Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

➤Veintiuno.

Lauren bajó dando pequeños saltos por lo helada que estaba la escalera. Pareciera que estuviera congelado casi con una capa de escarcha de hielo. Su hada estaba casi sufriendo hipotermia arriba, así que tuvo que dejarla bien tapada para ir a preparar el desayuno.

Sí, estaba loca por estar sólo con unas bragas y una camiseta que le llegaba hasta más de seis dedos sobre la rodilla con este clima. Ni siquiera llevaba los pobres calcetines puestos para calentar los dedos de sus pies. Se iba a convertir en un trozo de hielo antes de alcanzar a prender la cocina, pero como todos sabían, Lauren botaba más calor corporal de lo normal y sólo tenía pequeños escalofríos de vez en vez cada que cortaba las frutas. Debía querer mucho a su hada para voltearse cada dos segundos asegurandose de que los tocinos friéndose no se quemaran para luego volver su atención al cuchillo para no cortarse los dedos. Así durante más de siete minutos.

Intentó secarse las manos lo más rápido posible pero sus manos ya estaban secas y entumecidas de frío. No le sorprendía si comenzaba a nevar; así también podría sacar a Camila para que conociera la nieve y todos felices.

Estaba divagando mucho y jamás lo hacía. Negó con la cabeza casi corriendo hasta su habitación para meterse bajo las sábanas.

Camila sonrió enormemente cuando vio su clásico bol lleno de frutas. Decir que amaba esto eran una expresión muy vaga.

Como desde hace días, Camila volvió a sentarse en sus caderas, apretándose contra ella sólo para sentirse más cómoda. Lauren ni siquiera podía comer bien cuando la sentía respirar en su cuello, de hecho, ya no sentía frío tampoco. Entonces, cuando Camila echó un pedazo de fruta en su boca para luego besarla de manera provocativa casi suplicando que envolviera sus brazos en su cintura, recordó que tenía que preguntarle cosas porque quería, no, porque necesitaba salir de dudas.

"Camz." Atrapó su cuello con sus manos y su labio inferior con sus dientes, haciéndola jadear y aprovechando el suave alejamiento para alejarla más. "Respóndeme primero qué te pasa."

"¿Qué me pasa de qué?" Y ahí estaban sus pupilas dilatadas nuevamente. Suspiró un poco.

"Has estado un poco salvaje." Camila se sonrojó furiosamente y sus uñas pasaron de un rojo a un color rosa. Sí, ella también lo tenía claro pero no esperaba que fuera tan notorio e incómodo cuando hablaran de esto. Bajó la cabeza avergonzada y se dio el impulso de levantarse queriendo salir de ahí, pero Lauren lo impidió, sujetandola fuertemente contra ella. "No dije que me molestara, sino que.."

"¿Te gusta?" Preguntó. Lauren la miró, turnando su mirada de un ojo a otro. Camila no había sonado inocente y podía apostar que tampoco lo preguntó con inocencia. Se asustó un poco, ¿Qué clase de hada inocente era esta?

"Sí, me gusta per..." Lauren no podía hablar con otros labios sobre su boca moviéndose de manera desesperada. Oh, Dios. Camila tenía que parar de besar su boca como si quisiera calentarla porque en otro momento no se estaría controlando, por eso mismo tenía que pararlo ahora. "Camila, por favor."

"¿Cuántos años te dije que tenía?"

"Ni siquiera recuerdo mi edad, Camz."

"Está bien, no importa, sé que tengo más de veinte y ese es el problema." Lauren alzó su ceja, completamente confusa.

"¿Qué problema tienes?"

"Mhm... Ya te dije que me gustas y tú me correspondiste, entonces ahora tengo la necesidad de tenerte más cerca." Lauren asintió un poco dudosa, no creyendo del todo lo que hablaba últimamente.

"¿No que esos acercamientos te los tenía que hacer tu esposo o lo que sea hombre?" Camila asintió.

"Sí, así es. Pero aún así tenemos instintos. Creo que la primera vez que tuviste cosas raras también hiciste lo que creías que tenías que hacer." Sí, eso era cierto. "Ahora... Si tú quieres enseñarme cosas, no tengo problemas."

"¿Estás segura de que todo lo que me dijiste desde que te encontré es verdad?" Camila asintió, casi quebrando su cuello por la rapidez.

"Lo prometo." Sonrió un poco. "Si no me quieres creer algo, está en tu derecho, pero yo di mi palabra."

Lauren asintió, seguía un poco confusa pero antes de que pudiera decir algo más, los suaves labios de su hada volvieron a estamparse con los suyos, terminando por fundirse en un beso suave. ¡Por Dios! Necesitaba urgentemente que alguien tocara la puerta para salir de ahí porque todo su cuerpo necesitaba sentirla y estar contra el suyo cumpliendo sus deseos carnales como se debe. Sus manos actuaron por sí solas, adentrándose en su polerón para acariciar su cintura con la yema de sus dedos, sintiendo todo su cuerpo poniendose en alerta y erizando cada vello existente. La respiración de Camila se volvía cada vez más errática y eso no estaba ayudando. Para nada. Con cuidado subió sus manos hasta toparse con la curva de sus pequeños pechos desnudos, suspirando por la suavidad de su piel e intentando controlar sus manos para no seguir subiendo, luego volvió a bajar hasta su cadera,donde se topaba con el borde del pantalón de chándal. ¿Y el frío que estaban sintiendo hace treinta minutos? ¿Qué era eso?

