Capítulo 3: Quiebre
"El tiempo pasó volando .."
"Esta reunión no termina más .."
György Buzsáki (neurocientífico)
sugiere que nuestro cerebro
no entiende de minutos y horas.
Los relojes son una invención cultural,
pero las neuronas no.
Nuestra realidad perceptual es una proyección,
como las sombras proyectadas por el fuego en la cueva de Platón.
JIN
Fecha: 28 de marzo de 2019
El eco de sus zapatos de vestir al correr resonaban por los pasillos del hospital. A penas era consciente del recorrido que hacía mientras intentaba mantener la visión clara, aguantando las lágrimas que se agolpaban en sus ojos.
La llamada con la noticia la había recibido unos minutos atrás, y luego de eso todo fue confuso para él.
Solo sabía que había dejado las instalaciones y a su equipo de investigación sin decir mucho, moviéndose por la desesperante angustia y por la voz del médico que se había comunicado con él al teléfono que se quedó en su mente repitiendo la misma oración una y otra vez: el panorama es complicado, ha perdido mucha sangre…
Para ingresar a la sala empujó con brusquedad a ese amigo que últimamente frecuentaba el niño. El adolescente estaba parado a pasos de la puerta del quirófano con la ropa chorreando gotas rojas oscuras que esperaba que fueran suyas y no del pequeño, pero estaba tan catatónico que ni siquiera despegó la vista del frente.
El jovencito en shock ni notó su presencia.
Un médico fue el primero en verlo al girarse por el sonido que provocó al adentrarse con la mirada desorbitada.
—¡Señor, usted no puede estar aquí! — dijo en voz alta alertando a sus compañeros, quienes se empezaron a acercar a Jin rápidamente para evitar que continúe caminando.
—¡Me necesita con él ahora!— Se oyó decir a sí mismo mientras intentaba acercarse a la camilla del centro de la sala, pero era interceptado por dos médicos.
—Señor… Retírese...— Le ordenó el más alto poniendo su cuerpo en el frente y tratando de sujetarle el brazo. Con un sacudón brusco se zafó del agarre e intentó avanzar nuevamente, pero otra vez era sujetado, aunque con más fuerza.
—¡¡ME NECESITA, CARAJO!!
Una enfermera intentaba calmarlo pero él no era capaz de entenderle ni una sola palabra, podía ver los pies del pequeño a unos pasos de distancia entre todos los médicos que trabajaban sobre él y eso sólo lo desesperaba más.
—¡SEGURIDAD…! —Escuchó gritar a su lado mientras trataba de zafarse de los brazos que le impedían llegar al niño.
—¡¡¡ME NECESITA!!!
NAMJOON
Fecha: 28 de marzo de 2020
Después del extraño episodio con el desconocido, Namjoon entró a su clase como una respuesta automática para escapar del pasillo lleno de miradas curiosas y movido por la ansiedad que le generó ese encuentro insólito. De nuevo esa horrenda sensación en el pecho de que algo estaba mal lo empezaba a asfixiar y parecía no querer disiparse. Dando zancadas fue al fondo del salón sin siquiera voltear a ver si su vecino lo seguía.
" Debería sencillamente concentrarme en la clase" se dijo a sí mismo tratando de calmarse mientras se acomodaba en un asiento alejado y sacaba un cuaderno aleatorio sin prestar realmente atención en si era el correspondiente a la materia.
Oyó a Hoseok murmurar un breve "permiso" al sentarse a su lado y no intercambiaron más palabras ni miradas. Al parecer su alegre compañero había quedado algo impactado también, o más bien lo dio por sentado y no tocó el tema. “ Bien qué más podría esperarse, ¿no...? Si algo caracteriza a la familia Kim es no tocar los temas. Ninguno.”.
Suspiró hasta sacar todo el aire de sus pulmones mientras repasaba sus propios pensamientos.
Su familia había sido una cuestión a trabajar en casi de todos los días que fue a terapia.
“¡Ah, cierto! Terapia...” debía contactar a la psiquiatra nuevamente.
Sólo en el momento en que el joven Kim levantó su vista buscando al profesor, fue que notó que el aula estaba prácticamente vacío y que no se veía al docente tampoco.
“Quizá no se me había hecho tan tarde...” pensó mirando su celular solo para descubrir que acababa de acabarse su batería.
—No puedo creerlo—murmuró fastidiado. ¿Acaso el mundo lo odiaba ese día?
Antes de poder continuar maldiciendo su suerte, un hombre (quien supuso que era el profesor) ingresó al salón con paso firme y dejó su bolso en el pupitre principal.
Al tipo parecía no importarle la poca gente en su clase, o si lo hacía lo disimuló perfectamente porque sin siquiera presentarse comenzó a leer en voz alta un texto marcado por un separador en un grueso libro que sacó de su portafolio.
—"Se reconoce que el poder punitivo no cura las heridas de la víctima, ni siquiera retribuye el daño, sino que hace mal al autor ..."
“Viejo excéntrico ” pensó el moreno mientras buscaba rápidamente una birome para tomar apuntes de lo que decía.
—"... pero se afirma que ese mal debe entenderse como parte de un proceso comunicativo, porque impone una creencia de que la pena es un bien para la estabilidad social o derecho ..."
A Namjoon no se le daba bien interrumpir a una autoridad, así que por temor a preguntar de qué se trataba toda la situación, se dedicó a tratar de anotar las ideas principales de lo que el hombre leía, suponiendo que luego se vendría una explicación propicia y una charla posterior entre los alumnos.
—“... El delito es una suerte de mala propaganda, y la pena sería la forma en que el sistema hace su publicidad neutralizante ...”
Las anotaciones con letra desprolija y desganadas empezaron a aparecer en la hoja, acompañados de suspiros aburridos de parte del moreno El odiaba la abogacía, siempre lo hizo.
Pero allí estaba: a un año de finalizar la carrera.
¿Ventajas de ser un niño-genio? No necesitaba realmente sentir pasión por aquella carrera para aprenderla con facilidad.
—“... Para esta teoría una persona sería criminalizada porque de este modo se le tranquilizaría la opinión pública...”
Y por supuesto que él no había elegido seguir abogacía, sino su difunto padre, el hombre al que jamás se atrevió a desafiar, y a quien dejó que maneje su existencia.
“Bueno, sí hubo una vez que lo enfrenté..." Lo traicionó su propia mente evocando el recuerdo más amargo de su corta existencia y generando un nudo imposible de tratar en su garganta.
“ No. La clase. Debo concentrarme en la clase. ” y se obligó a tratar de pensar, mirar o hacer otra cosa: lo que sea. Ya no tenía idea de lo que estaba copiando.
—"Se reconoce que el poder punitivo no cura las heridas de la víctima, ni siquiera retribuye el daño, sino que hace mal al autor ..."
Namjoon frunció el ceño confundido.
—"... pero se afirma que ese mal debe entenderse ..."
"¿Qué demonios?... "
El joven miró sus apuntes y empezó a escuchar detenidamente.
—“... como parte de un proceso comunicativo, porque ...”
Sus ojos dejaron de moverse por sus desprolijas letras apuradas y miró al profesor ahora completamente convencido: estaba repitiendo todo otra vez.
—“... impone una creencia de que la pena es un bien para la estabilidad social o derecho…”
“¿Qué está pasando ...? ” Se empezó a cuestionar mientras las mismas palabras eran dichas y el hombre no parecía tener la menor intención de hacer algo que no fuera leer en voz alta lo mismo. Si era una broma, no la entendía.
—“... Se reconoce que el poder punitivo no cura las ...”
El final de la hoja había llegado y el profesor retomaba por tercera vez el texto bajo la atónita mirada de un Namjoon confundido como nunca antes lo había estado.
—¿¿Pero que mierda--… ?? —murmuró pasando su mirada a los otros pocos alumnos en los pupitres delanteros.
Nada.
Absolutamente nada parecía llamar la atención de los demás.
—“.. de este modo se le tranquilizaría la opinión pública ..”
"Esto es ridículo" .
Su vista repasó uno a uno a los compañeros de clase, sólo para comprobar que en efecto todos observaban con una expresión inmutable al hombre iniciar por cuarta vez. Su labio tembló nervioso mientras sus ojos recorrían otra vez el salón sin dar crédito a lo que vivía.
“¿Nadie lo nota…?”.
La voz del hombre comenzó a sonar como un molesto audio en loop que le hacía sudar las manos y sentirse asfixiado nuevamente por la certeza de que algo estaba mal. Su pierna comenzó a moverse sin control, golpeando el suelo con ansiedad, mientras una vez más analizaba las expresiones despreocupadas.
Por supuesto que algo no estaba bien . No era una sensación. No podía serlo.
Su atención regresaba al maestro que continuaba su eterno relato, su pie no parecía poder detener sus golpeteos ansiosos.
“¿No están conscientes de lo que pasa…? ”.
El sudor en las manos hizo que la lapicero resbale y ruede cuesta abajo.
Nadie pareció escucharlo. Nadie giró a ver. Nadie movió un músculo.
—"Se reconoce que el poder punitivo no cura las ..."
Apoyando ambas manos en la mesa y haciendo un estruendo espantoso con la silla que se cayó hacia atrás por la brusquedad del movimiento, Namjoon se incorporó con los ojos desorbitados. Sus latidos se sentían rebotar en su cerebro, un pitido agudo en sus oídos se instaló con fuerza, un sudor helado le empezó a bajar por el cuerpo: un ataque de pánico estaba por dar inicio en cualquier momento. Necesitaba huir de allí... Necesitaba escapar. Se sintió hiperventilar pero no podía controlar el ritmo de su respiración en absoluto. Necesitaba---….
—¿Namjoon…?
Una palma que no era la suya le sujetó la muñeca sacándolo de su crisis un instante. Su rostro se volvió bruscamente hacia su compañero de asiento.
—¡Hoseok ...!—contestó con tanto alivio como confusión, sintiéndose de pronto un poco más tranquilo. El desconcierto, al parecer, lo había distraído del ataque. "¿¿Cómo no se me había ocurrido mirarlo en todo este tiempo ??... ¿¿Estuvo observando hasta recién ??" La mente del moreno nuevamente pensaba a altas velocidades mientras que su boca solo se abría y cerraba sin llegar a exteriorizar ninguna. Su vecino, mientras tanto, lo miraba en silencio con una expresión sombría que jamás le vio. ¿Era acaso angustia eso que parecían decirle sus ojos?
—Joon... Te había visto copiando en un inicio y ... Y yo ... — Hoseok daba una bocanada de aire y se llevaba una mano al pecho como si el dolor de sus pensamientos se hubieran encarnado de pronto frente a su confundido vecino - Pensaba que estabas a salvo .
Si bien cada palabra que dijo, lo hizo clavando sus orbes fijamente en las suyas, su mirada parecía estar más allá de él, lejos, en algún recuerdo. El dolor del pelirrojo parecía mezclarse con otro sentimiento que no sabía dilucidar, y que lo hacía parecer pequeño y vulnerable.
—¿A salvo…? —repitió el mayor con la boca seca y rasposa. No entendía nada de lo que estaba pasando. No entendía tampoco a esa versión sombría de su compañero tampoco. Su labio volvió a temblar mientras miraba al menor a su lado que seguía sentado, observando para entonces el techo, perdido aparentemente en sus propios pensamientos.
—Creí que eras un durmiente también ...—dijo finalmente con seriedad.
—¿Eh?
—¿Por qué no lo sos? — incriminó casi inmediatamente con un dejo de frustración.
La confusión absoluta se pintó en las facciones de Joon, quien cerró la boca hasta ahora abierta pero enmudecida. “ ¿Durmiente? ¿Pero qué está diciendo? .. O acaso estoy soñando y ,¿Esto es una proyección de mi inconsciente avisándome ...? ” pensó tratando de encontrar una explicación lógica.
—Me encantaría decirte que quería compañía en esta mierda, pero no es caso— mencionó Jung con tono hostil volviendo a realidad nuevamente al alto.
Más confusión.
¿Lo estaba tratando con hostilidad? ¿A él? ¿Pero él que había hecho exactamente?
—¿De qué me estás…? — Namjoon trató de organizar su mente ruidosa — ¿Compañía en qué? —dijo finalmente cambiando la pregunta original.
El pelirrojo lo escrutó unos momentos con el rostro duro, y finalmente suspirando volvió su atención al frente del salón.
—En esto. — dijo en voz baja sin atender nuevamente al otro, casi como si le hablara solo al aire.— Los quiebres de tiempo.
Namjoon quería decirle que estaba loco, pero él mismo se sintió enloquecer en ese instante. Su vecino seguía inmutable, con la vista fija en el frente.
—Los Dormidos no lo notan. — agregó el pelirrojo casi para sí mismo.
Desconcertado y sin entender ni una palabra, Joon miró hacia el mismo sitio que Hoseok. El profesor seguir repitiendo las mismas oraciones una y otra vez. Y los demás alumnos continuaban oyendo como si fuera la primera vez.
— “... Para esta teoría una ...
Su atención fue de uno en uno de los participantes de esa escena onírica y peculiarmente escalofriante.
Profesor, alumnos ...
—"... criminalizada porque de este modo ..."
Profesor, alumnos…
— “... la opinión pública ...”
La voz del hombre volvía a verse tapada por el pitido ansioso de sus oídos mientras terminaba de darle sentido a las palabras de su vecino: “ No se dan cuenta. Están como… tildados.”.
—No…! — murmuró sintiendo como las piernas amenazaban con fallarle. — Esto no puede ser verdad.
De pronto se sintió frágil, capaz de romperse de sólo seguir tratando de procesar lo que se le estaba diciendo.
C
uando cayó de rodillas, fue consciente de lo mucho que estaba temblando. Sus manos, aún sobre el borde de la mesa de estudio, se sujetaban con fuerza como si fuera lo único real que tenía en medio de esa extraña y horrenda pesadilla.
Todo estaba borroso. La voz que se oía en el frente del salón era un sonido ambiente que le taladraba la cabeza, la cual latía con fuerza y dolorosamente.
—Necesito que te calmes
La voz de su vecino sonó cerca de su oreja izquierda mientras sentía una leve presión en su hombro.
—N-no puedo… —alcanzó a decir con la voz aguda y quebrada.
—Sí puedes. Yo pasé por tu misma reacción.
La presión en el hombro se intensificó, y de alguna manera Joon supo que era un fuerte apretón que trataba de anclarlo a la realidad y sacarlo de su ataque.
—Respira… Concéntrate en mi voz.
Se sintió como en su primer sesión con la terapeuta a la que fue a ver en su adolescencia, a escondidas del control enfermizo de su padre. Épocas que esperaba no tener que recordar jamás, por supuesto, pero ahí estaba: de rodillas en el piso, hiperventilando en medio de lo que Jung había llamado " Quiebre ".
Con algo de dificultad, su compañero lo ayudó a sentarse nuevamente. No tenía idea de en qué momento levantó la silla del suelo, ni cuánto tiempo pasó tratando de calmarlo. Quiso mirar su hora en el celular sólo para recordar al ver la pantalla oscura que estaba apagado y sin batería.
Frustrado, angustiado y aún temblando de una forma incontrolable volvió su atención al menor, quien lo miraba sin decir nada.
—¿Qué está pasando? —atinó a decir cuando pudo encontrar su propia voz
—No creo poder ni querer responder todo— dijo evitando su mirada y llevándola nuevamente hacia el resto de la gente del salón. —Pero puedo decirte lo básico, supongo.
El muchacho hizo una larga pausa, sin dejar de examinar a los demás como si buscara en ellos las palabras con las cuales continuar hablando.
—Los quiebres no frenan el tiempo , lo estiran … Y los durmientes jamás lo notan ...— Un largo suspiro salio de los labios del jóven y un ligero olor a soju llegó a la nariz del pelinegro.
—¿Estiran? ¿Cómo que se estiran?— Prefirió ignorar el detalle del olor y trató de concentrarse en lo que se le decía, por más incoherente que le pareciera a su lado racional.
—Esto que ves. Este momento se ha estirado. - Hoseok dijo haciendo un paneo de su alrededor con expresión de asco.—El tiempo no se para como un reloj roto...— Un dejo de pena se marcó en sus facciones.—Ojalá así lo fuera y sólo quedarán estáticos en un lugar... Pero no, ellos sólo repiten lo que tenían planeado hacer, no son conscientes de que el tiempo sigue... Bueno, al menos, sigue para nosotros los despiertos.
Todo parecía una incoherencia, el relato de un loco. Pero era imposible no creerle, oyendo al profesor continuar repitiendo una y otra vez lo mismo.
"¿ Enloquecí ...?" se preguntó el joven alto, más no tuvo el valor de hacer esa pregunta en voz alta.
—¿Cuánto tiempo se estiran?— preguntó en cambio, repasando el salón.
—Depende ...—murmuró el otro.— Pero no es eterno, si esa es tu verdadera pregunta. Se expande el momento, y luego retoma su normalidad sin que nadie lo note.
Namjoon lo miró atento mientras Hoseok se perdía otra vez en sus pensamientos—Él me dijo una vez que se estira como un chicle- susurró.
—¿Quién ..?— preguntó automáticamente Joon.—¿Hay más?— dijo con respiración estancada en el pecho.
Su vecino desencajó las facciones un instante, dejando claro que lo que dijo en realidad no pensaba hacerlo en voz alta.
—No— dijo ensombrecido
—¿No qué?
—No hay nadie más.
—Pero ---
El sonido de un celular sonando lo interrumpió y devolvió su atención al frente. El profesor atendía en ese instante un llamado que parecía ser importante mientras los alumnos aprovechaban para husmear sus teléfonos.
La boca de Namjoon casi se disloca de lo mucho que la abrió en un estado ridículamente sorprendido: todo de pronto se veía normal.
—La clase se suspende, tengo un inconveniente familiar que tratar ya mismo— oyó al hombre decir mientras tomaba su maletín con rapidez. El resto de los jóvenes no esperaron a que cambiará de opinión y se levantaron de inmediato, frente a la anonadada expresión del pelinegro que seguía sin habla.
"¿ Acaso imaginé todo ... ?" el pensamiento llegó a él como una luz de esperanza.
Casi rompiendo su cuello por la brusquedad del movimiento, se giró a ver a su vecino, pero lo vio alejarse rápidamente en dirección a la salida. Le gritó su nombre pero no se giró a verlo, hasta parecía haber apurado su caminar.
De un salto, Joon se incorporó para alcanzarlo y así poder comprobar que haya sido todo una especie de espantoso sueño, pero se quedó helado al dar el primer paso y sentir bajo su pie el crujir de algo plástico al romperse.
No quería mirar. Algo dentro de él le pedía a gritos que no lo hiciera.
Una gota de sudor helado bajó por su espalda. Su vecino ya estaba cruzando la puerta, estaba quedando solo en el aula.
Ignorando todas sus alarmas internas, bajó la vista para encontrarse con su propia lapicera estallada bajo su zapatilla.
La que había dejado caer en su ataque de pánico.
No lo había imaginado.
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