de todo la habían golpeado hasta que se cansaron de ella, y después la dejaron tirada como si de basura se tratase, eso era cosa de todos los días lamentablemente, pero esta vez se habían pasado de la raya, casi estaba segura que rompieron varios huesos, y además escupió, o mas bien vomitaba sangre, una sensación bastante horrible que aun puede sentir en su garganta, pero aún no entiende del todo porque no se podía mover, ¿estaba en un hospital?, tal vez, o tal vez no dado que fue sujetada de las muñecas y tobillos además de que cuenta con un cinturón en el vientre, no ejerce presión pero la mantiene inmóvil. —Te dejaron destrozada.—Escucho una suave voz hablando, ¿era él doctor?, se pregunta ella, mientras en vano intenta abrir sus ojos, pero le pesan tanto que es imposible, ah, se siente de lo peor aún, puede jurar que sangre sale de su nariz, al igual que de otras cortadas causadas por sus agresores, además ya esta apunto de perder la conciencia, no sabe como soportó para seguir consciente y soportar todo ese horrible dolor.

—Ya despertó...—Alguien murmuro bajo, causando que abriera sus ojos, y además de una gran sorpresa por lograrlo, puede notar rápido que no esta en el lugar de siempre, mas bien esto parece una oficina, no, un consultorio.

—Hmm.—Se levantó de donde estaba, mas bien se sentó, pues se dio cuenta que descansaba en una cama, usando un camisón, y trayendo la sabana encima suya.

—Tus ropas estaban arruinadas y manchadas, así que las tiré, y te puse esto.—Al fin pudo ver a quien le pertenecía esa voz, se trataba de un hombre joven, con cabellos oscuros y ojos brillantes, tal vez entre un color morado claro y rosa, además de una piel blanca, él se mantenía con una expresión neutra.

—Yo... Estoy...—

—Viva.—Termino él la frase. —Menos mal te encontré, los doctores no hubieran podido haber hecho mucho por ti, tenías hemorragias internas, varios huesos rotos al igual que costillas, ya estabas a un paso de morir.—Dijo en un suspiro aquello, a pesar de que a Yosano le encantaba atender a gente mal herida, con esta persona resultó algo diferente, no había sido por pelea, si no porque fue el sacó de boxeo de alguien o mas bien de varios, la dejaron en tal estado que ni siquiera debió usar sus instrumentos para empeorar su condición.

—Entonces... ¿Como estoy viva?.—Le cuestionó, ella no sonreía, y tan solo se dedicaba a ver sus brazos, los cuales no tenían ningún moretón ni quemadura alguna, habían vuelto a como eran antes.

—Mi habilidad me permitió salvarte, si sabes que hay personas así ¿no?.—Contestaba para ella mientras asintió ante lo dicho.

—Tienes una gran habilidad... Gracias a ti estoy viva.—Comentó con una sonrisa desganada, gracias a él volverá a sufrir, aunque no lo culpa ni guarda resentimiento, sinceramente le dio otra oportunidad para vivir... Aunque se pregunta si podrá aprovecharla. —Debo de irme ya. —Y así se levantó, pero él doctor la detuvo, con una de sus manos enguantadas sostuvo el brazo de la desconocida.

—¿A que te den otra paliza?. —

—. . .—Guardo silencio, bajando la mirada.

—No es mejor denunciarlos, ellos prácticamente te mataron.—Dijo con dureza, la mirada de la joven seguía baja.

—No es como si me gustará, pero debo de hacerlo hasta que termine de pagar...—Escupió con odio, apretando fuertemente los puños, le habían dejado una deuda que ni siquiera era suya, y ahora literalmente la estaba pagando con su vida. —Además ya hace tiempo acudí con la policía pero al parecer ellos no pueden hacer nada.—

Yosano quedo en silencio mientras dejo ir el brazo de la joven. —Entonces quedaté aquí hasta que se olviden de ti... Seguro piensan que moriste. —Propuso, ella no entendía porque era amable esta persona.

—Les causaré problemas, además... Ellos me tiraron frente de esta oficina ¿verdad?.—Akiko no dijo nada, pero con eso basto para saber que tenía razón.—Seguramente sabían que tu podías salvarme, y por eso lo hicieron, estarán esperando por mi.—Sigue con una sonrisa amarga la cual deja ver todo su sufrimiento hasta ahora, aunque suaviza su mirada ante él doctor. —De nuevo disculpa las molestias, y gracias por darme otra oportunidad para vivir.—O mas bien para sufrir, piensa Yosano él cual se queda callado, pues no la quería dejar ir, puede detenerla, hacer que los otros actúen, pero apenas ve decisión en los ojos opuestos que duda en intervenir, ¿esta bien así?, una duda queda dentro de él, para cuando reaccionó ella ya se había ido, preguntándose porque se obliga ella misma regresar al horror y dolor.

†††

Golpe, tras golpe, otra vez dolía cada parte de su cuerpo mientras escucha como se echan a reír a causa de su sufrimiento, por un momento mostró odio con esos ojos apagados suyos, eso causo que recibiera una buena bofetada. —No me mires así perra.—Dijo aquel hombre robusto, él dueño de sus pesadillas. —Deberías estar agradecida conmigo te salve.—

—Solo para hacerme sufrir de muevo.—Dijo entre suspiros, intentado levantarse, pero en cuanto lo hizo recibió un gran golpe en el estómago que casi le saca todo el aire, inevitablemente cayo de rodillas, mientras respira con dificultad.

—Callaté, bien que regresaste por ti misma, ¿me extrañaste no?... O se debe por esos mocosos que no son nada tuyo, pero te has empeñado en cuidarlos, incluso recibir sus castigos.—El río fascinado y con burla del amor puro que ella sentía por esos niños, tan cruel.

—Eso... Importa.—Apenas pudo contestar pues apenas recuperó el aire, escuchó de nuevo una risa malvada, cuando alzó la mirada se topo con un filoso cuchillo, por inercia se echó para atrás.

—No. De hecho fue una suerte encontrarse con ese doctor, o sea que si te vuelvo a medio matar él sin duda te salvará ¿no?.—Ve como esa asquerosa sonrisa se agranda mas, en un parpadeo sintió como el cuchillo se clavo en su piel, en su hombro, gritó fuertemente, y gracias a eso recibió otra bofetada que la tiró al suelo, para después sentir otra punzada en su pierna, esta vez el dolor fue mas perforó hasta lo profundo y después rajo dejando una línea abierta que brotaba sangre, gritó nuevamente y las lágrimas la acompañaron en su agonía, rasguñaba el suelo, rompiéndose las uñas tratando de mitigar su sufrimiento, y otra vez clavaron aquella navaja en su mano, atravesando fácilmente, como si fuera papel, era insoportable, maldecía el seguir consciente.

Y como si se tratase de un sueño el dolor desapareció, de nuevo había pasado frente a sus ojos estaba él doctor, su rostro estaba machando de sangre, de la suya. —De nuevo, esta vez fue peor, creí que moriría.—Menciono, cuando de nuevo la encontró, tenía cortes profundos, sus mejillas llenas de moretones, había perdido el color, realmente pensó que murió, se pregunta si estuvo bien lo que hizo, de nuevo la trajo a sufrir.

—Gracias...—Dijo, dándose cuenta que se mantenía con la misma ropa, manchas enormes la cubrían, como si su verdadero color fuera el rojo.

—Lo siento, esta vez no te dejaré ir.—Dijo con seriedad, sorprendiendo a la joven. —Sabes, me gusta hacer esto, salvar vidas, pero contigo es diferente, no te estoy salvando realmente.—

—Si lo haces, estoy agradecida de estar viva.—Dijo con una sonrisa, alcanzado la mano de su... Ángel, si eso es. —Señor ángel. —

Yosano alzo la mirada, aquellos ojos borrosos brillaron por un momento, pues vio a una persona que se preocupa por ella. —¿Porque?... Deja que te ayude, estoy seguro que puedo hacerme cargo de ellos.—Apreto la mano de esa joven, frente a sus ojos parecía una mariposa con las alas Rotas, destrozadas, quien sabe si podrá volver a volar.

—Son muy peligrosos, además resguardan con ellos niños... Me enteré de su existencia después de haber sido llevada.—Pronuncio, posando su otra mano sobre la que sostiene él doctor fuertemente. —Son capaces de tener trabajando a niños consigo y que la autoridad no pueda hacer nada... Deben tener grandes influencias, mi problema solo te afectará. —Quería ayuda, si, quería ser salvada que los niños también fueran salvados, pero no quería que otros se sacrificaran,a pesar de que es un acto noble, a la vez puede ser un martirio, y además teme a que todo fallará y las esperanzas solo se quedarán en eso, en esperanzas, después de todo al estar siempre estar atrapada en los brazos de la desgracia poder pensar en salvación en un final feliz le es imposible.

—Con mas razón.—Una pequeña y dulce sonrisa  se vio en el rostro de Akiko. —Trabajo aceptado.—Ella no entendió eso. —Y la paga será verte sonreír felizmente. —¿Porque?, aun se pregunta, a pesar de verse como una persona seria, e incluso aterradora para ojos de otros, Yosano en estos momentos era blando, una faceta que no deja ver mucho, pero esta vez la mostró, con una desconocida.

—Imposible.—Se zafo de esas manos, que la hicieron sentirse tranquila, y olvidara todo el dolor que ha experimentado, ella amenazaba con derramar lágrimas. —No quiero que nadie sea lastimado.—

—Pero tu si crees que mereces ser lastimada ¿verdad?.—El ya limpiaba esas lágrimas amargas. —No preguntaré de tu pasado, ni como terminaste así... Solo quiero salvarte, deja que sea un ángel verdadero para ti.—De nuevo sujeto aquellas manos suaves y temblorosas, mientras las beso tiernamente, cerrando sus ojos por un breve momento, si él pueda salvar una vida, entonces también es capaz de mejorar una ¿no?, quiere ver de nuevo ese brillar en sus ojos.

Lágrimas derramaban, pero extrañamente esta vez no eran de dolor, ni de tristeza, era una sensación diferente, como la de una madre teniendo a su hijo por primera vez en sus brazos, como cuando unas personas separadas se reencuentran por ultima vez, felicidad. 

†††

Pero tenerla de nuevo no sería fácil, cuando al fin habían llegado al lugar donde estaban, lo único que se encontró fue un vacío almacén, con manchas de sangre adornando el piso, ella tembló, sus ojos se desorbitan al pensar lo peor, no ve a los niños por ningún lugar, duele tanto, y este dolor no puede ser curado por Akiko, quien ve con odio la escena, como de nuevo es arruinada ella, tan rota. —Ellos estaban aquí, lo juro.—Pronuncia deseando que vuelvan.

—Ellos están aquí.—Comenta él doctor quien sujeta del brazo a la joven a la vez que la atraía con fuerza, la había salvado de un bala directa en la cabeza.

—Eres una maldita soplona...—Reconoció esa voz, era aquel hombre que la mato dos veces, Yosano tenso su mirada, puso a la chica detrás suyo, mientras ella se pregunta como la descubrió. 

—Y tu un maldito cobarde, ¿acaso tienes miedo de enfrentarme?, se te han caído los pantalones.—

—Cabron, te enseñaré a respetar a tus mayores.—El uso de nuevo la pistola que pudo provocar la muerte de ella, Yosano la evadió fácilmente y él hombre no fue capaz de ver cuando de su maletero, sacó un cuchillo largo y ancho, era tan filoso que brillaba, para cuando se dio cuenta estaban frente a frente, él amenazando con cortar su garganta y sonriendo maravillado porque podría hacerlo sufrir.

—Que pasa... ¿No me enseñarás a respetarte?, que tal si yo te enseño a sufrir, no te preocupes será divertido. —Dijo con una sonrisa siniestra, y entonces le dio una patada en el estómago, él hombre se estrello contra una pared, fue tan fuerte el impacto que uno de sus dientes salió volando. —Bueno, al menos para mi lo será. —Dio pasos lentos, haciéndolo esperar por sufrimiento, él hombre tembló sin creer que recibiría su merecido, incluso ya estaba llorando suplicando porque se detenga. —Eh... Esto es patético, no es ni la mitad de lo que le hiciste sentir a ella.—Sus ojos se afilaron contra esa persona, extrañamente para Yosano, él hombre río, Akiko arqueo la ceja ante esa reacción.

—¿Q-Que acaso es tu amante este tipo, ya te acostaste con él?... —Dijo entre sollozos y apenas audibles risas. —Crees que él te sacará de tu miserias, no se que te habrá visto, ¿te la quieres quedar?, adelante para mi sólo era un saco de carne para golpear.—Decía él hombre en el suelo, esas palabras acabaron con la paciencia de Yosano, que piso fuertemente la mano de esa desagradable persona ejerciendo gran presión, seguramente rompió un par de dedos, él hombre grito lleno de agonía.

—Callaté la boca maldito cerdo...—Escupio con profundo odio, aun pisando fuertemente la mano del hombre que alzo tantas veces la mano contra su mariposa, si, le gusta como suena eso.

—Los niños... ¿Donde están ellos?.—Al fin habló ella, para acercarse a la escena, ¿que si sentía lástima por él?, por su puesto que no, después de todo le hizo tanto daño.

—En la basura... Tal vez usados como abono.—Aun se atrevía a reír y burlarse, Akiko afiló mas su mirada, pero antes de que él pudiera hacer algo mas, escuchó como a una arma le es quitado el seguro, ella había alcanzado esa arma con la que iba a ser asesinada, ahora la apunta contra su verdugo, sabe que miente, o eso quiere pensar.

—¿Donde están?.—Preguntó nuevamente, su voz se rompía mientras articula la pregunta. —¡Habla!.—

—¿Que harás disparar?... ¡Anda a ver si tienes las agallas!.—La reto, ella mostró determinación en su mirada, rencor y venganza es lo que vio él doctor.

—¡Alto!... No lo hagas, no vale la pena ensuciar tus manos con basura como él.—Pero ella no escuchaba sus palabras esta sumida en el dolor y venganza, tan sólo debe tirar del gatillo y entonces le hará un favor al mundo, pero sus dedos tiemblan al querer hacerlo, ¿porque no puede matar a quien la atormentó?. —¡Tu no eres como él!.—Eso respondió a su pregunta, pero aun así mantenía la arma contra él, era injusto que saliera impune de sus crímenes, quería que pagará, que nadie mas tuviera que tratar con él, y ella tiene la solución en sus manos temblorosas.

—¡Hazlo!.—Insistió él viejo, ella grito fuertemente antes de tirar del gatillo, y el ruido del disparo se apodero de la escena, dejando helada a la chica, quien se dejo caer de rodillas.

No pudo hacerlo, desvío su tiro hacia la pared, quería llorar pero no lo hizo, no le daría el gusto. —. . .—Yosano se quedó en silencio, aliviado porque ella no se dejo llevar por sus emociones, la veía destrozada, pero no era tiempo para consolar, si no para hacer justicia, por eso se puso de cuclillas frente a el hombro, y lo sostuvo de su cabello, arrancando sin piedad algunos. —Te puedo medio matar sabes, lo puedo hacer las veces que quiera... Incluso aún cuando me digas donde están los niños lo seguiré haciendo.—No era una amenaza, era un hecho, aunque tal vez exageró con el número de veces, ni él mismo gastaría su habilidad en basura como él.

La aura de Yosano era suficiente para que él hombre tiemble, y deje sus tonterías de hacerse el valiente atrás. —Estan en una de sus cajas.—Señalo con sus dedos rotos. —Los dormí solamente.—Se sincero, ante la mirada de muerte que le dedica él doctor.