Camila gimió sobre su boca, moviendo sus caderas contra las suyas por un mínimo reflejo. Lauren sintió que su cabeza volvió a conectarse como si de cables sueltos se tratasen. La alejó suavemente, dejando pequeños besos en su boca antes de alejarla por completo. Quería preguntarle qué era lo que sentía ahora mismo, pero no iba a hacerlo.

Al menos no por ahora.

"No puedo hacer esto contigo todavía." Murmuró contra su boca, sentándose bien para colocar su cabeza en el pecho de su hada y escuchar el calmante sonido de sus latidos. Sintió un  ligero escalofrío al creer que Camila se enojaría, pero terminó por sonreír cuando la sintió abrazar su cuello, apoyando su cabeza sobre la suya.

"No quieres hacerlo conmigo pero con la Lucyfer sí que pudiste." Lauren rodó los ojos, alzando su cabeza para mirarla a sus ojos. Camila sonrió. "No estoy enojada, sólo digo."

"Síli digi." Comentó, burlona, escuchando una risita. "Dije que no puedo hacerlo contigo todavía porque a ti te quiero y no quiero lastimarte." Sonrió, avergonzada. No quería decir cosas demasiado tiernas porque no era lo suyo. "Con Lucy no me importó si nos queríamos o no. La verdad, eres la primera que me importa sentimentalmente, ¿Lo entiendes?" Camila rió, embobada. Amaba cuando Lauren decía esas cosas que la hacían querer besarla todo el día, también le gustaba sentir esas cosquillas en su abdomen y en cada lugar de su cuerpo que Lauren tocaba. Le gustaba ella. Era tan linda.

Lauren besó tiernamente sus labios justo en el momento en que sonaron pequeños golpes en la puerta de abajo. Bufó, levantandose hasta el clóset sabiendo que tendría que ponerse unos pantalones de chándal también. A no ser que a Camila no le molestase. Se giró, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa, ella negó.

"No, no vas a bajar así. Ponte algo porque no quiero que vean tus piernas. Me molesta mucho de sólo pensarlo." Soltó, Lauren se limitó a asentir, derrotada. 

Bajó corriendo, Camila caminando detrás suyo. ¡Vaya! ¿De verdad Camila estaba celosa de que incluso la miraran con el pijama puesto? Debe ser una locura, pero le gustaba, no lo negaba.

"Hola." Saludó la mujer. Lauren frunció el ceño, asomando su cabeza por la puerta comprobando que no hubiera nadie conocido o acompañante familiar cerca de la rubia. ¿Quién era ella?

"No te conozco." Suspiró, sin dejar de mirarla. "Escucha, si vienes aquí para hablarme de cosas que no me importan, te pediré amablemente que por favor te retires si no quieres que te cierre la puerta en tu cuerpo de jirafa." Respondió. No era su culpa; habían interrumpido un momento íntimo, y ni siquiera conocía a la tipa que fue capaz de semejante cosa. Sí, estaba molesta. La rubia ahora la miraba con el ceño fruncido.

"Guarda los dientes de perra rabiosa porque no he hecho nada que te molestase." Lauren la miró casi indignada. Bueno, al menos la chica no se quedaba callada y eso le gustó. "Normani me mandó a aquí porque le tocó trabajar hoy, cosa que no corresponde porque es día sábado. Pero no importa, la cosa es que necesita..."

"¡¿Dinah?!" Lauren se volteó cuando escuchó la voz completamente emocionada de su hada. La rubia también se calló, abriendo su boca ligeramente.

"¡¿Mila?!" Ahora Lauren la miró a ella, extrañada. Camila corrió hasta la rubia, saltando y agarrándose de su cuello. Dinah también la abrazó por la cintura, dando suaves y tímidas vueltas. "Tantos años, estoy llorando." Lauren soltó una ligera risita al notar que era cierto, pero su tono había sonado cómico, así que supuso que lo dijo con esa intención.

"Creí que jamás volvería a verte." Camila se bajó suavemente, limpiando sus lágrimas con sus pulgares. 

"Deja que este trozo de masa de pantruca" Dinah dijo, señalando a Lauren. "Me deje entrar porque hace frío aquí." Lauren abrió la puerta, viendo cómo la mano de Camila tomaba la mano de Dinah para arrastrarla hacia adentro. Unos celos crecieron en su interior, pero sólo se limitó a entrar detrás de ellas.

"¿Quién es Dinah?" Fue lo primero que preguntó. La más alta alzó su mano.

