Capítulo 2
La película no me decepcionó. Tony Stark estuvo sublime y disfruté mucho viéndolo picarse con el Dr. Strange. Jake estuvo en silencio toda la película, pero creo que le gustó, porque no se levantó del asiento hasta que no vimos todas las escenas post créditos.
De repente pasamos delante de un espejo y me vi. Me vi feliz al lado de alguien que no conocía de nada, al que había pagado para que me sacara un rato de casa y no me reconocí. Me agobié y pensé en Óscar y me sentí sumamente incómoda. Esa no era yo, ¿en qué demonios estaba pensando cuando contraté este servicio? ¿Tan sola me sentía? ¿¿Qué pensaría Óscar de mí?? Necesitaba irme de allí lo más rápido posible y fingir que nada de esto había sucedido. Ya había cometido "errores" en mi juventud con tipos que había sacado de mi memoria, no volvería a hacer algo similar y menos aún con responsabilidades mayores de las que entonces tenía.
- Bueno, Jake, gracias por todo, lo he pasado muy bien...
- ¿Ya te vas?, pensaba que después del cine iríamos a cenar... la solicitud era para cine más cena.
Sacó su móvil y entró en una aplicación, imagino para corroborar la información.
- Eh... sí, así era, pero tengo un mensaje de mi madre diciendo que el peque está rebelde y prefiero volver ya a casa - bien, Vero, una excusa creíble y no del todo mentira ya que realmente quería despedirme y volver pronto para recoger a mis pequeños. Los necesitaba- No te preocupes, no pediré reembolso del dinero ni nada, si quieres te puedo pagar el coste de una cena.
Dije mientras sacaba el monedero del bolso.
- ¡No! No es necesario, no quiero que me pagues nada. Es sólo que... Parecía que lo estábamos pasando bien y de repente te he perdido. ¿He dicho o hecho algo que te haya molestado?
Parecía angustiado, así que decidí sincerarme con él. Total, no le volvería a ver más, así que me daba igual que me tomara por lo que soy: una madre viuda que no puede ni quiere pasar página.
- No es eso. Me lo he pasado muy bien, pero... creo que no debería de haberte contratado. No me siento preparada para tener una no-cita. Ni siquiera una de mentira. Lo lamento mucho, creo... No, estoy convencida de que esto ha sido un error.
Conforme iba hablando mi tono de voz se iba apagando y mi voz quebrándose. Jake suspiró y me dio un abrazo que no quería ni esperaba, pero que me hizo sentir... bien. Y precisamente por eso lo aparté de mí, aún a riesgo de herir sus sentimientos.
- Lo lamento mucho, sé que no querías contacto -dijo suspirando- pero no sería yo si no lo hubiera hecho. Entiendo que has pasado por algo malo y que tiene que ver con el hombre de las fotos que había en tu casa. ¿Era tu marido?
- Chico listo... Lo era, pero ahora está en un lugar mejor.
- Lo lamento mucho, es duro perder a alguien a quien quieres.
Lo miré a la cara. Sí, era evidente que yo amaba a mi marido y que estaba aún rota por su pérdida. Pero ese era mi problema, no de este muchacho que sólo trataba de hacer bien su trabajo.
- La vida es así, no soy la primera ni la última mujer que ha pasado por una situación similar -dije encogiéndome de hombros- sólo necesito tiempo. O algo así.
No dijo nada más y empezamos a caminar rumbo a mi casa. Cuando estábamos cerca, su móvil sonó y se apartó para poder coger la llamada. Le esperé sumida en mis pensamientos mientras él hablaba. Cuando terminó se acercó, se le veía apurado.
- ¿Te importa si no te acompaño hasta tu casa? Me ha surgido un... asunto que debo atender.
- ¡Claro!, estamos al lado de todas formas y hay mucha gente en la calle. No te preocupes, Jake.
- Gracias, eres un cielo. ¡Te veré pronto!
Me dijo despidiéndose con la mano. No dije nada, no nos volveríamos a ver, pero igualmente agradecí su insistencia y amabilidad, realmente parecía que le importara. Le dije adiós con la mano y me giré para seguir a casa. Empecé a caminar cuando escuché unos pasos acercándose a mí rápidamente. Me di la vuelta y era él.
- ¡Se me olvidaba algo importante!
- ¿El qué...? -no me dio tiempo a reaccionar, me cogió de la cara y me estampó un beso fuerte en la frente. ¿Qué mierda...?
- Que descanses, preciosa, ¡Y sonríe, que te queda muy bien! ¡Tendrás noticias mías! - y se fue corriendo.
Me quedé ahí, atontada, notando aún la presión de sus labios sobre mi frente. ¿¿¿Qué tío se despide así??? en mis tiempos, desde luego, ninguno. ¿Y eso de insinuar que nos volveríamos a ver? Ni de coña, chaval, como no coincidamos en algún parque de bolas o en una película de Disney...
Llegué a casa, cogí las llaves del coche y llamé a mi madre. Recogí a los niños y al llegar a casa los puse a dormir directamente en mi cama. Necesitaba el contacto de mis pequeños para calmar esa sensación tan desagradable que se había instalado en mí desde la salida del cine y que nunca llevaba a nada positivo. Abrazada por esos dos cuerpecitos me olvidé de todo y me quedé profundamente dormida.
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Lo prometido es deuda y aquí está el segundo capítulo. En una semana subiré el tercero, sé que son cortitos, pero así no dejaré la historia a la mitad :p
Va dedicado a tod@s los que me leéis, los que acabáis de llegar a la historia, los que empezasteis a leerla cuando salí el prólogo hace un año y aún la estáis leyendo, también los que os habéis aburrido de esperar, los que votais, los que comentáis y también a los fantasmitas.
¡¡¡Gracias por estar ahí!!!
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