Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

018: touch me

El viento gélido que entra por una rendija de la ventana me hace estremecer. La he cerrado una vez, pero cuando lo hago, hace un calor insoportable, así que la he dejado medio abierta, con un frío que puede atenuarse con la cobija encima. No sé cómo Jungkook soporta esto todas las noches, supongo que ya se acostumbró. Inspiro profundo y me doy media vuelta, quedando sobre mi espalda. Hace una semana y media esta cama olía a él, sin embargo, ya he cubierto su olor con el mío, como si todo esto me perteneciera, desde su olor hasta sus muebles.

Entrecierro los ojos y escucho algo de ruido en el pasillo, otra vez. ¿Jungkook está despierto o es un animal? A veces creo que es Jungkook por las pisadas fuertes y titubeantes, luego que es un animal por como se mueven las cosas, desordenándolo todo de manera brusca.

Salgo de la cama y con la poca luz que sale de la habitación me guio por el pasillo, dándome cuenta de que no hay nadie aquí y el ruido es de la habitación contigua, donde duerme Jungkook. Toco dos veces y abro la puerta. Jungkook está en medio de un reguero de libros a su alrededor, herramientas y un pequeño y formidable baúl frente a sus piernas cruzadas.

—¿Qué estás haciendo? —cuestiono, más preocupado que sorprendido.

—No podía dormir.

—¿Y por eso estás limpiando ahora? La otra vez fuiste a ver televisión.

—No limpio —afirma y mira los libros en sus manos—. Es que... comencé a dar vueltas y vi este pequeño baúl en el armario de mamá. Nunca lo había visto.

—¿Tiene algo interesante?

—Solamente libros —dice, sacando más y más, hasta que se detiene—. Hay un cuaderno también.

Cuando lo abre y da un vistazo a las páginas, sus gestos cambian tanto que me acerco y me siento a su lado. Él vuelve a las primeras páginas y me sorprendo, en primera instancia, por la foto que hay al pie de una hoja: una linda imagen de un bebé recién nacido. Abajo escribe en palabras mayúsculas: «JEON JUNGKOOK» y agrega un corazón. Arriba, empieza lo que parece ser una carta y me estremezco. Solamente leo entrerrenglones: «Hoy nació...», «Es tan pequeño y frágil...», «Por primera vez mis pensamientos han estado entregados a Jungkook...», «Cuando está en mis brazos, todas mis preocupaciones desaparecen...» y sigue hablando de una manera tan tierna y especial que me cuesta creer que es ella quién lo escribió. Al final, también expresa sus preocupaciones, dice que la idea de pensar en que Jungkook enferme o se lastime, la pone un poco nerviosa y le cuesta controlar más su ansiedad. También que siente miedo ahora como madre, porque no sabe si podrá decirle alguna vez "te amo" o siquiera podrá abrazarlo sin sentirse extraño cuando él crezca. Dice que ahora que es pequeño casi no le supone un esfuerzo demostrar un poco de afecto, pero que, incluso así, no es capaz de decirle en voz alta esto que está escribiendo, sobre quererlo y demás.

Salgo de mi ensimismamiento cuando Jungkook me abraza fuertemente, pasando sus manos por mi cintura y llorando contra mi pecho. El cuaderno lo ha dejado a un lado mientras se desahoga. Acaricio su espalda y peino su caballo enmarañado. A veces tengo ganas de llorar cuando lo veo así de mal, no obstante, me digo a mí mismo que debo ser fuerte por él y, alguna que otra vez, eso me funciona.

Más tarde, cuando se ha calmado un poco, beso su coronilla.

—¿Quieres quedarte a leer el resto? Puedo irme. —Menea la cabeza con fuerza y asiento—. ¿Quieres dormir ahora? Dicen que cuando lloras mucho te sientes más cansado.

Lo piensa un momento y después ríe poquito por mis ocurrencias.

—No creo que pueda leerme el resto hoy, pero si quiero ir a mi cama.

—De acuerdo.

Nos levantamos y voy a su cama, o a la de su madre en todo caso, y ordeno un poco las cobijas y las almohadas para que esté cómodo.

—Tae...

—¿Sí?

—Mi cama no es esta, está al lado.

Me detengo y giro en punto. Supongo que dormiré en el sofá porque de ninguna forma voy a dormir en la cama de su madre, sería muy irrespetuoso de mi parte.