"Presente."

"Dinah es mi mejor amiga." Camila respondió, sonriendo. "También es un hada." 

"¡Shh, Camila!" Bufó Dinah, casi aterrorizada por la reacción de la ojiverde. Ningún humano debía saberlo y ella ahí, contando sus secretos.

"¿Qué tiene?" Preguntó, mirándola. "A Lauren le gustan mis alas y las cicatrices que tengo cuando las escondo, ¿Cierto, Lern?"

"Totalmente cierto." Respondió, embobada. Dinah alzó una ceja cuando su amiga le hizo el desdén a la más pálida de sentarse para luego ella sentarse sobre sus piernas. Bueno, algo estaba entendiendo.

"¿Ustedes son...?"

"No, pero me gusta Lauren y Lauren gusta de mí, ¿Cierto, Lern?" Camila la miró, sonriendo boba cuando la vio asentir rápido mientras envolvía los brazos en su cintura.

"Cierto, mi Camz." 

"Normani y yo no somos así de cursis, no se pasen." 

"¿Normani?" Preguntó Lauren, alzando una ceja. "Espera, ¿Tú eres con la que bailó en esa fiesta de por aquí cerca?"

"Exactamente." Asintió. Camila sonrió, moviendo sus pies ansiosa.

"¡Yo también quiero ir a una fiesta!" Exclamó, sintiendo cuatro ojos mirándola con gracia. "¿Qué pasó?"

"Ni siquiera sabes qué es una fiesta." Comentó Dinah.

"Y tampoco te dejaría ir si no estoy yo contigo." Aportó Lauren.

"No pensaba ir si no ibas tú." Dinah rodó los ojos. Demasiado romántico era ver a las dos mirándose sonrientes como para seguir viendo que estaban a punto de besarse, así que se tiró entre medio para terminar por separarlas.

"Demasiado asqueroso para mis ojos." Murmuró, asquienta.

"¿Qué se supone que haces aquí?" Preguntó Lauren, sonando más irritada de lo que esperaba. "Soné pesada, lo siento. Quiero decir, Normani te mandó aquí, ¿Por qué?"

"Ah, cierto." Se aclaró la garganta. "La semana pasada te invitó a salir con... ¿Alexa? No recuerdo su nombre pero tú no quisiste porque una tipa te había embrujado, y hoy venía a invitarte a salir, pero tu jefe la dejó encerrada trabajando, entonces me pidió que me quedara contigo."

"No entendí nada."

"¿Qué no entendiste?" 

"¿Cómo pasaste de hablar sobre una salida a que Normani estaba trabajando y luego de que viniste a cuidarme como si fuera un bebé?" Bufó, Camila soltó una risita.

"Eres un bebé, Lauren." Comentó, Lauren le dejó un rápido beso en sus labios, haciéndola sonrojar. "Mi bebé."

"Normani me dijo que te cuidara porque..."

Lauren la miró extrañada. Dinah se había quedado callada pensando en algo que parecía importante por su cara casi apunto de deformarse. ¿Qué le pasó a la pobre Dinah? Camila le hizo un gesto para animarla a seguir, pero ésta sólo se paró pasando sus manos por la cara, casi frustrada. Parecía enojada.

"¿Qué pasó?" Le preguntó Lauren sin la mínima intención de hacerla enojar o hablar si no quería.

"Es que, ¡Agh!" Exclamó, mirándolas sugestivamente. "Normani me dijo que te viniera a cuidar porque ibas a estar con... Con alguien que le caía muy mal y tenía que salvarte, y la única que está contigo es el angelito de Camila. Dime que tienes a alguien más aquí, por favor." Suplicó. Lauren suspiró. Conociendo a su amiga, ella jamás diría Alguien que me cae mal, sino más bien un Esa perra. Por supuesto, Dinah fue lo suficientemente amable como para omitir esa parte por el bien de Camila.

"Sólo estoy con Camila y ya entendí lo que dijo Normani y a mí también me dolió." Lauren suspiró, despeinando su cabello. "Si quieres, yo puedo.."

"No." La cortó Dinah, caminando con pasos firmes hasta la puerta. "Tengo que hablar con ella porque si me quiere en su vida, al menos tiene que respetar a una persona importante para mí." Oh.

Camila alzó una ceja. No estaba triste, pero sí entendía perfectamente todo lo que pasó y se sintió increíblemente pequeña, indefensa y cohibida. ¡Vamos! No es como si Normani pudiera disimular mucho cuando se trata de odiar a alguien, ¿Pero qué le había hecho a Normani para que se sintiera así con sólo verle la cara? Cuando Lauren era una dulce niña pequeña, ellas ni siquiera se conocían, y ahora, de adultas, apareció odiándola.

Oh. Espera.

¿Qué le pasó a Lauren en su adolescencia?

 









dmc098 No sé si te gustará el capítulo improvisado/veloz JFKEDJ pero feliz cumpleaños, cariño 💕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro