Tras Bangchan terminar de explicarle algunas cosas más y le hiciera firmar una especie de contrato pudo regresar a su departamento junto a Minho; el androide del cual debería cuidar.

Aunque, si él pensaba en la monotonía de su vida hasta ese día, la llegada del chico aún parecía demasiado difícil creer; pasó de tener una aburrida vida de universitario en la cual rara vez ocurría algo interesante, además de las aventuras que solía tener con sus dos (y únicos) amigos, a tener un androide que incluso parecía más humano que él viviendo en su departamento durante un año entero, uno en el cual debía lograr algo que empezaba a verse como imposible, porque apesar de que el chico sonreía, Jisung sabía que sólo era un fachada y realmente dudaba un poco sobre si lograría cumplir su objetivo. Después de todo, Minho no era más que una máquina con un corazón de hojalata.

Pero vamos, no debía ser negativo, quizás, y sólo quizás, no era tan imposible como creía.

Y ahora ambos estaban sentandos en en el sofá, viéndose en completo silencio.

Bueno, en realidad Jisung era quién lo veía, pues Minho estaba mirando fijamente a través de la ventana detrás suyo.

-Entonces, Minho-. Habló Jisung, y el nombrado volvió su vista a él- ¿Sabes por qué estás aquí?

-Claro que lo sé, tampoco soy idiota.

Jisung rodó los ojos.

De pronto ese tierno chico que habia conocido hace algunas horas y que creía amistoso comenzaba a desagradable un poco, parecía tener una respuesta para todo, y no le molestaría tanto si contestaría de una forma más amable.

-Pues te comportas como uno-. Minho le lanzó una almohada en la cara, haciéndole soltar un quejido y fruncir su ceño, ¿por qué creyó que sería divertido tenerlo metido en su departamento durante un año entero?- Dejando ese tema de lado, ya sabes por que te traje y te quedarás aquí durante un buen tiempo, así que voy a poner cierta reglas.

Minho asintió con desinterés, rondando los ojos y haciendo una mueca, logrando molestar un poco más a Jisung.

-Antes de hacerlo quiero que cambies esa actitud, no voy a hablar contigo mientras sigas comportándote así.

-¿Por qué debería?- Replicó, sonriéndole sarcásticamente ante la mueca que se formó en el rostro del peli-rojo-. Tus expresiones son realmente raras cuando te enojas... Creo que podría llegar a gustarme verte enojado, ¿sabes? Podría llegar a ser esa mi primera emoción, ¡sería genial! ¿No lo crees?- Finalizó, dándole otra sonrisa falsa.

Jisung le sonrió de vuelta mientras sacaba
su celular, recordando las palabras de Bangchan ante lo que debía hacer si Minho actuaba de esa forma, pero no era una sonrisa amistosa, claro que no.

Minho pareció notarlo, sin embargo se
mantuvo quieto en su lugar, observando lo que haría.

-¿Ves esto?- Señaló el icono amarillo en la pantalla, y Minho asintió- ¿Sabes lo que ocurrirá si lo presiono, no?

Volvió a asentir.

-¿No intentarás detenerme?

Él negó, y Jisung comenzó a sospechar. ¿Por qué de pronto estaba actuando de esa forma?

-¿No preferirías presionar el botón rosa?- Preguntó de vuelta-. Estoy seguro de que te gustará mucho más que ese aburrido botón amarillo.

Finalmente Jisung se rindió, tenía curiosidad por saber qué es lo que hacía ese botón, pero no iba a presionarlo sólo porque Minho le propuso que lo hiciera.

En cambio, tuvo una mejor idea.

-Hagamos un trato-. Dijo Jisung, un poco más calmado e intentando cambiar el tema parano terminar haciendo caso a Minho-. Tú serás más amable conmigo y yo haré algo que tú quieras.

Minho se mantuvo en silencio, observándolo.

-Bien, aceptó.

Jisung se sorprendió por lo rápido que aceptó, con lo (muy) poco que lo conocía supuso que no lo haría, y ahora debía prepararse para lo que sea que él fuera a pedirle, porque aunque sólo fuera un androide, para Jisung era un ser lleno de maldad, y tal vez, algo de ternura en su interior.

-Ahora dime algo lindo.

Minho le miró con extrañeza, sin comprender porqué debía hacerlo, y antes de que pudiera siquiera preguntar, Jisung volvió a hablar:

-Es para comprobar que no mientes.

Minho volvió a ver por la ventana pensando en qué decir, nunca antes había hecho algo así, por lo que se le dificultaba un poco.

-Las mariposas son lindas-. Dijo, y Jisung frunció el entrecejo.

-¿Qué? Creí que eras más inteligente.

Minho rió.

-Te referías a...

No pudo completar su pregunta, pues ahora era él quien había sido golpeado con la almohada.

-Bien, lo siento, pero no especificaste.

-Olvídalo, me voy a dormir.

Jisung se levantó del sofá y corrió a su habitación antes de que Minho pudiera decir algo, cerrando la puerta y tendiéndose en la cama, quedando boca arriba mientrasnobservaba detenidamente las estrellas que tenía ahí pegadas como decoración, que también le servían cuando sentía miedo de los inexistentes monstruos bajo su cama, pues brillaban en la oscuridad.

Pero al cerrar los ojos no pudo quedarse dormido. Estaba casi seguro de que Minho iría a verlo, y apenas iban a ser las siete, era demasiado temprano como para dormir.

No le quedó más opción que ponerse a pensar qué es lo que haría para llevarse mejor con él, porque a pesar de todos sus intentos por agradarle a Minho, no parecía querer levarse bien con él.

Pronto ya había pasado al rededor de una hora desde que se había encerrado en su habitación, y Minho no había hecho ni siquiera el más mínimo ruido.

Era sospechoso. Demasiado.

De pronto escuchó pasos apresurados por el pasillo y se levantó a ver quién era,
probablemente fuera la única persona además de él en el departamento, pero quién sabe, incluso podía ser Jeongin, tal vez Hyunjin.

Pero en el momento en que se acercó para abrir la puerta, esta fue abierta primero, golpeándolo en el rostro y haciéndole retroceder, algo aturdido por el golpe.

Minho sólo le veía con falsa diversión mientras intentaba contener su risa, y aunque esta no fuera real, seguía estando allí.

-¿Estás bien?- Preguntó, aún con su espalda recargada sobre el marco de la puerta.

Jisung le miró con molestia, sobando su nariz.

-¿Te parece que lo estoy?

Minho negó levemente y dejó sobre la cama la bandeja con hotcakes que traía como disculpa y muestra de que realmente intentaría ser su amigo, para luego regresar a su lado y llevarlo de vuelta a donde había estado anteriormente, sentándose a su lado.

-Lo siento-. Dijo, con una sonrisa apenada-. Sólo quería darte esto.

Nuevamente tomó la bandeja y se la entregó.

Jisung le miró curioso.

-¿Qué quieres que haga con esto?

-Es para ti-. Respondió-. Para que veas que quiero ser tu amigo y no volveré a llamarte idiota nunca más... Al menos no en serio.

-¿No estás bromeando?

Minho negó.

-Entonces está bien-. Sonrió, sintiéndose algo mejor al saber que ya no volvería a tener problemas con él- ¿Amigos?

-Amigos.

Minho le sonrió de vuelta, y Jisung pensó que su sonrisa era casi tan linda como él.

Al menos ahora comenzarían a llevarse bien, y estaban más que seguros de que si ambos ponían de su parte lograrían ser grandes amigos.

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