La chica regreso al Escuchar que ellos estaban aquí, se levantó rápido y sin dudar fue hacia la caja, la abrió rápido y allí estaban los pequeños, dormidos pero vivos, su sonrisa volvió por unos segundos para después abrazar a uno de ellos con fuerza, Yosano sonrió satisfecho ante la escena, y entonces le dio otro golpe al hombre, justamente en la cabeza.

—Muchas gracias señor Ángel.—Dijo ella, él tan solo se alegró después de ver la sonrisa llena de felicidad de su mariposa.

—Ahora puedes volar... ¿Verdad?. —Dijo aquello mas para si mismo, pero aún no acababa su trabajo, él hombre tenía otra arma, fue descuidado por dejarse llevar, apunto contra la mariposa que él quería proteger, un nuevo disparo se escuchó... Podía dejarlo pasar, pero no, no quiere verla morir una tercera vez.

La sangre salpicó, alguien fue atravesado con esa bala, su rostro se manchó de sangre él la había protegido, lo atrapó entre sus brazos, Yosano sonreía. —No te preocupes estaré bien.—Dijo con seguridad, pero la chica no pudo evitar llorar se hizo realidad su pesadilla, una risa desagradable resonó.

—Pues tu amante no duró para nada... Te obligaré a enterrarlo, y después te golpearé. —La horrible persona se levantaba e iba contra la chica, quien mantenía sus ojos llenos de ira y lágrimas, la invadía el arrepentimiento, antes de que él fuera capaz de hacerlo algo contra ella, la mano enguantada del doctor se levantó al igual que él, lo tomo del brazo y después con violencia lo dejó caer al suelo.

—No te atreves a tocarla, con esas manos asquerosas.—Ambos quedaron sorprendidos con la recuperación del mayor, su camisa se mantenía con sangre un agujero en esta.

—¿C-Como?.—

—Puedo usar también mi habilidad conmigo.—Contestó. —Bien, es hora de que pagues por lo que hiciste, justo ¿no crees?.—Sonrió, y al hombre casi se le va el alma.

†††

Y gracias a la agencia todo pudo ser resolvido, pasaron una semanas para que los niños fueran instalados en orfanatos, Yosano ayudó a la joven incluso dejó que viviera en su hogar mientras pudiera abrir sus alas nuevamente.

—Creó que ya es hora de irme.—Pronunció ella, estaban en el hogar del Akiko, quien sinceramente no esperó esas palabras.

—¿Porque, algo te molesta... Mis instrumentos tal vez?.—Ella negó con una sonrisa, una verdadera y feliz, esas que alegraban el día a Yosano.

—Fue demasiada hospitalidad... Debería buscar un lugar donde vivir.—Le comentó, Yosano suspiro, para ir con ella, y enfrentarla cara a cara. —Ya he conseguido un trabajo así que no será difícil. —

—¿En serio es por eso?.—En realidad no, simplemente ya no deseaba abusar de la bondad del doctor.

—Seguro que quiere tener su espacio y eso.—Se encogió de hombros.

—Si tu eres la que invade mi espacio no me importa.—Contesto, la chica se ruborizó un poco, esas mejillas suaves se pusieron rojas, esta vez por un sentimiento y no por sufrimiento. —Además si te vas, este pobre ángel se quedará sin quien proteger.—Yosano... ¿Enamorado?, tal vez, algo lo flechó muy profundo, como si viera el rostro de ella era suficiente para sentirse vivo. —Pero tampoco pienso romper tus alas, si quieres volar lejos puedes hacerlo.—Sujeto sus manos, como esa vez en que la salvo por segunda vez.

—Yosano...—

—Es la primera vez que me dices por mi nombre.—Sonríe, besando esas manos tersas y suaves. —¿Puedes hacerlo de nuevo?. —Alzo su mirada, ella se ruboriza hasta no mas poder, y tan solo admirando el bello y dulce rostro de su ángel.

†††††††

¡Espeeo les haya gustado!... Quise traer algo nuevo ¿demasiado raro? ¿O inesperado? (?) es la primera vez que uso GB la verdad hace tiempo no sabía que escribir pero al fin pude :'D me siento muy feliz, bien me retiró, mi celular solo le queda 5% ; u ;

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