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Vidia

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El aire fresco del otoño acariciaba suavemente los rostros de las hadas, mientras el dorado de las hojas caídas pintaba el suelo con su elegante tapiz. La brisa, cargada de fragancias terrosas y matices de madera, se sentía mágica y vibrante. Era en esta estación cuando las hadas del viento, como la incansable Vidia, tenían más trabajo que nunca. Las amigas de Vidia se encontraban mirándola trabajar de forma intensa, ya que, esta estuvo todo el día haciendo su trabajo sin descanso, Vidia se dedicaba a limpiar el suelo de hojas en los senderos que llevaban a los pequeños refugios de los animales, mientras tanto, sus amigas la observaban, admirando su dedicación en medio de la labor.

Después de varias horas de trabajo intenso, Vidia sintió que sus fuerzas flaqueaban. Se acercó a sus amigas, donde el hada del agua, con su elegancia serena, le ofreció un refrescante brebaje que se deslizaba por su garganta como un río de energía.

—Uff, fue agotador— Exclamó Vidia, mientras se aliviaba con un suave soplo de aire que ella misma había creado.

Las chicas asintieron, reconociendo lo exigente que era la temporada para todas ellas, pues el otoño siempre tenían mas tareas principalmente las hadas del viento para limpiar las hojas que caían para abrir caminos a algunos animales que necesitaban y cuando caían en los lugares donde viven las hadas o sus lugares de trabajos causándole que les estorbe, su amiga pelinegra es alguien resistente en todos los sentidos, trabajando arduamente todos los días.

En medio de la conversación, Tinkerbell, siempre llena de entusiasmo, interrumpió con una chispa de emoción en su voz —¡Chicas, conocí a alguien increíble! — Su entusiasmo era contagioso, y todas las miradas se centraron en ella —Conocí a un hada llamada T/n, deben conocerla ¡Les fascinará!

—Cálmate dulzura te vez muy emocionada por eso— Rosetta, alisándose las pestañas frente a un espejo improvisado, sonrió ante la exquisita emoción de su amiga.

Fue entonces cuando Tinkerbell llevó a T/n, un hada artesana, hacia el grupo. Vidia, sorprendida, no pudo evitar dejarse atrapar por los encantos de T/n. El hada vestía un delicado vestido verde claro, que parecía estar hecho de suaves hojas y musgo, sus ojos, realzados con sombras brillantes de un verde profundo, destilaban una curiosidad infinita. Vidia, que siempre había considerado a las hadas artesanas como seres algo aburridos, se sintió cautivada por el aura vibrante y creativa de T/n. Vidia, que había estado en un trance de admiración, finalmente salió de su ensueño al escuchar su nombre.

—Vidia ven te presento a T/n—Tinkerbell le hace un gesto con las manos para que se acercara.

El hada del viento se acerco lentamente hacia donde ellas, conectando miradas con el hada artesana que la miraba con una sonrisa amigable, Vidia estrecho su mano en modo de saludo.

—Vidia— Se presentó, sintiendo una chispa de conexión en el instante en que sus manos se encontraron.

—T/n— Respondió ella, sus ojos brillando con una luz especial.

...

La luna se filtraba a través de las hojas de los árboles, creando un mosaico de luces y sombras en el suelo del bosque. Vidia, el hada del viento, revoloteaba entre las ramas, disfrutando de la suave brisa, de repente, su atención se centró en un pequeño claro donde T/n estaba trabajando con movimientos delicados, estaba dando forma a un objeto que brillaba con un resplandor verde y morado. Vidia se acercó intrigada en eso por instinto el hada artesana volteo a escuchar un aleteo a lo lejos observando a una de las amigas de Tinkerbell que había conocido, T/n con una sonrisa radiante, alzó el objeto entre sus manos. Al activarlo, cientos de destellos de colores comenzaron a danzar en el aire, como si fueran mariposas juguetonas.

—Mira, Vidia—T/n volteo a mirarla—este es mi nuevo invento ¡Crea luces que siguen el viento!

Vidia con sus ojos brillando de admiración, no pudo evitar sonreír.

—Impresionante, para algo tan... artesanal—Coqueteó, intentando ocultar su admiración.

Atraída por la alegría de T/n, Vidia tomó su mano y juntas comenzaron a volar alrededor del claro. El aire se llenó de luces danzantes, y las sombras de los árboles se tornaron mágicas, mientras volaban Vidia se acercó un poco más, disfrutando de la proximidad.

—Debo admitir que tus inventos no son tan aburridos como pensaba—Dijo Vidia, mirando a T/n con complicidad.

El hada artesana, sorprendida se sonrojó un poco—¿De verdad lo crees? —Sus ojos brillando con la luz de las estrellas.

Las hadas aterrizaron en una pequeña roca cubierta de musgo. El silencio se hizo entre ellas, solo interrumpido por el susurro del viento. Vidia, más atrevida, se inclinó un poco más cerca de T/n.

—Quizás deberías enseñarme a crear algo así—Murmuró, sonriendo de manera traviesa.

T/n sintió un cosquilleo en el estómago—¡Claro! Pero solo si prometes que no te aburrirás.

Vidia se rió—Prometido.

El viento se hizo presente haciendo que tenga que sostenerse en algo para luego las dos despedirse con una sonrisa en sus rostros, Vidia al aletear sus alas dejo que su viento recorriera por toda la mejilla del hada artesana causando que esta suelte una pequeña risa por las cosquillas que sentía.

...

Los días se convirtieron en semanas, y Vidia siempre encontraba excusas para visitar a T/n. Cada vez que llegaba, el hada artesana la recibía con una sonrisa cálida y un nuevo invento para mostrar. Un día, T/n presentó una esfera que proyectaba luces danzantes que imitaban varias formas de animales.

—Esto es hermoso—Dijo Vidia, admirando la delicadeza del invento.

Sin pensarlo, acercó su rostro y le dio un suave beso en la mejilla. T/n se sonrojó, y una risa alegre brotó entre ellas. Se quedaron mirando por varios minutos para luego conectar sus labios en un fugaz beso, las manos de Vidia paso por la cintura de T/n acercándola mas a su cuerpo sin despegar el beso mientras que el hada artesana enrollaba sus manos alrededor de su cuello, para luego separarse donde la artesana le dedico pequeños besos cortos en los labios de la chica que acepto con mucho gusto.

...

Un día, mientras Vidia y T/n compartían risas y pequeños besos en la casa del hada del viento, disfrutando su momento romántico sin vista de nadie; sin embargo, un grupo de hadas llegó volando esas eran nada más y menos que Tinkerbell, Rosetta, Fawn, Iridessa y Silvermist aterrizaron en el claro, estaban hablando animadamente hasta que vieron a Vidia sonriendo con T/n, quedaron atónitas.

—¿Vidia sonriendo? —Exclamó Tinkerbell con sorpresa. Las hadas se acercaron, y Fawn se inclinó para observar mejor.

—¿Qué está pasando aquí? —Preguntó, sonriendo maliciosamente.

Las amigas comenzaron a reírse al ver a Vidia, que intentaba mantener su actitud seria; pero una pequeña sonrisa se le escapaba por los nervios, de saber que había sido descubierta su relación con T/n.

—¿Qué haces con la hada artesana, Vidia? —Preguntó Rosetta recordándole todas las veces que decía que no le parecía nada interesante esas hadas excepto su amiga Tinkerbell, mientras Silvermist aplaudía emocionada.

Vidia, sintiendo el calor de la vergüenza, se sonrojó profundamente—Yo... solo estoy... disfrutando de su compañía—Balbuceó mientras T/n le daba un rápido beso en la mejilla, haciendo que Vidia se sonrojara aún más.

Las hadas comenzaron a coquetear y hacer bromas sobre la relación de Vidia y T/n, de cómo habían ocultado su relación por mucho tiempo, sin que se dieran cuenta sintiéndose tontas al no darse cuenta esos pequeños detalles cuando Vidia siempre tenia una excusa de llegar tarde a las reuniones planeadas.

—Parece que nuestra Vidia tiene un lado dulce que no conocíamos—Comentó Iridessa, con una sonrisa burlona.

—¡Eres un amor, Vidia! —Gritó Tinkerbell entre risas. Vidia intentó protestar, pero su sonrisa no podía ocultar lo feliz que estaba.

T/n divertida, se unió a las risas y le susurró a Vidia—No te preocupes, a mí me gusta este lado tuyo.

A pesar de la burla, el ambiente se llenó de amor y amistad, Vidia con toda la valentía presente tomó la mano de T/n la cual acaricio con mucho cariño conectando miradas con su enamorada que le dedico una sonrisa amable sintiendo como su cuerpo se relajaba voltea a mirar a sus amigas.

—Sí, estoy enamorada de T/n, y no hay nada de qué avergonzarse.

Las hadas, sorprendidas por la valentía de Vidia, estallaron en vítores y aplausos.

—¡Bien dicho, Vidia! —Exclamó Fawn. La risa se unió a la brisa del viento, creando un momento perfecto en el claro.

A medida que el sol comenzaba a ponerse, el grupo de hadas celebró la unión de Vidia y T/n. Los colores del atardecer se reflejaron en los inventos de T/n, creando un espectáculo de luces que maravilló a todos.

Vidia se acercó a T/n, le dio un beso en la frente y le susurró en el oído de la chica—Gracias por ser tú. Este es solo el comienzo.

T/n sonríe por el comentario—Gracias por hacerme ver lo hermoso que es compartirlo contigo.

Ambas hadas se abrazaron, rodeadas de sus amigas y envueltas en un resplandor de amor y amistad, se entrelazaron las manos admirando toda la función para luego darse pequeños besos de vez en cuando junto a los abucheos de sus amigas al ver las escenas románticas de sus amigas.