Está lloviendo, lo cual es una gran sorpresa para todos. En la heladería aún hay clientes sentados en sus mesas, algunas personas entran al local por culpa del clima. Josh está atendiendo a un niño, le veo divertida porque ya ha mencionado todos los sabores que están puestos y el pequeño parece no decidirse. Mi compañero de trabajo me ve, pidiéndome ayuda.

Me encojo de hombros, dejándole sufrir. Me encamino hacia la habitación del personal, tomo mi celular de mi estante y me percato de que hay un mensaje de Lilie preguntando a qué hora salgo. Le respondo rápido sin pensarlo tanto y regreso al frente.

—Terminó eligiendo chocolate, como siempre —bufa Josh, rio al ver cómo se quita de un manotazo el pequeño gorro blanco con bordes rojos que es parte del uniforme.

— ¡Joshua, el gorro! —escucho el grito de Regina, nuestra jefa. Una señora un tanto malhumorada. Josh le sonríe desde lejos, pero cuando se da la vuelta para volver a ponérselo hace una mala cara.

—Odio aquí —susurra, vuelvo a soltar una risa.

—Una hora más y nos vamos —le recuerdo y eso parece tranquilizarle.

La lluvia baja, sigue brisando afuera, pero las personas que habían entrado para refugiarse han tomado la oportunidad para irse, los clientes restantes se van retirando poco a poco, hasta que solo queda una pareja. Josh está aburrido, esperando a que ya llegue la hora de cierre, al igual que yo.

La campana de la puerta suena, avisando que otro cliente ha entrado, estoy a punto de poner los ojos en blanco, pero me quedo petrificada al reconocerle. Luke me ve desde el centro del local, su mirada parece divertida mientras se acerca al mostrador.

—Bienvenido, ¿En qué puedo ayudarle? —Dice Josh la típica línea, pero Luke simplemente me señala—. Oh, acá vendemos helados, no chicas, lo sentimos...

—Cállate ya, Josh —espeto, sintiendo mis mejillas arder. Él me ve malicioso, pero se aparta hacia el cuarto de personal—. ¿Qué haces acá? —le pregunto a Luke una vez que me coloco enfrente suyo, con la barra y vitrina de helados en medio de ambos.

—Vengo a traerte.

— ¿Huh? ¿Cómo supiste dónde trabajaba? —estoy confundida.

—Lilie.

— ¿Ella te mandó? —cuestiono.

—Algo así —responde seco, alzo las cejas—. Estaba lloviendo fuerte, Hilary se preocupó porque podías mojarte, así que me ofrecí a venir por ti.

Asiento. A los lejos observo que la pareja se ha retirado del local, por lo que abro la pequeña puerta del mostrador para ir a limpiar la mesa. Boto los embaces de helados y paso un pañuelo en la mesa. Regina aparece y va hacia la puerta para poner el letrero de cerrado, pero me ve a mí y luego a Luke.

— ¿Este es tu novio? —pregunta seria, Luke solo se queda en silencio y me observa, sus manos están dentro de los bolsillos del pantalón.

—No, no, es un... amigo —contesto, confusa. Regina asiente y comienza a caminar hacia atrás del local, donde pasa la mayoría del día leyendo mientras Josh y yo trabajamos.

—Puedes irte, Josh cerrará todo —avisa. El mencionado aparece a los segundos asintiendo.

Le hago una seña de espera a Luke y voy deprisa a dejar mi uniforme al cuarto, Josh me sigue en silencio.

— ¿Quién es ese? —pregunta curioso.

—El novio de Lilie —Josh alza sus cejas y hace una mueca que decido ignorar. Me despido de él y salgo al encuentro de Luke.

Ambos nos dirigimos a su camioneta con prisa de no mojarnos, entro rápido y me sacudo algunas gotas de mi cabello. Luke enciende la calefacción del vehículo.

— ¿Es obligatorio llevar ese sombrero? —su pregunta me toma por sorpresa, aparto la vista de la ventana para verle el perfil. El semáforo está en rojo, el tráfico está pesado a estas horas, usualmente todos saliendo del trabajo.

—Sí, Regina nos grita si nos lo quitamos —suelto una risa, veo una de sus comisuras elevarse.

Nos volvemos a sumir en silencio. Una vez llegamos a la cuadra de la casa, Luke baja la velocidad hasta que se estaciona al frente.

—Gracias por recogerme —musito, por alguna razón siempre estoy agradeciéndole a Luke, lo cual parece mucho últimamente.

—No hay de qué.

Entramos a la casa encontrándonos con Hilary acostada en el sillón leyendo un libro, el cual deja a un lado al vernos. Lilie está en la cocina y se voltea para recibirnos.

—Hey, estoy haciendo la cena —comunica en voz alta.

—Iré a dormir un rato —digo y no espero que me respondan, la verdad es que estoy demasiado cansada y lo único que deseo en estos momentos es ir y esconderme en mis sábanas.

Me levanto desorientada, mi celular suena a mi lado, pienso ignorarlo, pero vuelve a sonar, sin ver quién es me lo llevo a la oreja.

— ¿Diga?

— ¿Estabas dormida? —Lorena grita al otro lado.

— ¿Qué hora es? —pregunto al ver que estoy en la oscuridad de mi cuarto y no tengo reloj cerca.

—Las 11:34.

—Obviamente estaba dormida, tuve un día un tanto pesado.

—Te llamaba para hablar, pero ya veo que prefieres dormir, vaya amiga —bromea y pongo los ojos en blanco. Me levanto de la cama, aun sintiéndome mareada, intento escuchar algo al otro lado de la puerta, pero hay silencio, me pregunto si todos ya se fueron a dormir.

—Te hablo luego, iré a comer.

Cuelgo la llamada, me dirijo a la sala y para mi sorpresa, mis ojos atrapan a Luke sentado en el sillón, tiene unos libros puestos en la mesita de centro, su computadora en piernas mientras apunta algo en un cuaderno. Es muy tarde para no distraerle porque ha alzado la cabeza para verme.

—Lilie te guardó algo de la cena en un tazón en la refrigeradora —es lo primero que me dice.

— ¿Están dormidas ya?

—Sí.

Asiento, procuro hacer silencio mientras caliento mi comida, no quiero distraerle de sus estudios, pensándolo ahora, yo también debí de haber venido a estudiar para mi prueba de Cálculo II.

—Mierda —exclamo en un susurro cuando mi pulgar toca por accidente el plato caliente.

— ¿Estás bien? —cuestiona la voz de Luke, se ha girado en el sillón para observarme.

—Eh, sí, solo me quemé.

—Solo te quemaste —repite, percibo cierta diversión en su tono.

Entrecierro los ojos, pero le ignoro. Coloco mi plato con cuidado en la mesa de la cocina, voy rápido a mi habitación para sacar mi libro de cálculo y mi libreta y me siento en el taburete alto. Comer y estudiar al mismo tiempo es algo que ya se me da bien y que estoy acostumbrada.

Pasa tiempo cuando termino de comer y dejo el plato a un lado para concentrarme en las distintas ecuaciones y teoría del libro. Le pediría a Hilary que me ayudase si no estuviese dormida, ella es demasiado buena con esta materia.

De reojo veo cómo Luke empieza a cerrar su computadora, la pone a un lado, apila sus libros en la mesita y se levanta para estirarse.

Camina hacia la cocina, pasa por mi lado para abrir la refrigerada y sacar una botella de agua. Sé que me está viendo mientras bebe, porque siento su presencia a mis espaldas.

—Está malo —me dice sobre mi hombro, giro levemente para verle con el ceño fruncido y su cercanía hace que vuelva a ver a mi libreta. Luke se coloca a mi lado. Porque el taburete es alto, él solo me lleva dos cabeza estando sentada y él de pie.

— ¿Por qué?

Luke señala con su dedo a la ecuación que estoy despejando, justo en el error.

—Mira, es así —habla, toma mi lápiz de mi mano y se inclina en la mesa con sus brazos. Le veo atrapada mientras él se encarga de explicarme paso a paso y a corregirme. Me sorprende que sepa tanto sobre esto porque por lo que tengo entendido Luke estudia Derecho, por eso siempre se la pasa leyendo libros sobre leyes y escribiendo ensayos. Lilie y él están en la misma facultad.

— ¿Cómo sabes tanto? —me atrevo a preguntar. Deja a un lado el lápiz y le veo sonreír de lado.

—Me gusta y digamos que crecí con una madre que era maestra de matemáticas. Algebra, cálculo... todo eso lo manejo.

—Si te gusta, ¿Por qué no estudiaste algo relacionado?

Sé que estoy haciendo demasiadas preguntas, pero Luke parece dispuesto a contestarlas.

—No sé, Derecho también me gusta.

— ¿Quieres ser un abogado?

—Sí, ¿Por qué no?

Comienzo a cerrar el libro y la libreta, después de todo ya estudié lo suficiente y Luke me explicó un tanto de cosas que me tenían confundida.

— ¿A ti te gusta estudiar Contabilidad? —me sorprende siquiera que sepa exactamente mi carrera.

—Sí, con el tiempo me gusta más, tercer año no es tan malo aun —bromeo.

—Seguro el cuarto lo es.

Sonrío, Luke bromeando y entablando una conversación conmigo es algo nuevo, se me hace extraño porque quizás antes no existía la probabilidad.

—Gracias por explicarme —de nuevo agradeciéndole. Luke asiente.

—Buenas noches, Stevie —me dice cuando voy caminando hacia mi habitación, me giro para verle y sonrío.

—Buenas noches, Luke.

otro cap <3 amo demasiado a stevie.

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