—Durmamos juntos —agrega limpiándose las lágrimas y saliendo de la habitación con el libro sujeto con fuerza contra su pecho.

Hace unos días intentamos dormir juntos y no funcionó, terminamos trasnochados y tan avergonzados que nos costó volver a sentirnos cómodos entre nosotros. No hicimos nada malo, pero allí había tensión y ninguno quería cruzar esa línea.

Inhalo hondo, apagó la luz y vuelvo a la habitación contigua. Jungkook ha extendido otra cobija encima y se mete rápidamente debajo de estas. Como un reflejo, apago la luz, cierro la puerta y vuelvo a la cama. Un poco de la luz exterior logra extenderse por la habitación, pálida y tenue. Ambos estamos bocarriba, mirando a la nada, tal vez contando ovejas mientras esperamos que nos llegue el sueño.

—No sabía qué mamá había visto un psicólogo antes —confiesa Jungkook de repente, casi apenado por eso—. Él le recomendó usar un cuaderno para desahogarse, sobre todo para que anotara las cosas buenas que le pasaban. Lo leí al principio. —Suelta una risotada nerviosa y giro, quedando de lado. Me mira y poco a poco se le va poniendo la sonrisa pequeña—. Esto se siente tan extraño.

—Pareces contento.

—Lo estoy. ¿Alguna vez te habías imaginado a mamá escribiendo algo como eso?

Niego con la cabeza y reímos un poco.

—Jamás. Estoy feliz por ti, Jungkook.

Vuelve la vista al techo y me quedo un rato observándolo. Dios, aunque quisiera dormir o encontrar una mejor posición para hacerlo, no puedo apartar la mirada de su rostro, el anhelo de sus ojos, la curvatura de su nariz, la forma de sus labios... De repente, vuelve a girarse, está vez del todo y nos miramos fijamente.

—¿Sigues sin poder dormir?

—Si... —contesto y, en lugar de mirarlo a los ojos, veo sus labios—. No...

—¿Si o no?

Me arrastro un poquito, tanto que alcanzo a sentir su aliento sobre mi boca. Me lo.oienso un rato y, antes de que pueda contestar, él me sorprende al pasar su mano por mi cintura, cerrando nuestro espacio. Me besa ansioso y delicado, derritiéndome. Paso mi diestra por su cuello y acaricio con mi pulgar su mejilla. Sin poder detenerme, y él tampoco sin impedírmelo, lo empujo sobre su espalda y me pongo encima sin separarnos, con nuestras lenguas danzando sin descanso. Abajo nuestras pelvis se chocan y lo siento duro e hinchado babo mi cuerpo.

Como un animal en celo, comienzo a moverme, a crear una fricción entre nuestros miembros y beso sus mejillas, su cuello, muerdo su clavícula al mismo tiempo. Cuando vuelvo a mirarlo a los ojos, entiendo su lenguaje y me aparto poquito. Me bajo el pantalón de pijama hasta los talones y lo observo haciendo lo mismo. Entonces, vuelvo a ubicarme entre sus piernas y comienzo una vez más con vaivén. Arriba abajo. Arriba abajo. Con mi mano intento tomar las dos y apoyarnos, acariciando la punta, hundiendo y apretando. Gemimos y, escucharlo, es como imaginar el canto de los ángeles al llegar al cielo, es lo que me digo.

—Jung... —gimo en su boca, quedándome sin aire cuando nos corremos. Tengo un pequeño espasmo y él desenreda sus piernas de mi cintura, liberándome, pero no quiero que lo haga. Aunque ahora hace calor, aquí contra su cuerpo semidesnudo se siente bien.

—¿Ahora tienes sueño? —me pregunta en un hilo de voz.

—¿Ah?

—Sabes a lo que me refiero —dice, conteniéndose. Justo ahora estoy aturdido y entiendo poco. Me separo y lo observo, tiene una mano cubriendo sus ojos y respira entrecortado—. Hay paños húmedos en el nochero. Si es que no lo has movido...

Frunzo el ceño y me muevo despacio, hasta que caigo en la cuenta de que, en efecto, ahora podría dormir mejor. Es lo que pasa con el orgasmo, y Jungkook no están inocente como para no saberlo. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro