Julio y Manuel llevaban meses juntos como pareja y Manuel habia decidido que le iba a pedir la bendición de el peruano.

Era de noche y el chileno y peruano estaban en el comedor guardando sus objetos de escritorio pues habian terminado algunos papeles en la casa de Miguel.

Miguel estaba por decirle al invitado que se vaya de su casa mas manu empezo a hablar.

—Miguel ¿Te puedo pedir algo?—

—claro, que pasa—dijo relajado

—te queria pedir permiso—

—¿Para que?— levanto la ceja

—pues... estoy saliendo con julio y quiero pedirte permiso—

Sin previo aviso Miguel saltó a la mesa y agarrar al chileno del cabello.

No el peruano no estaba enamorado de julio y tampoco eran hermanos, mas Miguel y julio si lo parecian el querer mutuo de los dos era como de familia. Asi que sí Miguel veía a julio aun como un niño inocente y al entender que el boliviano esta en una relación y peor aun era con su antiguo enemigo fue como que le echen un balde de agua fria, era más creible que este con el paraguayo mas no fue asi.

Miguel salio de su pensamiento y dijo.

—QUE ¿CÓMO PASO ESTO?—

Manuel simplemente no sabia como responderle a lo que con nervios le dijo

—tra~tranquilo—

Miguel al ver su cara de nervioso lo soltó, respiro hondo y se volvió a sentar.

Mientras Manuel estaba de miedo, pensaba que le iba a pegar.

—Manuel ¿tú quieres a julio de corazon?—

El chileno quedo en shock mas no duro mucho pues tenia que responder

—si, si lo quiero es más lo amo —

—¿Lo cuidaras?—

—si—

Miguel empezo a interrogarlo como si no hubiera un mañana.

Luego de una hora Manuel salio de la casa de Miguel en una pieza.

Si fue difícil convencerlo pero lo había logrado, bueno con una condición, no lastimarlo de forma física, psicologíca o/y emocionalmente y que no le tenia que decir como lo amenazó

Al llegar a su hotel llamo a julio.

—Manu que paso—

—hable con miguel sobre lo nuestro—

Todo quedo un silencio por un segundo para luego ser roto por el boliviano

—¿Que te dijo?—

—el acepta nuestra relación—

Se escucho un suspiro al otro lado de la línea a lo que el boliviano tomo la palabra

—mañana me cuentas te quiero hasta mañana amor—

—buenas noches—

Se corto la llamada y Manuel solo se entro a dormir.