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➤Veintidós.

"Lauren." Gimió Camila, apretando su cintura con sus piernas, desesperada por tenerla presionada contra ella.

Lauren estuvo pensando todo el mes, intentando alejar a Camila cada vez que comenzaban a sobrepasarse. Le gustaba mucho respetarla, acariciarla como se lo merecía. Pero al final, pensó, ¿Sería muy rápido si decidiera mostrarle un orgasmo ahora? Quería hacer todo a su tiempo, pero a Camila no parecía molestarle cuando subían de tono, al contrario, ella siempre quería profundizarlo. Dejó de pensar en el tiempo cuando ya tuvo claro cuánto la quería y cuánto lo demostraría cuando la hiciera tener su primer orgasmo.

No importaba el tiempo si ella a este punto, ya sentía que Camila era lo que más quería en su vida.

"¿Quieres que me detenga?" Murmuró en su cuello, dejando suaves besos húmedos mientras apretaba uno de sus muslos, escuchándola jadear. Seguramemte la hada estaba húmeda, tal y como cuando despertaba por las mañanas luego de tener uno de sus sueños... Peculiares.

"No, por favor, no." Suplicó, enredando sus dedos en su cabello oscuro, cerrando sus ojos, concentrándose en la sensanción que producía la lengua de Lauren pasar en todo lo largo de su cuello, succionando su pulso, comenzando a sentir una punzada en donde más parecía gustarle. Camila sentía su centro palpitar duramente cada vez que Lauren mecía sus caderas contra ella, la fricción era deliciosa, algo como jamás se hubiera imaginado. "Oh."

En este momento, Camila quería sacar su propia ropa y la de ella. Ya se estaba haciendo incómodo no sentir contacto directamente.

No esperaba que después de ir a comprar, almozar fuera, volver, y lanzarse a la cama para descansar un rato, significara tanto. De hecho, no tenía claro cómo llegaron a este punto. Lauren realmente se había acostado a dormir abrazada a su cintura, pero, ¡Rayos! Realmente no tenía una sola idea de cómo terminó sobre sus caderas, recostada en su cuerpo, sintiendo las dulces caricias sobre su espalda... Al inicio.

La mano de Lauren subió para acariciar su cintura por sobre la playera, apretando, y terminando por morder su cuello cada vez que la escuchaba soltar pequeños gimoteos. Eran los sonidos más dulces que había oído, eran tan suaves y tan excitantes sentirlos en su oreja, sonando cada vez más consecutivos. La cara de Camila estaba levemente cortosionada de placer; su labio inferior encajado con delicadeza entre sus dientes, soltándolo sólo para dejar salir pequeños jadeos, sus ojos cerrados fuertemente, su ceño fruncido.

Lauren aún no podía creer que su hada, la que la cuidó cuando era una niña, ahora estaría debajo de ella, gimiendo, dejándose llevar con las reacciones que tenía su cuerpo. Menos podía creer que estaban llegando tan lejos cuando su subconsciente pedía, suplicaba, que se detuviera. Con tan sólo pensar que estaba quebrantando a su dulce hada, la hacía sentir muy culpable pero excitada completamente.

Lauren depositó un húmedo beso en su mandíbula antes de subir y atrapar sus labios entre los suyos, sintiendo esos delgados brazos enrollarse en su cuello.

El beso era tan desesperado, pasional, y aunque Camila no podía seguirle el ritmo a la perfección, Lauren sólo quería besarla. No importaba cómo lo haciera porque sentía que sus besos siempre serían perfectos.

Haló el labio de su hada, escuchando cómo volvía a jadear. Se preparó para meter su lengua en su boca por primera vez en todas las veces que se han besado, quería hacer todo más íntimo, quería probar si a Camila le gustaría intentarlo, o si al menos, la dejaba intentarlo.

Su teléfono comenzó a sonar, y Camila gruñó, pero ninguna se alejó. Camila metió con cuidado su mano dentro del polerón de Lauren, acriciando la suave piel de su abdomen, sintiendo sus músculos tensarse y su piel erizarse al segundo.

Su teléfono comenzó a sonar de nuevo, y Lauren no pudo evitar levantarse enojada, frustrada, teniendo ganas de golpear cualquier cosa que se le pusiera en frente.

No estaba enojada por no sentir la piel de Camila más a fondo, estaba enojada porque cada vez que su momento comenzaba a ir cada vez mejor y sentían que lo estaban disfrutando más que a nada, alguien tenía que interrumpirlo. Siempre tenían que matar el ambiente con sus tocadas de puerta, las llamadas, e incluso, la última vez Lucy llegó a su departamento abriendo la puerta como si de su casa se tratase. Dio una respiración profunda antes de contestar. No quería contestar de malas, pero si Camila hubiera sido la que detuviera el momento, ahora mismo estaría besándola con calma, mostrándole cuánto la quería sin importar si tenían sexo o no. ¡Pero eso no pasó!

"¡¿QUÉ MIERDA QUIERES?!" Gritó al teléfono, cansada, apretando el puente de su nariz.

"Wow, cálmate, Tigre." Normani. Ni siquiera había visto quién la había llamado, sólo contestó, y en parte, agradecía que fuera su negra antes que cualquier otro. "¿Qué te pasó?"

"¿Qií ti pisí?" Se burló, bufando. "Mira, hija de tu puta madre, lo que quieras decirme, dilo rápido porque no estoy de humor."

"Lauren, pero..."

"¡NI SI TE OCURRA PREGUNTARME OTRA DE TUS COSAS PORQUE YA ES SUFICIENTE CON QUE INTERRUMPAN MI MOMENTO CADA VEZ QUE PUEDEN!" Soltó un pesado suspiro cuando no recibió respuesta. "¡Lo siento! ¡¿Sí?! Estoy cansada, eso es todo."

"¿Ibas a tener sexo con tu hadita?" Preguntó, burlándose.

"No íbamos a tener sexo..."

"¿Entonces qué? ¿Iban a hicir il imir o cómo?" Rió. Lauren inconscientemente miró a Camila, quien la miraba con una sonrisa tímida, sus mejillas encendidas de rojo. Sonrió también inconscientemente. "¡¿Qué?! Lauren, esperaba lo cliché de todos, ¡¿Pero de ti?!" Soltó una carcajada, Lauren sentía sus mejillas calentarse. Oh, no, primero suena cursi sin haber hablado y ahora se sonroja, ¿Qué es ésto?

"¡Cállate!" Pidió. "Sólo nos estábamos besando. ¡Agh! Eso no te importa, ¿Qué quieres?" Normani soltó una carcajada más antes de aclararse la garganta y comenzar a hablar.

"Tú sabes que me gusta Dinah, ¿Verdad?" Lauren asintió, recordando rápidamente que Normani no podía verla.

"Sí."

"Bueno, yo..."

"A propósito." Interrumpió, ahora sintiendo su enojo volver. "¿Por qué tratas a mi Camz así?" Preguntó, frunciendo su ceño. Camila se sintió cohibida cuando oyó su apodo en medio de la conversación. "¿Sabes? Ya me estás estresando. Dinah hasta parecía que iba a llorar cuando se dio cuenta de quién habías tratado mal. Te juro que yo también romperé tu culo negro que tienes si no te controlas porque puedes ser mi mejor amiga, pero no voy a tolerar que nadie le haga daño, ¡Mírala! Camila es una bebé incapaz de matar a una mosca, así que..."

"Lauren." La cortó, rodando los ojos. "¿Me puedes dejar hablar?"

"No, tienes que escucharme..."

"Yo también quiero hablar." Volvió a interrumpir. Lauren iba a volver a contradecirle, pero unos brazos envolvieron su cintura desde atrás, rápidamente se calló, acariciando la mano de Camila. Normani tomó eso como un pase a hablar cuando realmente no era así. "Dinah llegó a mi casa enojada y me explicó lo mismo que tú. Cuando me dijo no volveré a hablarte hasta que le pidas disculpas, creí que lo decía de inmadura, de enojo momentáneo, chantajeo, ¡Yo qué sé! No pensé que en serio iba a dejar de hablarme." Hizo una pausa. "De verdad la extraño mucho."

"Qué pena, negra." Se volteó con cuidado, rápidamente encontrando la mirada de su hada. Posó una mano en su cintura, pegándola más hacia ella. "Es lo que te mereces por tratar mal a una criatura tan hermosa como Camila." Sonrió, viendo las mejillas de su hada volver a sonrojarse. Depositó un suave beso en sus labios, acariciando su cadera.

"Ay, no me digas que la estás besando." Normani rió. "De aquí escucho los sonidos que hacen, qué asco. Por favor, más respeto."

"Normani." Le dio un suave beso a su hada antes de volver al teléfono. Camila se escondió en su cuello, de pronto sintiéndose más avergonzada que cuando estaba gimiendo. "No entiendo cuál es tu punto en todo ésto."

"Estuve pensando y creo que..." Lauren alzó una ceja cuando no oyó nada más. "... Creo que deberíamos, no lo sé, juntarnos..."

"Conmigo no es con la que tienes que juntarte."

"Lo sé." Dijo, rápido. "Por eso quería preguntarte si podíamos juntarnos... Todas."

"¿Todas?" Preguntó, sorprendida. Quién diría que Normani sería la que lo pidiera.

"Sí, Camila incluida también."

"Supongo que vas a arreglarte con ella." Normani no respondió. Sí, eso significaba que quería arreglarlo al menos para volver con Dinah, pero no quería admitir nada.

"La otra semana." Se aclaró la garganta. "Ya puedes seguir con lo tuyo." Lauren rió, Normani terminando por cortar la llamada. Nah, ya no pasaría ningún otro momento subido de tono.

Camila vio cómo Lauren tiró su teléfono a alguna parte del cuarto. Definitivamente no cayó en la cama porque el sonido que hizo no era el de una almohada.

"Tu teléfo..." Sus palabras murieron cuando una vez más, sintió los suaves labios de Lauren tomar los suyos en un beso tierno.

Lauren tomó sus piernas y la alzó. Su hada rápidamente se aferró a su cintura y cuello sin dejar de besarla con calma.

Camila quería preguntarle algo porque se estaba sintiendo incómoda con sus pantalones, pero Lauren se adelantó.

"La otra semana saldremos." Murmuró sobre sus labios. "Así que tendrás que preparte y calmarte porque voy a estar contigo, y no voy a dejar que Normani diga algo feito si es lo que crees." Camila asintió.

Cuando volviera a pasar lo que la hacía sentir tan... Incómoda, se lo comentaría porque ahora, no era el momento. Ahora había que pensar en cómo tenían que ir a esa salida.

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