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009: lost

Hemos recogido alrededor de cinco banderas y todavía deben faltar más. Voy adelante con Taeyeon y de cuando en cuando miró hacia atrás para no perder de vista a Yoongi. Jungkook va a su lado y habla sobre algo que no llego a escuchar con claridad, pues van un poco más abajo que nosotros.

Le he dicho a Taeyeon que vayamos más lento y, a pesar de eso, ella insiste en que hay que avanzar si queremos ganar. Si Yoongi no estuviera aquí podría estar de acuerdo con ella, pero la situación es otra, y me estresa.

—Vas a quedarte sin cuello —refunfuña Taeyeon.

—¿De dónde dijiste que lo conocías?

—Por Jackson —repite con molestia—. Todos lo conocemos por Jackson.

—¿Y por qué lo trajiste si ni siquiera es cercano a ti? —le susurro al oído.

—Eunwoo dijo que ustedes estudian juntos. Creí que eran amigos. ­—Hace una pausa, mirando de reojo la pareja de atrás—. Ellos dos se llevan bien. ¿Por qué tú no? Creí que te llevabas bien con todo el mundo.

—¿Por qué todos me dicen lo mismo? —replico en voz alta y ella enarca una ceja.

—Se te da naturalmente.

Bajo la cabeza y empuño mis manos. Esto no está saliendo como quiero y odio sentirme tan molesto. Ellos solo están hablando y ya siento que me abren el corazón. Debo controlarme si no quiero asustar a Jungkook.

—¿Escuchaste lo que dije? —me pregunta Taeyeon, trayéndome a la realidad cuando golpea mi brazo. Luzco sorprendido y ella se detiene—. Te dije cosas bonitas sobre ti y no pusiste atención. Tampoco es que hable rápido.

—Estaba...

—¿Sabes qué...? Dejémoslo.

—¿Qué?

—Has estado ignorándome todo el camino. —Alza el pulgar y señala hacia atrás—. Y tampoco quiero ser un mal tercio.

—Tae...

—Adiós. Me rindo contigo.

Me pasa de largo y el pánico se apodera de mí.

—¡Pero no conozco el camino!

—¿Bromeas? —espeta, girándose con brusquedad—. Estuviste dos pasos más adelante que yo todo el trayecto. Lo que pasa es que estás en automático, tu mente está en dos partes a la vez y no te has dado cuenta. ¡Concéntrate!

—¡Noona!

—No uses eso conmigo. Arréglatela tú solo. ¡Lo siento chicos!

Camina tan rápido que se pierde entre la arbolada y miro a mi alrededor, horrorizado por la inmensidad del bosque. Sí, dije que era magnífico, pero solo cuando no estoy —estamos— en peligro. Me golpeo la frente con la mano cerrada y mascullo una grosería.

—¿Por qué se ha ido? —cuestiona Yoongi con voz dura.

—Porque sí.

—Los vi discutiendo.

—¿Y qué? —alegó, entornando los ojos.

—Tae, cálmate —interviene Jungkook, colocándome una mano encima del hombro. La vergüenza me hace sentir pequeño—. Recuerdas el camino, ¿verdad?

—No lo sé.

—Genial —masculla Yoongi, girando con violencia para mirar a su alrededor—. ¿Al menos alguno de ustedes trajo celular?

—¿Tú trajiste? —le pregunto de vuelta y él me mira con enfado—. ¿Acaso eres imbécil? No todo lo que pasa es culpa nuestra.

—¿Qué pasa contigo, energúmeno? —suelta, dando un paso hacia mí. Jungkook se interpone y le pongo la mano en el brazo—. ¿Cómo te lo aguantas?

—Por favor, Yoongi —dice Jungkook, cansado. Se gira en punto y me mira con ojos suplicantes. Entonces, noto que tiene dos ronchas en su rostro y otra en su cuello—. Tú también, Taehyung. Estás actuando muy extraño. En lugar de discutir, deberías de intentar aclarar tu mente. Seguro recuerdas algo, ¿no? De otra forma dudo que tu amiga nos haya dejado aquí a propósito. Se notaba que quería ganar y, que yo sepa, no puede hacerlo si no está el equipo completo.

Inspiro profundo, olfateando el olor a tierra húmeda que ha sacudido el viento. Reflexiono por un rato sobre mi mismo. Es como si no fuera yo. No sé exactamente lo que me molesta y eso me frustra. Es algo que sucede desde hace un buen rato y sospecho que no tiene mucho que ver con que Jungkook se lleve bien con Yoongi.

Creo que el problema es Yoongi.

Creo que tengo celos.

Supongo que me gusta ser el centro de atención y llevarme bien con todos. Que no lo haya logrado con él me irrita un poco. Tal vez demasiado.

Vuelvo en sí y me muevo un poco alrededor, cavilando, intentando recordar. A la derecha, creo que hay un pequeño rio, y si me concentro lo suficiente, tal vez pueda escucharlo.

Uno, dos... Ahí está.

—Creo que hay una bandera por allá —señalo hacia el frente. Eunwoo no es nada listo y sospecho que él y su grupo han dejado banderas donde siempre lo han hecho. Yoongi se cruza de brazos y enarca una ceja. Jungkook bebe agua y me mira en silencio—. No puedo explicarlo, pero lo recuerdo.

—Dijiste creo —enmarca Yoongi.

—Si, bueno, ha pasado un tiempo desde la última vez que vine. Es normal no estar del todo seguro.

Pone los ojos en blanco y se recuesta en un árbol.

—Yo esperaré aquí —dice Jungkook.

—No te muevas entonces —le ordeno con preocupación—. Está a cinco o diez minutos. Vendré enseguida.

Jungkook asiente y deja la mochila en el suelo, sentándose sobre una piedra al lado de esta. Yoongi tiene la cabeza baja y se mordisquea el labio inferior.

—¿Quieres venir? —le pregunto.

Me observa sorprendido y mira Jungkook. Ni siquiera sigo su mirada, intentando mantener la calma, sobre todo, intentando no echarme para atrás. Finalmente, asiente con un movimiento de cabeza y me sigue hacia más adentro del bosque. Caminamos en silencio, solo escuchándose el crujir de las ramas bajo nuestro peso.

—¿Estás celoso? —Me tenso e intento no tropezar con alguna piedrecilla—. Tienes un fuerte temperamento cuando estás celoso. Jungkook y yo solo somos amigos. No intento quitártelo o algo. Además, él tampoco es de mi gusto.

—¿Tu gusto?

—Me gustan las chicas.

­—Ah...

No lo niego, escucharlo aclarar las cosas que enmarañan mi mente, me hace calmarme un poco, pero solo un poco, porque no es lo verdaderamente molesto aquí. Exhalo fuerte, más de lo que planeo. Él se adelanta y se detiene a mi lado. Es en serio muy bajo, creo que un centímetro más bajo que mamá. ¿Cómo pudo cargar a Jungkook hasta la enfermería?

—¿Para qué me dijiste que viniera si no hablas? ¿Tenías miedo de perderte tú solo?

—Claro que no. Yo... —Me meto las manos a los bolsillos de mi pantalón corto y las empuño. Cálmate, cálmate—. Lamento lo de hace un rato. Y también quería agradecerte por haber llevado a Jungkook a la enfermería la otra vez. Es claro que Rocky tiene dos manos izquierdas y tu no tenías nada que ver.

—Eso pasó hace mucho rato.

—Aun así, gracias.

Se queda en silencio un largo minutos, hasta que, por el rabillo del ojo, noto una sonrisa en su rostro. ¡Qué dientes tan pequeños! Se ve tan... ¿Tierno?

—No quiero burlarme o algo, pero todo este tiempo pensé que tú y Jungkook eran novios. Me sorprendí al descubrir que eran solo amigos. Y era más gracioso interponerme entre los dos, considerando que ambos se aman de la misma forma y no se atreven a dar el siguiente paso.

—Sabía que era a propósito —suelto, riéndome. Entonces, caigo en la cuenta de lo que ha dicho "se aman de la misma forma"—. ¿Qué quieres decir con nos amamos de la misma forma?

—Cuando el balón golpeó a Jungkook, se desorientó por un momento. Y cuando volvió en sí, lo que primero que hizo fue preguntar por ti e intentar encontrarte con la mirada. Me pareció que te necesitaba y... —Me mira, como si descubriera algo—. Oh, ahora entiendo por qué estabas tan molesto. No lo estabas conmigo, estabas molesto contigo mismo por no haber estado ahí para él, ¿no es así? Creo que te hice sentir peor con lo que dije hace un rato.

—No sabía sobre eso ­—confieso.

—Ya que fui yo quien llegó a él primero y lo ayudó, lo escuché y lo vi claramente. Así como he visto otras cosas. Por ejemplo: la forma en que te mira, o como cambia el tono de su voz cuando habla contigo. Es... —Volteo la cabeza, mirándolo con atónito—. ¿No sabías eso? Bueno, lo de cuando te mira me parece normal, ya que lo hace cuando no tienes tus ojos fijos en él. Cuando lo haces, es cuando él evita hacer contacto visual contigo, supongo que porque es muy tímido. No sabía que lo fuera. Lo digo porque no le cuesta mirar a las personas a los ojos. Seguro le gustas, aunque eso ya lo sabes, ¿verdad?

Me quedo estupefacto, caminando como un zombi. Yoongi ve la bandera y se anima a subir a un árbol con ramas bajas y gruesas, suficiente para resistir su peso. Sin imaginármelo, los ojos se me anegan en lágrimas, quizás de felicidad o, porque hasta el momento, había ignorado cosas tan maravillosas de Jungkook. ¿En serio cambia el tono de su voz cuando habla conmigo? Me limpio las mejillas y sonrío como un tonto. Un tonto muy enamorado. Y sorprendido (tal vez asustado) por lo bien que se le da a Yoongi analizar a las personas. 

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