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Extra cuatro ; atardecer en el lago


Cuando MinHo despertó a causa de su teléfono sonando todavía se encontraba siendo usado cual almohada, a lo cual tuvo que ingeniárselas para tomar posesión del aparato y responder la llamada. Cuando oyó la voz detrás de la línea telefónica se percató de que era Felix, a lo que sonrió.

───Hey, Lix, ¿qué tal la estás pasando en el viaje? ───preguntó con alegría.

───La verdad me está yendo
muy bien, gracias, ¿y a ti?

───Anoche estuve con SooJin y JiSung viendo series, ahora mismo están durmiendo a cada lado de mí y usándome como una jodida almohada.

MinHo gruñó con algo de molestia, pero el dedo de JiSung le tapó los labios.

───Las almohadas no hablan. ───silenció el castaño sin abrir los ojos.

───¿Ese fue JiSung?

───Exactamente, no quiere que interrumpa sus sueños ───murmuró───. Bien, supongo que te llamaré más tarde, ¡ojalá ese trasero la pase bien, te quiero!

───¡No soy el-!

Y eso fue lo último que MinHo escuchó por parte su amigo antes de colgar. Unos segundos después apartó su celular y sintió a SooJin removerse a sus espaldas, colocando su rostro en la misma zona mientras se aferraba a su cintura.

───Tengo hambre ───murmuró la chica─── ¿podrías hacer el desayuno? ───cuestionó y Lee hizo una mueca extraña ante la pregunta.

───¿Desayuno? ya es el mediodía, SooSoo, deberíamos estár cocinando juntos ahora mismo, Hannah está en su trabajo.

SooJin gimió.

───Que pereza. ───se quejó.

───Opino lo mismo ───habló JiSung de repente, abriendo sus ojos para observar al par───. ¿No podrías ser un bonito novio y tener el lindo detalle de cocinar para nosotros? ───el castaño hizo una expresión tierna que tenía todas las intenciones de convencerlo.

───¿Me estás hablando en serio? joder.

───Vamos, tú cocinas muy bien. ───suplicó Han.

MinHo sonrió con algo de ego en algún punto.

───Me enseñó el mejor. ───confesó, recordando a Felix y las veces en las que le había enseñado a cocinar anteriormente.

───Justamente.

───Me rehuso a hacerlo solo, si no vienen conmigo sepan que moriremos de hambre. ───sentenció Lee y sus novios gimieron de forma lastimera, levantándose al no obtener otra salida.

───Vamos entonces, yo me haré cargo de abrazarte por la espalda mientras cocinas ───dijo JiSung───. Creo que es un buen puesto.

───Y yo me encargaré de darte besitos de recompensa. ───propuso SooJin sonriendo inocentemente.

MinHo bufó y acto seguido fue hasta ambos, cargándolos en su hombro como si se tratasen de una pluma.

───Ni lo sueñen. ───les dijo, llevándolos hasta la cocina para que lo ayudasen a preparar el almuerzo.

JiSung, muy a cambio de pedir que lo soltara, comenzó a tocar con atrevimiento la espalda de su novio, notando los músculos que sobresalían.

───Joder, eres tan fuerte y eso me calienta, espero que luego de este favor me-

───¡Sigo aquí, tonto! ───exclamó SooJin asqueada─── Por favor, espero que no se les ocurra aparearse como un par de conejos mientras yo siga presente en esta casa, se los agradería.

───Espero que te vayas pronto. ───contestó JiSung mientras le sacaba la lengua de forma infantil.

───Eres un grosero, Han JiSung ───se quejó la fémina mientras fruncía el ceño y arrugaba la nariz como si fuera una niña pequeña───. Soy tu novia, algo más de respeto.

───Claro, lo olvidaba. ───mencionó Han con una sonrisa burlona con intenciones de hacerla enojar.

De pronto el peliazul los bajó cuando ya se encontraron en la cocina, palmeando ambos traseros para que detuvieran la pelea, lo que logró hasta cierto punto.

───Tienes un buen trasero, cariño─── comentó SooJin, palmeando el trasero de MinHo de vuelta mientras lo apretaba un poco para devolverle lo que había hecho. Lee dio un salto en su lugar───. Es molesto, ¿lo ves? no vuelvas a hacerlo.

───A mi sí, por favor ───habló JiSung, mordiendo su labio y ambos voltearon a verlo con una mueca de disgusto───. Perdón, él no duerme conmigo desde hace una semana. ───se disculpó, observando al suelo.

───Y me decías que MinHo era un completo necesitado que no podía pasar un día sin estár en la cama de alguien. ───comentó SooJin en un tono burlón.

───Cuando lo haces por primera vez las cosas cambian, ¿bien? ───se defendió JiSung.

───Será mejor que cierren sus lindas bocas y empecemos a cocinar. ───les habló MinHo, el par respondió con un asentimiento, colocándose en sus respectivos lugares para lavarse las manos y empezar.

Las manos de JeongIn deslizaron la cáscara de la banana para proseguir a comerla bajo la mirada de YeonJun, quien parecía a gusto de observarlo comer la fruta.

───Espero que esto de tu gusto por verme comer una banana solo sea una fase de tu pubertad hormonal. ───deseó JeongIn, sintiéndose atemorizado por su mirada pícara.

───Quiero que hagas eso conmigo.

───¿Qué cosa? ¿morder y desmembrar tu pene? ───Yang alzó una ceja, observando al menor con seriedad.

───Mejor no diré nada más. ───y así el peliamarrillo se comió sus palabras.

Poco tiempo después contemplaron a Chan llegar hasta el sitio de la cita, aproximándose a ellos con calma y siendo portador de una gran sonrisa. Una vez los tuvo de frente, besó a cada uno de forma breve antes de tomar asiento a un lado de ellos.

Probablemente estuvieron todo el resto de la tarde de picnic en aquel parque, gozando de la comida que habían llevado consigo mientras charlaban y se entregaban cariños entre sí.

El parque era grande, tenía una gran cantidad de frondosos árboles que brindaban mucha sombra, también habían aves presumiendo su agradable canto y llamativas mariposas revoloteando alrededor de las personas. Fue una tarde amena y tranquila, la cual llegó hasta el atardecer, donde contemplaron abrazados al sol desaparecer por el horizonte.

El trío se había quedado un rato más después de que la noche había tomado su protagonismo en el cielo, contemplando las estrellas de forma especial.

───Las estrellas me hacen recordarlos, chicos, ustedes tal vez sean uno entre los millones de chicos en el mundo, pero para mí son especiales y únicos, para mí ustedes se destacan entre los demás con su intenso brillo, ese brillo que me ilumina a mí más que a nadie y me hace ser alguien tan feliz.

───Eres todo un cursi, Bang. ───YeonJun soltó una risita y acto seguido besó los labios del mayor, JeongIn le siguió.

JungHoon caminaba hasta la cafetería en la que había quedado con Rubin aún sin quererlo y todo gracias a su amigo que le había arreglado una cita con ese idiota, insistiendo en que debía salir con gente soltera y olvidarse de ese interés por HyunJin.

Honestamente, al chico le desagradaba hasta cierto punto Rubin a pesar de que no se había tomado el tiempo de conocerlo en verdad, pero el hecho de saber que gustaba de él e intentaba de vez en cuando acercarse para conquistarlo, ya le disgustaba.

Una vez llegó a la cafetería, vio a Rubin sentado con una estúpida sonrisa tonta que lo hizo amargarse. Con descuido se sentó frente a él, regalando una sonrisa fingida. El de intensa cabellera azul lo saludó con energía y le extendió el café helado que recientemente había comprado para él.

───Gracias. ───respondió en un susurró, aceptando el café y bebiendo de el.

───JungHoon, yo... sé que no te agrado del todo, pero podrías darte una oportunidad para conocerme y darte cuenta de que no hay razón para odiarme, sé que puedo agradarte, quizá podemos llegar a ser amigos y- y sí tal vez me correspondes en algún momento podemos ser algo más. ───habló Rubin algo nervioso en tanto jugueteaba con su pulsera. JungHoon lo miró de manera neutral mientras volvía a bajar su bebida para contestarle.

───Tienes razón, pero supongo que no puedo suponer eso antes de conocerte, así que...

───¿Me darás la oportunidad de demostrarte que no soy alguien desagradable?

───Bien.

El par siguió el resto del día tomando algo de helado mientras paseaban por el parque. Rubin había sido bastante caballeroso y simpático, además de que consintió y alimentó a un animal abandonado en la calle, lo que enterneció a JungHoon ya que amaba a los animales, entonces sin dudarlo mucho se llevó consigo a ese pequeño perro.

Lo que quedó del día se la pasaron mimando al perro y discutiendo qué nombre podría quedarle bien. La conversación había fluido de manera tan natural que JungHoon ni siquiera se había dado cuenta de que el chico contrario había empezado a caerle bien, el día junto a él había sido ameno.

Rubin simplemente pudo sonreír cuando notó lo bien que la estaba pasando JungHoon y que había logrado su objetivo. Con cuidado colocó su mano encima de la ajena, entonces él lo observó mientras creaba una línea entre sus labios y palmeaba su mano, separándola al poco instante.

Después de eso lo vio voltear un poco la cabeza para sonreír. Rubin pensó que quizá tenía alguna oportunidad. JungHoon estaba dispuesto a dársela.

El par de chicos se condujo por aquel angosto camino que llevaba hasta el lago del bosque, llegando hasta un brillante y cristalino lago que poseía un muelle y botes. Ambos sonrieron y se aproximaron, chocando con algunas ramas en el proceso. Se situaron encima del muelle, sentándose en la orilla de este para admirar su reflejo en el agua, tan transparente que parecía un espejo, detallando hasta el más mínimo defecto.

El atardecer empezaba a hacerse presente, reflejándose de forma maravillosa en el agua, sus cálidos colores en degrades pintándose suavemente en el tembloroso lago, luciéndose como un asombroso espectáculo digno de admirar. Felix se sintió afortunado de verlo, siendo aún más magnífico que un atardecer normal. Sus pequeños ojos también reflejaban el atardecer, quien era acompañado de unos brillos destellantes en el amarrillo de sus orbes, tan dulce como la miel.

Sin decir una palabra, HyunJin dejó caer su cabeza en el regazo de Felix, admirando el espectáculo de cielo desde otro ángulo. El rubio estaba demasiado ido pero aún en un acto inconsciente empezó a acariciar las hebras negras de su novio, enredando sus dedos en ellas y creando remolinos en diferentes direcciones.

Ambos amaron ese pequeño momento quizás por el resto de sus días, porque ni siquiera habían sido necesarias las palabras para expresar lo felices que se sentían de estár con el otro mientras admiraban el atardecer frente al lago.

Aquello fue algo especial que sus corazones recordaron hasta el final, así como tantos otros momentos.

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